Descendiente de una familia de nobles portugueses, su padre Lope Vázquez de Acuña fue el máximo responsable del Concejo de la Mesta. Su educación discurre bajo los consejos de su tío el cardenal Alfonso Carrillo. Cuando éste fallece en el año 1434, recibe el cargo de protonotario apostólico del papa Eugenio IV. Este puesto le sirvió para acceder al Consejo Real de Juan II, rey de Castilla. Su carrera fue en ascenso logrando importantes cargos como el obispado de la sede de Sigüenza. Gracias a esta trayectoria acumuló tal experiencia que a los treinta y cuatro años se hizo con el arzobispado de Toledo en 1446. En este cargo permaneció hasta 1482, fecha de su muerte. Tuvo mucha incidencia en la vida política y en más de una ocasión se decantó por la nobleza aragonesa, aunque su opinión podía llegar a ser muy variante, acomodándose a las circunstancias. Cuando falleció Alvaro de Luna, mostró su apoyo a Juan Pacheco, marqués de Villena. Secundó a Enrique IV y para él desempeñó alguna misión diplomática en Francia. El poder de Alfonso Carrillo en aquella época fue enorme, llegando incluso a superar a muchos nobles. Su codicia y ambición le llevó a enfrentarse a Enrique IV y a unirse al bando de nobles que querían destronarle. Cuando el infante Alfonso, aspirante al trono, murió, se escogió a Isabel como sucesora del trono. En el Pacto de los Toros de Guisando Enrique IV reconocía a su hermana como la próxima reina de Castilla. En medio de esta situación, Alfonso Carrillo se convirtió en uno de los principales consejeros de la futura reina. Pero cuando los Reyes Católicos se hicieron con el poder, rápidamente chocaron los intereses de unos y otros. Carrillo no aceptaba el tratamiento autoritario de éstos. Por otra parte, se produjo el ascenso de Pedro González de Mendoza al capelo cardenalicio, una de las mayores ambiciones de Carrillo. Esta situación le llevó a un enfrentamiento con este cardenal que perdió. Finalmente, tuvo que disculparse ante la reina para continuar en el primado. Los últimos días de su vida los pasó en Alcalá de Henares.
Busqueda de contenidos
Personaje
Religioso
Político
Gil Alvarez de Albornoz fue uno de los personajes más influyentes de su época. Nombrado Cardenal, negoció la vuelta de la Santa Sede a Roma. Gil de Albornoz había estudiado derecho en la universidad de Toulouse, donde, probablemente, había conocido al actual Papa; consejero de Alfonso XI de Castilla y arzobispo de Toledo desde mayo de 1338, había colaborado activamente en las tareas de gobierno, dictando importantes disposiciones sobre el clero, y participado en las más importantes operaciones militares del reinado del monarca: Tarifa, 1340; Algeciras, 1342-44; y Gibraltar, 1349-50. Figura entre los primeros en la larga nómina de los desterrados del reinado de Pedro I; en diciembre de 1350 se traslada a Aviñón, lugar en el que se formara un núcleo de exiliados en el que figuran numerosos eclesiásticos, algunos de brillante futuro. Clemente VI le eleva al cardenalato en diciembre de 1350. Este es el legado designado por Inocencio VI para una delicada misión en la que se requieren por igual dotes militares, un fino facto diplomático y una gran capacidad de organización. Salió Gil de Albornoz de Aviñón en agosto de 1353, con el objetivo de someter a Juan de Vico, señor de Viterbo y prefecto de Roma, que desde hacia algunos años se estaba creando un patrimonio a base de continuas usurpaciones de bienes y ciudades de la Iglesia. El itinerario del legado por el norte de Italia, Milán, Pisa, Florencia y Siena fue una sucesión de agasajos, al tiempo que su ejército se incrementaba. El choque con Juan de Vico hizo pasar al legado un duro invierno, a pesar del cual fue posible llegar a un acuerdo en Montefiascone, en junio de1354, por el que aquél se sometía a la obediencia de la Iglesia, recibiendo del legado un trato muy favorable, que suscitó murmuraciones en Aviñón y las primeras maquinaciones contra el legado. Intervino Gil de Albornoz en la revuelta del pueblo romano contra Cola Di Renzo, logrando la restauración del gobierno tradicional de dos cónsules en Roma, la obediencia de la aristocracia y el restablecimiento de una endeble paz en Roma; la presencia del Pontificado en ella habría de consolidarla. Durante el año siguiente, se dedicó a la pacificación del ducado de Spoleto y de las Marcas, donde consiguió ganarse para la causa pontificia a Galeotto Malatesta. En Aviñón trabajaba activamente la diplomacia milanesa contra Albornoz, difundiendo calumnias y rumores; la negativa de Albornoz a negociar con el Visconti la cesión de Bolonia fue causa directa de su sustitución en la legación; como sustituto fue nombrado el cardenal Androin de la Roche. Gil de Albornoz cerraba la primera parte de su legación con la publicación de sus famosas "Constitutiones Aegidianae", que proporcionaban una imprescindible base jurídica para la organización y gobierno de los Estados de la Iglesia. La interrupción fue breve, apenas unos meses, esmaltados por los estrepitosos fracasos de su sucesor. En diciembre de 1358, apenas un año después de su sustitución, el prelado castellano se hacía nuevamente cargo de la dirección de los asuntos de Italia. Y volvieron los éxitos, en particular la rendición de Forli, julio de 1359, y, sobre todo, la de Bolonia, marzo de 1360, éxito completado, al año siguiente, con la victoria de las tropas del legado sobre un ejército milanés que pretendía la recuperación de la ciudad. En noviembre de 1363, Urbano V sustituyó nuevamente a Albornoz por Androin de la Roche. Después, en febrero de 1364, llegó a una paz humillante para el Pontificado en la que se establecía la devolución al duque de Milán de las indebidas adquisiciones que había realizado en Bolonia y Romaña, a cambio de una importante indemnización. Albornoz era nombrado legado en Nápoles, en abril de ese año, a pesar de su solicitud de autorización para regresar a Aviñón: lo único que pretendían sus enemigos era su alejamiento; el Papa, que defendió la integridad del legado, le hizo ver la necesidad de su acción en Nápoles. La última acción de Gil de Albornoz al servicio de la Iglesia fue lograr la constitución de una liga en la que, junto a la Iglesia, unieran sus fuerzas Nápoles, Florencia, Pisa, Siena, Arezzo y Cortona, en septiembre de 1366, con objeto de limpiar los Estados de la Iglesia de la presencia de las compañías y lograr así una más completa pacificación de los mismos. El 22 de agosto de 1367 fallecía Gil de Albornoz, dejando la situación política de Italia en un equilibrio inestable.
Personaje
Político
Nacido en el seno de una familia de larga y destacada militancia en el movimiento socialista, comenzó su trabajo político en las Juventudes Socialistas en 1929 y tuvo durante la Segunda República un gran protagonismo como dirigente de dicha formación política y como periodista de "El Socialista". Participó en los sucesos revolucionarios de 1934 y estuvo en la cárcel hasta las elecciones de febrero de 1936. Trabajó en el proceso de unificación de las Juventudes Socialistas y Comunistas. Tuvo un papel destacado en la Guerra Civil corno miembro de la Junta de Defensa de Madrid, y en el exilio como miembro del Gobierno republicano y en el seno del PCE. En éste partido fue elegido secretario general en 1960, promoviendo cambios importantes, sobre todo a partir de 1968, una vez producida la invasión de Checoslovaquia. Propuso una política autónoma de la URSS y alentó el fenómeno eurocomunista que describió en su libro "Eurocomunismo y Estado". Tras la muerte de Franco, en 1976 regresó a España y se convirtió en un protagonista destacado de la transición a la democracia debido a su capacidad política y a la fuerza social que entonces tenía el PCE, no traducida totalmente en votos en los procesos electorales. Diputado por Madrid en las elecciones de 1977, 1979 y 1982, actuó de portavoz comunista. En 1982, presentó su dimisión como secretario general. En 1985 fundó, con escaso éxito, el Partido de los Trabajadores de España-Unidad Comunista para más tarde afiliarse al Partido Socialista Obrero Español. En 1993, alejado ya de la política activa, publicó sus memorias y ha escrito, entre otras obras, "Un futuro para España", "Libertad y socialismo", "Eurocomunismo y Estado".
Personaje
Científico
Fue uno de los autores de la reforma agraria realizada en tiempos de la II República. Cuando finalizó la guerra trabajó en el desarrollo de cooperativas vitivinícolas en la zona de Levante. Un de sus obras más importantes es "Los latifundios en España". Pascual Carrión supo exponer con toda claridad las consecuencias económicas del latifundismo en España.
lugar
Enclavada en Tierra de Campos, esta localidad palentina fue cuna de ilustres personaje como el Marqués de Santillana o Dom Sem Tob, más conocido como Don Santos de Carrión. Carrión de los Condes se encuentra situada a orillas del río homónimo y pasó a la historia como Corte de reyes y sede del condado de los Beni-Gómez, descendientes de los Condes de Saldaña. De la grandeza de su pasado aún quedan algunos restos. Numerosos edificios, como sus nueve iglesias, cinco conventos y cuatro hospitales, prueban la importancia que tuvo en el Camino de Santiago. En esta villa, centro geográfico de la Ruta Jacobea, la antigua lacóbriga era el punto de unión de una ruta secundaria procedente del Norte con el Camino Francés. Aymeric Picaud, cuando describe Carrión de los Condes en el Códice Calixtino, se refiere a su riqueza productiva y resalta la abundancia de trigo, vino y carne. En la actualidad cuenta con 2.500 habitantes, cuya actividad económica se centra en el sector primario y secundario, con la explotación de algunas industrias manufactureras y de transformación.
Personaje
Literato
Contemporáneo de Alfonso XI y Pedro I, vivió en una época protagonizada por los revuelos sociales y políticos. Su educación discurrió en el seno de una familia culta y acomodada. De su producción literaria hay que destacar su poema "Glosas de Sabiduría", también conocido como "Proverbios morales". Redactado en lengua castellana, los versos están escritos en pareados alejandrinos y aparecen divididos en cuartetos con rima consonante interna. Parece que la obra está dedicada a Pedro I. Esta obra responde a un tipo de literatura denominada gnómica, característica entre los judíos medievales de la época y se conserva en cuatro manuscritos. De estos, tres se escribieron en caracteres románicos y uno en hebraico. Es posible que el autor tratara de aproximar al rey a la comunidad judía mediante este texto. En cualquier caso, los valores que recoge Santob -como también es conocido- definen el carácter universal de su trabajo. Es autor además de otras obras en hebreo como el "Libro de la gloria", un tratado cabalístico, o "Debate del cálamo y las tijeras".
lugar
Entre Astorga y León, al norte de la provincia, se encuentra Carrizo de la Ribera, una de las villas de la comarca de la Ribera Alta del Órbigo. Asentada a orillas del río de este nombre, el municipio tiene algo menos de 2.900 habitantes y esta formado por distintas poblaciones: Villanueva de Carrizo, Huerga, Quiñones, La Milla del Río y Carrizo. Los orígenes de la comarca se remontan a época céltica, encontrándose también restos de villas romanas. Pero la importancia de la villa vendrá de la mano de de la fundación del monasterio de Santa María de Carrizo, instituido en 1176 por doña Estefanía Ramírez, esposa del conde don Pedro Ponce de Minerva. En torno al cenobio se construyó el pueblo habitado por gentes llegada de las villas cercanos, especialmente de El Villar de las Ollas. Será el monasterio el centro de la vida del pueblo durante la Edad Media y allí acudirán importantes personajes como la reina Berenguela y el noble Suero de Quiñones. Carrizo contaba con hospital y prisión, estando la villa y los pueblos de la zona directamente bajo la jurisdicción de la abadesa. La decadencia de la villa llegará en el siglo XIX, al ser obligada la comunidad de religiosas a exclaustrarse en el año 1868. Las propiedades son adquiridas por la familia González Regueral. En los años 50 del siglo XX la comarca experimenta un importante desarrollo gracias a la ganadería y el cultivo de productos destinados a la industria, especialmente el lúpulo.