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Personaje Político
Su educación discurre en el seno de una familia modesta. Desde muy joven entró al servicio de don Juan Pacheco, marqués de Villena. Cuando éste y Enrique IV de Castilla pusieron en común sus intereses, Lucas de Iranzo comenzó a trabajar para el monarca castellano como paje. A partir de esta relación laboral surge una estrecha amistad. Iranzo formó parte de los llamados continos. Así era como se denominaba a quienes desde muy jóvenes entraban en al corte y que experimentaban una carrera ascendente hasta ocupar puestos de responsabilidad. La amistad que le unía al rey le convirtió en uno de los hombres más influyentes de Castilla. Desempeñó importantes cargos en la corte, como halconero Mayor del Reino, Chanciller Mayor de Castilla y alcaide de Alcalá la Real y de Jaén. En 1455 pasó a formar parte del Consejo Real. Su capacidad y la lealtad demostrada le valió el título de corregidor de Baeza y tres años después condestable de Castilla, cargo que llevaba cinco años sin ningún representante, desde que a su antecesor Alvaro de Luna fuera decapitado. Este nombramiento despertó ciertas suspicacias entre los nobles, por la capacidad de influencia que podría tener sobre las decisiones regias como cabeza de los ejércitos. Probablemente ante las presiones de otros nobles, Miguel Lucas de Iranzo se trasladó a Jaén. En la capital andaluza demostró una gran capacidad organizativa y formó un numeroso ejército preparado para la campaña de Granada. En 1473 Lucas de Iranzo fue asesinado en la iglesia mayor de Santa María. Su apoyo a los judíos fue la excusa empleada para justificar el asesinato, aunque, probablemente, los celos de otros nobles fue una de las causas que motivaron este suceso. Es posible que también formaran parte de la trama el marqués de Villena y su hermano Pedro Girón. Su lealtad fue una de sus cualidades más alabadas a su muerte.
Personaje Pintor
Eugenio Lucas muestra en sus obras el costumbrismo de veta brava típico de la Escuela madrileña del Romanticismo español, igual que harán Leonardo Alenza y Francisco Lameyer. Su atracción por la pintura de Goya y Velázquez le convierte en uno de los mejores artistas del siglo XIX español. Sus escenas - Condenado por la Inquisición o el Cazador - atraerán al propio Manet durante el viaje de éste por España. Lucas nació en Madrid en 1817, formándose en la Academia de San Fernando, aunque las copias en el Museo del Prado ejercerán mayor influencia en su arte. Realizó numerosos viajes por Italia, París y Marruecos. Separado de su esposa, convivió con una hermana de Jenaro Pérez Villaamil. Falleció en Madrid en 1870.
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Aunque en su término municipal se encuentran abundantísimos testimonios del pasado que, en el caso del yacimiento de la cueva del Ángel pueden remontarse a más de 80.000 años, en pleno Musteriense, y en el de la ciudad iberorromana de Morana desde el Bronce final, en el siglo VIII (a. C), hasta la época árabe, no hay vestigios suficientes que permitan asegurar la existencia de una ciudad en el emplazamiento de la actual Lucena. La primera cita documental es de finales del siglo IX, a raíz de las incursiones realizadas por el rebelde Umar Ibn Hafsun a "los castillos de la cora de Qabra y al-Yussana, cuyos habitantes eran judíos". Al final del Califato, en 1010, Lucena pasó a formar parte del reino zirí de Granada, siendo favorecida por el primer ministro granadino Samuel ibn Negrella. En el año 1090 la pujante aljama judía lucentina compró su libertad al caudillo almorávide Yusuf Ibnn Tashfin. Eran estos los momentos de mayor prosperidad económica y cultural de aquella Eliossana a cuyos muros se acogieron muchos judíos huidos de Córdoba o Granada. Considerada como la "ciudad de la poesía" y denominada por los judíos importantes como Yehudá Haleví, ibn Gabirol o la saga de los ibn Ezra. Sus rabinos ejercieron un importante magisterio religioso entre las comunidades judías del occidente europeo, hasta la invasión almohade, en 1148, momento en que su población debió emigrar a los reinos cristianos del Norte, estableciéndose fundamentalmente en Toledo y en Narbona. Tras conquistarla en 1240, Fernando III el Santo la donó al obispo y al cabildo de la catedral de Córdoba, quienes a su vez, la permutaron, en 1342 a doña Leonor de Guzmán, amante de Alfonso XI, por otros bienes rústicos e inmuebles en Córdoba. Tras la guerra civil, en 1371, el primer Trastámara, Enrique II, la entregó en señorío a Juan Martínez de Argote, de quien pasará a su hija María Alfonso de Argote que, al contraer matrimonio con Martín Fernández de Córdova, vinculó Lucena a los de este apellido en su rama de los Alcaides de los Donceles, permaneciendo invariablemente como avanzada castellana en la frontera de Granada hasta 1492. En 1483, uno de los señores de este linaje, Diego Fernández de Córdoba, alcaide de los Donceles, derrotó y apresó a Boabdil, rey de Granada en la batalla del arroyo de Martín González. Más tarde, como merced por sus acciones en la conquista de Orán y en la anexión del reino de Navarra, obtuvo el título de Marqués de Comares, concedido por Fernando el Católico. La evolución demográfica de Lucena en el siglo XVI fue espectacular: de unos 1500 habitantes en 1495 pasó a más de 15.000 en 1550, manteniéndose desde entonces como la segunda población cordobesa en importancia tras la capital. En 1618, Lucena alcanzó de Felipe III el título de ciudad. Sometida al dominio señorial de los marqueses de Comares y vinculada al ducado de Medinaceli desde 1680, las imposiciones y abusos señoriales desataron el malestar y las protestas de los lucentinos que, tras un largo pleito, consiguieron en 1767 la reversión de la jurisdicción, el señorío y el vasallaje de la ciudad a la Corona.
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Las primeras referencias de la villa se remontan a los años finales del siglo IX. Lucena es el resultado de la sabia mezcla de tres culturas: cristiana, musulmana y judaica. Entre los siglos XI y XII transcurrió su etapa dorada, gracias a la vitalidad de su importante comunidad hebrea. En 1483, Diego Fernández de Córdoba derrotó y apresó al rey granadino Boabdil en la cercana batalla del arroyo Martín González, uno de los hechos de armas más celebrados de la guerra de Granada. Gran número de espacios monumentales salen a nuestro paso mientras caminamos por el centro de la ciudad. En las afueras, en la cúspide de la sierra de Aras, se alza el santuario de la Virgen de Araceli, patrona local y del campo andaluz. La artesanía de Lucena ocupa un lugar destacado en la provincia, gracias a su cerámica y el trabajo de los metales.
Personaje Literato
De origen converso, algunos autores afirman que pudo ser hijo de Martín de Lucena. Conocido bajo el sobrenombre de "El Macabeo", trabajó al servicio de Juan II y desempeñó misiones diplomáticas en Roma. Es autor del "Libro de vida beata", una adaptación del "Dialogus de felicitate vitae" de Bartolomé Fazio. En esta obra aparecen como interlocutores el Marqués de Santillana, Alfonso de Cartagena y Juan de Mena. También escribió "Epístola exhortatoria a las letras", una alabanza a Isabel la Católica, y "Tratado de los guardones".
lugar
termino
acepcion
Candil antiguo de mecha y aceite.
obra
También en cerámica se hicieron las lucernas o lámparas de aceite que, junto a las antorchas y, quizás también, a las velas de cera, fueron el único sistema de iluminación usado por los romanos. Su producción fue masiva y su presencia constante en cualquier espacio de vida: desde las habitaciones de la casa hasta las galerías de la mina. La iluminación por medio de lucernas supuso un altísimo consumo de aceite de oliva, que seguramente se exportó en las miles de ánforas que salieron desde las riberas del Guadalquivir hacia el resto del Imperio. Esta pieza se conserva en el Museo Arqueológico Nacional.