La torre es cuadrada y carece del habitual remate cristiano, lo que hace indicar que se trata de un antiguo alminar de la mezquita almohade del siglo XII construida en este lugar.
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A cinco kilómetros de la población de Bollullos, en una finca llamada Juliana, se encuentra la ermita de Cuatrovitas. Se trata de un edificio de tres naves con pilares cuadrados y arcos peraltados, que originalmente pudieron ser de herradura. La torre es cuadrada y carece del habitual remate cristiano, lo que hace indicar que se trata de un antiguo alminar de la mezquita almohade del siglo XII construida en este lugar. La torre alminar está realizada en ladrillo rojizo y presenta tres plantas con arcos de herradura y decoración almohade.
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Escribe D. Fernando Ramírez de Luque a finales del siglo XVIII en su obra "Tardes divertidas ... ", "que esta ermita que hoy conocemos con este nombre es con el de Espíritu Santo muy antigua en el sitio donde está. Dígolo porque la Cofradía ahora llamada de la Santísima Trinidad fue aprobada en dicha ermita a 23 de julio de 1624". A través de un Padrón General del Vecindario de Lucena, realizado en 1718, se sabe que en esta fecha, la ermita "del Espíritu Santo, (...), casa número ocho de la calle Andrés Carretero", se estaba construyendo. Es probable que las dificultades económicas de la cofradía obligaran a aceptar un Patronazgo a fin de culminar las obras que se estaban llevando a efecto. De este modo, en las pechinas de la cúpula fueron esculpidos entre las yeserías los escudos nobiliarios del Patrono, D. Pedro Bejarano Muñoz y Cisneros, blasones que, junto a los de Ahumada y Mendoza, aparecen en la fachada de una casona aneja con la cual tenía comunicación a través de una tribuna. Poco más tarde el Patronato pasó a poder de la familia Bruna, uno de cuyos miembros, don Andrés Tomás López de Bruna, casado con D? María Luisa de Ahumada y Villalón, se convirtió en el auténtico mecenas de la obra. Su ausencia y de la familia, a partir de 1735, hacen suponer sea ésta la fecha tope para la finalización de las obras. La ermita de Dios Padre adopta el aspecto de un prisma rectangular de mampostería y ladrillo cuya portada se articula en dos cuerpos bien definidos. El primero es de cantería y a él se adosa la portada, constituida por un cajeamiento entre pilastras que alberga la puerta de medio punto. Una cornisa da paso al segundo cuerpo, de ladrillo, penetrándolo por medio de un frontón partido en cuyo centro una hornacina apilastrada, con venera, con frontón triangular, muestra la figura venerable, talla en madera, del titular del templo. La fachada se remata en un frontón triangular con óculo, en cuyo centro se alza una espadaña de un solo cuerpo rectangular con hueco para campanas, flanqueado por pilastras toscanas. La planta de la ermita es rectangular, de las denominadas "de salón", sin capillas laterales, dividida en cinco tramos, el cuarto de los cuales se cubre con una cúpula sobre pechina, encuadrado por las pilastras que soportan los arcos torales. Los restantes tramos están cubiertos por bóvedas de medio cañón con lunetos, seccionadas por arcos fajones. Los vacíos paramentos entre pilastras, así como los arcos marcados por los lunetos, están decorados con lienzos de pintura con hermosos marcos de talla en estuco. Los arcos torales ciegos bajo la cúpula presentan respectivamente la tribuna, cerrada con celosía y reja, y el lienzo de la Anunciación, ambos también enmarcados por frondosas tallas de hojarascas y flores de yeso. Idéntica decoración presentan las pechinas con los blasones heráldicos del Patrono de la ermita. La media naranja ostenta una ancha cornisa regular, penetrada ligeramente por las cimeras que coronan los escudos de armas, y decorada menudamente con anillos lisos alternados con otros denticulados u ovados. Ocho semihusos con decoración en yeso de corte clásico y enmarque liso pintado en azul, se alternan con fajas, muy planas, confluyentes al gran florón central. El Retablo Mayor es de madera tallada y dorada. Carece de banco y lleva inclusas en las calles laterales las dos puertas de acceso a la sacristía. El cuerpo principal, dividido verticalmente por cuatro estípetes de secciones bulbosas, ostenta en su calle medial, sobre el manifestador, una hornacina de medio punto orlada de menudas guirnaldas, que muestra la imagen de Nuestra Señora de la Estrella. En las calles laterales, ante un hueco simulado con marcos tallados y pinturas fitomórficas, sobre decoradas ménsulas se alzan las imágenes de San Antonio de Padua y San Francisco. Una cornisa, decorada con dentículos, quebrada sólo encima de la calle central ostenta en su centro un frondoso remate de talla. El ático, ceñido a la curvatura de la bóveda, es más plano que el resto del conjunto. En su centro, en una hornacina flanqueada por pilastras ornadas con flores y guirnaldas de frutas rematadas por las figuras de angelillos de talla, se encuentra la imagen de la Trinidad representada por el Padre Eterno, como un anciano venerable y sedente que muestra, sujeto por los brazos de la cruz, la figura del hijo Crucificado. Coronaría el conjunto, hoy desaparecida, la paloma del Espíritu Santo. Esta obra puede atribuirse plenamente a Francisco José Guerrero, quien debió realizarla a finalizar el primer tercio del siglo XVIII.
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Ermita de la primera mitad del siglo XX, sustituyó a la ermita del Santo Sepulcro tras la Guerra Civil, ya que ésta fue destruida. En ella se celebra la festividad de la Virgen de Fátima. Se encuentra situada en la parte más alta de los Tajos y, desde allí, ofrece una hermosa vista de la villa. Es famosa por la peregrinación de numerosas personas durante el mes de mayo. Frente a la ermita se abre el mirador conocido con el nombre de San Judas Tadeo, desde donde se puede divisar toda Alcalá la Real.
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La ermita que se puede ver actualmente data de 1963, cuando sustituyó a la anterior, (que ya existía en el siglo XVI), prácticamente destruida tras el terremoto de 1951. Las obras duraron once años. Destaca de ella el empleo de arcos rebajados en la bóveda, que le dan un atractivo singular, y su crucero con tambor y linterna, que la otorga una gran luminosidad. También importantes son las hermosas pinturas del camarín, de Nuestra Señora de la Fuensanta. Está situada al final de un paseo peatonal de un kilómetro aproximadamente, que enlaza con el parque de Alcaudete. En ella se celebra "La Velada de la Virgen", romería nocturna en la cual los alcaudetenses se reúnen en un ambiente festivo para rendir culto a su Patrona durante toda la noche y terminar con una misa al alba.
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Situada cerca de la iglesia parroquial encontramos esta pequeña ermita dedicada a Jesús Nazareno. En su interior se puede apreciar una bella imagen de Jesús Nazareno, de Martínez Montañés. Según cuenta la tradición, durante el traslado del Nazareno a Alcalá la Real los portadores pasaron la noche en el castillo. Al día siguiente, la carga se hizo tan pesada que fue imposible proseguir el camino. Ante este hecho, los portadores decidieron construirle una ermita y convertir a Jesús Nazareno en patrón de la localidad. Las fiestas en honor a Nuestro Padre Jesús Nazareno se celebran del 7 al 11 de septiembre.