El Beato de San Andrés de Arroyo presenta un gran número de novedades debidas muy posiblemente a la interpretación personal que el artista debió de dar a sus modelos. Uno de los rasgos más personales de este miniaturista es la sustitución de los personajes impersonales que desfilan generalmente en los demás Beatos por personajes reales, de la época que se llevó a cabo esta copia. Es posible que con ello se pretendiese recalcar la actualidad del mensaje del Comentario al considerarlo un libro de alcance universal cuyo contenido es válido para los cristianos de todas las épocas. Su estilo está próximo al del Beato de San Pedro de Cardeña, pero ignoramos por el momento el scriptorium en el que fue miniado el manuscrito, ya que no parece probable que haya sido el de San Andrés de Arroyo.
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En los años finales del siglo XI, en el escritorio del viejo monasterio de San Millán de la Cogolla se completaba ahora el Comentario de Beato (Madrid, Academia de la Historia, MS. 33) que había quedado sin terminar a fines del siglo anterior. El profesor Díaz y Díaz explica esta interrupción en base quizá a los acontecimientos ocurridos en La Rioja en los días de Almanzor, que acabó con el esplendor alcanzado en el escritorio monástico a fines del siglo X y que lenta pero progresivamente logrará ir recuperando a lo largo de la centuria siguiente. El primer copista había llegado hasta el folio 228v, ilustrándose al filo del primer milenio los folios comprendidos del 1 al 92 y algunos otros sueltos. Ahora varias manos más toscas completan la copia desde XII, 3, 11 hasta el final del códice, y un miniaturista plenamente románico lleva a cabo todas las demás ilustraciones. El contraste con el estilo de las primeras es patente por su plenitud de formas, cierto sentido de volumen, su movilidad y sus actitudes gráciles y desenfadadas, y de modo general por las calidades de un mayor naturalismo en la representación. Los personajes presentan un canon alargado, los rostros han ganado corrección pese al esquematismo de su concepción, y el plegado ofrece ya las ondulaciones y convencionalismos típicos del románico. Las diferencias entre ambos grupos de miniaturas se acusan también en la iconografía. Un ejemplo a nuestro juicio elocuente nos lo proporciona la ilustración de la Adoración de Dios en el cielo (Apoc. XIX, 1-10). La Maiestas Domini del Beato emilianense es plenamente románica en su iconografía si la comparamos con las imágenes de la misma que nos presentan los Beatos del siglo X, o las que como el Beato de Fernando I, de mediados del siglo XI, sigue todavía la tradición hispánica de la décima centuria.
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El ejemplar del "Comentario de Beato de Liébana al Apocalipsis de San Juan" -más conocido como Beato- que se copió en el monasterio de Silos es uno de los más atractivos del conjunto de códices conservados, además de contar con casi todas sus páginas -sólo le faltan tres-. La elaboración del códice silense empezó el jueves, 18 de abril de 1091, a la sexta hora del día, siendo los monjes Domingo y Muño los encargados de copiar el texto, labor a la que dedicaron varios meses. El siguiente paso sería la iluminación, tarea que se prolongó en el tiempo debido a diversas vicisitudes, finalizándose el 30 de junio de 1109, día de la muerte del rey Alfonso VI. La última referencia en el monasterio de Silos sobre este códice es del siglo XIV; en algún momento posterior salió de Silos para ser documentado en la biblioteca del cardenal Antonio de Aragón en el siglo XVIII. El cardenal donó el códice al colegio de San Bartolomé de Salamanca y a la supresión de dichos colegios pasó a la Biblioteca Real de Madrid. De allí sería cogido por José Bonaparte cuando fue rey de España y el 19 de mayo de 1840 fue vendido al British Museum de Londres.
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El manuscrito del monasterio de San Salvador de Tabara (Zamora) ha llegado a nosotros muy mutilado, la mayoría de las miniaturas han sido cortadas y solamente quedan nueve. Entre ellas destaca por su originalidad temática ajena al Comentario la que representa la Torre del monasterio con el scriptorium anejo, formado por dos dependencias. En la primera trabajan sentados frente a frente Senior y Emeterio, presbítero, según los identifican las inscripciones que corren por encima de ellos. La de este último añade además fatigatus, el mismo calificativo que se aplica a sí mismo en el colofón. En la estancia de al lado otro personaje, sentado en un taburete, corta el pergamino sirviéndose de unas grandes tijeras.
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El carácter que ha dado mayor fama reciente a las ilustraciones mozárabes en su facilidad para lograr composiciones muy expresivas, con un dibujo sencillo e ingenuo, sin grandes preocupaciones por el naturalismo o las proporciones. El uso del colorido es también libre e imaginario para hacer destacar los rasgos diferenciales de cada figura, ya que la preocupación del artista es traducir el texto a imágenes claras que sirvan de resumen para todo el contenido. Los Jinetes del Apocalipsis y La mujer y el dragón son otras de las imágenes de este sensacional Beato de Valcavado.
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En esta armónica composición del Beato mozárabe de Valcavado se representa el pasaje del Apocalipsis (XIV, 1-2) donde se narra la aparición del Cordero sobre el monte Sión con los 144.000 elegidos que tañen sus cítaras frente a los cuatro ancianos y los cuatro animales. Los Jinetes del Apocalipsis y el Cristo juez son otras de las imágenes de este sensacional Beato.
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En esta imagen del Beato mozárabe de Valcavado se representa la escena del Apocalipsis (XII, 1-17) en la que una mujer envuelta en sol, sobre la luna y coronada con doce estrellas está a punto de dar a luz. Frente a ella, el dragón o Satanás, de siete cabezas y diez cuernos, espera el alumbramiento para devorar al recién nacido. Sin embargo, al nacer el niño es salvado por los ángeles, lo que da lugar a una batalla entre éstos y el dragón, que terminará con el encarcelamiento del monstruo. La mujer, mientras tanto, provista de alas de águila huye al desierto. Se trata de una de las composiciones más complejas y acabadas del Beato. Las ranas y el Cordero sobre el monte Sión son otras de las imágenes de este sensacional Beato.
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El Beato de Valcabado es uno de los códices prerrománicos más interesantes que se ha conservado. Fue mandado realizar en el año 970 por el abad Sempronio y lo ejecutó un copista de nombre Oveco; tardó 92 días. El códice permaneció en el monasterio de Valcabado hasta el siglo XVI, momento en que está documentado temporalmente en León. Tras un nuevo paso por el monasterio, se tienen referencias en Toledo, donde pertenecía a un secretario de Felipe II, y posteriormente en Madrid. En el siglo XVII aparece documentado en Valladolid, en el Colegio de la Compañía de Jesús. La expulsión de los jesuitas en tiempos de Carlos III llevaría el códice a la biblioteca de la Universidad vallisoletana y después a la de Santa Cruz. En esta imagen se ilustra una parte del capítulo 14 del Apocalipsis: "Miré, y he aquí una nube blanca; y sobre la nube uno sentado semejante al Hijo del Hombre, que tenía en la cabeza una corona de oro, y en la mano una hoz aguda. Y del templo salió otro ángel, clamando a gran voz al que estaba sentado sobre la nube: Mete tu hoz, y siega; porque la hora de segar ha llegado; pues la mies de la tierra está madura. Y el que estaba sentado sobre la nube metió su hoz en la tierra, y la tierra fue segada. Salió otro ángel del templo que está en el cielo, teniendo también una hoz aguda. Y salió del altar otro ángel, que tenía poder sobre el fuego, y llamó a gran voz al que tenía la hoz aguda, diciendo: Mete tu hoz aguda, y vendimia los racimos de la tierra, porque sus uvas están maduras. Y el ángel arrojó su hoz en la tierra, y vendimió la viña de la tierra, y echó las uvas en el gran lagar de la ira de Dios. Y fue pisado el lagar fuera de la ciudad, y del lagar salió sangre hasta los frenos de los caballos, por mil seiscientos estadios". Las ranas y el Cordero sobre el Monte Sión son otras ilustraciones de este Beato.
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En esta escena de composición muy simple representa el pasaje del Apocalipsis (XVI, 13) en el que: "De la boca del dragón, de la boca de la fiera y de la boca del falso profeta vi salir tres espíritus inmundos en forma de rana". La Mujer y el dragón y Los Jinetes del Apocalipsis son otras de las imágenes de este sensacional Beato mozárabe de Valcavado.