Se han realizado diversas hipótesis sobre la interpretación de este lienzo. Se ha querido identificar al hombre con don Alfonso de Avalos, marqués del Vasto y comandante de las tropas de Carlos V, solicitando permiso a su esposa María de Aragón para partir a luchar contra los turcos en 1532. Sin embargo, el escaso parecido del personaje masculino con el retrato del marqués realizado por Tiziano hace descartar esta hipótesis. También se ha apuntado a un homenaje del propio Tiziano a su esposa, Cecilia -fallecida en agosto de 1530 tras el parto de su hija Lavinia-, acompañados de los dioses Cupido, Himeneo y la diosa de la Fecundidad. Panofsky apunta a que no se trata de un retrato preciso sino que se trataría de una alegoría conyugal en la que Cupido, Vesta e Himeneo participan de la unión del hombre y la mujer, personificados en Venus y Marte. Esta iconografía será empleada por otros artistas venecianos durante el Cinquecento.La interesante significación del lienzo no deja de lado la impactante calidad pictórica, caracterizada por las tonalidades cálidas empleadas. Las figuras son descritas con un fuerte acento realista, apuntando algunos especialistas a las primeras muestras del manierismo que se manifiestan en la pintura de Tiziano, siempre interesado en experimentar nuevos campos. De esta manera, se abandona la relación con Giorgione, identificativa de las primeras décadas del siglo XVI.Las figuras se insertan en una estancia que se abre en la zona derecha a un celaje, disponiéndose en sucesivos planos para crear efecto de profundidad. Una potente luz dorada baña a todos los personajes, resaltando las tonalidades brillantes de las telas o los reflejos de la armadura. La similitud de esta obra con las Sagradas Conversaciones de Londres y París pintadas por Tiziano en la década de 1530 sirve para fechar este excelente trabajo.
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Esta es la segunda versión de la misma figura, que aparece desnuda en el Estudio previo. Gracias a las anotaciones del pintor, sabemos quién fue la modelo que posó para él, pues Ingres solía tomar nota del nombre y la dirección de las muchachas. Ingres además indicaba en sus líneas que la muchacha poseía "una bella cabeza para el personaje".
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Esta alegoría está directamente relacionada con las imágenes mitológicas de la Primavera o el Nacimiento de Venus. La figura aparece vestida con unos paños transparentes que se pegan al cuerpo subrayando su figura, de la misma manera que hacía Fidias en la escultura griega de la Antigüedad. Los amorcillos que acompañan a la Abundancia están tratados con enorme gracia, resultando un conjunto pleno de belleza en el que domina la línea y la monumentalidad de las figuras, a pesar de tratarse de un dibujo.