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La construcción en 1519, de nueva planta, del castillo de Chambord, en el bosque y cazadero real de igual nombre, por parte de Francisco I, culmina, en todos los sentidos, la etapa de edificación de nuevas residencias reales que se produce en las primeras décadas del siglo XVI. El plano original responde a un diseño de Domenico da Cortona, tomando ideas originales de Leonardo da Vinci, aunque posteriormente arquitectos franceses realizaron importantes modificaciones. La construcción se prolongó hasta finales de la década de 1550. El edificio presenta una primera planta rectangular, ampliada en las cuatro esquinas con torres cilíndricas que refuerzan el aspecto defensivo, de clara inspiración goticista. Cada una de las torres se remata con altas techumbres, donde se instalaron buhardillas y chimeneas. La principal novedad la encontramos en la torre del homenaje, que presenta una planta cuadrangular, en forma de cruz griega, con cuatro nuevas torres circulares en las esquinas y en el centro una doble escalera helicoidal de doble rampa, rematada por una base cilíndrica rodeada de contrafuertes y arbotantes, adornada la linterna con la flor de lis. En los ángulos de la torre del homenaje encontramos cuatro aposentos idénticos, en sintonía con la Villa de Poggio a Caiano, divididos en una habitación grande, dos pequeñas y un gabinete, esquema denominado appartement que se convierte en la célula del trazado francés durante la época moderna.

Uno de los palacios más atractivos del Renacimiento francés es el castillo de Chenonceaux, sobre el río Cher. El núcleo primigenio corresponde a los primeros años del siglo XVI, en sintonía con las construcciones de la zona del Loire, rematándose con la parte erizada de flechas según diseño de Thomas Bohier. De l´orme diseñó un plan de redefinición general del edificio para Diana de Poitiers, la amante del rey. Se planteaba la construcción de un puente convertido en levadizo al final del ala sur, donde se levantaría un cuerpo principal. Una galería sobre el puente uniría el cuerpo primitivo y el nuevo. Sólo se construyó el puente propiamente dicho ya que la muerte de Enrique II supuso el cese de De l´orme y el cambio de la propiedad del edificio, pasando a manos de Catalina de Médicis, quien realizó las obras de la galería con algunas diferencias sobre el proyecto original, al construir dos pisos, apuntándose a Jean Bullant como el arquitecto que participó en esta nueva definición del castillo.

El rey Enrique II eligió este lugar para construir el castillo, apuntándose a Gonzalo Arias Genízaro y Lope Arias como los autores de los diseños en el año 1372.

Hoy en estado semi-derruido, se halla en el paraje denominado "Castillo", ocupando una superficie de 1.000 metros cuadrados, de los cuales 200 metros se hallan edificados y 800 metros cuadrados descubiertos. Está constituido por una muralla de unos 85 metros de largo por 1,50 metros de grueso, en la que existen cuatro torreones o cubos. En la actualidad se mantiene en pie una muralla que defendía la parte que mira al pueblo, el único lado accesible a la roca sobre la que asienta.

En la confluencia de los ríos Eresma y Voltoya se encuentra la villa de Coca. En el extremo occidental de la población se alza el castillo, mandado construir en el año 1453 por el obispo de Ávila, don Alonso de Fonseca. Alí Caro será el encargado de las obras, continuadas tras su muerte por su hermano. El de Coca es el prototipo de castillo señorial castellano. Al asentarse sobre una zona llana, su defensa está basada en un amplio foso de 560 metros de perímetro, foso que se salva con un puente fijo. El castillo -realizado en tapial y recubierto con ladrillo de color rosa- está constituido por dos recintos, el exterior con una clara función defensiva y el interior con torres en las esquinas. Dos gigantescos cubos de ladrillo defienden la puerta de acceso. Con un almenado doble, en la barrera encontramos torres que otorgan un mayor aspecto de fortaleza a la construcción. De planta cuadrada es la torre del Homenaje, conservando los pisos que tuvo, rematándose la azotea con almenas de ladrillo. Un patio de armas -con una doble galería de columnas de mármol y las paredes de los pisos cubiertos de azulejo- sirve de eje de distribución de las dependencias. El excelente patio original fue derruido para ser vendido por uno de los administradores de la casa de Alba, en 1828. Actualmente, este patio ha sido reconstruido, con dos plantas con galerías.

La fortaleza árabe de Colomera, o lo que queda de ella, se asienta sobre un promontorio rocoso, dominando el pueblo desde las alturas. Ubicada cerca de la iglesia de la Encarnación, en la zona más alta de la colina pueden verse parte de sus antiguos muros y torres, así como dos aljibes que servían para proveer de agua a la guarnición.