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acepcion
Corriente religiosa renovadora del Islam que surge en Egipto en los últimos años del siglo XIX. Mohamed Rashid Ridá fue uno de sus promotores más importantes.
lugar
Hermosa ciudad situada en el oeste de Castilla y León, lindando con la provincia con la frontera portuguesa al oeste, Zamora al norte, Cáceres al sur y al este con Ávila. Cuenta con una de las universidades más antiguas de España y hoy día es un foco de estudiantes procedentes de todos los lugares del mundo. Antes de la dominación romana de la Península, la cuenca del Duero estaba ocupada por los vacceos, quienes construyeron dos fortalezas para defender el lado occidental de su territorio, una en Zamora y otra en Salamanca, denominada Salmántica. El núcleo surgido en torno a esta fortaleza llegó a adquirir cierta importancia. En el siglo III a.C. fue sitiada por Aníbal y sus ejércitos sin éxito y, posteriormente, por los romanos. Éstos, tras su victoria sobre los cartagineses, se consolidaron en la Península, ocupando Salamanca y desarrollándola como ciudad. Su importancia como centro comercial residió especialmente por su estratégica posición, entre las rutas del norte al sur, y viceversa. Los romanos construyeron junto al río Tormes una de las calzadas romanas más importantes de Hispania, la Vía de la Plata, trazada en el siglo I y uniendo Emerita Augusta (Mérida) con Cesar Augusta (Zaragoza). Los romanos cercaron el recinto urbano y provocaron el crecimiento demográfico de la urbe. Tras la caída del Imperio, los alanos primero y los visigodos después se asentaron en ella. De estos últimos nos han llegado pocos restos y datos; en el siglo IV la muralla romana se transformó en otra con torreones. En el año 712, fue tomada por los musulmanes, de la mano de Muza ben Nuseir. Durante toda la Edad Media se sucedieron ataques cristianos para reconquistarla, hasta que finalmente fue tomada por Alfonso I, quién decidió destruir sus fortalezas y abandonarla. A partir de ese momento, Salamanca pasó de manos cristianas a manos musulmanes en diferentes ocasiones, hasta que Ramiro II decidió la repoblación definitiva del núcleo urbano y de las tierras lindantes. Tras su victoria sobre Abderramán III en Simancas (939) estableció pobladores de origen leonés. Durante el final de la Edad Media y el inicio de la Moderna, Salamanca vivió diferentes enfrentamientos bélicos. A pesar de ello, se fue consolidando su núcleo urbano, hasta tener 20.000 habitantes a finales del siglo XV. La época de mayor apogeo se dio durante el siglo XVI cuando el prestigio de su Universidad alcance el cenit. Se convirtió en el ejemplo de ciudad renacentista por antonomasia gracias a su ambiente universitario y humanista. Esta situación supuso el embellecimiento arquitectónico de todo el centro. A partir del siglo XVIII y principios del XIX, la población comenzó a descender, debido en gran parte a la Guerra de Independencia y la crisis del poder religioso. Esta tendencia demográfica cambió, sin embargo, en la segunda mitad del siglo XIX, manteniéndose también en el siglo pasado. Tras la rehabilitación de todo el casco urbano, aprobada en 1984, nos encontramos con uno de los centros históricos más hermosos de toda España, gracias al buen estado de conservación de sus edificios, entre ellos su dos catedrales, la románica y la tardo-gótica.
contexto
El último foco es el de Salamanca, donde pinta el más popular de los maestros flamenquizantes de la Corona de Castilla: Femando Gallego. Su obra únicamente tiene paralelo en volumen con la de Huguet. Su fama le sobrevive, firmándose apócrifamente tablas que nada tienen que ver con él, incluso ni con León. Con errores sobre su actividad es el único pintor medieval citado por Palomino. Directamente suyas, en colaboración con otros pintores, o realizados por el taller, quedan varios retablos. El más grande es el de Ciudad Rodrigo, hoy en el Museo de Tucson, Arizona. En él colaboró probablemente con el maestro Bartomeu y con un pintor de origen nórdico. El Retablo del cardenal Mella, de la catedral de Zamora, está muy lastimado, pero permite comprobar la recurrencia a estampas a la horade construir ciertas escenas, así como ver el grado de perfección técnica que llega a alcanzar. Algunos rostros nos llevan al grupo del Maestro de Avila-Maestro de San Ildefonso. En el retablo de Toro las desigualdades son patentes, destacando el Salvador central, hoy en el Museo del Prado. Otro retablo completo, con intervención del taller es el de Santa María de Trujillo, mientras en el de la catedral de Zamora, hoy en Arcenillas, tanto como el taller abstracto actúa un pintor bien diferenciado. Es en obras más pequeñas o peor conservadas donde se encuentran partes mejor resueltas y de notable calidad. Así en el ligeramente retocado tríptico de la Virgen (Museo Diocesano, Salamanca), en la tabla de una Coronación de la Virgen desgajada de su conjunto inicial, verosímilmente otro retablo, o en una Natividad (Museo de la catedral de Salamanca).Lo que más destaca de su obra es la enorme pintura del techo de la biblioteca de la Universidad de Salamanca (Escuelas Menores, Salamanca). El ciclo cósmico con constelaciones y signos zodiacales es de una compleja riqueza iconográfica apropiada a un templo del saber como es una Universidad cada vez más importante. La forma de hacer de Fernando Gallego lleva a pensar en una formación en Flandes o conociendo la pintura flamenca, influido luego por Thierry Bouts. Su oficio es bueno, pero se hace más vulgar cuando acepta numerosos encargos de grandes dimensiones. Entonces se presenta un modo de hacer más expresionista, que se debe seguramente a un colaborador. Este sería Francisco Gallego, que luego contrata personalmente, ya a principios del siglo XVI, algún retablo. Partiendo de las fórmulas de Femando Gallego las somete a una expresiva y deformada transformación. Maestro Bartomeu sería otro colaborador, al menos en el retablo de Ciudad Rodrigo, y firmando una tabla en el Museo del Prado. Otros artistas contactan con él en varias ocasiones.
Personaje
Político
Licenciado en la carrera de leyes por la Universidad de Simón en Cochabamba, representó en la Cámara de Diputados al Partido Liberal de Cochabamba. Desde este cargo se volcó en las cuestiones económicas. Estando en la presidencia del gobierno Pando, fue investido titular de la cartera de Hacienda. Cuando en 1904 la presidencia de Pando llegó a su fin, Salamanca fue nombrado candidato a Senador por su departamento natal. De 1909 a 1913 volvería a ocupar este cargo. A Daniel Salamanca se debe la fundación del partido Unión Republicana, donde se congregaron los principales representantes de los movimientos liberales. Pero esta no fue la única formación política que fundó, ya que en 1921 se convirtió en la cabeza visible del Partido Republicano Genuino, también de creado por él. A partir de entonces se presentaría en diversas ocasiones a la presidencia, objetivo que conseguía en 1931. Permanecería en este puesto hasta 1934. Su mandato se caracterizó por la austeridad, debido a la crisis económica que vivía el país. Esta situación se vio agravada por la Guerra del Chaco. A causa de su delicada salud tuvo que dimitir.
Personaje
Otros
Perteneciente a la orden de Santo Domingo, destacó por su destreza como herrero. Prueba de su arte son las rejas de la catedral de Sevilla, uno de los mejores exponentes de la época.
Personaje
Arquitecto
Francisco de Salamanca es el arquitecto encargado de dar las trazas de la Plaza Mayor de Valladolid
Personaje
Otros
Político
José Salamanca y Mayol estudió derecho en Granada. Experimentó una dilatada carrera financiera y política. Trabajó en negocios como la renta de la sal (1837-1842), fue promotor y socio del Banco de Isabel II (1844), bolsista (para sí y en nombre del Duque de Riánsares y de Narváez) y fundador del Banco de Cádiz como sucursal del Banco de Isabel II (1846). El nombre de este aristócrata también se asocia a ferrocarriles en España y otros países (Portugal, U.S.A., Francia, Alemania, Estados Pontificios, etc.) y la construcción (Barrio de Salamanca, Madrid) (1849-1866). Su fortuna, paralela a su influencia política, empezó a declinar con la crisis de 1866. Alcanzó un máximo de unos 400 millones de reales en 1864, aumentó y disminuyó con frecuencia por su exceso especulativo. Su ideología política le convertía en liberal moderado. A los veinte años tomó parte en el pronunciamiento de Torrijos (1831). Desde 1845 se orienta hacia los puritanos con quienes fue Ministro de Hacienda (III a X-1847), cargo en el que se llevó a cabo la fusión del Banco de San Fernando con el de Isabel II en condiciones ventajosas para este último, que era el suyo. El fracaso de la conspiración contra Narváez (1848) le llevó al exilio a Francia hasta 1849.
contexto
Los resultados de Artemisio y las Termópilas abrían de hecho las puertas al ejército persa hacia el Ática y el Peloponeso. La flota se volvió rápidamente y, como la mayoría de las naves procedía de Atenas, Temístocles consiguió que se apostara en Salamina, lugar ideal para cubrir y proteger la necesaria evacuación de la ciudad de Atenas, pues el ejército de tierra se sitúa definitivamente en el Istmo para proteger el Peloponeso, pero dejando desguarnecida el Ática. Los habitantes de los territorios intermedios tendían predominantemente a colaborar con los persas. De este modo, según el decreto de Temístocles encontrado en Trecén, la población de los no combatientes se refugiaría aquí, localidad de la península de la Argólide, y en Salamina misma. Las tropas de Jerjes ocupan la Acrópolis y el puerto de Fálero. Sin embargo, lo que desde el punto de vista griego podía ser, en principio, una simple maniobra de protección que sirviera además de apoyo a la resistencia terrestre, se transformó en la principal batalla de la guerra. Las expectativas de la tensa espera y la destrucción de la ciudad y de sus lugares públicos impulsaron al ateniense Temístocles a acelerar su puesta en marcha a través de una estratagema que lo caracterizaría como uno de esos generales que usan las astucias de la inteligencia y que no gustarían a los pensadores clásicos del tipo de Platón o Plutarco. Según cuentan Esquilo y Heródoto, Temístocles, a través de un esclavo ficticiamente fugitivo, hizo creer a Jerjes que le convenía atacar rápidamente para evitar la desbandada, cuando de este modo lo que conseguía era que la lucha se desarrollara de nuevo en un lugar estrecho, donde no pudiera actuar a sus anchas la flota persa, mucho más numerosa. Las naves persas se estorbaban mutuamente cuando las atenienses, en el estrecho canal entre isla y continente, las obligaban a apelotonarse junto a la costa, al pie del promontorio donde Jerjes se había hecho construir un trono para contemplar mejor lo que esperaba que fuera una indudable victoria. La importancia de la victoria griega, seguramente exaltada por la literatura y la historiografía más por las consecuencias que tuvo que por los aspectos estrictamente estratégicos, fue percibida igualmente por Jerjes, que abandonó el territorio griego, adonde lo había llevado personalmente el interés fraguado a lo largo del decenio posterior a Maratón.