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acepcion
Masa de harina y agua que se deja en reposo hasta que toma un gusto agrio. Entre los hebreos está prohibido su uso durante la Pascua, por lo que para la preparación de esta celebración es preciso eliminar antes el hametz de casa.
fuente
Este hidroavión torpedero de reconocimiento se proyectó como respuesta a una solicitud de 1936. Desde 1938 estuvo al servicio de la aviación naval francesa. Del Laté 298B surgió el Laté 198D. En medio del conflicto, concretamente en 1942, se volvió a fabricar este modelo a petición del gobierno alemán para la Francia de Vichy.
obra
En el compartimento superior de este lateral derecho de la capilla Brancacci se suceden las siguientes escenas: Adán y Eva en el paraíso terrenal pintada por Masolino, la Resurrección de Tabita realizada en colaboración entre Masaccio y Masolino, y el Bautismo de los neófitos pintada por Masaccio; en el compartimento inferior se aprecian otras tres composiciones: San Pedro liberado de la cárcel, ejecutada por Filippino Lippi, la Disputa de san Pedro con Simón el mago y el martirio de san Pedro también pintada por Filippino Lippi, y la Distribución de los bienes y la muerte de Ananías que realizó Masaccio. Igual que en el lateral izquierdo, las escenas se separan lateralmente a través de pilastras clásicas con capiteles corintios mientras que una moldura fingida las divide longitudinalmente.
obra
La capilla Brancacci es la obra maestra de Masaccio, con la que se abandona definitivamente el lenguaje goticista y se da paso al Quattrocento. Es un encargo de uno de los miembros de la prestigiosa familia florentina de los Brancacci, llamado Felice, en cuyas manos estaba el patronato de la capilla desde 1386. Felice Brancacci era un próspero comerciante de sedas que se introdujo en política, siendo nombrado Cónsul del Mar en 1421 y embajador en El Cairo en 1422. A su regreso a Florencia fue comisario florentino ante las tropas que asediaban Brescia dentro de la alianza entre Florencia y Venecia contra Milán. En 1432 se casó con Lena, hija de Palla Strozzi, uno de los hombres más ricos de la ciudad. La familia Brancacci cayó en desgracia a partir de 1436, siendo desterrado Felice por participar en el grupo anti-Médici. Deseoso de demostrar su poder, encargó la decoración de la capilla a la derecha del transepto de la iglesia de Santa María del Carmine a los mejores artistas de Florencia. Posiblemente los trabajos comenzaron en 1424, iniciándolos Masolino, incorporándose Masaccio pocos meses después y haciéndose cargo del conjunto en solitario cuando Masolino se trasladó a Hungría en el verano de 1425. Tres años más tarde, Masaccio marchaba a Roma sin concluir el encargo, recuperado años después por Filippino Lippi. El conjunto ha sufrido diversas modificaciones a lo largo del tiempo, eliminándose algunos tramos. En 1680 el marqués Ferroni pensó en adquirir la capilla y eliminar los frescos, motivando la intervención de la Gran Duquesa Vittoria della Rovere, quien impidió la destrucción. En enero de 1771 un incendió devastó la iglesia aunque afectó ligeramente a la capilla. Desde inicios del siglo XX se ha procedido a la ejecución de diversas limpiezas y restauraciones para dejar en perfecto estado esta obra maestra de la pintura universal. Los frescos se ordenan en dos cuerpos superpuestos continuando con la composición tradicional empleada en la decoración de las iglesias florentinas. Las composiciones asemejan a cuadros trasladados al muro, enmarcadas por pilares clásicos pintados, estableciendo una perfecta simetría entre ellas. La temática gira en torno a la historia de la vida de san Pedro, patrón de los marineros y comerciantes del mar - entre los que encontramos a Felice Brancacci - incluyéndose algunas referencias al Génesis, concretamente la historia de Adán y Eva. En este lateral izquierdo de la capilla contemplamos las siguientes escenas: en el compartimento superior la Expulsión del Paraíso pintado por Masaccio, El Tributo también de Masaccio y la Predicación de san Pedro pintada por Masolino; en el compartimento inferior encontramos a San Pedro en la cárcel visitado por San Pablo, obra de Filippino Lippi, la Resurrección del hijo de Teófilo y San Pedro en la cátedra pintado por Masaccio y Filippino Lippi, y San Pedro curando a los enfermos con su sombra también de Masaccio.
obra
Los personajes que contemplamos son los promotores del encargo, el magistrado y presidente del miembro de arcabuceros Nicolás Rockox y su esposa la española Adriana Pérez, teniendo el retablo como tabla central la incredulidad de santo Tomás. Ambas figuras aparecen en actitud piadosa, portando el hombre un misal y llevándose la mano derecha al pecho mientras la mujer tiene entre sus manos un rosario de cuentas rojas. La referencia arquitectónica resulta atractiva en Nicolás mientras que Adriana tiene un recargado cortinaje tras de sí. En ambas tablas realiza Rubens bastantes concesiones al mundo tradicional flamenco al interesarse por la calidad de los ropajes, la factura detallista y minuciosa o los colores oscuros, alejado de las obras más innovadoras realizadas en Génova como el retrato de Verónica Spínola Doria. Aun así nos encontramos con dos soberbios ejemplares de la retratística rubeniana, interesado en la captación psicológica de sus modelos.
contexto
Una parte de la sociedad de la Hispania republicana fue bilingüe: hablaba su propia lengua y escribía en alguno de los alfabetos locales, mientras comenzaba a servirse del latín. El gran catálogo de Untermann sobre epigrafía ibérica pone de manifiesto que la escritura ibérica se siguió usando en muchos ámbitos: baste comprobar los grafitos marcados a punzón sobre cerámicas o bien los nombres de las ciudades escritos sobre monedas en ibérico o en latín de modo que, a veces se vuelve al uso del ibérico después de haber acuñado monedas con textos latinos. Los grafitos sobre esculturas del Cerro de los Santos y del santuario de Torreparedones nos presentan unas veces textos latinos y otras ibéricos. Los bronces hallados en Botorrita (Zaragoza), de fecha cercana entre sí, aparecen escritos uno en latín y otro en lengua celtibérica (sin contar con el otro aún inédito). Los grafitos de Peñalba de Villastar y muchas téseras de hospitalidad testimonian igualmente la pervivencia de la escritura y de la lengua prerromanas. He aquí unos testimonios: La tésera de Monreal de Ariza presenta alfabeto y lengua latina: H.F/QUOMELANDORIAN(-). Otra tésera del mismo yacimiento está escrita en alfabeto latino para transcribir una lengua céltica: IKAR ARCOBRIG/ G(-)CIDOSQ. La tésera de Sasamón está escrita en alfabeto latino y refleja lengua céltica: TRIDONIECU CAISA/CAD ESSUAEONA/NEMAIOSQ. Un texto de Peñalba de Villastar, en alfabeto latino y tal vez lengua céltica: (TU)LLOS C(E)LOQ (um). Todavía a comienzos del siglo IV d.C., se recomienda en un canon del Concilio de Elvira que los señores expliquen a sus dependientes el mensaje cristiano en su lengua nativa para que lo puedan entender. García y Bellido ha demostrado que la plena latinización de Hispania fue paralela a la cristianización. En época republicana, pues, los sectores de las oligarquías fueron los primeros en aprender el latín y, aun así, el bilingüismo debió ser habitual durante muchos años. La escuela de Sertorio en Osca cumplió una excelente función para acelerar la latinización de los celtíberos y lusitanos. Los contactos con los administradores romanos, la participación de hispanos en el ejército romano y el trato con los comerciantes itálicos sirvieron para la primera introducción del latín. La emigración itálica aceleró el proceso de latinización. A fines de la República, hemos de suponer a miembros de las oligarquías locales que disponían de pedagogos para sus hijos que les instruían sobre la lengua y la cultura romanas, lo mismo que hacían sus equivalentes y a veces parientes de Italia. El pleno aprendizaje del latín estuvo en todo caso marcado por los sonidos de las lenguas prerromanas, como se refleja en los textos epigráficos de época imperial. Del propio emperador Adriano se comentaba en Roma que hablaba latín con acento hispano, hispano ore.
termino
acepcion
Se trata de una serie de filas de piedras terminadas en otras de mayor tamaño, que le conferían aspecto de sombrero, encontradas en las islas Marianas. Se piensa que se utilizaban como soporte de las casas.
obra
La lauda sepulcral de Alfonso Ansúrez, hijo del conde Pedro Ansúrez y de la condesa Eilona, procede del monasterio benedictino de Sahagún. En los relieves encontramos los arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael que acompañan al moribundo a la hora de la muerte. La calidad de este enterramiento representa el despegue de la nobleza cristiana vinculada a la realeza y a la causa de la conquista.