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Llevado por los soldados de Infantería holandeses durante la II Guerra Mundial, es muy parecido al que estaba en dotación para los soldados italianos, rumanos y soviéticos.
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A diferencia del casco de dotación de los soldados de infantería del Ejército holandés, este otro modelo estaba fabricado en acero y llevaba el borde enrollado.
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Modelo muy común, comenzó a ser usado por la infantería francesa durante la I Guerra Mundial. También llamado "Casque Adrian", a partir de 1915 fue adoptado por las tropas de Bélgica, Rumanía, Serbia y Rusia. Fue perfeccionado gracias al uso de un acero de mayor calidad para ser usado durante la II Guerra Mundial. Los cascos franceses, como el de la imagen, llevaban emblemas en su parte frontal que indicaba la pertenencia de su poseedor a un Arma determinada.
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Durante los bombardeos alemanes sobre las ciudades inglesas, el gobierno de Winston Churchill organizó cuerpos civiles de trabajadores para trabajar en las tareas de reconstrucción y ayuda a la población. Estos cuerpos eran conocidos como Damage Control, y sus integrantes solían estar equipados con cascos como el de la imagen, dotados con un protector de lona o hule que protegía la piel de los posibles efectos corrosivos del gas mostaza, que los británicos temían que fuera utilizado por los alemanes en sus bombardeos.
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Las nuevas necesidades bélicas que empujaron a la creación de fuerzas paracaidistas obligaron también a la dotación de equipamientos propios, como es el caso de este casco o del FG 42. Aunque creadas unidades paracaidistas tanto en el Ejército como en la Luftwaffe, no será sino un año más tarde cuando se introduzcan uniformes y equipamientos específicos. Este casco no lleva borde, permaneciendo su forma -común a todos los ejércitos- a lo largo de todo el conflicto. Sí varía a lo largo de la guerra el color, que en principio es aceituna, siendo llevadas a partir de 1941 unas fundas verdes óptimas para el camuflaje. Dos años más trade se fabricaron cascos marrones con sundas de malla, también con el propósito de ocultar al soldado del fuego enemigo. Las unidades paracaidistas alemanas, integradas en la Luftwaffe desde el 1 de enero de 1939, desempeñaron un importante papel a lo largo de toda la guerra, en especial en su asalto sobre la isla de Creta.
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La captura de enemigos o el hallazgo de sus cuerpos permitía al Ejército británico conocer las características técnicas del equipamiento que portaban. Así, los cascos de los paracaidistas alemanes que cayeron en manos inglesas fueron objeto de examen para introducir mejoras en los cascos de los soldados británicos, como ocurrió con el modelo que observamos. Este modelo de 1942, realizado con un borde vuelto, llevaba una banda de goma y un protector de barbilla, que ajustaba el casco para mayor seguridad de su portador.