El cuerpo del retablo de la catedral de Huesca, como en el retablo del Pilar, es un gran tríptico con tres escenas solamente, pero aquí de tema cristológico: Camino del Calvario, Crucifixión y Descendimiento. Encima del grupo central se dispone el expositor con el Padre Eterno.
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obra
En el sotabanco del retablo de la catedral de Huesca encontramos el retrato de Ursula, la hija del escultor.
obra
El templo corresponde a una estructura basilical, con tres ábsides semicirculares -el central fue sustituido por el actual en 1970-. El crucero no se marcaba sobre las colaterales y tiene, en su centro, un cimborrio octogonal con cúpula de nervios que arrancan en modillones, sin tener un tambor intermedio, y descansa sobre trompas. Los intercolumnios se componen de pilares cruciformes y columnas alternadamente. El proyecto original preveía un abovedamiento con cañones, pero la pérdida de protagonismo con la conquista de Huesca obligó a los constructores a simplificar el proyecto reduciendo la cubierta a una simple estructura de madera -las bóvedas actuales son obra del siglo XVI-.
monumento
Bajo la protección de Sancho Ramírez, Jaca se convertirá en la ciudad más importante del reino aragonés, aunque esa preeminencia durará poco, pues, a partir de la conquista de Huesca (1096), se trasladará a esta ciudad el centro político del reino. La catedral jaquesa debió su origen al establecimiento del obispado en 1076 ó 1077. Las obras se emprenderían enseguida y una parte importante de ellas debería estar acabada cuando, finalizando el siglo, se trasladó la sede catedralicia a Huesca. En 1094, se tiene noticia de donaciones para la obra (ad opus) de la catedral. El templo corresponde a una estructura basilical, con tres ábsides semicirculares -el central fue sustituido por el actual en 1970-. El crucero no se marcaba sobre las colaterales y tiene, en su centro, un cimborrio octogonal con cúpula de nervios que arrancan en modillones, sin tener un tambor intermedio, y descansa sobre trompas. Los intercolumnios se componen de pilares cruciformes y columnas alternadamente. El proyecto original preveía un abovedamiento con cañones; la pérdida de protagonismo con la conquista de Huesca obligó a los constructores a simplificar el proyecto reduciendo la cubierta a una simple estructura de madera -las bóvedas actuales son obra del siglo XVI-. A los pies del templo, se disponía un pórtico abovedado de dos tramos, que cobijaba una portada monumental con un tímpano decorado con un crismón flanqueado por dos leones. Aunque se discute su cronología, también esta portada ocupa un hito importante en la experimentación de la fijación del prototipo historiado, con toda seguridad anterior a los ejemplos de Toulouse. Las dificultades de comprensión de las imágenes del crismón y los leones, incluso para las gentes de la época, obligaron a epigrafiar numerosos letreros explicativos. Si el empeño arquitectónico no muestra grandes pretensiones, la calidad de los maestros escultores es patente en la riquísima serie de capiteles y elementos de impostas y cornisas. La escultura jaquesa labra sus figuras con un sentido del volumen que denuncia claramente su fuente de inspiración, modelos tardorromanos. Los procedimientos constructivos y alguna de sus formas responden a la tradición edificatoria hispana, tal como podemos ver en la cúpula nervada y en los modillones.
obra
Si existe una imagen en la escultura del siglo XVI cercana a la terribilitá de Miguel Angel, no cabe duda que ésta es el Padre Eterno, hecho en alabastro, del grupo de la Trinidad de Jaca con su mirada fiera y barbas laocontianas.
obra
Doña Sancha era hija del rey Ramiro I y fue esposa del conde de Toulouse. Al fallecer fue enterrada en un sensacional sarcófago que se encontraba en el monasterio de Santa Cruz de la Serós, en las cercanías de Jaca, donde ahora se encuentra. En el frente del sarcófago se observan dos momentos de la conmemoración de la finada, representados bajo sendas arquerías. En la escena de la derecha se encuentra la propia Sancha, fallecida en 1097, acompañada por dos mujeres, sirvientas o sus propias hermanas; en la escena de la derecha se representa el entierro. En el centro hallamos a dos ángeles que nos muestran el alma de doña Sancha, envuelta en una mandorla, una típica muestra de la esperanza de la salvación. En la parte posterior del sarcófago se representa un torneo, escena dividida por tres arquerías que posiblemente sea obra de otro escultor.
obra
Debemos a Vandelvira la disposición de planta salón del templo, sus proporciones y, en definitiva, la idea general del conjunto que, como la catedral de Granada, tanta influencia tuvieron en la construcción de catedrales en Andalucía como en América.
museo
Tras la conquista de la ciudad de Jaén por Fernando III en el año 1246, la antigua mezquita sirvió lugar de culto. Será en la segunda mitad del siglo XV cuando el obispo Nicolás de Biedma, responsable de la llegada del Santo Rostro desde Roma, decidió construir un nuevo templo tras destruir la antigua sala de oración. La nueva catedral contaba con cinco naves separadas por pilares y cubiertas con techumbres de madera. La capilla mayor era de recta cabecera, en sintonía con la derribada mezquita. Desde su edificación, el templo sufrió diversas reformas y ampliaciones. En 1525 se hundió el cimborrio y una junta de canteros decidió derribar todo lo construido, llevándose todos los elementos decorativos que configuraban el templo. Las obras para levantar la nueva catedral se iniciaron en el año 1555 siendo Andrés de Vandelvira el encargado de su diseño. A Vandelvira se debe la disposición de planta salón del templo y sus proporciones y, en definitiva, la idea general del conjunto que, como la catedral de Granada de Diego de Silóe, tanta influencia tuvieron en la construcción de catedrales en Andalucía como en América. Entre los tesoros artísticos que el templo guarda sobresalen obras de Valdés Leal, Machuca y Maella, entre otros artistas.
monumento
A Vandelvira se debe la disposición de planta salón del templo y sus proporciones y, en definitiva, la idea general del conjunto que, como la catedral de Granada de Diego de Silóe, tanta influencia tuvieron en la construcción de catedrales en Andalucía como en América. El singular dominio de la tectónica clásica, la diafanidad y luminosidad del espacio, y la acertada solución de los alzados convierten a la catedral jienense en una de las mejores creaciones del Renacimiento andaluz, y en la más afortunada experiencia en la obra de su autor. La planta del templo es un rectángulo dividido en tres naves, con capillas laterales a su alrededor, incluso en la cabecera. El coro se separa del presbiterio por una nave de crucero, elevándose en el punto de intersección una imponente cúpula sobre tambor. Como en la mayoría de las catedrales españolas, el tiempo ha aportado modificaciones de importancia que han modificado las estructuras originales. En el caso de la de Jaén, debemos advertir la presencia del Sagrario construido por Ventura Rodríguez.
obra
Entre 1667-68 Eufrasio López de Rojas construye la fachada de la catedral jienense. Cercano ornamentalmente a los repertorios de Cano, Rojas muestra también en su trabajo un profundo conocimiento del barroco italiano, destacando su interés hacia la búsqueda de efectos espaciales, conseguidos fundamentalmente mediante el retranqueo del ático.