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Personaje
Militar
Político
Fue proclamado rey de Alemania en 1190, de Sicilia en 1194, y emperador del Sacro Imperio Romano-Germánico en 1191. Casó con Constancia de Sicilia, lo que le facultó para dominar extensos territorios en el sur de Italia. Aunque controló el reino de las Dos Sicilias, no pudo dominar Nápoles. Mantuvo como rehén a Ricardo I de Inglaterra. Murió en el intento de dirigir una cruzada contra los musulmanes.
Personaje
Político
Hijo de Enrique V y Catalina de Francia, sucedió a su padre cuando apenas contaba con nueve años. Participó en la Guerra de los Cien Años, enfrentándose a Carlos VII de Francia. Sus frecuentes ataques de locurale harán convertirse en un mero títere en manos de los Lancaster (Rosa roja) y los York (Rosa blanca), germen del la Guerra de las Dos Rosas. En 1461 fue hecho prisionero por Eduardo de York, siendo liberado nueve años después para recuperar el trono. En 1471 fue de nuevo traicionado y encarcelado, muriendo en la Torre de Londres en extrañas circunstacias.
Personaje
Militar
Político
Primero Conde de Luxemburgo y después rey de Alemania, tras ser coronado emperador realizó concesiones a los cantones suizos. Su política expansionista le hizo enfrentarse a Roberto de Nápoles y organizar diversas invasiones a Italia.
Personaje
Militar
Político
El ascenso de Enrique VII al trono pone fin a la Guerra de las Dos Rosas, al derrotar al rey Ricardo III en Bosworth. El enfrentamiento entre las dos ramas de los Lancaster se cerraba en lo militar con esa victoria y en lo diplomático con el matrimonio de Enrique con Isabel de York, hija de Eduardo IV. Una vez superado el conflicto, Enrique intentó eliminar el poder a la nobleza, entusiasmada durante los treinta años que duró la guerra al campar a sus anchas por todo el reino. El sistema utilizado por el monarca consistió en favorecer el acceso de los pequeños propietarios a la Cámara de los Comunes. Con el fin de encauzar la belicosidad de la nobleza para empresas rentables a la Corona, empujó y patrocinó diversas expediciones por el Atlántico y acabó con la insumisión de Irlanda, retomando el dominio inglés sobre la isla vecina.
obra
En el contexto del gótico de la capilla funeraria del primer Tudor y su esposa, se inserta el arte clasicista -culmen de todas las experiencias escultóricas quattrocentistas- de Torrigiano en esta obra que, asimismo, no encuentra eco en el quinientos inglés.
obra
Absoluto frontalismo del retratado y fondo neutro son caracteres de la evolución de la retratística de Holbein que, ahora, presenta a sus personajes como aprisionados en rígidos atuendos. El suntuoso traje que lleva Enrique VIII fue confeccionado para su cuarto matrimonio con Anna Cleve, tras desistir en su empeño de casarse con la princesa Cristina de Dinamarca.
Personaje
Político
La figura de Enrique VIII define una pequeña parte de la Historia de Inglaterra. Hijo de Enrique VII e Isabel de York, accedió al trono tras la muerte de su padre, en 1509, el mismo año que contraía matrimonio con Catalina de Aragón, hija de los Reyes Católicos, dentro de la política matrimonial desarrollada por los monarcas españoles encauzada a aislar al reino de Francia. En esta línea, Enrique participó en la política diseñada por sus suegros al enfrentarse con los franceses en la batalla de Guinegatte, obteniendo una importante victoria para las armas inglesas. Pronto empezó el monarca británico una política ambigua ya que firmó la paz, a instancias de su francófilo secretario el cardenal Wolsey, con Luis XII de Francia, entregándole a su hermana María por esposa. Dicha ambigüedad se manifiesta años más tarde al regresar a la alianza española, firmando con Carlos I el pacto de Gravelinas en 1520. Temeroso del ascenso español tras la batalla de Pavía Enrique decidió aliarse de nuevo con Francia y con el papado, enemigos declarados de los españoles. Una nueva muestra de su ambigüedad se produce en estos momentos en los que se gesta su enfrentamiento con el pontífice. En un primer momento, el papa Clemente VIII le honró con el título de Defensor Fidei por sus escritos contra Lutero, pero las tensiones entre Londres y Roma estallan por asuntos matrimoniales. Tras su matrimonio con Catalina, Enrique no tenía el deseado heredero varón por lo que solicitó, a través del cardenal Wolsey, la nulidad del enlace para contraer matrimonio con Ana Bolena, dama de su corte de la que estaba enamorado. Como es lógico, Carlos V apoyaba con absoluta entereza a su tía Catalina para que no claudicara en sus legítimos derechos. A partir de este momento se inicia un conflicto religioso que acabará con el cisma de la Iglesia de Inglaterra. Enrique acabó su relación con Ana Bolena de manera tajante, acusándola de adulterio por lo que fue condenada a muerte y decapitada. Un nuevo matrimonio con Jane Seymour resultó muy breve ya que la nueva esposa falleció al año siguiente (1537) con motivo de un parto. Viudo el rey volvió a contraer matrimonio con la luterana Ana de Cleves, enlace claramente de talante político. Tras dos años, Enrique repudiaba públicamente a su esposa y se casaba con Catalina Howard, que fue decapitada en 1542. Una última boda de Enrique, la sexta, fue con Catalina Parr, la única de sus esposas que le sobrevivió. Una de las facetas más significativas de Enrique VIII es la príncipe mecenas, amante del arte y defensor de artistas como Hans Holbein. Su cultura e inteligencia no van reñidas con su carácter de monarca duro y tiránico, especialmente en los últimos años de reinado. Curiosamente, esto no resultó un contratiempo para contar con la fidelidad y el cariño de sus súbditos.
Personaje
Nació en Santa María de Trassierra (Córdoba) en 1467 y murió en 1521. Huérfana a los cuatro años, se encargaron de ella sus parientes de Córdoba. Fue amante de Cristóbal Colón cuando el futuro descubridor tenía 35 años y ella 20. De esta relación nació en 1488 Hernando Colón. Aunque algunos historiadores dijeron que ambos amantes se hablan casado en secreto, no hubo tal matrimonio, sino que Colón la abandonó, aunque no se sabe a ciencia cierta la causa. Parece que la vertiginosa ascensión social de Colón tras el primer viaje hizo imposible la unión entre él, ya virrey, almirante y gobernador y la humilde Beatriz. Y es que las leyes de Castilla imponían restricciones a los matrimonios de los Grandes del reino, entre los cuales se contaba ya aquel. De esta forma, Cristóbal Colón, víctima de los prejuicios sociales de su época, "no pudo o no quiso saldar la deuda de honor contraída con la joven cordobesa". Se limitó a señalarle una pensión modesta y a encarecer a su hijo legítimo Diego que la cuidara como si de su propia madre se tratara. (DE LA TORRE Y EL CERRO, J. Beatriz Enríquez de Arana y Cristóbal Colón. Córdoba, Caja de Ahorros Provincial, Asociación de Amigos de Córdoba, 1984)