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obra
Moreno Carbonero fue seleccionado para realizar uno de los lienzos que decorarían el salón de conferencias del Senado. El protagonista de la composición será Roger de Flor, aventurero natural de Nápoles que dirigió una expedición de tropas aragonesas y catalanas a Constantinopla para salvar al emperador del peligro turco, en el año 1303. Roger, vistiendo de azul con cadenas de oro, aparece en la izquierda de la escena, llevando los atributos de mega-duque -el alto gorro y un cetro de oro en forma de bastón- sobre un caballo decorado con arneses bizantinos. Al frente camina su paje portando el caso y a la izquierda se sitúa el oficial con un caballo blanco, tras él un caballero con la bandera de San Jorge y en primer término las tropas, los temibles almogávares, vistiendo uno de ellos la bandera catalana. A la derecha, sentado en un trono dorado aparece el viejo emperador Andrónico Paleólogo y su hijo Miguel, rodeados de su corte. Al fondo se ve la iglesia de Santa Sofía. Aunque la estructura compositiva del cuadro es algo repetitiva, Moreno consigue un impresionante efecto visual al colocar el plano de la calzada donde ocurre el desfile a la misma altura del espectador, debiéndose contemplar el cuadro desde un punto de vista muy bajo. El pintor hace gala de su firme dibujo, un sensacional trabajo de documentación arqueológica -se documentó en París sobre el arte y la orfebrería bizantina-, una extraordinaria precisión en los detalles y un excelente verismo para resolver los personajes, destacando sin duda la paleta clara y la sensación atmosférica creada al captar la escena al aire libre, para lo que no dudó en poner el lienzo en la plaza de toros de Málaga, donde desfilaron sus amigos como modelos. El Senado recompensó al pintor con 40.000 pesetas.
obra
Las frecuentes visitas a Asnières en compañía de Bernard serán para Vincent un motivo de inspiración fundamental durante el verano de 1887. Los puentes sobre el Sena, los parques o los restaurantes del pequeño pueblo al norte de París servirán al artista como modelos para sus lienzos, resultando obras de gran delicadeza como ésta que contemplamos. La fachada amarilla del restaurante llamaría poderosamente la atención a Vincent al ser su color favorito, empleando el verde para las persianas, puertas y jardineras. Las líneas son trazadas con una tonalidad oscura, dominando el color sobre el dibujo. Una vez más las pinceladas organizan los distintos elementos de la composición, mostrando pequeños toques de color para crear los arbustos y largas pinceladas para la pared. La luz típica del verano que ha captado Van Gogh enlaza con el Impresionismo mientras que el estilo se encamina al Puntillismo, mostrándose como un artista de personalidad libre al crear un estilo propio, con notas de movimientos de su tiempo.