El único interés que puede presentar la catedral de Notre Dame de Montauban es el lienzo dedicado al Voto de Luis XIII que pintó Ingres. Siendo la ciudad natal de Ingres, el artista regaló numerosas obras suyas a los edificios emblemáticos de la población. La catedral es un edificio del siglo XVIII sin grandes atractivos arquitectónicos. Se construyó para sustituir a la antigua catedral, que ahora es la iglesia de Saint-Jacques.
Busqueda de contenidos
monumento
El origen de la catedral murciana está en la antigua mezquita, consagrada por san Pedro Nolasco por orden de Jaime I. En 1320 comenzó la edificación de un nuevo templo en el espacio ocupado hoy por el claustro y la plaza de la torre. El obispo don Fernando de la Pedrosa decidió levantar un nuevo templo adosado al antiguo, colocando la primera piedra en 1394. Los trabajos continuaron lentamente hasta que en 1521 los nobles murcianos decidieron dar el último empujón a los trabajos, si bien ya se habían levantado suntuosas capillas como la de los Vélez. La catedral presenta una planta de cruz latina que apenas se acusa en los brazos del crucero, tres naves y girola, con capillas alojadas entre los contrafuertes. El templo se ha visto afectado en numerosas ocasiones por las avenidas del cercano río Segura, especialmente la sufrida en 1733 cuando el agua perjudicó de tal manera los cimientos de la fachada que tuvo que levantarse la actual, obra de Jaime Bort. La Torre es otro de los elementos más significativos de la catedral. Los cimientos de la nueva torre fueron puestos por Francisco Florentino. Jacobo Florentino es el autor del primer cuerpo, dotando a la construcción de un aspecto renacentista derivado de Italia. El segundo cuerpo se debe a Jerónimo Quijano, acabado a mediados del siglo XVI, interrumpiéndose los trabajos hasta 1754. En esa fecha el arquitecto Gea reelaboró el proyecto anterior, aunque no fue el definitivo ya que Ventura Rodríguez ejecutó el remate con la cúpula octogonal y la linterna.
obra
La capilla de los Vélez se sitúa en la cabecera de la catedral de Murcia, fuera del eje principal. Se trata de una capilla monumental de planta centralizada cubierta con una bóveda estrellada de diez puntas. Al exterior los muros apenas presentan decoración pero en el interior encontramos un variado programa decorativo en el que sobresalen los elementos heráldicos, en sintonía con la capilla de los Velasco de la catedral de Burgos o el Monasterio de San Juan de los Reyes de Toledo. Un andito recorre la estructura a cierta altura, como si se tratara de una especie de tribuna. Pedro Fajardo, futuro marqués de los Vélez, será el encargado de colocar una inscripción en la que explicaba que le había dado fin.
obra
Sobre un fondo de perspectiva, la obra de Jaime Bort es una imagen en la pantalla que nos ilustra de una experiencia arquitectónica compleja, reposada y a la vez receptiva, con una superficie cargada de ornamentos que satisfacen por el valor de su propia naturaleza intrínseca. En el marco de unos límites fijados objetivamente, con la mirada puesta en el Renacimiento, la fachada es una obra que logra ser entendida más fácilmente que otras contemporáneas del mismo género. Se trata de un esquema clásico en el cual todo se mueve libremente, una forma de teatro urbano culto y laborioso que contribuye al noble aspecto de la ciudad. Su aprehensión nos llega por su tono de conjunto en el que se aprecia la superficie plana creada deliberadamente como diafragma que transparenta el formato escultural de los intervalos que encuadran el gran contrafondo de la exedra en curvatura. Es una obra que se apoya en una fuerza religioso-profana, en la que se mezclan armónicamente el lenguaje clásico y formas barrocas planteadas desde una óptica conceptiva extralocal.
obra
La fachada de la catedral de Murcia, de 58 metros de altura, es una de las mejores creaciones del barroco español. El cabildo catedralicio decidió derribar la fachada renacentista para levantar una nueva, diseñada por Bort, destacando la magnificencia del conjunto, presidido por una monumental estatua del apóstol Santiago que hubo de sustituir a causa de un terremoto. La fachada presenta dos cuerpos articulados por columnas corintias, marcando un acentuado dinamismo ascensional el segundo gracias a su perfil. En la parte central se abre una concavidad que recuerda a una exedra. Los espacios de las portadas laterales quedan rehundidos, creando un sensacional juego de planos en profundidad con lo que se consigue un magnífico efecto de movimiento. La ligereza y elegancia de la decoración que enmarca ventanales, hornacinas y vanos de acceso es otro de los elementos claves en la suntuosidad del conjunto.
obra
La catedral de Murcia presenta una planta de cruz latina que apenas se acusa en los brazos del crucero, tres naves y girola, con capillas alojadas entre los contrafuertes.
obra
La Puerta de las Cadenas de la catedral murciana se sitúa entre los salientes del claustro y la torre. Presenta un arco rebajado e interesantes relieves platerescos, fechados entre 1512 y 1515. la puerta fue muy restaurada en el silgo XVIII por José López.
museo
Esta construcción de estilo gótico, edificada sobre una antigua basílica paleocristiana, data del siglo XIII y está dedicada a San Genaro Mártir, patrono de la ciudad, muerto a causa de su fe en el año 305. Su sangre se conserva en un recipiente hermético. Tres veces por año la ciudad entera, aun alguno no católico, se congrega para presenciar la licuefacción de la sangre del santo. Este misterioso fenómeno, que nadie pudo explicar aún, garantiza los peores males para la ciudad si no se cumple. Cuando la sangre no se licúa, que por suerte no pasa a menudo, los napolitanos creen que sufrirán las peores adversidades. En su interior destaca la decoración de frescos góticos de la Capilla Minutolo, así como la Basílica paleocristiana de Santa Restituta y el Baptisterio del siglo V. En la cripta de San Genaro, mausoleo de estilo renacentista, realizado tal vez siguiendo el proyecto de Bramante, están enterrados los restos del patrono de la ciudad y del papa Inocencio IV.
obra
Esta galería de personajes de la catedral de Naumburg es testimonio irrefutable de los contrastes que encierra el arte gótico. Se trata de personajes históricos cuyos retratos se han abordado con excelente oficio y con voluntad de individualización. No existe en la Europa medieval contemporánea un proyecto equiparable, si nos atenemos a su cronología temprana.