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Algunos rasgos constructivos comunes entre las catedrales mexicanas y las peruanas se deben a la participación de un mismo arquitecto: Francisco Becerra.

Algunos rasgos constructivos comunes entre las catedrales mexicanas y las peruanas se deben a la participación de un mismo arquitecto: Francisco Becerra. Estas analogías se hacen más estrechas entre las de Lima y Cuzco, cuya planta tiene forma rectangular y consta de tres naves más dos de capillas laterales. En los pilares se conserva el trozo de entablamento granadino herencia de Diego de Silóe, pero se reemplazan las medias columnas por pilastras. En el terremoto de 1746 quedó totalmente destruida y el Virrey José Antonio Manso de Velasco dispuso la reconstrucción en 1758, sustituyendo las originales bóvedas de crucería por una techumbre de madera para ofrecer una mejor resistencia a los seísmos.

La catedral de Lincoln se comienza en 1192 y hacia 1256-1280 se trabaja en el denominado Coro de los Angeles. Este último período de obra coincide con lo que los historiadores han definido como Decorated Style. Una etapa de la arquitectura inglesa caracterizada por una mayor complejidad decorativa: se multiplican los fustes de columnilla adosados a los pilares y también aumenta la presencia de la escultura monumental. Precisamente el coro de Lincoln recibe el nombre por el que se le conoce, debido a las figuras de ángeles, en las enjutas de los arcos del triforio.

El templo se empezó a construir en el año 1129, siendo el director de las obras Raimundo de Monforte. Presenta planta de cruz latina, esquema característico de las iglesias de peregrinación, siendo la nave central de considerable altura y con arcos ligeramente apuntados, anticipando el próximo estilo gótico. De la primera etapa constructiva es la Puerta Norte. El coro y el retablo pertenecen a épocas renacentistas, realizados por Francisco de Moure y Cornelis de Holanda, respectivamente. Durante el Barroco se construyen numerosas partes del edificio: la torre, el claustro, la capilla de la Virgen de los Ojos Grandes y la fachada, obra de Julián Sánchez Bort. La fachada se articula en vertical gracias a columnas corintias de orden gigante. Se disponen tres vanos adintelados de acceso en el primer cuerpo cobijados por arcos de medio punto mientras que el segundo presenta tres ventanales de inspiración palladiana. El cuerpo central presenta un frontón que rompe la balaustrada que corona la fachada. En los flancos se disponen dos torres, apreciándose pilastras parteadas en los frentes. Las torres se rematan con campanarios de dos cuerpos decrecientes.

La fachada de la catedral lucense se articula en vertical gracias a columnas corintias de orden gigante. Se disponen tres vanos adintelados de acceso en el primer cuerpo cobijados por arcos de medio punto mientras que el segundo presenta tres ventanales de inspiración palladiana. El cuerpo central presenta un frontón que rompe la balaustrada que corona la fachada. En los flancos se disponen dos torres, apreciándose pilastras parteadas en los frentes. Las torres se rematan con campanarios de dos cuerpos decrecientes.

La antigua catedral otoniana de Maguncia, después de un incendio en 1081, sufrió unas importantes obras de limpieza y modernización que concluyeron bajo el gobierno del arzobispo Adalberto (1118-1137). Su reconstrucción siempre estuvo condicionada por la conservación de grandes partes del templo primitivo. En pleno siglo XIII conseguirá la actual fisonomía bipolarizada con un santuario occidental compuesto por un gran transepto y una cabecera triconque.

El encargado del proyecto de la catedral de Marsella será Leon Vaudoyer. Fiel al eclecticismo imperante en la época, toma los estilos románico y bizantino como modelos, creando un enorme y llamativo conjunto gracias a la combinación de las cúpulas de las torres occidentales con las del crucero y los brazos orientales. La policromía del exterior será otra de sus notas destacadas, alternando bandas de piedra de colores blanco y verde, recordando al gótico victoriano.