La portada más importante de la catedral valenciana es la llamada de los Apóstoles. Las jambas están dedicadas a los discípulos de Cristo, mientras que en el tímpano se representan la Virgen y los ángeles. Las figuras son exentas, apoyadas en ménsulas. Nicolás de Antona o de Southampton se considera el responsable de la obra.
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obra
La Puerta de los Apóstoles de la catedral de Valencia es el lugar ante el que se reúne el famoso Tribunal de las Aguas. Está configurada por tres arquivoltas en las que se representan 48 figuras de santos bajo doseletes. En el tímpano hallamos un grupo de figuras presidido por la Virgen con el Niño. En las jambas se sitúan los apóstoles, de donde recibe el nombre. El mainel fue mandado quitar en 1559 por el patriarca Ribera. A cada lado del gablete encontramos una banda de arcos que cobijan esculturas. La portada está presidida por un amplio rosetón circular de 6 metros y medio de diámetro con tracería calada y estrellada.
obra
La primera portada de la Catedral valenciana que se conserva es abocinada, presentando seis arquivoltas de medio punto que apoyan sobre finas columnas. Su estilo es románico, pero se aprecian claras influencias orientalizantes y mudéjares.
obra
El 1 de marzo de 1507 Fernando Llanos y Fernando Yáñez firman un contrato para realizar la que se considera su obra maestra. Se trata de una serie de doce tablas para las puertas del Retablo Mayor de la catedral de Valencia. El altar está dedicado a la Virgen María y en los seis paneles interiores se muestran escenas de la vida de la Madre de Dios mientras en los exteriores se representan los gozos de la Virgen, menos uno. A pesar de que la división del trabajo no se especifica en el mencionado contrato, resulta bastante fácil determinar cuál de las grandes tablas pertenece a cada artista, debido a que cada uno presenta características propias. Llanos, pintor más ecléctico, se interesó tanto por la pintura de Leonardo como por otros artistas florentinos y venecianos mientras que Yáñez siguió siendo un fiel discípulo de Da Vinci, utilizando incluso posturas exactas de los modelos leonardescos. La pintura de Leonardo, de cualquier manera, está presente en ambos maestros, especialmente en los rostros y en los cuerpos de las figuras, sin olvidar el característico sfumato. La ejecución de las tablas finalizó en 1510, dándose por concluida la colaboración entre ambos artistas, si bien siguieron compartiendo alojamiento durante tres años más.
monumento
En 1580 Herrera daba las trazas de la catedral vallisoletana y en 1668 se consagraba, cuando las obras sólo habían alcanzado la altura del crucero. Dificultades económicas serían las culpables de este gran retraso. En 1729 Alberto Churriguera diseña el segundo cuerpo de la fachada, por lo que se alteraría por primera vez el estilo herreriano. En el siglo XIX se continuarán las modificaciones al construir la actual torre, sustituta de la original que se había caído por defectos en la cimentación. Su monumental interior destaca por su sobria desnudez, que se rompe con el retablo mayor diseñado por Juan de Juni. El rigor del lenguaje arquitectónico empleado por Herrera en la catedral castellana, clara aceptación del ideal clasicista formulado en El Escorial, se manifiesta de forma absoluta en las numerosas trazas conservadas del edificio y en el tratamiento concreto de los elementos constructivos que configuran, en conjunto, un estilo severo en consonancia con las disposiciones de las Constituciones Sinodales prescritas en el Concilio de Trento. Por otra parte, la profunda reflexión clasicista que se establece en torno a la construcción de este edificio no sólo está en relación, como ya ha señalado Chueca Goitia, con la aplicación rigurosa del sistema de proporciones del Renacimiento, sino que hizo posible que algunas de las soluciones adoptadas, como es el caso de la articulación y ordenación de la fachada principal, superaran algunas de las ensayadas previamente en el edificio de El Escorial, como la Fachada del Patio de los Reyes. La catedral vallisoletana serviría de modelo a otros templos tanto en España como en América, entre ellas la basílica del Pilar y las catedrales de México y Lima. Si se hubiera construido en su totalidad según el proyecto de Herrera, hubiera sido el mayor templo del mundo tras la basílica de San Pedro del Vaticano.
obra
En 1729 Alberto Churriguera diseña el segundo cuerpo de la fachada de la catedral vallisoletana, por lo que se alteraría por primera vez el estilo herreriano. Antonio Tomé dirigió la obra escultórica con hermosas representaciones que aluden a la antigüedad, historia y sabiduría. En tan vasto programa colaboraron sus hijos Narciso y Diego.
obra
El rigor del lenguaje arquitectónico empleado por Herrera en la catedral vallisoletana, clara aceptación del ideal clasicista formulado en El Escorial, se manifiesta de forma absoluta en las numerosas trazas conservadas del edificio y en el tratamiento concreto de los elementos constructivos que configuran, en conjunto, un estilo severo en consonancia con las disposiciones de las Constituciones Sinodales prescritas en el Concilio de Trento.