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monumento
Comenzada poco después de mediado el siglo XII, la catedral de Sigüenza ha experimentado multitud de transformaciones que dificultan la comprensión de su historia constructiva. La primitiva fábrica tardorrománica conoció, desde las primeras décadas del siglo XIII, una reorientación hacia las formas y estructuras propias de la arquitectura gótica. Avanzada esta centuria los muros y soportes del presbiterio y transepto se sobreelevaron, recibiendo las bóvedas sexpartitas que ostentan hoy, mientras que la linterna dispuesta sobre el tramo central del crucero -prevista, pero no materializada durante la Edad Media- es fruto de una falsa restauración, posterior a la Guerra civil. La planta es de tres naves paralelas, otra crucera, cuyos extremos rebasan la línea de planta y una girola que rodea el ábside central. Las bóvedas son de crucería. Hasta el siglo XVI Sigüenza mantuvo el modelo tipológico de cabecera con que fue concebida: cinco ábsides semicirculares y escalonados abiertos a un prolongado transepto. Se trataba de un antiguo esquema, fraguado en la alta Edad Media como respuesta a la necesidad práctica, por parte del monacato benedictino, de un número elevado de altares donde los monjes pudieran celebrar los oficios religiosos. Este sistema resultaba más simple y económico que el de las complejas girolas y se hizo usual en algunas catedrales tardorrománicas. Luego se reiterará, a veces de forma inercial, en edificios modestos, y en nuestro caso en las catedrales castellanas de Cuenca y Burgo de Osma. La diferencia es que en éstas el ábside central abandona el trazado semicircular y se hace poligonal, pues se adapta mejor a las nuevas bóvedas nervadas.
obra
La catedral de Sigüenza presenta una planta de tres naves paralelas, otra crucera, cuyos extremos rebasan la línea de planta y una girola que rodea el ábside central.
obra
Se trata de la construcción románica más grande de Renania, sin embargo no conserva nada original a excepción de la magnífica cripta. De características similares a la Catedral de Worms, aunque mucho más simple, sufrió dos incendios consecutivos en 1137 y 1149 por lo que tuvo que ser restaurada. Totalmente destruida por los franceses en el siglo XVII, la catedral no fue reconstruida hasta el siglo XIX, época en la que se construyó la fachada.
obra
En los años iniciales del siglo XIII comienzan las obras de la catedral de Tarazona, siendo consagrada la cabecera en 1235. Las obras continuaron durante el siglo XV y la centuria siguiente, conformando un conjunto de estilos diversos que van desde el primer gótico al plateresco, pasando por el mudéjar.