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Capítulo séptimo De las cosas notables que acontecieron después que los españoles vinieron a esta tierra, hazia el año de 30 El año de mil y quinientos y dezinueve llegó el capitán don Hernando Cortés a esta tierra con muchos españoles y muchos navíos. Supo esto Motecuçuma por relación de las guarniciones que tenía a la orilla de la mar, que luego le embiaron mensajeros. En sabiendo Motecuçuma que eran venidos aquellos navíos y gente, luego embió personas muy principales para que los viessen y hablassen, y llevaron un presente de mucho valor, porque pensaron que venía Quetzalcóatl, al cual ellos estavan esperando muchos años havía. Porque fue señor de esta tierra, y fuesse diziendo que bolvería y nunca más pareció, y hasta hoy le esperan. Tomó don Hernando Cortés el presente que llevavan los mensajeros de Motecuçuma. Después de haver passado muchas cosas a la orilla de la mar, començaron los españoles a entrar la tierra adentro. Saliéronlos a recebir de guerra gran muchedumbre de gente de Tlaxcalla, a los cuales llamavan otomíes, por ser valientes en la guerra, que son como los tudescos que mueren y no huyen. Començaron a pelear con los españoles, y como no sabían el modo de pelear de los españoles, murieron casi todos, y algunos pocos huyeron. Espantáronse de este negocio mucho los de Tlaxcalla, y luego despacharon sus mensajeros, gente muy principal, con mucha comida y con todas las cosas necessarias para la recreación de los españoles. Y fueron luego los españoles hazia Tlaxcalla, donde fueron recebidos de paz; y allí descansaron algunos días, y se informaron de las cosas de México y del señor de ella, Motecuçoma. Y de ahí se partieron los españoles para Cholulla; y llegados, hizieron gran matança en los de Cholulla. Como oyó estas cosas Motecuçuma y los mexicanos, hovieron gran temor. Y luego Motecuçoma embió sus mensajeros al capitán don Hernando Cotés; los que fueron fue gente muy principal, y llevaron un presente de oro. Encontráronse con ellos en el medio de la Sierra Nevada y del Vulcán, donde ellos llaman Itoalco. En este lugar dieron al capitán el presente que llevavan y le hablaron de parte de Motecuçuma, lo que él les mandó Vinieron los españoles camino derecho hasta México, por sus jornadas. Entraron en México todos aparejados a punto de guerra. Cuando llegaron cerca de las casas de México, salió Motecuçuma a recebir al capitán y a todos los españoles de paz. Juntáronse en un lugar que llaman Xoloco. un poco más acá, que es cerca de donde está agora el hospital de la Concepción, y fue a ocho de deziembre del dicho año. Después de haver recebido al capitán como ellos suelen, con flores y otros presentes, y después de haver hecho una plática el dicho Motecuçuma al capitán, luego se fueron todos juntos a las casas reales de México, donde se aposentaron todos los españoles y estuvieron muchos días muy servidos; y dende a pocos días que llegaron, echaron preso a Motecuçuma. En este tiempo vino nueva cómo havían llegado otros españoles al puerto. Y el capitán don Hernando Cortés fuelos al encuentro con muchos españoles, dexando acá por capitán a don Pedro de Alvarado con los demás españoles; tenían las casas reales por fortaleza. Estando absente don Hernando Cortés, don Pedro de Alvarado en la ciudad de México con parte de los españoles, vino la fiesta de Uitzilopuchtli, y haziendo esta fiesta los indios con gran solemnidad, como siempre la solían hazer, determinó don Pedro de Alvarado y los españoles que con él estavan de dar en ellos en el mismo patio del cu de Uitzilopuchtli, donde estavan en gran areito, y salieron de guerra. Unos se pusieron a las puertas del patio, y otros entraron a cavallo y a pie, y mataron gran número de principales y de la otra gente. De aquí se començó la guerra entre los españoles y mexicanos. Desque bolvió el Marqués del puerto, haviendo vencido a Pánphilo de Narváyez, truxo consigo todos los españoles que con él venían, y vino a México, y halló que estavan todos puestos en guerra. En el año de mil y quinientos y veinte murió Motecuçuma en poder de los españoles, de una pedrada que le dieron sus mismos vasallos. En este mismo año, después de haver peleado muchos días los indios y los españoles, saliéronse los españoles de México huyendo de noche, donde mataron los más de ellos y a todos sus amigos indios y indias, y les tomaron todo el fardage. Escapóse el capitán con algunos españoles y fuéronse huyendo a Tlaxcalla. En el año de mil y quinientos y veinte y uno vinieron los españoles otra vez contra México, y aposentáronse en Tezcuco. Y començaron a dar guerra a los mexicanos por agua y por tierra, y venciéronlos en el mes de augosto de este dicho año, el día de Sanct Hipólito; de esto se trata a la larga en el Dozeno Libro. En el año de mil y quinientos y veinte y dos los mexicanos que se havían huido de la ciudad por amor de la guerra, tornáronse a la ciudad. El año de mil y quinientos y veinte y cuatro vinieron a esta ciudad de México doze frailes de Sanct Francisco, embiados para la conversión de los indios de esta Nueva España.
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Capítulo séptimo De los oficiales plateros, o oficiales de plumas El oficial de cualquier oficio mecánico primero es aprendiz y después es maestro de muchos oficios, y de tantos que de él se puede dezir que él es omnis homo. El buen oficial mecánico es de estás condiciones: que a él se le entiende bien el oficio, en fabricar e imaginar cualquier obra, la cual haze después con facilidad y sin pesadumbre. Al fin, él es muy apto y diestro para traçar, componer, ordenar, aplicar cada cosa por sí, a propósito. El mal oficial es inconsiderado, engañador, ladrón, y tal que nunca haze obra perfecta. El oficial de plumas es único, hábil e ingenioso en el oficio. El tal oficial, si es bueno, suele ser imaginativo, diligente, fiel y convertible, y desempachado para juntar y pegar las plumas y ponerlas en concierto, y con ellas, siendo de diversas colores, hermosear la obra; al fin, muy hábil para aplicarlas a su propósito. El que no es tal es falso e de rudo ingenio, boçal y nada vivo para hazer bien su oficio, sino que cuanto se le encomienda todo lo echa a perder. El platero es conocedor del buen metal y de él haze cualquier obra sutil e artificiosamente. El buen platero tiene buena mano y todo lo que haze lo haze con medida y compás, y sabe apurar bien cualquier metal, y de lo fundido hazer planchuelas o tejuelos de oro o de plata; también sabe hazer moldes de carbón y echar metal en el fuego para fundillo. El mal platero no sabe acendrar la plata; déxala rebuelta con ceniza; astuto para sacar y hurtar algo de la plata o del oro. El buen herrero es vivo, hábil, de buen juizio y sentido en sus obras, y suele bender con la tajadera, majar o martillar, y usar de fragua y de fuelles y de carbones, y cortar el hierro de presto, como si fuese alguna cera. El mal herrero es mentiroso o burlador, perezoso, descuidado, de pocas fuerças, y haze mal hechas las obras por hazerlas de priesa, y haze la obra falsa, allende de ser prolixo en su oficio. El lapidario está bien enseñado y examinado en su oficio, buen conocedor de piedras, las cuales para labrarlas quítales la roca, córtalas y las junta o pega con otras sotilmente con el betún para hazer obra de mosaico. El buen lapidario artificiosamente labra e inventa labores, sotilmente esculpiendo y puliendo muy bien las piedras con sus instrumentos que usa en su oficio. El mal lapidario suele ser torpe o bronco; no sabe pulir, sino que echa a perder las piedras, labándolas atolondronadas o desiguales, o quebrándolas o haziéndolas pedaços.
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Capítulo séptimo En que se trata de todas las yervas Párrapho primero: de ciertas yervas que emborrachan Hay una yerva que se llama coátl xoxouhqui, y crían una semilla que se llama ololiuhqui o coátl xoxouhqui. Esta semilla emborracha y aloquece. Danla por bebediços para hazer daño a los que quieren mal, y los que la comen paréscenles que ven visiones y cosas espantables. Danla a comer con la comida o a beber con la bebida los hechizeros y los que aborrecen a algunos para hazerles mal. Esta yerva es medicinal y su semilla para la gota, muliéndola y poniéndola en el lugar donde está la gota. Hay otra yerva como turmas. de tierra que se llama péyotl. Es blanca. Házese hazia la parte del norte. Los que la comen o beben ven visiones espantosas o de risas. Dura este emborrachamiento dos o tres días, y después se quita. Es común manjar de los chichimecas, que los mantienen y da ánimo para pelear y no tener miedo, ni sed, ni hambre; y dizen que los guarda de todo peligro. Hay otra yerva que se llama tlápatl. Es como mata. Cría unas cabeçuelas sin espinas, como limones. Tienen la cáscara verde; tienen las hojas anchuelas, las flores blancas; tiene la semilla negra y hedionda. Y quita la gana del comer a los que las comen, y emborrachan y enloquecen perpetuamente. Esta semilla es buena contra la gota, untando con ella donde está el dolor. El olor también de ella es dañoso como la misma semilla. Y aquí dizen un adagio contra los soberbios y presuntuosos. Dizen que comen esta yerva y otra yerva que se llama míxitl; quiere dezir que están locos como si comiessen estas yervas. Hay otras yervas de éstas que se llaman tzitzintlápatl. Dízense ansí porque tienen las cabinuelas espinosas. Tienen las mismas operaciones de la de arriba dicha. Hay otra yerva que se llama míxitl. Es pequeñuela y es parrada; es verde y tiene semilla. Es buena contra la gota, poniéndola mulida donde está el dolor. Ni es comestible ni bebible. Provoca a vómito; aprieta la garganta y la lengua; provoca a sed; hiende la lengua. Y si se come o bebe, no dan mal sabor ni mal gusto, pero luego quita todas las fuerças del cuerpo. Y si tiene los ojos abiertos el que la come, no los puede más cerrar, y si los tiene cerrados, no los puede más abrir. Y si está enhiesto, no se puede más doblar, ni baxar, y pierde la habla. El vino es contra esta yerva. Hay unos honguillos en esta tierra que se llaman teonanácatl. Críanse debaxo del heno en los campos o páramos. Son redondos, y tiene el pie altillo y delgado y redondo. Comidos son de mal sabor; daña la garganta y emborracha. Son medicinales contra las calenturas y la gota. Hanse de comer dos o tres, no más. Los que los comen ven visiones y sienten vascas del coraçón, y ven visiones a las vezes espantables y a las vezes de risa. A los que comen muchos de ellos provocan a luxuria, y aunque sean pocos. Y a los moços locos y traviesos dízenles que han comido nanácatl. Hay otra yerva ponçoñosa que se llama tochtetepo. Tiene las hojas menudas como las del árbol del Perú. Tiene las raízes blancas. Si alguno la come o bebe, luego muere, porque le haze pedaços las tripas. Y si esta yerva la echan en el pulcre o en agua, aunque la saquen luego, dexa allá la ponçoña y muere el que la bebe. Assí se dize de los hechizeros que hechizan con esta yerva. Hay otra yerva que se llama atlepatli. Críase en las orillas del agua y cerca de las ciénagas. Es mortal. El que la come o bebe de los animales, luego muere. Haze ampollas como fuego, si la ponen sobre la carne. Es contra la lepra que se llama xíotl. Hay una yerva que se llama aquiztli. Tiene las ramas largas y delgadas. Es como mata. Y tiene esta propiedad, que si alguno la mea o escupe, luego se lo hincha la cara o todo el cuerpo, y si toca al cuerpo, luego haze empollas. Es contra las viruelas; bebido el çumo de ella, échalas fuera. Hay otra yerva que se llama tenxoxoli. Tiene las hojas como espadañas delgadillas. La raíz de esta yerva provoca a vómito, y también haze salir sangre. Hay otra yerva que se llama quimichpatli. Es como mata. Es mortal. Esta yerva mata a los ratones, mezclada con alguna comida que ellos comen. Puesta esta yerva en las llagas podridas, come toda la podredumbre de ellas y descubre la carne viva. Párrapho segundo: de las getas Las getas haze genus campos en los montes. Son buenas de comer. Cuécense para comerse, y si están crudas o mal cozidas provocan a vómito, a cámaras y matan. Para remedio de esta corrución que causan las getas es bueno el ungüento amarillo que se llama axin, echado por tristel. Hay unas de estas getas que llaman tzontecomananácatl. Son grandes y redondas. Otras hay que se llaman xelhuaznanácatl. Nacen muchas juntas en un pie, unas altas y otras baxas. Hay otras getas que se llaman chimalnanácatl. Son anchas y redondas, a manera de platos. Todas estas getas son comestibles, y han de ser muy cozidas para comerse. Hay otras getas que se llaman menanácatl. Son blancas y redondas. No son recias de cozer; presto se cuecen. Y también se assan en comales, y son muy sabrosas. Otras se llaman çacananácatl. Estas son altas de pies y tienen el pie delgado. Son redondas y llanas. Cuécense de presto y son buenas de comer. Házense en los páramos cuando comiençan las aguas. Hay otras getas que se llaman cuauhnanácatl, porque se nacen en los árboles. Son buenas de comer assadas y cozidas. Hay una raíz que se llama címatl. La yerva de esta raíz llámase cuauecoc, y también se llama címatl. Esta yerva haze unas havas que son como los frixoles grandes y son frixoles silvestres. Esta yerva echa las ramas largas y parradas sobre la tierra. La raíz de esta yerva, si se come cruda o mal cozida, provoca a vómito y a cámaras y mata. Contra este daño es el ungüento amarillo que se llama axi, echado por tristel. Para comer estas raízes es menester cozerlas dos días, que hierva siempre. Hay una yerva que se llama amolli. Tiene las hojas como espadañas chicas y tiene el tallo blanco. La raíz de esta yerva es como xabón para lavar la ropa. Y con las que son delgadas lavan la cabeça. Y también son como morga para emborrachar los peces. Y si alguno bebe de esta raíz, o muere o rescibe mucho daño. Y si alguno ha bebido alguno sanguijuela y la tiene en el cuerpo, beviendo el agua de esta raíz, la mata. Hay una raíz que se llama tecpatli o tecpaólotl. Es pegaxosa como liga. Es de la manera de la raíz del xabón. Es medicinal para las quebraduras de huesos. Y también usan de ella, como de liga, para tomar aves. Untan con ella pajas largas y pónenlas donde comen o beven las aves, y con esto las toman. También llaman a esta liga tlaçali, porque es muy pegaxosa. Hay otra yerva que se llama yiamoli. En ellas se hazen unas mançanitas negras y son muy amargas. Son medicina de la caspa de la cabeça. Párrapho tercero: de las yervas comestibles cozidas Una de las yervas que se comen cozidas se llama uauhquílitl, que son bledos. Es muy verde. Tiene las ramas delgadillas y altillas. Tiene las hojas anchuelas. Los tallos de esta yerva se llaman uauhtli. La semilla de esta yerva se llama uauhtli. Esta yerva cuécese para comer, sabe a ceniços. Esprímese el agua en que se cuece para comerse, y sal. Házese tamales de esta yerva, los cuales se llaman quiltamalli. Házense tortillas, el maíz mulido y hojas de esta yerva; llámanlas quillaxcalli. Esta es una yerva muy común y es como ceniços de Castilla. Cómenla mucho. Otra yerva que se come cozida se llama quiltonilli. Tiene las hojas anchuelas cuando es pequeño. Esta yerva es comestible. Cuando ya es grande llámase petzícatl o pitzícatl. Cuécese con salitre. Esprimese del agua para comerla. Esta yerva cría una semilla negra que se llama petzícatl. Hay otra yerva que se come también cozida, que se llama itzmiquílitl. Es parrada. Tiene las ramillas grusezuelas y las hojas redondas y llanas. Las flores de las calabaças llaman ayoxochquílitl. Cómenlas también cozidas. Son muy amarillas. Son espinosas. Múndalas para cozer, quitando el hollejuelo de encima para cozerlas. Los grumos o las estremidades de las ramas de las calabaças cómense también cozidas. Hay otra yerva que se llama axoxoco. Tiene las hojas largas y anchas. Cómense cozidas y son sabrosa y agras. Hay otra yerva que se llama mizquiquílitl. Cómese también cozida. Es altilla y es muy verde. Tiene las hojas arpadas. Es sabrosa de comer cozida. Hay otra que se llama acuitlacpalli. Es parrada y larga. Házese a la orilla del agua. Son buenas de comer cozidas. Hay otra yerva que se llama tziuinquílitl o tziuenquílitl. Házese a la orilla del agua. Tiene las hojas arpadas y açules. Es buena de comer cozida. Hay otra yerva que se llama tacanalquílitl. La raíz de esta yerva se llama tacanalli. Házese en los montes. Es de color de zeniça. Cómese cozida y assada. Hay otra yerva que se llama mamaxtle o mamaxtlaquílitl. Es semejante a la yerva que se llama acuitlacpalli. Házese a la orilla del agua. Cómese cozida y es sabrosa. Hay otra yerva que se llama tzitzicazquílitl. Es como ortigas, y cómese cozida. Hay otra manera de yerva que se llama ueicuauhquílitl o teuuauhquílitl. Son bledos silvestres y cómense cozidos, y son amargos ante de cozerse y después son sabrosas. Hay otra yerva etenquílitl. Es la yerva de los frixoles que se derrama cuando los cogen. Cómense cozidas. Hay otra yerva que se llama tlalayoquílitl, que son calabaças silvestres. Cómense cozidas. Xaltomaquílitl cómese también cozida. Párrapho cuarto: de las yervas que se comen crudas De las yervas que se comen crudas hay una que se llama tzitziquílitl. Es muy tierna. Haze flores y semillas. Es verde escura y es muy bien de comer. Hay otra yerva que se llama eloquílitl. Es muy verde y tierna. Engendra flores. Es muy sabrosa.' Hay otra que se flama cuauheloquílitl. Es silvestre; especialmente nace entre los tunales. Es muy tierna y buena de comer. Hay otra que se llama moçoquílitl. Es muy verde y muy tierna, y es bellosa. Es muy sabrosa. Hay otra yerva que se llama tzayanalquílitl, que se haze en el agua. Tiene las ramas huecas y arpadas, y es de buen comer. Hay otra yerva que se llama achochoquílitl, verde clara. Házese cerca del agua. Es buena de comer. Dizen de esta yerva que si los muchachos o muchachas la comen, házense impotentes para engendrar, pero después de grandes todos la comen seguramente. También esta yerva se llama auexocaquílitl. Hay otra yerva que se llama tentzonquílitl. Es muy verde y tiene unas cañitas huecas como aquella yerva que se llama axalli, y críase cerca del agua. Cuando se masca soena entre los dientes cuando se comen. Hay otra yerva que se llama iztaquílitl. Es bajuela y acopadilla. Tiene sabor de sal. Cómese cozida y cruda. Hay otra yerva que se llama tepicquílitl. Tiene las hojas larguillas y puntiagudas. Si comen mucha da cámaras. Hay otra yerva que se llama eçoquílitl. Son las hojas y ramas de los frixoles. Son un poco ásperas y vellosas. Cómense crudas. Provocan a regoldar. Hay otra yerva que se llama uitzquílitl. Son cardos de la tierra. Tienen espinas y las hojas de abaxo son cenicientes y las de arriba son verdes. Son buenas de comer. Cuando se masca soena entre los dientes. Tiene dentro hilachas como los cardos de Castilla. Házese a la orilla del agua y también es yerva hortense. Hay unos cardos silvestres que son como los de arriba dichos, salvo que se crían en las montañas. Llaman cuauitzquílitl. Y dizen "yo como al que me come", porque son espinosos y pican al que los come. Hay otra manera de yerva comestible que se llama chichicaquílitl. Críase cerca del agua y en tierra dulce y labrada. Es muy tierna. Tiene las raízes blancas, y es algo amarga. Hay otra yerva que llaman tonalchichicaquílitl. Házese en tierra seca y en los páramos y en las montañas. Es verde cenizienta. Es muy amarga. Es contra el calor interior. Es buena para la digistión y purifica los intestinos, especialmente cuando se come en ayunas. Hay otra yerva que se llama coyocuexi. Es semejante al uitzquílitl que arriba se dixo. No es espinosa. Tallece y floresce. No la usan comer los muchachos ni muchachas. Es amarga y empece a la garganta, porque haze la voz ronca, especial a los muchachos y muchachas, y por esso no la usan comer. Hay otra yerva que se llama popóyauh. Es como mata. Es pintada de negro y verde. Cómese cruda y cozida. Amássanla con maíz y hazen tortillas de ella. Hay otra que se llama mexixi. Es quemosa. Tiene pequeñitas hojas. Cómese cruda y cozida y mezclado con maíz y hecha tortillas o tamales. Y si se come mucha de ella cría empollas y haze damasiado calor. Los tamales con esta yerva hechos llámanlos mexixquiltamalli, y a las tortillas llaman mexixquillaxcalli. La semilla de esta yerva es amarilla y de hechura de lentexas. Cómenla mucho las tortolillas. Hazen atul o maçamorra de esta yerva a los que tienen cámaras de materia y sangre. Esta semilla tiene la propiedad de purificar los intestinos. Hay otra yerva que se llama xoxocoyoli, y son las azederas de esta tierra. Son azedas, y cómense cozidas y crudas. Hay otra yerva que se llama xoxocoyolpapatla. Tiene los pies altos y delgados, y las hojas redondas y anchas, y las hojas que están en la punta del pie son sabrosas de comer cozidas. Hay otra yerva que se llama xoxocoyolcuecuépoc. Tiene los pies gordos y redondos. Tiene las hojas raras. Florece. Son sabrosas como los xitomates. Naze esta yerva cuando comiença a lluver. Hay otras de estas yervas que se llama xoxocololuiuila. Es parrada. Tienen las hojas chicas y redondas. Es sabrosa. Hay otra yerva de ésta que se llama miccaxoxocoyoli. Es de la manera de la que arriba se dixo xoxocoyolpapátlac, pero tiene gruesso el pie y velloso, y las hojas anchas. Son muy azedas y hazen dentera. Hay otra de estas yervas que se llama cuauhxoxocoyoli. Es como la de arriba. Es suave de comer, y son mayores que las de arriba. Hay otra yerva que llaman cuanacaquílitl; quiere dezir "yerva que comen las gallinas de Castilla". Estas son las cerrajas de Castilla. Dizen que no las havía en esta tierra antes que veniesen los españoles y agora hay tantas que toda la tierra está llena de ellas, y como la semilla tiene alas y boela hase multiplicado por todas partes. Hay cebollas pequeñitas en esta tierra que se llama xonácatl. Tienen el comer de las cebolletas de España. Éstas plántanlas y son hortenses. Hay otras cebolletas silvestres que se hazen por essos campos, y queman mucho. Hay otras cebollitas silvestres que se llaman maxten. Tallecen y florescen. Son desabridas. La raíz o la cabeça de éstas cómenla cozida. Nacen muchas juntas y de aquí sale un adagio, que dizen a los que engendran muchos hijos: son maxtenpilua. Hay otra yerva que se llama papaloquílitl. Es olorosa y sabrosa. Tiene las hojas redondas. Házese en tierras calientes. Hay otra yerva que se llama ayauhtona. Házese por los campos y por los montes. Es semejante a la de arriba dicha. Es silvestre y acopadilla y baxa. Floresce y las flores de ella son olorosas. Hay otra yerva comestible y es la yerva de las batatas. También las hojas de las xicamas se comen. Hay otra yerva que se llama tolcimaquílitl, y es comestible. Las flores de esta yerva son muy hermosas y son muy delicadas. La raíz de esta yerva es comestible. Arriba se trató de ella. La raíz de las espadañas también son comestibles. La raíz de la yerva que nace en el agua, que tiene las hojas sobre el agua tan anchas como platos, que se llama atlacueçoma, tiene una raíz negra áspera que se llama atzatzamoli; lo interior de esta raíz es comestible, cozida. Hay una raíz que se llama çacateztli. Es redonda y blanca. Cómese cozida y es sabrosa. Una frutilla que se llama xaltómatl o xaltotómatl, que es fruta que se haze en una yerva que se llama xaltomaxíhuitl. Esta frutilla alguna de ella es blanca y otra negra. Es muy çumosa y muy dulce y redonda. La raíz de esta yerva es comestible cruda y assada y cozida. Hay una yerva que se llama coyototómatl o coyotómatl. Nace en ella una frutilla que es como los tomates chiquitos que se llama miltómatl. Tiene la cubertura amarilla. Son dulces. Traban un poco de la garganta. Son comestibles. La raíz de esta yerva si se bebe, no mucha sino templadamente, es medicinal: limpia los intestinos. Las mugeres que dan a mamar la beben. Purifícaseles la leche con ella. Hay una yerva que se llama atlitlíliatl, que cría unas frutillas negrecillas y dulces que declinan a agridulce. Las hojas de esta yerva son buenas para los temazcales, para dobar el agua con que se bañan los enfermos. Hay una yerva que se llama tlalxílotl. Es comestible. Hay una yerva que se llama tlalayotli. La yerva de ésta es comestible. Párrapho quinto: de las yervas medicinales 32. Hay una yerva medicinal que se llama çoçoyátic. De ésta usan los médicos en principio de su cura. Házese como cabeça de axos debaxo de la tierra. Cuando comiençan a curar a algún enfermo muelen esta yerva juntamente con su raíz y su semilla. Echan un poquito en las narizes del enfermo; y si echan en cantidad, luego saca sangre de las narizes. Házese en el lugar que se llama Motlauhxauhcan, que es a la orilla de las montañas de Cuauhnáuac. 33. Hay otra yerva medicinal que se llama pipitzáoac. Es assí como heno crecido. La raíz de esta yerva se muele y se da a beber al que tiene calor interior demassiado, y con ella se purga gomitando, y también haze cámaras; con esto se aplaca el calor interior. Y también haze purgar por la urina materia, assí a los hombres como a las mugeres. Después de haver purgado, comerá el enfermo y beberá yolatolli, que se haze de maíz mulido. Házese esta yerva en las montañas de Chalco. 34. Hay otra yerva medicinal que se llama iztaccuáuitl; otro nombre uauauhtzin. La raíz de esta yerva es como la raíz que se llama címatl. Es tan gruessa como ella y muy blanca. Es algo dulce y es fofa. Es contra el calor. El agua de esta raíz beben los que se han purgado; ésta es su bebida después de la purga. Y purifica la urina y sana el miembro genital, assí a los hombres como a las mugeres. Si alguna apostema hay en él, échalo fuera, y esta misma raíz si a alguno le han herido en la cabeça y se le ponen en la cabeça, verde o mujada, mulido, sánale. También esta raíz aprovecha a los que tienen mal ojos, que tienen los párpados hinchados y bermejos de calor, untándoles livianamente sanan. Las hojas de esta yerva son algo bermejas o moradas, y las ramas son delgadas y arpadas, y no son medicinales. Críase esta yerva por los montes. 35. Hay otra yerva medicinal que se llama coanenepilli. Tiene la raíz blanca y tiessa, y es algo dulce, y de color moreno lo superficial y el meollo es blanco. Una de estas raízes se toma molida en cuatro vezes. Es para pulgar. Desecha los malos humores por la boca y por la cámara. Bébese para purgar. También templa el demasiado calor. Tiene las hojas de color verdes claras y redondillas; no aprovechan de nada. Y si por ventura las cámaras son muchas, para estancallas hase de tomar un poco de caldo de ave, unas poleadas que se llama yolatolli. Esta yerva se hazía en la provincia de Tetzcuco, en los páramos y campos, y es rara en las montañas. 36. Hay otra yerva que se llama ilacatziuhqui. Tiene la raíz a manera de un cordel torcido. Esta yerva es quemosa y dulce. Tiene los exterior negro y lo interior blanco. Una raíz de éstas mulida se da en cuatro vezes para purgar, y remoeve los humores y haze echar por la boca y por baxo todos los malos humores. No se ha de tomar mucha sino templadamente. Templa el calor demasiado. Tiene las hojas pequeñas y redondas; no son de provecho. Y si haze demasiado fluxo, tomará el enfermo un poco de caldo de ave o las puchas que llaman yollatolli. Házese esta yerva en la provincia de Tezcuco en los páramos y en los montes; raramente se halla. 37. Hay unos magueyes que se llaman teómetl, que tienen una lista de amarillo por la orilla de la penca y lo demás verde. Es medicinal. Cuecen la penca debaxo del rescoldo, y después de cozida esprímenla el çumo y rebuelven con ella hasta diez pepitas de calabaça molidas y el çumo de miltomates. Todo rebuelto dando a beber al que ha recaído de alguna enfermedad. Halo de beber sobre comida y no ha de beber otra cosa. Con esto sana. Házense estos magueyes en toda parte, en los montes y también sobre los tapancos. El que bebe esto ha de tomar un baño sobre ello. 38. Hay un arbusto o mata que se llama chapolxíhuitl. No tiene ramas, y las hojas nacen en el mismo tronco. Tiene el palo verde, este palo con las hojas se muele. Y si a alguno le quedó un pedaço de flecha en el cuerpo, o tropeçando se le quedó algún pedaço de estilla en el pie, o alguna espina, hueso, puniéndole allí lo saca. Y también sana las llagas o cortaduras que se han apostemado. En toda parte se haze este arbusto, en los llanos y en los montes. 39. Hay otra yerva medicinal que se llama totoncaxíhuitl. Tiene las hojas redondas y muy verdes. No es parrada sino altilla. Con las hojas y raíz mulida se sanan las apostemas, como deviesos y encordios, puniendo los polvos mezclados con agua encima de la apostema. Con esto algunas apostemas se abren y otras se resuelven. Házese esta yerva en los montes. 40. Hay otra raíz medicinal que se llama hueipatli. Son estas raízes redondas como turmas de tierra. Están trabadas unas con otras. Tienen las hojas redondas y puntiagudas; no son de provecho. Estas raízes, mulidas y bebidas con agua, aprovechan a los que tienen estragada la digestión, y los niños que tienen cámaras, bebiendo un poco de ella con agua, sanan. Házese por los campos y páramos. 41. Hay otra yerva medicinal que se llama ixyayáoal. Es algo quemosa. Tiene las hojas redondillas y verdes. La raíz tiene negrestina. Quita el demasiado calor bebida con agua y purifica la urina. Con las hojas de esta yerva, mulidas, puesta sobre la cabeça a los niños, quétaseles la sarna de ella, y también se quitan las cámaras y el calor demasiado. Muélese la raíz con la hoja de la yerva eeloquíltic, y es bueno para los que tienen restriñida la cámara, y luego haze cámara. Házese en riscos y peñas. 42. Hay otra yerva medicinal que se llama eeloquíltic. Tiene las ramas altas y delgadas. Las hojas mulidas y bebidas ayudan a la digestión, y refrescan, y provocan la urina. Házense en las montañas. 43. Hay otra yerva medicinal que se llama toçancuitlaxcolli. Tiene las hojas coloradillas y redondas y arpadas, y las ramas bermejas. Algunas de estas hojas están la mitad coloradas y la otra mitad verdes. La raíz de esta yerva por de dentro es blanca y por de fuera bermeja. Tiene muchas raízes, y son redondillas y assidas unas con otras, como enhiladas. Esta raíz mulida con chile toéstase, y después cuécese con agua. Esta medicina, de esta manera hecha, sana las cámaras de sangre después de bebida, abaxa aquel humor y haze más cámaras de las que hazía; y después, antes de un poco, aplaca. Y después de esto ha de beber agua mezclada y con chientzótzol; y de ahí a un poco podrá comer. Las hojas de esta yerva no aprovechan de nada. Házese esta yerva en las peñas y en los riscos y en las montañas. 44. Hay otra yerva medicinal que se llama coztómatl. Es muy amarga. La raíz de esta yerva es blanca y redondilla. La corteça tiénela como amarilla, lo demás blanco. Las hojas tiene como la yerva que se llama miltómatl. Cría una frutilla amarilla y dulce y buena de comer. La raíz de esta yerva ayuda a la digistión y también templa el calor demasiado. Házese esta yerva en los llanos, y en cuestas, y en montañas y en páramos. 45. Hay otra yerva medicinal que se llama çacacili. Párrase a raíz del suelo unas ramas largas. Las hojas tiene anchuelas y delgadillas. Házense en esta yerva unas flores blancas; no son de provecho. La raíz de esta yerva es algo dulce. Es contra las cámaras de sangre, bebida y mulida con un poco de chiantzótzol, y bebida. Bébese sobre la comida. Y también es buena para las quebraduras de huesos, puesta de encima con alguna cosa que pegue, como tzacutli o xochiocótzotl. También es provechosa para las apostemas, como son encordios y otras semejantes; puniéndola encima haze madurar la apostema. También es buena para sacar estilla, espina o hueso, o pedaço de flecha del cuerpo. Házese esta yerva en las montañas de Xochimilco y en todas las montañas. 46. Hay otra yerva medicinal que se llama iztacpalancapatli. Es mata muy verde. Tiene las hojas muy delgadas y las flores tiene la mitad blancas, la mitad coloradas; las hojas y las flores no son de provecho. Tiene muchas raízes largas y gruessas, y blancas, y recias, como de árbol. Esta raíz no se bebe sino mulida. Se echan los polvos en la llaga pudrida o hecha parche, cuando ya va sanando, para que cierre. Házese por las cuestas y altos. 47. Hay otra yerva medicinal que se llama cototzauhquixíuitl. Las ramas y hojas de esta yerva son angostas y delgadas como las hojas del auéuetl. La raíz de esta yerva es algo quemosa y dulce. Es purgativa. Haze correr las reumas. Bébenla los que tienen seco el pecho y la garganta para quitar aquella sequedad. Hanla de beber mulida y poca, y assí haze echar las flemas cuajadas y materias. Las ramas de esta yerva no son para nada. Házese en los altos. 48. Hay otra yerva que se llama cocoxíhuitl o cococpatli o uitzocuitlapilxíuitl. No tiene más de una vara y tres o cuatro ramillas en ella. Tiene la verdura algo amarilla en las ramas y en las hojas; las ramas ni las hojas no valen nada. La raíz es como rávano. Es provechosa para los que están restreñidos de la cámara. No se bebe, sino dase por tristel. Es quemosa, casi como chilli. Hase de tomar templadamente, no mucha. Házese esta yerva en todos los montes. 49. Hay otra yerva medicinal que se llama chichiéntic. Es mata. Tiene las hojas y las ramas algo coloradillas. Tiene la raíz como rávano delgado. Es algo dulce. A los que les purgan con la yerva que arriba se dixo, dánsele a beber y no bebe otra agua. Es fría. Házese en todos los montes. 50. Hay otra, yerva medicinal que se llama cocoxíhuitl. Es mata. Tiene las ramas delgadillas y las hojas larguillas y romas. Tiene las flores como de chíen. Tiene muchas raízes espessas y algo amarillas por encima. Aprovecha a los que tienen demasiado calor de dentro, y suda mucho. No se bebe, sino dase por tristel. Las ramas no son de provecho. Aprovecha también a los tosigosos. Purifica la garganta y también el pecho; y en todos los montes se, haze. 51. Hay otra yerva que se llama xaltómatl. Es mata, y lleva unas uvitas que son buenas de comer. Tiene la raíz como rávano. Es algo dulce. La raíz de ella cozida con agua, aquella agua beberá el que fue purgado por enfermedad de la urina. En toda parte se haze esta yerva. 52. Hay otra yerva que se llama ixnexton. Párrase sobre la tierra. Tiene las hojas verdes y redondillas, puntiagudas; no aprovechan nada las hojas. La raíz es algo amarga; mulida esta raíz con unos granos de maíz dase a las paridas a beber, y después tornan los baños. Házese en todas partes. 53. Hay otra yerva medicinal que se llama tacanalxíhuitl. Tiene las ramas muy verdes y vellosas. Las hojas son largas y angostas; no son para nada provechosas. Las raízes de esta yerva son blancas y redondas. Están ensartadas unas con otras. Son dulces como xicama. Muélese con un poco de maíz, y bébela el que siente demasiado calor. La yerva se come cozida. Házese por los maizales y por las montañas. 54. Hay otra yerva medicinal que se llama xoxocoyóltic. Tiene una rama larga y otras ramillas que salen de ella. Tiene las hojas a manera del coraçón, arpadillas y coloradillas; no son para nada provechosas. Tiene una raíz sola y redonda como piedra. La raíz en la sobrehaz es bermeja y de dentro blanca, y es amarga. Es medicinal para los que tienen dañado el miembro, echando con xerinca dentro, y también para los que están restreñidos de la cámara, tomándola por tristel. Hase de mezclar con un poco de pulcre blanco o sin mezcla, y gomitará con ella y también echará fuera la materia que está dentro en el miembro. Haviéndola tomado de esta manera, tomará el enfermo un poco de caldo de ave o puchas que llaman yolatolli; de tornado esto, comerá, pero no ha de beber agua fría. Házese esta yerva en los riscos y peñas. 55. Hay otra yerva medicinal que se, llama tlacoxíhuitl. Es mata, y tiene todas las ramas verdes como las mismas hojas. Las flores tiene amarillas. Las ramas tiénelas esquinadas. Tiene las raízes delgadas y espessas. La yerva no es para nada. Las raízes de esta yerva muélese mojadas, y los que sienten demasiado calor interior y tienen la cara incendida bébenla, y también le rocían la cara y los ojos con ella. Hase de echar en agua clara para beber y para rociar con ella, y házese el agua como morada, y házese sudar al que la bebe. Házese en las montañas. 56. Hay otra yerva que se llama acocoxíhuitl. Es mata, las hojas angostas y larguillas, las ramas artillas; las hojas y las ramas no tienen virtud ninguna. La raíz es algo quemosa y tiene olor como de yerva. Mulida, dase por tristel; también a beber una poca, rebuelta con agua. Al que tiene apostema en el miembro o dentro, o echa materia por la urina, y que se va secando todo el cuerpo, con ésta purga toda la enfermedad. No ha de ser muy espessa el tristel ni lo que se ha de beber, ni ha de ser caliente, ni ha de comer cosa caliente. Templa el calor interior esta medicina. Esta yerva se haze en las montañas. 57. Hay otra yerva medicinal que se llama iceleua. Es arbusto. Tiene las hojas redondillas, muy verdes. Tienen unas flores moradas; no son de provecho. La raíz de esta yerva es negra y grande, como raíz de árbol. Córtanla para aprovecharse de ella, y hecha estillas, cuécense juntamente pepitas de calabaça y granos de maíz. Cuélase el agua después de cozida y házese como puchas. Dase a beber a los que recayen, o si alguna muger después de la enfermedad tuvo su marido aceso a ella, y por esso arrecaye. Bébela dos o tres vezes; con esto sana. También se bebe cruda, mulida y rebuelta con agua cuando alguno comiença a estar enfermo; y con esto echa por la boca cólera y flema. Y también la beben los que tienen demasiado calor y angostias en el coraçón; con esto se aplaca. Después de bebida, toman un poco de caldo de ave. Es rara esta yerva, y házese en las montañas. 58. Hay otra yerva medicinal que se llama chilpanton. Es altilla y tiene las hojas largas y anchuelas. Tiene unas flores coloradas. Las hojas y ramas no aprovechan de nada. Las raízes de esta yerva son negras por de fuera y blancas por de dentro. Son espessas y largas. Son amargas. Tostada en un comal y mulida aprovecha al que le sale sangre por las narizes, echándola por las narizes deshecha en agua. Y al que tiene tos dánsele a beber con agua, y echa por la boca flemas. Ablanda el pecho. Házese esta yerva en todas las montañas. 59. Hay otra yerva que se llama chichilquíltic. Es bermeja la sobrehaz. Tiene las ramas largas y ralas. Las hojas son angostas de abaxo y anchuelas y puntiagudas hazia arriba, y tiene las ramas. Tiene las conjunturas como cañas. La yerva no es de provecho. La raíz es provechosa bebida para las que tienen destemplado calor dentro en el cuerpo y frieldad de fuera, o sienten frieldad en los niervos. Con esta yerva bebida sale el calor de fuera. Cuando se bebiere no se han de comer tortillas calientes ni cosa agra. En todas partes se hazen, en los llanos y en las cuestas. 60. Hay otra yerva medicinal que se llama tlatlalayotli. Párrase por la tierra assí como las calabaças monteses. Las hojas de éstas son comestibles. Tiene la raíz como el tolcímatl. Es entre dulce y amargo. Mulida y rebuelta con resina, que se llama ocotzotl, sanan las apostemas que se untan con ella. Y también se beben los polvos de ella para lo mismo. Házese en los llanos y en los altos. 61. Hay otra yerva medicinal que se llama tepeamalácotl. Es como la yerva que se haze con el agua que se llama amamalácotl. Tiene las hojas redondillas y llanas. Tiene las ramas delgadas y largas y huecas, y la hoja en la punta de la rama. Desde la raíz hasta la hoja de arriba no tienen nada. La raíz es como unas pelotillas redondas, y es quemosa. Es provechosa para la tos y para la digistión. Cómense cuatro de estas pelotillas una vez, y a los niños cada una. Házese en los riscos y peñas. 62. Hay otra yerva medicinal que se llama iztaquíltic. Tiene las ramas coloradas y las hojas verdes, un poco cenicientas; las hojas ni las ramas no son de provecho. Tiene la raíz larga. Es provechosa para los que tienen sarna, mulida y bebida. No la beben sino una vez, y también se embarran con ella el cuerpo y ansí sana la sarna. Házese por las cuestas y por los montes. 63. Hay otra yerva medicinal que se llama tlalmízquitl. Es mata. Tiene las hojas como el árbol que se llama mízquitl; no son de provecho las hojas ni las ramas. La raíz de esta yerva es amarilla como la raíz del címatl. No tiene más que una raíz. Es larga. Es sabrosa. Muélese, y bébese mulida en ayunas. Es provechosa para los que tienen cámaras, y para los que tienen calor demasiado interior, con ella se templa. Y comerá cosas frías después de haverla bebido. Házese esta yerva en los llanos y en los montes. 64. Hay otra yerva medicinal que se llama poçauizpatli. Tiene las hojas anchas. La hechura es como de higuera, aunque pequeñas. Son muy verdes y arpadillas y puntiagudas. Están parradas por el suelo. Son amargas las hojas. Tiene la raíz como el rávano, por de fuera amarillo, por dentro blanca. Muélese la raíz con las hojas. Es provechosa para los que están hinchados o que les salen llagas por el cuerpo. Pónenla mulida en los lugares de las llagas, hinchaçones, y ansí sanan. Házense en las montañas. 65. Hay otra yerva medicinal que se llama uauauhtzin o iztaccuáuitl. Ya se dixo arriba que es contra el calor demasiado, y también es medicinal para la hinchaçón o pudremiento del miembro, y para esto hase de muler juntamente con las hojas y flores de la yerva que se llama matlalli, y rebuélvese con agua caliente. También esta yerva mulida y bebida es contra el tabardete, cuando comiença a parecer con unas pintas como de cardenillo, y bebiendo esta yerva luego sale fuera; es menester sangrar al enfermo. También es provechosa para el que tiene cámaras continuas, bebida la raíz con agua caliente y mezclada con un poco de chíen. En toda parte se haze en las montañas. 66. Hay otra yerva medicinal que se llama tlacoxíhuitl. Es altilla y tiene las ramas y las hojas ralas, delgadas y larguillas, muy verdes. Sus flores son blancas, pero ni las ramas ni las flores no aprovechan para nada. Las raízes tiénelas espessas y blancas. Cuécese con agua poca de esta raíz. El que tiene cámaras bebe esta agua y después de haverla bebido sorbe unas puchas que llaman yolatolli. También es medicinal contra las apostemas y hinchaçones; ábrenlas o resuélvenlas. En toda parte se haze esta yerva, en lo llanos y en los montes. 67. Hay otra yerva medicinal que se llama tlalchipili. Es altilla como dos palmos. Las hojas, verdes, anchuelas y puntiagudas, con muchas venas, no son de provecho. La raíz de esta yerva es verde escura por encima, y de dentro cárdena. Es amarga. Mulida y mezclada con resina ocótzotl, untada sobre las apostemas, sánalas. Házese en los llanos y en las montañas. 68. Hay otra yerva medicinal que se llama acaxilótic. Es mata. Tiene hojas muchas juntas por sus tercios, en algunos dos, en otros tres, en otros cinco. Las ramas tiene delgadas y las hojas largas y anchuelas; las ramas ni las hojas no son de provecho. Las raízes de esta yerva son largas y blancas y pequeñas y estáticas. Mulida y deshecha en agua aprovechan a los que han recaído de algún enfermedad, que acezan y tienen demasiado calor. Echan por la boca con ella cólera y flema y materia. Después de haverlo echado toma unas, sorbe unas puchas que se llaman yolatolli. Házese en las montañas. 69. Hay otra yerva medicinal que se llama chichilquíltic. Tiene la raíz como cepa. Las ramas tiene larguillas, las hojas redondillas y arpadas y coloradillas; no son de provecho. La raíz es algo dulce; por de fuera es negra y por de dentro blanca. Mulida con unos granos de maíz aprovecha a los que tienen gran calor interior, y purifica la urina y provoca a urinar. Después de tomada ha de comer cosas frescas. Házese en las montañas. 70. Hay otra yerva medicinal que se llama uauauhtzin. Es altilla y tiene las hojas angostas y larguillas, y las ramas coloradillas; hoele mal. Tiene las hojas algo cenicientas y vellosas. La raíz tiénela espessa. En los exterior es amarilla y lo interior blanca. Mulida la raíz con la rama aprovecha a los adormecimientos y entomecimientos de los pies. Bebida con agua también aprovecha al mal de los pechos. En los llanos y en cuestas se haze esta yerva. 71. Hay otra yerva medicinal que se llama iztaquíltic, por otro nombre tepeacocoxóchitl. Es mata. Tiene las ramas largas. Tiene las hojas menudas como las del cedro. Es muy verde y lisa. La raíz de esta yerva no aprovecha nada. La rama es algo quemosa. Aprovecha para los que están restreñidos de la urina. Hanla de beber mulida y mezclada con agua, y no ha de beber otra agua sino ésta. También aprovecha a los que echan sangre por la boca. Purga los malos humores por la boca. Y a los que tienen gota coral, si le dan a beber a los principios, sanan. Y también aprovecha a los que escupen materia, y para éstos que escupen materia hase de mezclar con la yerva arriba dicha, que se llama uauauhtzin, y házelos purgar los humores por abaxo. Házese en las montañas y riscos. 72. Hay otra yerva medicinal que se llama cuauheloquíltic, y por otro nombre se llama cuauheloxóchitl, y por otro nombre çexóchitl. Es mata. Las ramas de ella tiene sus tercios. Tiene las hojas anchuelas y puntiagudas y largas y grosezuelas. La flor de esta yerva es açul claro. Las hojas y ramas no son de provecho. La raíz es medicinal. Es quemosa en la garganta. Mulida y bebida con agua aprovecha a los que tienen calor demasiado interior, y no ha de beber otra agua sino aquélla. También se bebe en sanidad y aprovecha a la urina. En toda parte se hazen, pero son raras. 73. Hay otra yerva medicinal que se llama huiuitzquíltic. Es como los cardos de Castilla que se comen, pero son chicas, las hojas como un palmo. Y tallece y florece, y las flores son amarillas. La yerva no es de provecho. La raíz hoele a urinas, y por de fuera es negra y por de dentro es blanca. Cuécese con agua, y aprovecha aquel agua bebida a los que han recaído de algún enfermedad. Hase de beber en ayunas dos vezes. Templa todo el cuerpo. Y el que la bebe no ha de comer cosa de chilli. Házese en los montes y en los riscos. 74. Hay otra yerva medicinal que se llama memeya. que quiere dezir "mana leche". Tiene una rama sola, y las hojas largas y anchuelas y puntiagudas, y flor blanca; las ramas ni hojas no tienen provecho. La raíz de esta yerva es como color castaño por de fuera, por de dentro es blanca. No tiene, nungún sabor sino como agua. Hase de tomar mulida con unos granos de maíz y mezclada con agua tibia. Una de estas raízes o cebollas se reparte en tres o cuatro vezes para beber. Aprovecha ansí bebida para los que tienen mal de barriga y le rugen las tripas y tiene la barriga hinchada; con esto sana. Haze echar por la boca cólera y flema y materia. Hase de tomar en ayunas, y después de tomada ha de beber el enfermo unas puchas que llaman yolatolli, y después ha de comer, pero no cosa con chile. También provoca la cámara y echa fuera las lombrices. Házese en todas las montañas y cuestas. 75. Hay otra yerva medicinal que, se llama tetzmític. Es semejante a la mata que se llama tétzmetl; también se llama cuauholli. Tiene las hojas muy verdes y correosas y redondillas. También mana leche. Y tiene las ramas coloradas. Mana leche de las hojas y de los grumos cuando se corta. Esta leche echada en los ojos templa el calor de ellos y quita la bermejura de ellos, y acláalos y purifícalos. Las raízes de esta yerva son dulces y espessas y larguillas, y por de fuera tienen color castaño y por de dentro blanco. Lo interior de esta raíz mulida provoca la urina y purifícala, y también templa el calor demasiado. Házese en las montañas y en las ciénagas. 76. Hay otra yerva medicinal que se llama tzatzayanalquíltic. Las ramitas de esta yerva salen muchas sobre la tierra. Tiene las hojas como la yerva que se llama tzayanalquílitl. Tiene las hojas pequeñas y arpadillas, muy verdes. No tallece. De la yerva no hay provecho. La raíz de esta yerva es una y parece como cuentas que están ensartadas. De fuera son de color castaño claro, de dentro son blancas. Bébese mulida y mezclada con agua. Aprovecha a las mugeres que crían cuando se les azeda la leche. Bebida muchas vezes purifica la leche. Y también le dan a beber al niño que tiene cámaras; con ella se les quita también. Se maxa, y el çumo que sacan de ella purifica la urina a los niños. Las que dan leche no han de comer ahuacates, porque hazen cámaras a los niños que crían. Házense en las montañas y en las peñas. 77. Hay otra yerva medicinal que se llama ichcayo. Tiene las hojas larguillas y muchas, y levántanse debaxo de tierra. Son larguillas como un dedo. Son de la pustura del maguee. Son algo cenicientas y vellosas. No tallescen. Son medicinales estas hojas mulidas para los que tienen bubas; pónense encima de las llagas. Los que tienen bubas no comen pescado ni carne. Házese esta yerva en las montañas. 78. Hay otra yerva medicinal que se llama tlályetl. Las hojas salen luego desde la tierra y son muy verdes, y echa una flor amarilla, y anchuelas y arpadillas. Tiene las raízes delgadas y espessas. Las hojas y raízes de esta yerva son quemosas. Y mulida todo junto, raízes y yervas, son provechosas para las almorranas. Hecha, polvos, échase encima de las almorranas y sanan. Hanse de echar los polvos muchas vezes. Házese en todas partes, en los campos y en los montes. 79. Hay otra yerva medicinal que se, llama mexíhuitl. Tiene muchas ramillas en un pie. Tiene las hojas coloradillas y también las ramas. Produce flores. Son coloradillas. Tiene las hojas anchuelas y arpadillas. Es quemosa al gusto. Muelen la raíz y las hojas en polvo. Aprovechan contra los encordios y contra los aradores. Mezclan el polvo de ella con un poco de resina de pino, y ponen encima plumas y pegadas. Házese esta yerva entre los magueyes y también en los montes. 90. Hay otra yerva medicinal que se llama huitzocuitlapilxíhuitl. Es arbusto. Las ramas tiene algo coloradillas, y no tiene más de una rama derecha y de ella salen otras pequeñas. Van ahusadas hazia arriba. Tiene las hojas anchuelas y arpadillas y muy verdes y puntiagudas. Produce unas flores amarillas. Las hojas y ramas no son provechosas. La raíz es provechosa. Es negra por de fuera y amarilla por de dentro, y es quemosa. Mulida y mezclada con agua tibia dase por tristel y purga la materia cuajada y la sangre cuajada del miembro viril o seminil. Y también aprovecha al dolor de la vedixa y al resfriamiento de la cámara. Hase de tomar en ayunas, y no comer hasta haver purgado. Házese en toda parte, en los llanos y en las cuestas. 91. Hay otra yerva medicinal que se llama iztacpatli. Es parrada sobre la yerva. Tiene las hojas como las del cedro ahuéuetl, menudas. Son verdes claras. Tiene unas florescillas encarnadas entre las hojas. Tiene la raíz blanca. Son gruessas y amargas al gusto, y muchas. Son provechosas estas raízes mulidas. Aprovechan para las pudredumbres o apostemas que están intercutanias, puesta por encima untada. Ha de beber del agua de la raíz que se llama iztaccuáhuitl. En toda parte se haze esta yerva, en los llanos y en las cuestas. 92. Hay un arbusto que se llama cuauhtlacalhoaztli. Tiene las hojas verdes y anchuelas y ralas y arpadas, redondillas. Tiene las flores leonadas. Las raízes de este arbusto son medicinales. Son gruessas y blancas y muy amargas. Son correosas. Estas raízes hechas estillas y echadas en agua, en que están algún tiempo para que el agua tome sustancia de la raíz, dase a beber esta agua a los que tienen sarna de la tierra que se llama nanáuatl. Hase de beber en ayunas. También se bebe mulida con el agua. También purifica la urina. También los polvos de esta raíz se echan sobre la sarna dicha nanáuatl. También es provechosa a los que tienen mal del pecho y tienen mala digistión. También es provechosa para los que tornan a recaer de algún enfermedad. También purifica la leche de las mugeres que crían. Esta raíz para el agua en que se echa muy açul. Házese en los montes y en los llanos y en los campos. 93. Hay otro arbusto que se llama haauaton o tlalcapuli. Es mata espessa. Las ramas tiene coloradillas escuras, y lo interior muy colorado como las hojas del alvarcoque. Lleva unos almendrucos. Cuando maduran estos almendrucos son algo colorados por de fuera. Las ramas ni las hojas ni el fructo no son de provecho. La raíz es coloradilla y larga como un codo, como una vara de medir. Es estítica, y enhierta la lengua. La corteça de esta raíz es provechosa, y el coraçón de ella. Cozida esta corteça de la raíz con agua bébenla los que tienen cámaras de podre y sanan con ella. Házese en los montes y en los llanos y en las cuestas. 94. Hay otra yerva medicinal que se llama ololiuhqui o xixicamátic. Tiene las hojas como de miltomate. Tiénelas ralas. Las flores son amarillas. No son de provecho ellas ni las hojas ni las ramas. Tiene la raíz redonda y grande, como nabo. Esta raíz mulida es provechosa para los que tienen hinchaçón de la barriga y le rugen las tripas. Hase de beber en ayunas, y purga con ella y quita el calor demasiado. Después de bebida come el enfermo y toma unas puchas que llaman yolatolli. Esta raíz es algo dulce, y en una hay para beber tres vezes. Házese en los montes y en los llanos. 95. Hay otra yerva medicinal que se llama iztáuhyatl. Es como axenxos de Castilla. También es amarga. La hoja o yerva como axenxos de Castilla. Molida o majada esta yerva muchas cosas aprovecha. Bebida, molida con agua, haze echar la cólera y flema. También es buena bebida para los que están ahítos. También echa fuera el calor demasiado interior, y también purifica la urina, y también aprovecha al que tiene ardor de la cabeça. También es provechosa molida juntamente con los meollos de las ramas de la yerva que se llama cuauhyayáoal para los que tienen agustias del coraçón, por razón de algún humor que le oprima. Bébela cozida con agua y sana. Házese por todas partes en los campos. 96. Hay otra yerva medicinal que se llama cuauhyayáual. Tiene las ramillas larguillas y verdes hazia las estremidades, las hojas delgadas, redondillas y un poco vellosas y arpadillas. La yerva se muele seca y se mezcla con encienso. Es bueno para çahumerio. La raíz no es provechosa. En todas las montañas se haze. 97. Hay otra yerva medicinal que se llama mamaxtla. Es de comer cruda y cozida la yerva. La raíz es medicinal para los trompeçones de los pies. Házese en las ciénagas. 98. Hay otra yerva que se llama xaltómatl. La raíz de esta yerva mulida con la raíz de arriba es buena para los que urinan mal. También se mezclan con ellas algunos granos de maíz. Bébese en ayunas o después de comer, y que no se beba otra agua sino ésta. Y ansí purifica la urina y la adelgaça. En toda parte se haze, en los labrados y en las savanas. 99. Hay otra yerva medicinal que se llama cuapopultzin. Tiene las ramillas largas y delgadas y horcaxadas. En las horcadas nacen las hojas, y tiene las ramillas verdes y las horcadas amarillas, y las flores también amarillas. Tiene las raízes espessas y delgadas, y amargan. Esta raíz es provechosa para el que siente calor demasiado interior, cozida con agua. Hase de beber el agua; ha de comer después, y no ha de beber otra agua. Y con esto purga y templa el calor. Házese en las montañas. 100. Hay otra yerva medicinal que se llama tlalámatl. Tiene las hojas muy verdes, y de tres en tres en cada peçón. Tiene las flores amarillas y arpadas; no son de provecho. La raíz es blanca de fuera y de dentro es bermeja, y larga. Es buena para curar las quemaduras, puniéndola encima molida, y también para las pudredumbres es buena puniéndola encima. En toda parte se haze. 101. Hay otra yerva medicinal que se llama xoxotlatzin. Es parrada sobre la tierra. Es muy verde y un poco hoele mal. Tiene flores entre las ramas y hojas. Esta yerva molida es buena para las apostemas que proceden de calor. Molida y puesta sobre ellas, ábrelas. También se embuelve con un poco de tequíxquitl para después que sea abierta la apostema con el tequíxquitl, rebuelta, untando unas mechas, métenlas en la abertura y sana. 103. Hay otra yerva medicinal que se llama tonalxíhuitl. Tiene las hojas cenicientas. Nace parrada junto a la tierra. Tiene las hojas tiernas, quebradiças, y tiénelas angostillas. Haze unas flores blancas; en el medio son amarillas. Molidas las hojas y ramas son buenas contra la sarna. Pónese sobre la sarna, molida. La raíz de esta yerva no es de provecho. Y esta yerva empece a la lengua si se come. Esta yerva siempre se haze entre las aguas y en todo lugar, en los llanos y en los altos. 104. Hay otra yerva medicinal que se llama tlacoxóchitl. Levántase altilla. En lo alto produce ramas. Es delgadilla. Produce unas flores blancas y pequeñuelas, tirantes a morado. Las ramas no son de provecho. La raíz de esta yerva es negrestina por de fuera. Es gruessa como nabo, y lo interior es blanco y algo dulce. Esta raíz, molida con las ramas de la yerva que se llama chilpanto, es buena para quien le sale sangre de las narizes, para estañarla, puniéndola molida dentro en las narizes. También es provechosa para los que tienen gran calor interior. Hase de beber en ayunas mezclada con agua. También purifica la urina cuando se espessa. Házese en las montañas en toda parte. 105. Hay otra yerva medicinal que se llama ocopiaztli o tlilpotonqui. Sus hojas salen de la tierra sin ramas. Son tan largas como un palmo. Son arpadas. Echa tallo, y las flores son verdes y acopadas o redondas. Tiene las raízes espessas y delgadas y largas. Molida la hoja con la raíz son provechosas contra las hinchazones que proceden del calor. Pónese molida sobre ellas. Y también se bebe un poco mezclada con agua en ayunas; y si la bebe después de comer, ha de ser después de hecha la digistión. Puesta sobre las hinchazones, a las vezes las abre, a las vezes las resuelve. Hase de poner muchas vezes, mezclada y maxada con la raíz de la yerva que se llama xalacocotli. Mezclada con pulcre blanco, bébese contra las hinchazones arriba dichas. Esta yerva xalacocotli es hueca como caña de Castilla, pero tiene muchas ramas y comiença desde la raíz. Tiene muchas ramillas como horcadas, divididas. Son arpadillas y verdes, y las flores que echa son amarillas. Las ramas no son de provecho. La raíz aprovecha como arriba se dixo. Házese en todas las montañas. 106. Hay un árbol medicinal que se llama topoçan. Tiene las hojas anchas y redondas y puntiagudas; son verdes y algo blanquecinas y vellosas. Tiene algo de mal olor. Es contra el calor demasiado de la cabeça, si quiera en los niños o en los grandes. Tiene las raízes gruessas y largas. Hoelen algo mal. Estas raízes, hendidas y molidas y mezcladas con las raízes de la mata que se dize tepexiloxochitlácotl, es buena para estañar la sangre que sale de las narizes, molida, echada dentro de las narizes. Házese en los montes y en las barrancas. La yerva de que hezimos arriba mención, que se llama xiloxochitlácotl es mata. Tiene las ramas maciças y delgadas, y redondas como los pimpollos del membrillo. No tiene muy espessas las hojas sino ralas. Son muy verdes y arpadas, y tiene las flores coloradas, pocas. Son hechas de la manera del xiloxóchitl y tiene sus cabellos como las del xiloxóchitl. No son de provecho; solamente la raíz es provechosa, como arriba se dixo. Házese en todo tiempo y en las montañas. 107. Hay un árbol medicinal que se llama quetzalhuéxotl, que es "salce delicado". Las hojas y renuevo de este árbol, molida con tortillas secas o tostadas y con chíen, mezclados con agua tibia, aprovechan a los que tienen cámaras de sangre. Halo de beber en ayunas o después un rato de haver comido. Con esto se restañan las cámaras de sangre. Son mejores para esto los meollos de las ramas descorteçadas, y con las hojas de este mismo árbol molidas y puestas sobre la cabeça. Son buenas contra el demasiado calor de cabeça y contra las postillas de la cabeça. También se bebe con agua tibia contra el demasiado calor interior. Este árbol en todas partes se haze. 108. Hay una yerva medicinal que se llama tlayapaloni xíhuitl. Echa ramas y hojas como el xoxocoyolli. Son coloradillas las ramas de esta yerva y redondas, y las hojas verdes. Están las hojas en las puntas de las ramas; son arpadillas; están divididas en cinco hojuelas. Y echa esta yerva un tallo y florece. La flor tira a leonado; no es provechosa para nada. La raíz de esta yerva tiene la corteça gruessa y por de fuera es morada y de dentro colorada. Tiene muchas raízes. Hendida y cozida en agua, y bien hervida de manera que se gaste la mitad del agua, el que tiene cámaras continuas, bebiéndola sana. También aprovecha para el que recaye de alguna enfermedad, bebida ante o después de comida. Y la muger que tornó a recayer por haver tenido parte con un hombre, o el hombre que tornó a recayer por tener parte con muger, hanlo de beber en ayunas. Y los niños que tienen cámaras, molida esta raíz con cinco almendras de cacao, deshecho todo en agua y bebido, quita las cámaras. 109. Hay una yerva medicinal que se llama hueipatli. Tiene las ramas larguillas y espessas y verdes. Las hojas tiene redondillas de abaxo y puntiagudas y arpadas o almenadas. Son un poco vellosas las flores. Las flores son como campanillas moradas, blanquecicas, y son muchas; no son de provecho. Tienen las raízes recias como de árbol y gruessas. Son dos o tres, y son blancas de fuera y de dentro. Tiene la corteça delgada, todo es meollo. La raíz es entre dulce y amargo, y requema un poco. Molida con unos granos de cacao y pepitas de calabaça es buena para los que escupen sangre. Hase de beber en ayunas, rebuelta con agua. Y la beben después de comer. Ha de ser después de hecha la digistión. Hase de beber cuatro o cinco vezes; y con esto se cierra la sangre. El enfermo cuando la bebe no ha de comer carne ni pescado. También se bebe el agua hervida con esta raíz y haze la misma operación, y házele echar la enfermedad por baxo. Házese esta raíz dondequiera, y es rara. 110. Hay otra raíz medicinal que se llama ololiuhqui o hueiitzontecon. Párranse sobre la tierra sus ramas y hojas. Tiene las hojas verde escuras; son de tres en tres. Las flores están rebueltas con las hojas. Tiene las flores moradas y blanquezinas; no son de provecho. La raíz tiénela redonda; de fuera es negra, de dentro blanca. Tiene sabor dulce, como de yerva. La corteça es delgada. Molida es buena para dolor de la barriga y rugimiento de las tripas, y para el que tiene desmayos de coraçón, y que le laten las sienes y venas. Hase de beber rebuelta con agua en ayunas. Y con esto purga y echa cólera y flema por la boca. Con esto se le quitan los latidos del cuerpo. El agua con que se ha de beber ha de ser tibia para purgar por la urina. A los que tienen calenturas tercinas o cuartanas dársele han a beber en tomándole la calentura, y con esto se le quita o se le aplaca. En todo lugar se haze, en cuesta, en llanos, pero es rara. En otra parte se puso este nombre ololiuhqui, pero, son diferentes yervas. 111. Hay otra yerva medicinal que se haze en el agua y llámase aitztoli. Es toda verde, y nacen muchas juntas. Tiene las hojas duras; son como hojas de cañas, y son agudas, de manera que cortan apuñándolas con la mano. Las hojas de las flores son angostillas, y están de tres en tres, de cuatro en cuatro. Son de comer estas flores y quitan la hambre. De estas flores hazen tortillas y cuécenlas para comer. Tiene la raíz redonda, y por de fuera negra y de dentro blanca. Hase de quitar la corteça a la raíz para mulerse. Es provechosa para el que no puede urinar. Hase de beber en ayunas cuando quisiere. Con esto urina, y también echa las arenas y la espessura que impedía la urina. En todas las partes se haze en la orilla del agua dulce. 112. Hay otra yerva medicinal que se llama coaxoxouhqui o oxoxouhcapatli. Esta es una yerva como la yedra que sube por los árboles y por las paredes. Tiene las ramas verdes y las hojas redondillas y puntiagudas. Echa flores y son blanquitas. Hazen semilla, y esta semilla es redonda, y en cada flor no se haze más que uno. Las hojas y semilla, molido todo junto y mezclada con agua y tinta, lavado el cuerpo con ello, es contra la gota. Y también se pone en el mismo lugar donde está la gota mezclada con un poco de resina. Y cuando la gota ha cundido por todo el cuerpo y da grandes dolores y se va secando todo el cuerpo, y si se lava con ella o la pone por todo el cuerpo mezclada con resina y emplumada, con esto amansan los dolores. Y también bebida en ayunas la semilla molida y mezclada con agua amansa el dolor. Dizen que cuando uno tiene enfermedad, que los médicos no entienden ni saben dar remedio para ella, si bebe esta semilla molida y mezclada con agua, emborráchase con ella el enfermo, y luego da señal dónde está la enfermedad. También dizen que es provechosa para las llagas pudridas que no les hallan medicina. Molida esta semilla con las hojas y puesta en polvo, o moxada, sana las llagas viejas y incurables. Házese esta yerva en tierra caliente. 113. Hay otra yerva medicinal que se llama acocoxíhuitl. Tiene las ramas verdes y delgadas. Es altilla y tallesce. Las flores de esta yerva son verdes por encima y tienen un colorado interior, no aprovechan de nada. Tiene la raíz gruessa como raíz de árbol y es larga, y echa de sí otras raízes. Por encima es negrestina y de dentro es amarilla. Tiene la corteça delgada, y requema. Molida y bebida con agua es provechosa para los que recayeron de algún enfermedad. Y esta raíz hase de beber cuando ya quiere entrar en el baño del enfermo, para que no sienta el calor del baño, y también después que sale del baño ha de beber otro poco. Y también la beben los sanos para la digistión y para aplacar el calor interior. Y hase de beber en ayunas, y también después de comer se puede beber. Házese en todas las montañas. 114. Hay un arbusto que se llama tepetómatl. Tiene las ramas espessas y verdes, y tiene las hojas ralas y anchuelas y arpadas por las orillas, y haze unas flores amarillas. Van juntas. Las hojas no son de provecho. Haze unas huxillas que no son de comer. Tiene las raízes delgadas y recias. Tocando en la lengua con ella, hiértala. Estas raízes molidas con algunas de las hojas es provechosa para los que se les ha cerrado la urina y la cámara, y también es provechosa para los que tienen cerrada la esperma, de manera que no puede urinar, ni hazer cámara, ni comer. Deshecha en un poco de agua tibia, bebida en ayunas o después de comer cuando ya es hecha la digistión, luego echa por debaxo los malos humores y sana. 115. Hay otra yerva medicinal que se llama tlatlacótic. Es larga y alta. Tiene muchas ramas macizas. Tiene las ramas verdes y nodosas por sus tercios; en los nodos tiene las hojas. Las hojas son anchuelas y verdes, y puntiagudas y larguillas; no son de provecho. Las raízes tiene espessas y muchas y delgadas. Por encima son negras, de dentro son algo amarillas. Tienen la corteça delgada y son sabrosas. Esta raíz molida se bebe después que alguno se ha purgado. Hase de moler y mezclar con agua, y puédela beber ante de comer y después de comer, después de haver comido las puchas que se llaman yolatolli. Házese en todas partes, los llanos y en los montes. 116. Hay otra yerva medicinal que se llama texoxocoyoli. Tiene las ramas larguillas, y también los peçones de las hojas. Tiene las hojas anchuelas y ametaladas de verde y morado. Solamente haze una flor y es como morada. Tiene un sabor como de yerva o heno, y amarga un poco. Esta yerva molida es provechosa para las hinchaçones, puniéndola molida sobre la hinchaçón. La raíz de esta yerva es una y es redonda. Por de fuera es negra y por de dentro es amarilla. Tiene unas raízes pequeñuelas y delgadas y espessas en que está rebuelta. Tiene un sabor áspero y que se ase a la lengua. Esta raíz molida es buena para las mugeres que tornaron en recayer por haver tenido su marido aceso a ellas ante que estuviesen bien sanas, y también para el hombre que tornó a recayer por tener aceso a su muger ante de estar bien sano. Molida hase de revolver con un poco de algodón. Hase de poner dentro en el miembro feminil o en el viril, luego por allí purga lo que hazía daño al cuerpo. Lo mismo es para los que se estragaron, teniendo aceso a la muger. Esta raíz molida y mezclada con la raíz de la yerva que se llama chilpanton es provechosa para los que tienen hinchaçón de la barriga, por razón de alguno apostema interior. Hase de beber en ayunas con agua, Y con esto purga por abaxo la apostema que hazía daño. De esta yerva chilpanton arriba se dixo. Esta yerva texoxocoyoli en las montañas y también en los páramos se haze. 117. Hay otra yerva medicinal que se llama tlatlancuaye. Es larguilla y no tiene más que una rama, como árbol. Arriba tiene algunos gaxos, y tiene muchas hojas y anchas y rayadas; de la parte de abaxo son anchas y la parte arriba son agudas y hosadas. Tienen flores entre las hojas, leonadas, larguillas y redondillas. Hazen semilla blanca semejante a los bledos. Moliendo las flores juntamente con las hojas son de buen sabor. Estas hojas y flores molidas y herbidas con agua, bebida ante de comer, esta agua es provechosa para los que tienen cámaras de sangre; con esto se restañen. Es también contra fluxo del vientre y contra el vómito, bebida como arriba se dixo. También es bueno contra el dolor de ixada, bebida como está dicho. También es buena contra la perlesía, bebida y lavándose con ella el enfermo. Para este enfermedad no se ha de moler, sino cozerse entera la rama con la flor. Lavar con el agua todo el cuerpo. Y también es provechosa para los que tienen cámaras de materia. Tiene esta yerva raíz sola y gruessa, con algunas raízes pequeñas que salen de ella, pero no es provechosa para nada. También es provechosa esta yerva para los que tienen hinchada la barriga. Bebiéndola el agua cozida con ella, como arriba se dixo, sana, deshecha el humor dañoso y purifica lo interior. Es también buena esta yerva contra unas frialdades que metidas en el cuerpo dan dolores en todo el cuerpo y gran angustia en el coraçón. Házese esta yerva en la montañas, en tierras templadas. Es rara. 118. Hay una flor medicinal que se llama tonacaxóchitl. Es olorosa. Párrase por la tierra y encarámase por los árboles y por las peñas. Tiene las hojas verdes, larguillas y anchuelas. Tiene las flores entre las hojas. Son estas flores amarillas, tirantes a colorado. Largas como un dedo, son huecas y algo vellosas. Tienen suave olor. Moélense estas flores juntamente con la yerva que se llama tlachichinoa xíhuitl. Bebida, mezclada con agua, es contra el calor interior; también aclara la urina. Esta flor suélenla todos beber, enfermos y sanos, hecha con cacao. Esta yerva y flor se haze en tierra templada, entre las peñas y entre los árboles. 119. Hay otra yerva medicinal que se llama tlachichinoa xíhuitl. Es pequeñuela y tiene las ramas verdes y delgadas. Tiene las hojas de tres en tres, delgadillas y puntiagudas. Molida es buena contra el calor de la boca y el estómaco. Hase de beber con agua. Es también provechosa contra las llagas pudridas y contra la sarna, puesta molida sobre ella. La raíz de esta yerva no es de provecho. Házese en los riscos y en las peñas. 120. Hay otra yerva medicinal que se llama tlacoxóchitl. Es altilla. Tiene las hojas divididas de dos en dos, de tres en tres. Son verdes. Son anchuelas y arpadas. Son algo vellosas. Tiene las flores naranjadas, redondillas y huecas; no son de provecho para nada. Tiene esta yerva las raízes grosezuelas, por encina negrestinas, de dentro, blancas. Tiene la corteça delgada. Sabe entre amargo y dulce. Es buena contra el calor demasiado y desmayo del coraçón. Hase de beber molida y mezclada con agua y con algunos granos de maíz, hasta quinze, y también con algunos granos de cacao, hasta quinze o deciséis, todo molido junto; y bebida con agua muchas vezes en ayunas y después de comer, mitígase este calor. Házese en todas partes, en las montañas y en los páramos. 121. Hay un árbol medicinal que se llama quetzalmízquitl. Es árbol pequeño. Tiene muchas ramas. Tiene las hojas como las del cedro. Son muy verdes y largas, como un palmo. Lleva unas flores amarillas, y cáyense. No haze semilla tampoco, como el salce. Las hojas de este árbol son provechosas molidas con la raíz de la yerva que se llama xaltómatl y con la otra que se llama coztómatl, mulidas todas juntas. Bébense con agua y son provechosas para el que tornó a recayer de alguna enfermedad por haver caído, o por haver tomado alguna cosa pesada, o por haver exercitado el acto carnal, ahora sea muger ahora sea hombre. Hase de beber tres o cuatro vezes. Y si haviéndola bebido entrase en el baño, no sentirá el calor del baño. Y después, al salir, beberla ha otra vez el enfermo. La raíz de este árbol no es provechosa. La calidad de estas dos yervas con quien se junta ya se dixo arriba. Este árbol se haze en las tierras calientes. 123. Hay otro árbol medicinal que se llama yohoalxóchitl. Es grande como una higuera. Las hojas tiene muy verdes, largas y anchas y puntiagudas. Tienen mal sabor y mal olor. Las hojas de este árbol y sus grumos molidos son provechosos contra la hinchaçón que se llama íztac totonqui. Puniéndola encima, sana; algunas vezes se resuelve y otras vezes se madura y sale la materia. También contra la sarna y ampollas, puesta encima molida. Tiene las flores blancas. Solamente de noche se abren estas flores y dan gran fragancia, y de día no. Raro es este árbol o mata. Házese en los montes y en los páramos, y en el pueblo que se llama Ecatépec. 124. Hay otra mata que se llama cozcacuauhxíhuitl. Es bajuela. Esta mata tiene muchas ramas, y son verdes por de fuera. Tiene las hojas anchuelas y larguillas y puntiagudas. Házese en ella ubitas, redonditas y verdes, y de dentro de ellas se hazen unos granos que son semilla. Moélense secas las hojas y rebueltas con las hojas de la yerva que se llama cuauhyayáual. Es remedio para los huesos quebrados por caída y para los niervos lisiados. Después de haverlos concertado, pónenselos encima de la quebradura, y rebueltos con resina por vía de bilma. También se rebuelven estos polvos con tinta de la tierra, pegado con su pluma, cuando el enfermo no tiene calentura. La raíz de esta mata no es de provecho. Házese en los términos de Chicunauhtla y en las tierras calientes; y sembrándola, nace. 125. Hay otra yerva medicinal que se llama tzopelicxíhuitl. Es altilla. Tiene las hojas anchuelas y puntiagudas, y leonadas hazia las puntas y verdes hazia los peçones. Tiene las flores larguillas y rollizas, y de color morado; no son de provecho. Tiene las raízes redondas y leonadas por de fuera. Están asidas las unas con las otras como ensartadas. Por de dentro son blancas y dulces. Molidas son provechosas para los que tienen mal de la urina. Halo de beber con agua clara cuando come, y antes que coma aquélla será su bebida; y con esto se sana la urina. La comida que ha de comer sea templada y no muy caliente, o beberá atule. Házese en todas partes, en los montes y en los llanos. 126. Hay otra yerva medicinal que se llama tlatlapáltic. Tiene las ramas altas y derechas y las hojas espessas, anchuelas y largas. Nacen de dos en dos, pareadas en la rama. Las flores nacen junto con las hojas. Son las flores verdes, redondillas y rollizas. Tienen semilla dentro; no son provechosas. Las raízes de esta yerva son espessas y delgadas; por de fuera son algo coloradillas y también de dentro. Estas raízes molidas son provechosas para los que tienen demasiado calor interior. Hala de beber mezclada con agua clara. Aquello será su bebida después de comer, o antes, y cuando come; con esto echará podre por la urina. También se bebe esta agua cuando algún enfermo entra en el baño; y también es bueno para los sanos cuando entran en el baño. También se puede beber molida con el cacao. Haze que el cacao, con ella bebido, sea provechoso. Házese dentro en las montañas, entre los árboles. 127. El maguey de esta tierra, especialmente que llaman tlacámetl, es muy medicinal por razón de la miel que de él sacan, la cual, hecha pulcre, se mezcla con muchas medicinas para tomarlas por la boca como atrás se dixo. También este pulcre es bueno, en especial para los que han recaído de alguna enfermedad, bebiéndolo mezclado con una baina de agí y con pepitas de calabaça, todo molido, mezclado, bebiéndolo dos o tres vezes, y después tomar el baño. Assí sana. También la penca del maguey nuevo assada en el rescoldo, el çumo de este maguee o el agua del que se cozió, herbida con sal, echado en la llaga del que se descalabró o del herido, de cualquiera herida sana. También la penca del maguee seca y molida, mezclada con resina de pino y puesta con su pluma en el lugar del dolor, ahora sea gota ahora otra cosa, sana. También el pulcre se mezcla con la medicina que se llama chichicpatli, y herbido con ella es provechosa para el que tiene dolor de pechos o de la barriga o de las espaldas, o tiene algún enfermedad con que se va secando, bebiéndola en ayunas una o dos vezes, o más, sana. Esta medicina, que se llama chichicpatli, es corteça de un árbol que se llama chichiccuáhuitl. Solamente la corteça de este árbol es provechosa. Házese este árbol en las montañas de Chalco. También estas pencas de maguee son buenas para fregar con ellas las espaldas, para que no se sientan los açotes. 128. Hay una yerva medicinal que se llama cihuapatli. Es mata. Tiene muchos virgultos, tan altos como un estado. Tiene las hojas algo cenicientas, anchuelas y puntiagudas. Tiene muchas ramas. Tiene las flores amarillas y otras blancas. Haze semilla como la semilla de los bledos. Las hojas de esta mata son provechosas cozidas con agua, bien herbidas. La muger preñada, que ya está para parir, bebe esta agua para parir bien sin pena, luego le sale sangre y es señal que ya quiere nacer la criatura. Bebe otra poca; con esto nace luego la criatura. Y las raízes de esta mata son delgadas y largas y muchas. En la sobrehaz son negras y de dentro son amarillas. Tiene un olor desabrido. Esta raíz molida y cozida con agua tibia es provechosa al que tiene cámaras de sangre. Puédela beber en ayunas y también después de comer. El que la bebiere ha de comer cosas templadas. Esta yerva házese en todas partes, en los campos, en las montañas, entre las casas. 129. El árbol que se llama tuna, que tiene las hojas grandes y gruessas y verdes y espinosas, este árbol echa flores en las mismas hojas, unas de ellas son blancas, otras bermejas, otras amarillas, otras encarnadas. Házese en este árbol fruta que se llaman tunas. Son muy buenas de comer. Nacen en las mesmas hojas. Las hojas de este árbol, descorteçadas y molidas, danlas a beber con agua a la muger que no puede parir, o que se ladeó la criatura. Con esto pare bien; a la muger que se le ladea la criatura de dentro padece dos o tres días gran pena ante que para. Esto acontece por la mayor parte a las mugeres que no se abstienen del varón ante de parir. Este árbol en todas partes se haze. 130. La semilla de la chíe molida con un poco de la cola del animal que se llama tlacuatzin, tanta cantidad como medio dedo menic, mezclado todo con agua, bebiéndola la muger que no puede parir, luego pare. Este brebage es mejor para parir que no los de arriba, y esto no lo saben muchos. La raíz de esta yerva, verde y cruda, con la raíz del salce que se llama quetzaluéxotl, todo molido, házese con ello atul. Y es provechoso para los que escupen sangre y que tienen continua tos, que les sale del pecho y escupen sangre. También con esto sana la tos vieja, o de muchos días. También es bueno para los que tienen cámaras de materia, bebiéndola dos o tres vezes. La semilla de esta yerva, cruda, moélense, y sacándola el çumo y bebiéndole en ayunas, limpia el pecho. Y bebiendo con esto çumo mezclado atul ante de comer, haze lo mismo. Este çumo de esta chíen es como el olio de linaça de Castilla, con que los pintores dan lustre. 131. Hay otra yerva medicinal que se llama aacxoyátic. Es delgadilla y verde. No tiene no más que una rama, tan alta como un palmo. Tiene las flores blancas, las hojas como las de la yerva que se llama iztaquílitl; no son de provecho. La raíz de esta yerva es una y redondilla, tan larga como un palmo. De la parte de fuera es blanca. Es un poco quemosa. La sobrehaz o la corteça de esta raíz es provechosa, el meollo no. Molida es provechosa contra el tabardete, bebida con agua. Bebido, luego gomita la cólera o flema, y assí se templa el coraçón y el cuerpo. Esta yerva se haze en los llanos, en las cuestas y en toda parte. Sécase de invierno la yerva; el verano la misma raíz torna a brotar. 132. Hay otra yerva medicinal que se llama maticéuac. Esta yerva tiene muchas ramas en el pie y delgadillas. Las hojas son cenicientas y algo vellosas. También las ramas tienen algún vello. De esta rama usan para sacar lumbre los chichimecas. Tiene las flores blancas y en roeda. Son olorosas, y llámanse tlacoxóchitl. Las ramas de esta yerva no son de provecho. Las raízes son muchas y delgadas. Por encima son negras y por de dentro blancas. Son amargas. Maxadas, cuécense con agua. Bebida esta agua aprovecha para los que se les va la sangre de las narizes, que no la pueden restañar. Y hase de poner en las narizes molida y moxada. Házese en todas partes esta yerva, en los llanos, en los montes. 133. Hay otra yerva medicinal que se llama iztacpatli o teçonpatli. Nace como una barilla verde y algo recia. Tiene las hojas assí como los bledos, y son arpadillas y anchuelas y muy verdes. Házese en ella una frutilla redonda que no es de comer. Es como calabaça silvestre. Tiene las flores; no son de provecho. Tiene las raízes larguillas, algunas de ellas redondillas. Tiene la corteça grosezuela. Por encima son negrestinas y de dentro blancas y amargas. La corteça de la raíz no es buena. El meollo molido aprovecha a los que tienen calor intrínseco y hinchaçones. Con esto se quita la hinchaçón y el calor. En todas partes se haze, en los llanos y en los montes, aunque es rara. Házese mucha en el pueblo de Tequixquíyac. 134. Hay otra yerva medicinal que se llama oquichpatli. Nace parrada sobre la tierra, como la yerva de la golondrina. Tiene las hojas muy verdes y redondillas, como lentexas, algo puntiagudas. Las flores y las hojas van entrepuestas unas con otras, como plumas blanquillas. Llévalas el viento a las flores. No son de provecho las flores ni las hojas. La raíz es una y redondilla, tan larga como un palmo. Por encima es un poco amarilla, por de dentro blanca. Y es quemosa esta raíz. Está como enrelata. Esta raíz molida es muy provechosa para el hombre o muger que, porque no acabó de espeler la semiente humana, o por miedo o por otra ocasión que se ofreció, y queda estragado. Y por esta causa se va secando y le da una tos continua, y se va parando negro el cuerpo y secándose. Aunque haya un año o dos o tres que está ansí, tomándola por tristel, espele un humor muy hediondo; por espacio de dos o tres días acaba de salir el humor corruto, y por el miembro echa la urina blanca como agua de cal y muy hedionda. Lo mismo haze la muger. Esto mismo es medicina para cuando alguno en soeños acabó de espeler el humor sementino. La cantidad de esta raíz ha de ser como medio dedo, molida para una vez. Hállase esta yerva en los campos de Tullantzinco. 135. Hay una mata medicinal que se llama tlamacazqui ipapa. Tiene las ramas muy espessas, tan altas como un estado. Son como verdascas de membrillo, de una parte cenicientas y de otra verdes. Van derechas las verdascas ramas. Tiene las flores amarillas y ásperas. No tiene hojas la flor. No son de provecho las ramas ni las flores ni las hojas. Las raízes tiene delgadas y muchas, y largas como un palmo, y espessas como un hazecillo. Son estas raízes quemosas en la garganta. Por encima son algo coloradillas y de dentro bermejas. La corteça de la raíz es delgada. El meollo tiene muchas hebras como de nequén, correosas y delgadas. Esta raíz molida y bebida con agua en ayunas es provechosa para la enfermedad que se dixo arriba, cuando por alguna ocasión se corta el humor seminal. Bebida como está dicho, purga por abaxo el mal humor que estava opilado. Hase de beber una vez y muy de mañana, y no ha de comer hasta el mediodía. Y lo que comiere sea templado, con chile. Házese en todas partes, en las montañas y en las cuestas. 136. Hay otra yerva medicinal que se llama cicimátic. Nace parrada. Tiene muchas hojas y muy verdes y anchuelas y de tres en tres. Es de la manera de los frixoles. No haze flores. La yerva no es provechosa para nada. La raíz de esta yerva es desabrida, y es gruessa como tronco, casi como una cabeça de persona, y larga como un codo. Tiene la corteça gruessa. Por encima es negra y por de dentro tiene unas pintas coloradas espessas. Molida es buena para el que tiene mal de los ojos, que se cubren de carne, que llaman ixnacapachiui. Embuelta con un patio, esprímenla sobre los ojos y luego se quita aquella carne que cubría al ojo. Házese en todas las montañas. 137. Hay otra yerva medicinal que se llama tzonpoton. Tiene muchas ramillas, y verdes y derechas. Las hojas tiénelas anchuelas y larguillas. La flor blanca es casi como pluma. Las flores ni las ramas no son de provecho. Tiene la raíz amarga y redonda y dividida hazia lo baxo. Es larga como un dedo. Por encima es blanca y de dentro amarilla clara. Esta raíz maxada y cozida con agua bien cozida, bebida aquel agua, es buena para el que tiene cámaras como agua, que no se puede restriñir, y gómitos. Bebiéndola en poca cantidad restaña las cámaras, quita el gómito. Y si es niño o niña pequeños, beben hasta dos tragos. Con esto sanan. Házese en las montañas y en los riscos. 138. Hay otra yerva medicinal que se llama cuitlapatli. Tiene las ramas larguillas y aguxeradas por de dentro. De cada pie nacen dos o tres ramillas verdes. Las hojas tiene muchas, como las acelgas de Castilla; las flores blancas. No son de provecho sus ramas ni sus flores. La raíz de esta yerva es gruessa como rávanos. Por de fuera son blancas y de dentro amarillas claras. Tiene las corteças gruessas como las de los rávanos, y también lo de dentro. Seca esta raíz y molida es provechosa para los que tienen landrezillas en la garganta, y también para los que tienen lamparones. Estos polvos hanse de rebulver con resina, y puesto en los lugares de la enfermedad, cúbrenlo con plumas. También es buena esta raíz para las mugeres que se les pudrece el miembro viril. También es buena contra la enfermedad que se llama xochiciuiztli. Esta raíz no se bebe. Házese en los montes. 139. Hay otra yerva medicinal que se llama oquichpatli, que tiene las ramas como las ramas de calabaça. También se llama por otro nombre ayoxochquíltic. Tiéndese por la tierra, y también se encarama por los árboles. Las ramas y las hojas son verdes y algo vellosas, y por el envés lisas. Tiene las hojas divididas en tres partes. Tiene grandes flores y amarillas; son como las flores de la calabaça. Son de hechura de una campanilla. Cuando se les cayen las flores hace una frutilla como perejones. Esta fruta es cuarteada como melones. No son de provecho las ramas ni las hojas ni la fruta. Tiene las raízes redondillas que remargan. En una sola raíz basta para medicinar a muchos. Es buena para los que tienen el miembro, estragado. La corteça de esta raíz es delgada. Por encima son negrestinas, por de dentro blancas. Las ramas, como se van parrando, van echando raízes. Esta raíz molida y rebuelta con ulli úntase un çacate que se llama xomalli y metido por el caño, y con esto sale una materia por el caño o sale la urina, y ansí sana. Esta misma raíz mezclada con el ulli y con la raíz de la yerva que se llama xoxocoyóltic es provechosa para las mugeres que no pueden retener la simiente del varón por haverse torcido el caño de la madre. Si le ponen presto esta medicina, sana con ella, pero si tarda muchos días, no sanarán. Y también es provechosa a los que se secan de algún enfermedad, echándola por tristel de mañana, en ayunas, rebuelta con agua caliente. Y haviéndole echado el tristel, comiença luego a sudar un sudor muy caliente, y luego esta medicina entra por todo el cuerpo, por la cabeça, por el estómago, y luego espele los malos humores, flema y cólera de todas maneras, por la boca y por baxo. Después de haver purgado, ha de tomar un poco de atulli. Su bebida será agua cozida con la raíz que se llama chichipatli. Ha de ser raída sobre el agua con que se ha de cozer, y no mucha. Y con esto se acaba de templar el calor. Házese esta yerva en todos los montes y cuestas. Házese especialmente en tierra caliente, en un pueblo Xochicuauhyocan. 140. Hay otra yerva medicinal que se llama chichicpatli. Tiene esta yerva unas varillas largas y una sola raíz. A las vezes tiene muchas varillas, a las vezes una. Tiene mucha rama. Las hojas tiénelas verdes y lisas, anchuelas y larguillas. Son como las hojas de durazno. Tiene las ramas nodosas, y en los nodos nacen las hojas de dos en dos, una de una parte y otra de otra; de esta manera van ordenadas hasta el cabo. Estas hojas cuando se cortan sale de ellas leche. Las ramas son fofas por de dentro. Tiene las flores blancas. Cada rama no tiene más que una flor. Son larguillas, de hechura de campanilla. Ni las hojas ni las flores son de ningún provecho. Tiene una sola raíz y remarga un poco. Estas yervas nacen pareadas, macho y hembra. La raíz del macho entra profunda como una braça y gruessa, y si es antigua, tiene la corteça gruessa, y si no, tiénela delgada. Y algunas no son tan largas pero son gruessas, y no tiene la corteça gruessa esta raíz. Esta raíz, quitada la corteça y molido el meollo, bebido con agua, es provechosa a los que sienten gran calor interior. Y también es buena para el que se le estragó el estómago con el cacao, que dizen ellos omacoxoni. Y para esto propósito hase de moler juntamente con una vaina de chile, y bebiéndola, sana. La yerva de éstas que se dize hembra tiene dos raízes y largas, como se dixo. Es buena para la enfermedad arriba dicha, de la misma manera que la raíz del macho. La corteça de la raíz del macho y de la hembra, seca y hecha polvos y mezclada con tinta, y puestas sobre las llagas pudridas, sanan, y puesta sobre las hinchaçones, madúralas y rebiéntelas. En todas las montañas se haze esta yerva, pero es rara. 141. Hay una resina en esta tierra que es ni más ni menos que incienso. El árbol de donde mana se llama tepecopalcuáuitl. Házese cuando no llueve, y cuando llueve el agua la deshaze. Es provechosa para las cámaras continuas de humor como agua. Hase de moler tanto como una uña para un día, y han de rebulverla con agua tibia, de manera que se encorpore. Hase de beber en ayunas. Y si se bebe después de comer, hase de beber mezclada con un poco de tinta. También es provechosa para quien tiene cámaras de sangre o escupe sangre, pero entonce no se ha de mezclar con tinta. También es buena esta resina para las hinchaçones de apostemas. Puesta encima, ablándalas y ábrelas. Estos árboles se hazen en tierras calientes, como hazia Cuauhnáuac y Temetztla. 142. Hay una yerva que se llama cocopi, muy semejante al maíz. Los granos de esta yerva toéstanse de manera que se buelven en carbón, y también algunos granos de trigo de la misma manera tostados, todo molido y hecho puchas, rociado con un poco de chilmole, es provechoso para los que tienen cámaras de sangre. Hase de beber tres vezes en un día, una vez a la mañana, otra vez al mediodía, otra vez a la tarde. Esta yerva se haze en los maizales. Nadie la siembra. Algunas de ellas nacen antes que siembren y otras después de haver sembrado. Es entre el maíz como el vallico entre el trigo. Síguese de las piedras medicinales 143. Hay una piedra medicinal que se llama quiauhteocuítlatl. Es una piedra no muy dura, pero pesada. Es negra o ametalada de negro y blanco. Ni es sabrosa, ni es amarga ni dulce, sino como pura agua. Es provechosa para aquellos que los espantó algún rayo y quedan como desatinados y mudos. Bebiendo las rayeduras de esta piedra con agua clara y fría tornan en sí. Es también provechosa para los que tienen calor interior bebido como está dicho. También haze lo mismo si se mezcla juntamente con las rayeduras de la piedra que se llama cuauhtomóltetl. También aprovecha de la manera arriba dicha contra el mal de coraçón que derrueca y haze hazer bascas. Halo de beber una vez o dos vezes. Esta piedra se haze hazia Xalapan y Itztépec y Tlatlauhquitépec. Y los naturales de aquellas partes dizen que cuando comiença a tronar y llover en las montañas o montes cayen de las nubes estas piedras, y métese debaxo de tierra, pequeña. Y cada año va creciendo y házese grande, unas redondas, otras largas como turmas de carnero, y mayores y menores. Y búscanlas los naturales de aquella tierra, y donde ven nacido un çacate solo, conocen que allí está la piedra, y cavan y sácanla. También la beben los que están sanos como arriba se dixo, y templa el cuerpo del calor. 144. Hay otra piedra medicinal que se llama xiuhtomóltetl. Es como chalchíuitl, verde y blanca mezclado. Es hermosa. Las raiduras de esta piedra, bebidas como arriba se dixo, aprovecha para las enfermedades arriba dichas. Traen esta piedra de hazia Xoconochco. No se haze por acá. Hazen de ella cuentas para poner en las moñecas. 145. Hay otra piedra medicinal que se llama éztetl, la cual es provechosa para restañar la sangre de las narizes, tomándola en la mano o puniéndola al cuello, de tal manera que toque en la carne. Esta piedra tiene muchas colores; tiene muchas pintas coloradas, otras blancas, y otras verdes, y otras verdes claras, otras amarillas, otras negras, otras cristalinas rebueltas con todas las demás. Antes que se pula no se parecen estas diferencias de color, y después de pulida entonce se le parece muy claramente. Házense estas piedras en esta tierra, en muchas partes. 146. Hay otra piedra medicinal que se llama atlchipin. Es provechosa contra el calor interior demasiado, y también purifica la urina, raída o molida y bebida el agua en que ya ha estado una hora, poco más o menos. Esta piedra no es muy recia. Es zeburuco. Tiene muchas puntas. Tiene muchas diferencias de hechura. Es piedra tosca. Es fría. Es buena de moler o de raspar. Cuando se toma esta medicina no han de comer cosas calientes. Críase esta piedra en las peñas y cada año crece. Házense como zeburucos apegadas a las otras peñas, y bien se distingue que es nacida sobre la otra piedra. Házese en muchas partes de esta tierra, especialmente hazia Malinalco. 147. Hállanse en esta tierra huesos de gigantes por los montes y debaxo de tierra. Son muy grandes y gruessos. Molido este hueso, o un poco de él, es bueno contra las cámaras de sangre y contra las cámaras de podre, a las cuales otra medicina no aprovecha. Hase de beber con cacao hecho como comunmente se haze. 148. La carne del tigre dizen que es medicinal para los que han sido casados y están biudus, para que no se acuerden de muger, ni les fatiguen las tentaciones carnales. Hanla de comer asada o cozida. También es provechosa comida de esta manera para los que pierden el seso. Y también es buena para los que tienen calenturas con frío. Hala de comer cuando comiença la calentura y ha de beber un poco de caldo. También comen esta carne los señores para ser fuertes o animosos. También para los que son locos es bueno un pedaço del cuero y de los huesos, y también del estiércol, todo quemado y molido y mezclado con resina ocótzotl, y sahumándose con ello sanan. 149. Hay unos gusanos como los de España que tienen muchos pies. Su cuero como concha, y yendo andando, sintiendo algo, luego se enroscan y están quedos. Usan para medicina de estos gusanos en esta tierra, molidos, secos y mezclados con resina. Puestos sobre el lugar donde duele la gota, quitan el dolor. También son buenos para los que se comen los dientes o las moelas o les duelen. Molidos como está dicho y mezclados con tinta y puestos en la quexada donde está el diente que se come o duele, quítase el dolor. Estos gusanos en todas partes los hay. 150. Usan en esta tierra de los baños para muchas cosas. Y para que aproveche a los enfermos hase de calentar muy bien el baño que ellos llaman temazcalli. Y hase de calentar con buena leña, que no haga humo. Aprovecha primeramente a los convalecientes de algunas enfermedades para que más presto acaben de sanar. También aprovechan a las preñadas que están cerca de parto, porque allí las parteras las hazen ciertos beneficios para que mejor paran. También aprovechan para las recien paridas, para que sanen y para purificar la leche. Todos los enfermos resciben beneficios de estos baños, especialmente los que tienen niervos encogidos y también los que se purgan, después de purgados. También para los que cayen de su pie o de alto, o fueron apeleados o mal tratados y se les encogieron los niervos, aprovéchales el baño. También aprovecha a los sarnosos y bubosos; ahí los lavan y después de lavados, las ponen medicinas conformes a aquellas enfermedades. Para éstos es menester que esté muy caliente el baño. Esta relación arriba puesta de las yervas medicinales y de las otras cosas medicinales arriba contenidas dieron los médicos del Tlatelulco Santiago, viejos y muy esprimentados en las cosas de la medicina, y que todos ellos curan públicamente. Los nombres de los cuales y del escrivano que lo escrivió se siguen; y porque no saben escrivir, rogaron al escrivano que pusiese sus nombres: Gaspar Matías, vecino de la Conceción; Pedro de Santiago, vecino de Santa Inés; Francisco Simón, vecino de Santo Toribio; Miguel Damián, vecino de Santo Toribio; Felipe Hernández, vecino de Sancta Ana; Pedro de Raquena, vecino de la Concepción; Miguel García, vecino de Santo Toribio; Miguel Motolinia, vecino de Sancta Inés. Párrapho sexto: de las yervas olorosas Hay una yerva que se llama axoxocópac o axocopaconi. Házese en las montañas. Es muy olorosa y tiene intenso olor. Hay otra yerva olorosa que se llama cuauhxíuhtic. Es muy tierna. Echada con el agua toma el su olor el agua, y bebida dan mucho sabor y contento. Hay otra yerva olorosa que se llama mecaxóchitl. Házese en tierras calientes. Es como hilos torcidos. Tiene el olor intenso. También es medicinal esta yerva. Hay otra yerva olorosa que se llama ayauhtona. Es verde clara. Tiene las hojas anchuelas y redondillas. Tiene muchas ramas y en todas haze flores. También es de comer. Hay otra yerva olorosa que se llama tlalpoyomatli. Esta yerva tiene las hojas cenicientas, blandas y vellosas. Házense en ella flores. Por su olor, hazen de ella perfumes para meterlos en los canutos del humo. Difunde su olor lexos. Hay otra yerva olorosa que se llama yiauhtli. Es muy verde. Tiene muchas ramas y crecen todas juntas hazia arriba. Siempre hoele. Es también medicinal para los que tienen cámaras. Aprovecha molida y bebida con el cacao. Hase de tostar, y después molida y mezclada con el cacao. Aprovecha también para los que escupen sangre y para los que tienen calenturas. Otra yerva olorosa que se llama uitzixóchitl. Hay otra yerva olorosa que se llama ocoxóchitl. Tiene las ramas verdes, parradas, delgadas. Házense en ella unas uvillas muy menudas. Házese en los montes. Dondequiera que está, está oliendo. Hay otra yerva olorosa que se llama iztáuhyatl. Son los agenxos de esta tierra. Es muy amarga y olorosa como los agenxos de Castilla. Hay otra yerva que se llama itztoncuáuitl. Tiene suave olor. Hay otra yerva olorosa que se llama epáçotl. Es altilla y delgada. La semilla y toda la yerva es de comer. Hazen con ella puchas, y es sana. Hay otra yerva que se llama azpanxíhuitl. Es altilla y delgada, y haze semilla, y es amarga. Aprovecha para ablandar la cara, lavándose la cara con ella. Hay otra yerva olorosa que se llama tlalquequétzal. Tiene las hojas arpadas a manera de penacho. Es medicinal para la tos y también el ahíto. Hay otra yerva de mal olor que se llama itzcuinpantli. Es muy amarga. Hay otra yerva también de mal olor que se llama itztoncuáuitl. Bébese con agua y es provechosa para la digistión. Párrapho séptimo: de las yervas que ni son comestibles ni medicinales ni ponçoñosas Hay una manera de heno muy blando. Es bueno para mezclar con el barro para hazer edificios, y también hinchen con ella alvardas o xalmas. Hay otro heno más áspero, un poco que éste ya dicho, que se llama çacanoualli. Mézclase con el barro para hazer los adoves, y también hinchen con él las xalmas. Hay otro heno muy áspero y espinoso que se haze en la tierra salitrosa que se llama tequixquiçácatl, que quiere dezir "heno de salitre". No es bueno más que para quemar. Hay otro heno que es alto y delgado, y es bueno para techar o cubrir las casas. Llámase çacamamaztli o teoçácatl, porque con él techavan los cuyes. Hay otra manera de heno que se llama uauhçácatl. Es altillo y delgado, y haze mucha semilla. Es bueno para cubrir los almástigos de chile o bledos, etc. Hay otra manera de heno que se llama xiuhtecuçácatl. Es altillo y bermejo. Hay otra manera de heno que se llama çacateztli. Y es la yerva que comunmente pacen las bestias, y se haze por todos essos campos. Y es señal de tierra estéril donde ello nace. Hay otra manera de heno que se llama eloçácatl. Es muy verde y tiene porretas como el trigo, y es blando. Cómenlo los conejos y otros animales. Hay otra manera de heno que se llama ocoçácatl. Es altillo y delgado. Usan de ello para techar las casas. A la yerva que comen los cavallos en esta ciudad de México llaman caltolli. Házese en el agua. Es triangulada. En algunas partes de Castilla se llama carrizo. Hay unas juncias que se llaman itztolli. Son trianguladas. Hazen flores. Y las flores y las raízes son medicinales, como arriba se dixo. A las espadañas llaman tolpatlactli. Son ni más ni menos que las de España. A las raízes de éstas llámanlas acaxílotl. Cómenlas cozidas y crudas, como arriba se dixo. A las juncias llaman tolmimilli. Son ni más ni menos que las de España. A lo blanco que tienen debaxo del agua llaman aztapilli o oztopili. Hay unas juncias medianas de que hazen petates, y llámanlas petlatoli. Hay unas juncias de éstas, de que se hazen petates, que son trianguladas y son recias. Llámanlas nacacetoli. Hay otras juncias de éstas que se llaman tolyaman o atoli. No son recias. También hazen de ellas petates. Hay otra manera de juncias que llaman tolnacochtli. Son cortas y delgadas, y son correosas y recias. Hazen de ellas petates. Hay juncos como los de España, ni más ni menos, y llámanlos xomali. Hay unas yerbaçuelas que son comestibles, que nacen en el agua. Son como junquillos, y llámanlos atetetzon. Hay unas cañuelas que se hazen en el agua que se llaman acacapacquílitl. Hay unas yerbazuelas en el agua que tienen la hoja como tomín, anchuela, estendida sobre el agua. Llámanla amamalácotl o amalácotl. Hay unas cañas altas y delgadas y hojosas. Las hojas de éstas son vellosas y ásperas, y cortan. Hay unas yervas en el agua que se llaman achili. Son largas y correosas. Son algo coloradas y nodosas. Hay también cañas que se hazen a la orilla del agua. Son como las de Castilla, pero ni tan largas ni tan gruessas. A los helechos llaman ocopétlatl. Hay una yerva campestre que se llama cuammamaxtla. Hay una yerva silvestre que se llama tetzmoli. Tiene las hojas lisas, muy verdes y correosas. Hay también otra yerva ilustre que llaman cuauhichpoli. Hay doradilla en esta tierra, y llámanla, tequequétzal. Hay una yerva silvestre que se llama teiyauhtli. Nace entre las piedras. Estas yervas y flores que de aquí adelante se siguen son de poca importancia, y solamente se pretende poner y saber los nombres de ellas en lengua indiana, y ansí muchas de ellas se dexarán de romançar: acocoxíuitl, tlályetl, tonalxíuitl, xoxotla. Hay una yerva campestre que se llama tzonpachquílitl. Hay una yerva campestre que llaman tetzitzili. Encarámase por los árboles y párrase sobre la tierra. Tiene unas agallitas muy espinosas. Hay una yerva en las montañas que llaman nopalocoxóchitl. Hay unas lecherinas que llaman memeyalxíhuitl. Hay una yerva que se llama tzacutli, y la raíz de ella es pegagoxa, y hazen de ella engrudo. Párrapho octavo: de las flores de las yervas silvestres Hay unas flores silvestres muy olorosas que se llaman omixúchitl. Son de dos maneras, unas blancas, otras coloradas. Hay otras flores, también son silvestres, que llaman tlalizquixúchitl. Son muy olorosas y házense en unas yervas. Son parradas por el suelo. Son blancas y muy olorosas. Hay otra flores, también son silvestres. Házense en tierras calientes. Son muy olorosas. La yerva en que se haze encarámase por los árboles. Cuando está en su yerva es verde, cuando se seca es negra. Es preciosa y medicinal. Hay unas flores, también agrestes, que se llaman coçauhqui yiexúchitl. Son amarillas y olorosas. Úsanlas mucho los principales. Esta flor que se llama tonalxúchitl, llámase también yoalxúchitl, que quiere dezir "flor de noche". Esto es porque de día no houele ninguna cosa, y poniéndose el sol y toda la noche tiene una fragancia muy suave. Esta flor que se llama cacaloxúchitl es de dos maneras. Una de ellas que se haze en árboles y en tierras calientes tiene muy suave olor. Pero esta que se llama tlalcacaloxúchitl, de que aquí se trata, nácese por el campo y no tiene olor ninguno, aunque tiene la aparencia como la de arriba que nace en árboles, pero no tiene olor ninguno. Esta tótec ixuxúchitl es la misma arriba puesta, que no tiene olor ninguno. Esta flor que se llama texoxoli no tiene olor ninguno, y es hermosa, y nacen muchas juntas. Y tienen un adagio que dize de los que andan muy bien ataviados y son gente baxa; dizen de ellos "un texoxoli", que quiere dezir que trae atavíos más y mejores que merece. Esta flor de esta yerva que se llama tolcímatl es muy hermosa y no tiene olor ninguno. Esta yerva que se llama caxtlatlapan echa en un mismo pie flores de diversas colores, unas blancas, y otras amarillas, y otras coloradas, y otras ametaladas, etc. No tiene olor ninguno. Esta flor es como cabellos blancos, y por eso se llama cuaztalxúchitl, que quiere dezir "flor como cabeça cana". Esta flor es la misma que arriba se llama caxtlatlapa, que echa flores de muchas colores y ametaladas en un mismo pie. Estas flores que se llaman cempoalxúchitl son amarillas y de buen olor y hermosas. Hay muchas de ellas, que ellas se nacen y otras que las sembran en los huertos. Son de dos maneras: unas que llaman hembras cempoalxúchitl y son grandes y hermosas; otras hay que llaman macho cempoalxúchitl; no son tan hermosas ni tan grandes. Hay otras de este género que se llaman macuilxúchitl. Son pequeñuelas, aunque muy amarillas y muy olorosas. Estas florescillas que se llaman cozatli son pequeñas y son silvestres. Son del género de las arriba dichas, amarillas y olorosas. Esta flor que se llama tecacayactli es colorada y del género de las arriba dichas. Párrapho nono: de las florestas y árboles que en ellas se crían Las florestas son muy amenas, frescas, y de muchos árboles y yervas. Tienen yervas y árboles de diversas flores. Tienen aguas manantiales o de río con que se riega. Es lugar de tierra fértil. Es lugar apacible y muy deleitoso. Están plantados en florestas árboles de muy olorosa y preciosas flores. Están plantados en floresta árboles en que se hazen las flores que se llaman yolloxóchitl; y también el árbol que se llama yolloxochicuáuitl. Son estas flores olorosas y hermosas, y su hechura es como coraçón. Antiguamente solamente los señores las usavan, especialmente las que se llaman tlacayolloxóchitl, porque hay otras de menos precio que llaman itzcuinyolloxóchitl, que ni son hermosas ni huelen, y usan de ellas la gente baxa. Esta flor llamada yolloxuchicuáuitl házese en árboles grandes como nogales. Llámase también el árbol yolloxúchitl. Son estas flores preciosas y de muy suave olor. Tienen la hechura de coraçón. Por de dentro son muy blancas. Son estas flores de dos maneras. Unas que se llaman tlacayolloxúchitl; son grandes, muy hermosas; úsanlas los señores y gente de arte. Hay otras que se llaman itzcuinyolloxúchitl; son medianas y de poco olor; usan de ellas la gente baxa. Es muy medicinal. Y también la beben con el cacao, que le da muy buen sabor. Le haze más provechoso. Hay también en las florestas otros árboles de flores que se llaman eloxochicuáuitl, en los cuales nacen unas flores grandes. Son de la hechura de maçorcas de maíz. Cuando están en la caña son muy olorosas, y también se beben con el cacao. Y si echan mucha, emborracha. Hase de echar poca. También echada en el agua la haze sabrosa. También hay en las florestas otros que se llaman cuauheloxóchitl. Son pequeños los árboles, y las flores son como las de arriba dichas, pero de menos olor y hermosura. Hay también otros árboles en ]as florestas que se llaman cacauaxúchitl en que se hazen unas flores que se llaman también cacaoaxóchitl. Son pequeñas y a manera de xasmines. Tienen muy suave olor y muy intenso. Hay otros árboles en las florestas que se llaman izquixochicuáuitl, en los cuales hazen unas flores que se llaman izquixóchitl. Son blancas, muy olorosas, y muy hermosas y muy preciadas. Hay otras flores que se llaman tlapalizquixúchitl. Y llámanse ansí no porque sean del todo coloradas, sino porque son manchadas y rayadas de colorado. Hay unos árboles en las florestas que se llaman cuetlaxxúchitl, que cuando, quiebran las ramas de estos árboles mana de ellas leche o un humor blanco como leche. Estos árboles crían unas flores que se llaman cuetlaxxúchitl. Las hojas de las cuales son como hojas de cerezo, pero muy coloradas y blandas. Tiene colorado muy fino, pero no tienen ningún olor. Son hermosa; por esso son preciadas. Hay unas flores que también son proprias de las florestas que se llaman teunacaztli, que quiere dezir "orejas preciosas o divinas". Y es porque son muy olorosas y hermosas y provechosas, que son especie aromática que se usan mucho para bever con el cacao. Ansimesmo en las florestas se hazen unos árboles que se llaman uitzteculxúchitl, que hazen unas flores que tienen el mismo nombre del árbol. Unas son blancas, otras moradas, otras coloradas. Ningún olor tienen. Son preciosas por su buen parecer. Hay también unos árboles que se plantan en las florestas que se llaman tzompancuáuitl. Es árbol mediano. Tiene ramas acopadas. Tiene la copa redonda y de buen parecer. Tiene unas flores que se llaman equimixúchitl. Son muy coloradas y de buen parecer. No tienen olor ninguno. Las hojas del árbol arriba dicho se llaman equímitl. También hay unos árboles en las florestas que se llaman mapilxúchitl, en que se hazen unas flores que son a manera de mano con sus dedos, que quiere dezir "flores dedos". Tiene las hojas gruesas y muy espesas. También el árbol arriba dicho se llama macpalxúchitl, porque sus flores son como la palma de la mano con sus dedos. Toma nombre de la palma y de los dedos. Párrapho décimo: de los arbustos, que ni son bien árboles ni bien yervas, y de sus flores Hay un arbusto que se llaman teucuauhxóchitl. Tiene unas flores Coloradas que duran dos o tres días sin marchitarse. Ningún olor tienen, y son muy hermosas. Házese esta yerva encima de los otros árboles, en las ramas y horcadas de los otros árboles. Hay otra yerva que también se haze en las ramas y horcadas de los otros árboles, y llaman cuauhxúchitl. También hay otra yerva que se llama tecólotl iyatlia. También se haze en las ramas de los otros árboles. Hay unos árboles que en parte parecen a las palmas, porque tienen unas hojas como las palmas, pero no tienen ramas como palmas. Producen unas flores blancas y son de la facción de los razimos y flores de las palmas, y hazen un fructo que parecen dátiles, y son muy dulces y son buenos de comer. Hay madruños como los de España, pero la fructa que hazen es muy menuda. Hay un arbusto que se llama cacaloxúchitl. Tiene las hojas anchuelas y larguillas y vellosas. Tiene las ramas derechas y fofas. Y las hojas y ramas cuando se cortan manan leche, y esta leche es pegaxosa como miel. Las flores de este árbol son hermosas. Llámanse también cacaloxúchitl. Son ametaladas de colorado, amarillo y blanco. Son de suave olor y confortan el coraçón con su olor. Por estas comarcas de México se hazen estas flores, pero son mejores las que vienen de tierra caliente. Algunas de estas flores son negras. Eran reservadas estas flores antiguamente para los señores. De las que vienen de tierra caliente unas se llaman necuxúchitl; son cortas. Otras se llaman uitzitziltentli; éstas son muy preciadas. Otras se llaman miccaxúchitl, y otras se llaman tlaoacaxúchitl; éstas son largas y anchas y de poco olor. Otras se llaman cocóyac, y otras xocóyac; éstas no son preciadas; por ahí se hazen y usan de ellas la gente baja. Hay unas flores que se llaman xiloxúchitl. Son coloradas y a manera de borlas deshiladas. Házense en una yerva que se llama xiloxúchitl. No son olorosas, pero son hermosas. Hay unas flores que se llaman tecomaxúchitl. Son amarillas, y son hinchadas como begigas que están hinchadas. Son olorosas y hermosas, y bébenlas con cacáoatl. Y si echan mucho de ellas, causan gran sed. También la yerva en que se hazen se llama tecomaxúchitl. Encarámase esta yerva por los árboles y por las paredes. También esta flor se llama chichioalxúchitl, porque es a manera de teta de muger. La flor que se llama tonacaxúchitl es colorada y morada. Házese de una yerva que se encarama y se parra por el campo. No tiene olor, sino tiene buen parecer. Párrapho undécimo: de las flores compuestas por arte de oficiales que hazen flores Párrapho duodécimo: de los árboles pequeños que tiran más a árboles que a yervas
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Capítulo sesto De los varones fuertes Entre los hombres hay estás propiedades generalmente: que unos son altos y otros chicos de cuerpo; unos son gordos y otros delgados; unos son bien dispuestos y otros no; unos de mediana estatura y otros no; unos de buena presencia y otros no. Las propiedades de hombres fuertes son que son amigos de guerras; son de buenas fuerças y de gran Animo y fuerte coraçón. El varón que de verdad es fuerte es esforçado, colérico, varonilmente pelea, y muy determinado para acometer, desbaratar y matar a los enemigos, sin temer a nadie, ni sin bolver la cara a nadie. El varón cobarde, por el contrario, por su disimulacón echa a perder a los suyos y los vende, siendo el hombre doblado, malicioso, descuidado para con sus amigos, muy medroso. El hombre valiente, que se dize tiácauh es de estás condiciones: que es invencible, robusto, recio y fuerte. el cual nunca buelve allás, ni tiene en nada los fieros. El que de verdad es tal. tiene estás calidades, que con ánimo pelea, vence, captiva, al fin, asuela a los pueblos, de modo que parece los va barriendo, que no queda señal, y al cabo triunfa de los vencidos. Y el malo y fingido tiácauh, por el contrario, es vanaglorioso y jactancioso, diziendo que él es un águila y león en la guerra por ser muy valiente, siendo él muy medroso. El hombre y varón fuerte llamado cuáchic tiene estás propiedades: que es amparo y muralla de los suyos, furioso o rabioso contra sus enernigos, valentazo por ser membrudo; al fin, es señalado en la valentía. El que es tal, es dispuesto y hábil para la guerra y socorre a los suyos sin temer la muerte; a todos los desbarata y en todos haze riça, que parece los va barriendo, por lo cual pone gran ánimo y osadía y confiança a los suyos, hiriendo, matando y captivando a los enemigos, sin perdonar a nadie. Y el que no es tal es afeminado y de nodada se espanta; apto más para huir que para seguir a los enemigos, muy delicado, espantadizo y medroso, que en todo se muestra cobarde y mugeril. El maestre de campo o capitán es de está calidad, que para mostrar su oficio trae coleta de cabellos que cuelga atrás, beçote y orejeras, y trae siempre sus armas consigo. Y el que es tal es diestro y esperimentado en la guerra, y suele inventar ardides, busear lugares y caminos contra los enemigos, y poner a todos espanto y miedo, y muy confiado en su valentía. Y el que no es tal es muy dado al sueño, en todo descuidado, y tal que echa a perder a todos por ser medroso y espantadizo y amedrentador de los otros. El capitán general tiene por oficio mandar en la batalla y dar orden y manera para efectuava, y concertar los escuadrones, teniéndose por grande águila y león, y presumiendo de ser victorioso por los buenos adereços con que va adornado a la guerra a manera de águila, y dando a entender que su oficio es morir en la guerra por los suyos. El buen capitán general es vigilante y dispone bien los escuadrones y con su industria y sagacidad inventa ardides para vencer, para lo cual manda hazer proveer a todos de armas y de vituallas, y haze abrir caminos y hállase presente a todo; y haze asentar tiendas y sitiar el tiánquiz del real, y señalar centinelas, e repartir los soldados para desañar, provocar y hazer emboscadas, y para espías. El que no es tal suele ser causa de muchos males y muertes, y poner a los suyos en trabajos y peligros.
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Capítulo sesto De los árboles y sus propiedades Párrapho primero: de las calidades de las montañas Las condiciones de las montañas son éstas: que tienen mucho heno muy verde; son airosas y ventosas; son húmedas y en ellas hiela; son lugares tristes y solitarios y llorosos; son lugares cavernosos; son lugares riscosos y pedregosos y lodosos, y tierra dulce y tierra amarilla, y lugares de grandes cuestas y de grandes lomas riscosas llenas de heno y llenas de árboles, muy espesas y también ralos; también hay llanuras en las montañas, y también hay muchos maderos o árboles secos. Hay también lugares sombríos en las montañas. Hay piedras redondas. Hay también tierras rasas en las montañas. Hay también tierras llanas donde no hay yervas ni heno. Hay lugares peñascosos. Hay lugares cóncabos, como valles. Son también las montañas lugares espantosos y temerosos donde moran bestias fieras, como son culebras ponçoñosas y otras bestias fieras; donde no hay recreación para los hombres sino piedras secas y riscos y cuevas; donde moran tigres y osos y gatos cervales, y donde nacen magueyes silvestres muy espinosos y matas de çarzas y espinos y tunas silvestres y pinos muy recios; lugar donde cortan leña y madera. Es lugar de donde arrastran vigas para edificar. Es lugar donde los vientos hazen grandes ruidos y remolinos, lugar de grandes fríos y heladas; lugar donde nadie vive, ni se haze ninguna cosa comestible; lugar de hambre y de frío y de aterecimiento, y donde se baten los dientes unos con otros, y se para el cuerpo yerto; lugares donde las bestias comen hombres, y donde matan a los hombres a traición. Párrapho segundo: de los árboles mayores Hay en esta tierra cipreses silvestres. Están las montañas llenas de ellos. No son acopados como los de España; tienen las ramas ralas. Son muy derecho y muy altos. Tienen la madera muy olorosa. Crían mançanillas como las de España. La madera de éstos es preciosa para toda manera de edificio, para hazer caxas y cofres y escritorios. Librase muy bien. Pónese en esta letra las propiedades de los cipreses esteriores, donde hay muchos vocablos que cuadran a todos los árboles. Hay otros árboles en esta tierra que se llama oyámetl. No hay en España árboles de esta manera, que yo sepa. De éstos se coge un licor muy precioso, muy medicinal, que se llama abeto. No le usavan los indios, ni le conocían. Agora, en estos tiempos, se ha hallado. Estos árboles son muy grandes, muy altos. Están las montañas llenas de ellos. Hay otros árboles que se llaman ayauhcuáuitl. Son silvestres, largos y gruessos. Tienen la madera liviana. Son de especie de pinos. Es madera muy estimada. Usavan mucho de esta madera en el servicio de los cúes y de los dioses. Hay pinos en esta tierra como los de España. Házense en ellos piños y piñones. Sácanse de ellos las teas y la pez y resina. Son muy poblados de hojas o cabellos. Hazen un gruxido con el aire, como los de España. Hay fresnos en esta tierra, y llámanse ilin. Hay en esta tierra unos árboles muy grandes, y dízense cedros. Tienen la hoja muy menuda. Tienen agallas como de los cipreses, aunque más pequeñas. Tienen la madera muy olorosa. Son muy altos y hazen gran rueda, y siempre están verdes. Hay otros árboles que se llaman póchotl. Son lisos. Son muy altos y hazen gran rueda y gran sombra. Tienen siempre hoja. La hoja es anchuela. De ellos se coge el maná que es medicinal, y dulce y blanco. Hay también en esta tierra robles, que se llaman auacuáuitl. Hay también carrascos y matas, que las llaman auatetzmolli. Párrapho tercero: de los árboles silvestres medianos Hay en esta tierra también madroños o madroñeras. Llámanlos tomázquitl. Hay unos robles en esta tierra. La corteça es gruessa como un dedo o como dos dedos. Usan de ella para teñir y para cordir los cueros. Y también unos robles o carrascos muy rezios de que hazen coas, que los llaman uiccuáuitl. Nacen en las peñas y en los riscos. A la leña o maderos que respendan en el fuego llámanlos necalizcuáuitl, de cualquier género que sea. Todo género de árbol cuya leña echada en el fuego ahumea mucho, la llaman poccuáuitl, y quiere dezir "madero o leña humosa". Hay un árbol silvestre, baxuelo, que se llama teócutl, la raíz del cual cuando se quema hoele como incienso. Solían usar de él solos los señores o principales. A los maceoales no les era lícito usar de él, ni quemarle en su casa. Hay un árbol silvestre o mata que se llama coatli, de que hazen velortas para hazer espuertas que llaman huacales. Es muy correoso, y si le echan en agua, para el agua açul. Y esta agua es medicinal para la urina. Hay un árbol silvestre que se llama topoçan. Tiene la corteça delgada. Haze copa. Es baxuelo. Tiene las hojas anchas de dos colores, de la una parte son muy verdes y de la otra parte blancas y bellosas, y hoelen mal. Es medicinal este árbol. La raíz de él, cocida con agua, es buena para purificar la urina y para hazer buena digestión, y para templar el calor. Hay salces en esta tierra de dos maneras. Los unos hay que son más bastos. Llámanlos uéxotl o auéxotl o miccauéxotl. Hay también otros salces que son más preciados que los ya dichos, y llámanse quetzaluéxotl o quetzalauéxotl. Tienen la hoja menuda y muy verde, y las ramas derechas, y la madera recia y correosa. Hay unos árboles que se llaman ícçotl. Son gruessos. La corteça negra o bermeja, como corteça de palma, y tiene las hojas casi como de palma. Es árbol fofo y tierno el meullo. Tiene flores muy blancas, casi como las de la palma, pero no lleva ningún fruto. Usávanlos poner delante los cúes. Hay unos magueyes pequeños y silvestres. Tienen puntas y hojas como magueyes, y espinas como de çarças de Castilla. Hay en esta tierra palmas naturales que son como las de España. Llámanlas çóyatl. Son altas y gruessa como las palmas de España. Llevan flores y fruta, y su fruta es dulce y es de comer; es como dátiles. Házese hazia Pánuco. Hay unos árboles silvestres que se llaman tlacuilolcuáuitl; quiere dezir que tiene madera pintada, porque ellos son bermejos y tienen las vetas negras, que parecen pinturas sobre el bermejo. Es árbol muy preciado, porque de él se hazen teponaztles y tamburiles y vihuelas, y soena mucho estos instrumentos cuando son de esta madera. Y por ser muy pintada y de buen parecer es muy preciada. Hay unos árboles silvestres que se llaman tlacaloazcuáuitl. Son altos y delgados y derechos. Hazen de ellos zebretanas, porque se pueden agujerar fácilmente. Hay un árbol silvestre, no muy alto, que se llama ayotentli. Tiene las hojas coloradas y también la madera. Hay otros árboles silvestres que se llama chichiccuáuitl o chichippatli, que quiere dezir "medicina amarga". La corteça de este árbol mulida es medicinal. Haze buena digestión; limpia los intestinos; es buena para la urina. Bébense los bulbos mulidos con agua. El meullo de este árbol es muy recio. Sacan de él los tarugos para las saetas, en lugar de casquillos. Hay en esta tierra unos árboles que se llaman amacuáuitl. Tienen lisa la corteça y las hojas muy verdes. Son del tamaño de duraznos. De la corteça de él hazen papel, y cuando ya es viejo, córtanle y torna a echar renuevo. Hay una manera de árboles que se llama copalcuáuitl. Son silvestres. Tienen la madera muy liviana y rezia, y hazen de esta madera xícaras basos. Hay otros árboles que también se llaman copalcuáuitl. De éstos mana aquella resina blanca que se llama copal, que es el incienso que ofrecían a sus dioses. Mucho de ello se vende agora en los tiánguez, porque es muy bueno para muchas cosas y es medicinal. Házese en las provincias de Tepecuacuilco y de Youalla, y en las provincias de Couixco. Hay otra manera de árboles que se llaman ocotzocuáuitl o xochiocotzocuáuitl. Son altos y gruessos y tienen las hojas como alisos. Mana de ellos una resina. De ella hazen las cañas del humo que chupan. Hay otros árboles que se llama olcuáuitl. Son grandes, altos, y hazen gran copa. De estos árboles mana aquella resina negra que se llama olli. Para que mane, córtanle la corteça, y por allí mana el olli. Esta resina que se llama olli es muy medicinal; casi para todas las enfermedades es provechosa: es medicina para los ojos, es medicina para postemas y pudrimientos, y también se bebe con cacao; es provechosa para el estómago y para los intestinos, y provechosa para los pudrimientos interiores y para la cámara, cuando se cierra. Esta resina házese muy correosa. Hazen de ella las pelotas para jugar, y salta más que las pelotas de viento. Hay otros árboles que se llaman uitzcuáuitl. Son colorados y tienen con la madera de ellos el tochómitl. Son del tamaño de duraznos. Estos árboles tienen la hoja como los madroños. A la espessura de los árboles llaman cuappotzalli; quiere dezir "espessura de muchos árboles que están juntos". Y las ramas de los unos están entre los otros, y hazen la sombra escura. Adonde están los árboles ralos llaman cuauhcayactli, que quiere dezir "raleza de árboles", porque están apartados unos de otros. El campo está claro. Este nombre cuáuitl se l por árbol verde, o que es pequeñuelo, que crece y se riega, o por árbol que ya está grande y por árbol que ya es viejo. Llámase cuáuitl el que se traspone, el que nace de semilla cuando es ternezito y cuando brota; y cuando ya crece llámase cuauhcónetl o cuauhpilli o cuauhcélic. Propiedades de los árboles en nacer y crecer Cuando ya es grande el árbol llámase iyolloco cuáuitl. Los árboles siémbranse y traspónense, engruésanse. La semilla debaxo de la tierra humedécese; púdrese; echa raízes; rebienta; nace; apunta; levanta la tierra para salir; parécese sobre la tierra; cría hojitas tiernas; crecen poco a poco; endurécense; proceden creciendo; crían ramas y hojas; haze horcadas; echa guión; echa hijos por debaxo; házese perfeto árbol; caénse las hojas; reverdece; haze renuevo; haze yemas; rebientan las yemas; brotan las flores; crían frutos pequeñitos y madúranlos. Párrapho cuarto: de las partes de cada árbol, como es raízes, ramas, etc. Las partes que tiene un árbol son las siguientes: raíces gruessas y delgadas y redondas o rollizas. Estas raíces métense debaxo de la tierra; profúndanse hazia lo hondo de la tierra; ásense a la tierra; por ellas recibe criamento el árbol. La cepa del árbol es gruessa y es redonda. Tiene corteças ásperas. De esta cepa salen las raíces a todas partes. Esta cepa, donde nacen las raíces, es rezia y fornida. Está muy bien apretada con la tierra. Las raíces son sus ataduras. Esta cepa sustenta a todo el árbol, teniéndole sobre sí. El tronco del árbol sale de la cepa. Es gruesso debaxo, y lo alto es mis delgado. Es gruesso y rollizo y redondo. Es nodoso. Salen de él las ramas, unas tuertas y otras derechas. Tienen corteça; tienen concavidades; tienen en algunas ramas cortadas. Tiene horcadas; tiene ramas espessas y rezias; tiene algunas ramas que no valin nada. Es áspero en la corteça. Tiene unas ramas baxas, otras altas. Hiende la corteça para ensancharse. Haze alto y házese gruesso. Echa pimpollos iguales al pie. Las ramas del árbol se llaman cuáuhmaitl; son tuertas y espessas. Tienen las ramas parradas y gaxossas. La cima o copa del árbol es esparramada o espardida o acopada. Los grumos del árbol son tiernos y delicados. Los tallos son puntiagudos; tienen la punta delgada. La horcada del árbol es angusta y hazia el cabo de baxo más angusta. La corteça del árbol en unos árboles es gruessa, en otros es delgada. Es ancha. Algunas son pegaxossas porque el hazia el árbol, y otras tienen como conchas por de fuera. Algunas son rezias y fornidas, otras son correosas y flexiles. El meúllo del árbol en algunos es tierno y en otros blando, en otros es fofo, en otros es liviano. Son derechos. El meúllo de algunos árboles es fofo, blando, liviano; en algunos correoso, en otros es rezio y maciço. Algunos meúllos de árboles son lisos, otros son amarillos, otros negros, otros negrestinos. Párrapho quinto: de los árboles secos que están en pie o caídos en tierra, y de los maderos labrados para edificar Los árboles secos que están levantados o caídos llámanse cuáuitl. Puédese labrar y dolar. Hay algunos árboles secos con que tiñen. Hay algunos árboles secos que los hienden para quemar. De los árboles hazen vigas y planchas. También de los árboles toman leña para quemar. Hay un árbol de que se hazen tablas y cuya madera arde muy bien. Llámase tlatlapantli o tlatlapancuáuitl. Agora sea verde, ahora sea seco, se llama assí o tlatzayantli. Las tablas se llaman oapalli. Unas de ellas son delgadas, otras gruessas, unas llanas, otras cóncavas. Los tablones se llaman tlapechuapalli o xopétlatl. Son gruessos y anchos, unos largos y otros cortos. A las pandillas o tablas de que hazen aros de cedaços llaman uapalçóyatl. Son muy delgadas y correosas. Házense de ellas aros. A las viguetas llaman cuauácatl. Unas de ellas son gruessas y otras delgadas, y unas anchuelas y otras angostas. A los rollos o maderos rollizos llaman cuauhtectli o cuauhmimilli. Son rollizos, unos con corteça, otros sin ella, unos gruessos y otros delgados. A las vigas del entresuelo llaman ueuetzqui o uepantontli. Son cuadradas, unas largas, otras cortas. A la plancha o carrera de madero llaman elcuáuhyotl. Estas son gruessas y largas y rezias. También éstas se llaman ilhuícatl, porque sustentan la pieça. A las soleras llaman cuauhtentli. Están sobre la pared, a la orilla. Están los otros maderos sobre ellas. A los maderos que ponen sobre el cimiento de piedra, para sobre ellos poner adoves, llaman cuauhtepánitl, porque están sobre el cimiento de piedra, y de allí arriba se haze de adoves la pared. A la frente de la puerta, madero que está sobre los umbrales, llaman calíxcuatl o ilhuícatl. A las columnas de madero y a los umbrales de la puerta llaman tlaquetzalli o tlaquetzalmimilli o tlaxíllotl. A las puertas llaman cuauhtzaccáyotl o uapaltzaccáyotl. A las columnas de madero que están alrededor del patio llaman cuauhtlayaoalo. A los troços de madero llaman cuauhtzontli. De éstos unos son cuadrados, otros redondos, otros cóncavos. Al madero sobre que está el quicio de la puerta de abaxo llaman cuauhpechtli. A las estillas llaman tlaximalli o cuauhtlaximalli o tlaximállotl. A las raxas llaman tzicueoállotl o cuauhtzicueoállotl. A los maderos rollizos que echan debaxo de las vigas cuando las arrastran llaman cuámmitl. Estos son hechos de madero rezio. A los tarugos o estacas llaman tlaxichtli. A las serraduras de madero llaman cuauhtextli. A madero podrido llaman cuappalan. Párrapho sesto: de las cosas acidentales a los árboles, y de los árboles El árbol plántase y siémbrase y házese almástiga de árboles. Los árboles trasplántanse. Hay unos árboles que se llaman tzápotl o tzapocuáuitl. Es liso. Tiene la corteça verde, las hojas redondas, la madera blanca y blanda y liviana. Hazen de ellas sillas de caderas. La fruta de estos árboles es como mançanas grandes; de fuera son verdes o amarillos, de dentro blancos y blandos. Son muy dulces; tienen tres o cuatro cuescos dentro, blancos; y si comen muchos dan cámaras. Hay otros çapotes que se llaman cohiztzápotl porque provocan a dormir. Son como los de arriba, sino que son menores. Hay otros çapotes que se llaman tlacaçoltzápotl. Son como los de arriba dichos, pero son muy grandes. Hay otros árboles que se llaman atzáputl. Son lisos. El fruto de estos árboles se llama atzáputl, y son amarillos de dentro y de fuera. Son muy dulces, tiessos, a manera de yema de huevo cozida. Tienen cuescos de color castaño escuro. Hay otros árboles que se llaman xicotzáputl. Llámanlos los españoles peruétanos. Son muy dulces y muy buenos de comer. Házense en tierra caliente. Hay otros árboles que se llaman totolcuitlatzáputl o totolcuitlatzapocuáuitl. Házense en tierra caliente. La fruta de estos árboles se llama totolcuitlatzáputl. Son grandes como mançanas grandes. De fuera son verdes y de dentro negros. Son muy dulces y muy buenos de comer. Hay otros árboles que se llaman teçontzáputl. Son de la hechura y grandor del coraçón de carnero. Tienen la corteça áspera y tiessa. Son colorados por de dentro. Son muy dulces y muy buenos de comer, y tienen los cuescos negros, muy lisos y relucientes. Hay otros árboles que se llaman etzáputl, y la fruta eeyotzáputl. Son las anonas que tienen dentro muchas pepitas negras como frixoles negras. También éstos se llaman cuauhtzáputl. Hay otros árboles que se llaman aoácatl o aoacacuáuitl. Tienen las hojas verde escuras. El fruto de ellos se llaman aoácatl, y son negros por de fuera y verdes y blancos por de dentro. Son de hechura de coraçón. Tienen un cuesco de dentro de hechura de coraçón. Hay otros ahoacates que se llaman tlacaçolaoácatl. Son grandes como, los de arriba. Las mugeres que crían no los osan comer, porque causan cámaras a los niños que maman. Hay otros ahoacates que se llaman quilaoácatl. La fruta de éstos también se llama quilaoácatl. Son verdes por de fuera. Son muy buenos de comer. Son preciosos. Párrapho séptimo: de las frutas menudas, como son ciruelas, guayavas, cerezas Los árboles en que se hazen ciruelas o guayavas y mançanillas se llaman xococuáuitl. Los árboles en que se hazen las mançanillas de la tierra se llaman texócotl o texococuáuitl. Son árboles medianos y acopados. Tienen rezia madera. El fruto de ellos se llaman texócotl. Son amarillas y coloradas por de fuera, y de dentro blancas. Tienen cosquecillos dentro. Son muy buenas de comer. A los árboles en que se hazen las ciruelas llaman maçaxócotl. Házense en tierras calientes. El fruto de estos árboles: unos son coloradas, otros amarillas, unas gruessas, otras menudas. Atoyaxócotl son ciruelas gruessas, dulces, sabrosas. Son buenas de comer crudas y cozidas. Házese de ellas pulcre para beber, y emborracha más que la miel. Todas las ciruelas tienen cuescos grandes dentro. Los árboles en que se hazen las guayavas se llaman xalcócotl o xalxococuáuitl. Son estos árboles pequeños, y tienen las hojas y las ramas ralas. El fruto de estos árboles se llaman xalxócotl. Son por de fuera amarillas o verdinegras, de dentro unas blancas y otras coloradas o encarnadas. Tienen muchos granitos de dentro. Son muy buenas de comer. Estancan las cámaras. Al árbol donde se haze el cacao llaman cacaoacuáuitl. Tiene las hojas anchas y es acopado; es mediano. El fruto que haze es como maçorcas de maíz, o poco mayores, y tienen de dentro los granos de cacao. De fuera es morado y de dentro encarnado o bermejo. Cuando es nuevo, si se bebe mucho, emborracha, y si se bebe templadamente, refrigera y refresca. Hay unos árboles que se llaman teunacaztli o teonacazcuáuitl o ueinacaztli. Las flores de este árbol son muy aromáticas y preciosas, y tienen fuerte olor, y son muy amarillas. Úsanse mucho para oler y para beber, molidas con cacao; y si se bebe destempladamente, emborracha. Hay unos árboles que se llaman uaxi o uaxicuáuitl. Son medianos y lisos. Tienen las hojas lisas, casi como las hojas de los árboles del Peró. Crían una fruta como algarrovas. Es de comer. Véndense en los tiánguez. Hay unos árboles que se llaman mízquitl o mizquicuáuitl. Tienen las corteça vaça y lo interior de la corteça es muy blanco y correoso. Es medicinal. Bébese y házese pulcre con ella. Este árbol tiene la madera muy rezia. Tiene las hojas como el auéuetl, y sus hojas y grumos son medicinales para los ojos, echando el çumo de ellas en los ojos. El fruto son una vainas redondillas que tienen dentro unos granos; y las vainas son dulces y buenas de comer. Y si comen de éstas muchas, hinchan la barriga. Para comerlas, máscanlas y no las tragan, sino chupan el çumo. Algunos de éstos llámanse quetzalmízquitl, porque tienen mejor madera y mejor fruto. Hay morales en esta tierra. Llámanlos amacapuli o amacapulcuáuitl. Es liso y acopado. Tienen muchas ramas y hojas, y las hojas son muy verdes; son algo vellosas las hojas por el envés. Llevan moras como las de Castilla, pero pequeñuelas. Hay unos árboles en esta tierra que se llaman capuli o capulcuáuitl, y los españoles llaman a éstos cerezos, porque son algo semejantes a los cerezos de España en la hoja y en el fruto. La fruta se llama capuli; quiere dezir "cerezas de esta tierra". Las hojas y grumos de este árbol son medicinales para los ojos, echando el çumo de ellos en los ojos. Son dañosas estas cerezas cuando se comen muchas, porque causan cámaras. Los meollos de los cuescos cómenlos tostados. Otros de estos cerezos se llaman elocapuli, porque son mayores y hazen el fruto mayor. Son muy sabrosas de comer estas cerezas. Hay otros cerezos que se llaman tlaolcapuli, porque son menores y también hazen el fruto menudo; y llaman a las cerezas de éstos tlaolcapuli, porque tienen poco çumo y poca pulpa. Otros cerezos se llaman xitomacapuli. Házense cerezas gruessas; el meollo de ellas es pequeño. Tiene mucho çumo y el hollejo groseçuelo. Hay unos árboles que se llaman cuauhcamotli. Las raízes de estos árboles cuécense y ússense como vatatas, y son de buen comer. Párrapho octavo: de las diversidades de tunas Hay unos árboles en esta tierra que se llaman nopalli, que quiere dezir "tunal" o "árbol que lleva tunas". Es mostruoso este árbol. El tronco se compone de las hojas, y las ramas se hazen de las mismas hojas. Las hojas son anchas y gruessas. Tienen mucho çumo y son viscosas; tienen espinas las mismas hojas. La fruta, que en estos árboles se haze se llama tuna. Son de buen comer; es fruta preciada, y las buenas de ellas son como camuesas. Las hojas de este árbol cómenlas crudas y cozidas. A algunos árboles de éstos llaman coznochnopalli, porque las tunas que en ellos se hazen son amarillas por de dentro. Otros de estos árboles se llaman tlatocnochnopalli. Las tunas que en ellos se hazen son por de fuera coloradillas y por de dentro rosadas. Son de muy buen comer. Otros árboles de éstos hay que se llaman cuicuilnochnopalli. Tienen en las hojas unas vetas coloradas. Las tunas en que se hazen de éstos -anochnopalli- se llaman anochtli. Son coloradas por de fuera y por de dentro son moradas. Son grandes y tienen gruesso el hollejo. Llaman también tlaçolnochnopalli. Hay otros árboles de éstos que se llaman tzooalnochnopalli. La fruta que en ellos se haze se llama tzooalnochtli. Son coloradas de fuera, y de dentro son gruessas y largas. Llámanse por otro nombre estos tunales tlapalnochnopalli. Hay otros árboles de éstos que se llaman tzaponochnopalli. Tienen las hojas redondas y pardillas y verdes. Son medianos. No ahijan. Son baxuelas. La fruta de estos árboles tzaponochtli son redondas como çapotes. Hay otros árboles de éstos que se llaman tlanexnopalli. El fruto de ellos tlanexnochtli son estas tunas moradas escuras. Son redondas como çapotes. Hay otros árboles de éstos que se llaman camaxtle, y el fruto de ellos también se llaman camaxtle. Son tunas blancas que tienen el hollejo gruesso y acedo, pero el meollo es dulce. Hay otros árboles de éstos que se llaman xoconochnopalli. Son muy espinosas, y tiene las espinas agudas y largas. Las tunas de estos árboles se llaman xoconochtli; quiere dezir "tunas agras". Son blancas. Tienen los hollejos acedos y gruessos, que hazen dentera. Cómense crudas y también cozidas. El meollo tiénenle pequeño y dulce. Hay otros árboles de éstos, silvestres, que se llaman tenopalli, que se crían en los riscos y en las peñas y en las savanas. El fruto que en ellos se hazen se llama çacanochtli. Tienen los hollejos agros. Son pequeñas estas tunillas. Cómense cozidas y crudas. Hay otros árboles de éstos que se llaman azcanochnopalli. Son también silvestres y tienen muchas espinas, y grandes. El fruto de ellos se llaman azcanochtli. Son de muchas colores, unas blancas, otras coloradas. Son muy dulces. Son redondillas. Tienen los granillos menudos. Hay otros árboles de éstos que se llaman tecolonochnopalli. Tienen las hojas largas y angostas. Las tunas que en estos árboles se hazen se llaman tecolonochtli. Tienen gruessos los hollejos. Párrapho nono: de las raízes comestibles Las raízes del árbol que se llaman cuauhcamotli son comestibles como ya está dicho. Hay otras raízes buenas de comer que se hazen como nabos debaxo de la tierra, a las cuales llaman camotli. Estas son vatatas de esta tierra. Cómense cozidas, crudas y assadas. Hay otras raízes que se comen crudas, a las cuales llaman xicama. Son blancas y dulces, y matan mucho la sed. Hay otras raízes que también se comen, que se llaman címatl. Cómense cozidas, y si se comen crudas, hazen daño. Son de suyo blancas; cuando se cuecen, házense amarillas. Hay otras raízes que se comen crudas y cozidas, a las cuales llaman tolcímatl. Son redondillas y blancas; después de cozidas son amarillas. Hay otra raíz que también se come, que se llama cacapxon. Es casi como xicama. Hay otras raízes que también se comen, que se llaman cacómitl. Cómense cozidas. Tienen cáscaras y hojas casi como de cebullas. El meollo es blanco y comestible, y tiene sabor como de castaña. También el meollo de las raízes de las espadañas suelen comer cozidas y crudas. Las raízes de las espadañas que comen llámanlas acaxílotl. Hay otras raízes que llaman atzatzamolli, que también las comen. Házese en el agua dulce y son como fruto de unas yervas que se crían en el agua que tienen las hojas anchas como platos. Llámanse atlacueçona, que hazen unas rosas blancas. Hay otra raíz que se llama çacateztli. Es redonda, pequeña, como grano de maíz. Cómese cozida, y es sabrosa. Hay otra raíz que se llama quequexqui o quequéxquic. Házese en tierra caliente. Cómenla cozida. Hay otra raíz de una yerva que se llama xaltómatl. Es comestible cruda, cozida y assada; es agridulce. Hay otra raíz de una yerva que se llama uitzocuitlapilli, la cual se llama como la mesma yerva. Es comestible assada. Es quemosa.
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Capítulo sétimo Trata de la <en>baxada que <en>bió el rrey Teçoçomoctli a los mexicanos haziéndoles libres y francos de la seruidunbre <que> tenía dellos Luego que esto suçedió, dende algunos, <en>bió <en>baxadores el rrey Teçoçomoctli a los mexicanos, diziéndoles: "Señores y mexicanos, abed contento y alegría que el rrey Teçoçomoctli y toda n<uest>ra rrepública azcapuçalcas somos muy contentos que los n<uest>ros amigos y parientes los mexicanos descansen y sosieguen, que ya xamás abrá pesadumbre ni tributos ni seruiçios personales co lo era 7v lo eran de antes, saluo que pescado, rranas y todo género de otro pescadillo pequeño que nasçe y se cría en el alaguna, con el yzcahuitle, tecuitlatl, axaxayacatl, acoçil, anenez, cocolli, michpilli, que esto tan solamente contribuyan y lleuen Azcapuçalco los mexicanos; sobre todo, los patos de todo género dellos, que es el más prençipal rregalo de los propios mexicanos". Dende algunos años que el agua de la gran laguna mexicana se yba corrompiendo, dixeron los biexos mexicanos al rrey Huitzilihuitl: "Hijo y nieto n<uest>ro tan querido de nosotros u<uest>ros padres y abuelos, ¿parésçeos que mandéis que del agua <que> se derrama y biene a todas partes de estas lagunas, que proçede de Chapultepec, y para lo que conbiene a u<uest>ra persona y a n<uest>ra rrepública, <que> se ba n<uest>ra agua corronpiendo?" Rrespondió el rrey Huitzilihuitl: "Démosselo a entender a la persona de Teçoçomoctli, rrey". Y así, fueron a suplicárselo al rrey de Azcapuçalco, el qual rrespondió <que> le plazía, <que> la trujesen mucho de norabuena si la pudiesen lleuar a Mexico Tenuchtitlan. Y, bisto Chimalpupuca el mando y liçençia, luego se juntaron muchos mexicanos y començaron a echar çéspedes para en que biniese un caño de agua. E luego <que> se hizo el asiento de çéspedes, <en>bió mensajeros Chimalpupuca a Teçoçomoctli, su suegro, les hiziese m<erce>d de que para el caño de agua era nesçesario unos morillos para estacallo, y cal y piedra; que diese liçençia para <que> los mexicanos la cortasen del monte y truxesen de allá la piedra y cal biua. <En>tendido por Teçoçomoctli, rrey, dixo: "Norabuena. Hablaré a todos los prençipales de estos tepanecas azcapuçalcas". Hecho su cabildo y Teçoçomoctli propuso la oraçión ynterrogándoles con clemencia les conçediese la m<erce>d de darles piedra, madera y cal para el d<ic>ho caño. Los tepanecas se alborotaron, rrespondieron con soberuia que no querían conçederles ni darles lo que pedían porque era como abasallarlos y ser esclauos, catiuos, como de guerra y fuero bençidos, que absolutamente no querían. Y así se quedó y se salieron del senado tepaneca. H<echo> otra bez cauildo solos tepanecas, dixo Acolnahuacatl y Tzacualcatl y Tlacacuitlahua y Maxtlaton y Cuecuex, los mayorales de tepanecas: "Sea esta la manera <en> lo que <en>bían a pedir de la madera y cal y piedra. Porque no paresca que de puros lazerados no se lo damos, es bien que se lo demos y beamos que siendo n<uest>ro çerro Chapultepec y n<uest>ra agua la que pretenden, ¿cómo la lleuarán?, ¿a quién la an de yr a conprar? Y sobre ello, pues son benedizos estos mexicanos y ser como son bellacos, sotiles, bellicosos, defenderemos el agua a fuerça de armas. Y començemos desde luego a hazer espadartes (maacuahuitl) y rrodelas y baras largas agudas, que entiendan estos miserables mexicanos la fortaleza de nosotros los tepanecas. Y beamos de adónde les bernán leña que allá queman y legunbres <que> ban de n<uest>ra tierra para Mexico Tenuchtitlan con <que> se sustentan, a dónde tendrán salida para buscallo; que están muy apoderados en n<uest>ras tierras, que som, a bien <en>tender, nuestros de los tepanecas, ser nuestros basallos por esta causa". E después de aber <en>tre ellos <hecho> y rresultos <en> su yntento de ser mortales enemigos los tepanecas con los mexicanos, determinaron otro yntento. Dixeron los más ançianos dellos llamados Acolnahuacatl y Tzacualcatl y Tlacacui 8r tlahua y Maxtlatan y Cuecuex: "Traigamos a Chimalpupuca, u<uest>ro es, n<uest>ro nieto, y quédese en este n<uest>ro pueblo, pues n<uest>ro hijo y nieto". Otros que allí estauan dixeron: "No es bien que benga acá sino la muger, que es n<uest>ra nieta, hija de n<uest>ro rrey Teçoçomoctli, porque Chimalpupuca es hijo y nieto de los mexicanos". Biendo esta disçençión y discordia <en>tre ellos, ellos propios propusieron bandos unos con otros <en> tal manera que bino a rrompimiento y fue tan grande <que> los unos apellidaron a comarcanos de la parte de los montes y los otros de los llanos, començando a pedir socorro a Tacuba, Cuyuacan y montañeses. Y esta fue la ocasión, unos por fauoresçer a los mexicanos, otros por sujetarlos a serbidunbre con guerra, de manera que esta fue la ocasión de auer <en>tre ellos guerras çebiles. Durante estas guerras murió Teçoçomoctli, rrey, y abido los tepanecas su acuerdo, determinaron <en>tre ellos, pues era muerto Teçoçomoctli, <que> era bien <que> fuesen a matar Acamapichtli, su generaçión, proçedido que era el rrey Chimalpupuca, su hijo, y, muerto, que <en>tenderían los de Aculhucacan, tezcucanos, y Culhuacan la rrazón por que los mataron los tepanecas, "y temernos an los unos y los otros con esto que hagamos en Chimalupuca y mexicanos". Rresolutos con esto y armados, con traiçión fueron a Tenuchtitlan los de Azcapuçalco y mataron al rrey Chimalpupuca y a su hijo Teuctlehuac, quedando la rrepública mexicana sin gouierno ni rrey <en>tre ellos <que> los gouernase.
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Capítulo sexto De cómo los de Tulla se enojaron por el casamiento, y de otro embuste que hizo Titlacaoa Después de cumplido y hecho el matrimonio del dicho toueyo con la hija del señor Uémac, los dichos tultecas començaron a enojarse y dezir palabras injuriosas y afrentosas contra el señor Uémac, diziendo entre sí: "¿Por qué el señor Uémac casó la hija con un toueyo?" Y como el dicho señor Uémac entendió y oyó las palabras afrentosas que contra él dezían los dichos tultecas, llamóles, diziendo: "Vení acá. Yo he entendido todas las palabras injuriosas que havéis dicho contra mí por amor de mi yerno que es un toueyo; yo os mando que le llevéis disimuladamente a pelear a la guerra de Çacatépec: y Coatépec para que le maten nuestros enemigos". Y ansí oyendo estas palabras del dicho señor Uémac, los tultecas armáronse y juntáronse y fueron a la guerra con muchos peones y con el yerno toueyo del dicho señor Uémac. Y en llegando al lugar de la pelea, enterráronle al dicho toueyo para aguardar a los enemigos con los pajes enanos y coxos. Despues de haver enterrado a todos aquellos enanos y coxos -que es ardid que ellos solían tener y hazer en la guerra- los dichos tultecas fueron a pelear contra los enemigos de Coatépec. Y el dicho toueyo dezía a los dichos pajes enanos y coxos: "No tengáis miedo; esforçaos porque a todos nuestros enemigos hemos de matar". Y los dichos enemigos de Coatépec prevalecían persiguiendo y venciendo a los tultecas, los cuales huían delante de los enemigos, escapándose de las manos de los enemigos; y astuta y engañosamente los dichos tultecas dexaron al dicho toueyo solo enterrado con los dichos pages, huyéndose de los enemigos. Y havían pensado que los dichos enemigos matarían al dicho toueyo con los pages, porque estava solo con los dichos pages, y se vinieron a dezir y dar noticia al señor Uémac, diziendo: "Señor, ya hemos dexado a vuestro yerno toueyo solo en la guerra con los pages en poder de los enemigos". Y como el señor Uémac havía oído la traición que havían hecho los dichos tultecas con el dicho yerno toueyo, holgáse mucho pensando que ya era muerto el dicho yerno toueyo, porque tenía gran vergüença de tener tal yerno forastero toueyo. Y el dicho toueyo, estando enterrado, mirava a los enemigos y dezía a los dichos pages: "No tengáis miedo; ya se llegan contra nosotros los enemigos; yo sé que los tengo de matar a todos". Y ansí se levantó y salió contra los enemigos de Coatépec y Çacatépec, persiguiéndoles y matándoles sin número; y como esto vino a la noticia del señor Uémac, espantóse y pesóle mucho y llamó a los dichos tultecas, diziéndoles: "Vamos a recebir a nuestro yerno". Y ansí fueron todos a recebirle con el señor Uémac, llevando consigo unas armas o divisas que se llaman quetzalapanecáyutl, y rodelas que se llaman xiuhchimalli, y le dieron al dicho toueyo, y ansí lo recibieron bailando y cantando y tañiéndole las flautas con los dichos pages, con mucha victoria y alegría. Y todos los dichos tultecas, en llegando al palacio del dicho señor Uémac, emplumáronle la cabeça, y todo el cuerpo tiñiéronle con color amarillo y la cara con color colorado, y a los pajes. Este es el regalo que solían hazer a los que venían con victoria de la guerra. Y después le dixo el señor Uémac al dicho yerno: "Agora ya estoy contento de lo que havéis hecho, y los tultecas están ya contentos; muy bien havéis hecho con los enemigos; descansa y reposa".
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Capítulo sexto Trata de la muerte del rrey de los mexicanos Acamapichtli y el rrey que <en> su lugar se puso y las cosas que suçedieron con los comarcanos En este comedio de tiempo fallesçió el rrey de los mexicanos Acamapichtli, <que> fue en este el comienço de sujetarse los mexicanos a tributo por estraños, y así, luego todos los mexicanos hizieron junta y cauildo <en>tre ellos, diziendo: "Mexicanos antiguos, balerosos, chichimecos, ya es fallesçido n<uest>ro rrey Acamapichtli. ¿A quién pondremos <en> su lugar que rriga, gouierne este pueblo mexicano? Pobres de los biexos, niños, mugeres, biexas que ay. ¿<Qué> será de nosotros? ¿A dónde yremos a demandar rrey que sea de n<uest>ra patria y nación mexicana? Hablen todos para de cuál parte eligiremos rrey, e nenguno quede de hablar pues a todos nos ymporta para el rreparo, cabeça de n<uest>ra patria mexicana; 6v asimismo esté y asista, rrepare la casa antigua de la abusión (tetzahuitl) dios Huitzilopochtli. ¿Quién será el que será padre de este n<uest>ro ydolo Huitzilopochtli? Aliende, ay en nuestra patria mugeres, niños, biexos, biexas, de dos, tres, quatro, çinco a<ño>s, y de un año y de meses, como beis. Rrespondé a esta demanda. Sepamos y <en>tendamos quál será y de dónde bendrá. Asimismo sabréis y <en>tenderéis que ay muchos hijos que dexó n<uest>ro rrey y señor Acamapichtli". E así, con esto, los más prencipales biexos y saçerdotes de los mexicanos de los quatro barrios, moyotecas y teopantlaca y Atzacualco y los de Cuepopan, y estos todos dixeron: "Mexicanos, tenuchcas, chichimecas, ¿a quién podemos demandar por n<uest>ro rrey y señor, estando como estamos congregados los quatro barrios d<e> Mexico Tenuchtitlan, si no es a n<uest>ro nieto, hijo muy querido, Huitzilihuitl, que, aunque es mançebo, él guardará, rregirá la casa de la abusión Huitzilopochtli y patria mexicana?" Y así, todos juntos, biexos, biexas, mançebos y biexos, rrespondieron a una <que> sea mucho de norabuena, que a él quieren por señor y rrey. Rresolutos en esto, determinan yrle a rreberençiar y rresçibir por tal señor y rrey de los mexicanos tenuchcas chichimecos, que se yntitulaua ya segundo rrey mexicano en esta rrepública y senado mexicano, y le dixeron: "Hijo y n<uest>ro muy querido nieto, tomá el cargo y trauajo de rregir este pueblo mexicano, que está metido <en>tre laguna, tulares, cañaberales, adonde es querido, rreuerençiado, adorado la abusión de Huitzilopochtli, tan estimado, querido de todos nosotros. Y así, ya es notorio, hijo y n<uest>ro muy querido nieto y rrey n<uest>ro, como los mexicanos estamos sometidos a seruidumbre en esta tierra de tepanecas y al señor de ellos en Azcapuçalco, Teçoçomoctli, que, so birtud de estar aquí nosotros en tierras agenas, somos ya basallos de estos tepanecas azcapuçalcas. Por ende, hijo n<uest>ro, esforçaos y conseguí el baleroso ánimo de u<uest>ro padre el rrey Acamapichtli, que sufrió con mucha paçiençia esta serbidumbre, pobreza, este laje laguna. Ese propio ánimo y esfuerço abéis de çufrir y lleuar con paçiençia, pues u<uest>ro padre le sufrió y lleuó hasta la fin de sus días como baleroso rrey <que> fue". Puesto el rrey Huitzilihuitl, dende algunos días el senado mexicano hizo junta o cauildo. Començó el uno, el más antiguo biexo, primero en el hablar, dixo a todo el senado mexicano: "Ya tenemos rrey puesto. ¿Parésçeuos <que> con esto abemos de tener algún descanso de tantos trauajos como tenemos de serbidumbres a estraños señores? Y, así, no le tenemos <en> uno sino <en> tantos como son: los unos los de tepanecas Azcapuçalco, los otros en Acalhuacan y los otros n<uest>ros señores los de Culhuacan. Es mucha y muy pesada la carga de tanta seruidumbre y a tantos señores. Determinemos de tener algún descanso de tantos trabajos y <en> tantas partes. Y mirá, hijos y hermanos, que esto que digo es berdad y lo propio cada uno de bosotros lo dirá, que es la uerdad, y tenemos gran nesçesidad de tolerar n<uest>ros grandes trauajos y miserias. "Y la rresoluçión de todo esto, es menester que bamos al rrey de Azcapuçalco, Teçoçomoctli, con n<uest>ra <en>baxada para que nos diese su única hija carnal <que> 7r tiene para n<uest>ro rrey, que nos la diese por muger para n<uest>ro rrey Huitzilihuitl que agora es en esta rrepública mexicana, para, ni más ni menos, por esta ocasión tener algún descanso de los muchos que de presente tenemos". Con esta rresoluçión fueron todos los mexicanos antiguos, biexos, rretóricos, por <en>baxadores al rrey de Azcapuçalco, Teçoçomoctli, a la demanda de su hija. Lleuaron como dones y presentes cantidad de pescado blanco, xohuile, rranas, yzcahuitle, lo que tenían los mexicanos. Llegados, hizieron rreuerençia a Teçoçomoctli, rrey de Azcapuçalco, diziéndole: "Hijo, nieto n<uest>ro muy querido, obedesçido de nosotros los miserables mexicanos, y nosotros, u<est>ros padres y abuelos <que> somos, y en tal os tenemos y ternemos siempre, aguardando sienpre u<uest>ros rreales mandam<iento>s <en> lo que nos fuere mandado, benimos con mucha umildad y os suplicamos por el alto balor y señorío u<uest>ro, miserables de nosotros, y de u<uest>ro basallo que está y guarda y rrige u<uest>ra rrepública y pueblo mexicano, teniendo como tenéis esmeraldas y piedras preçiosas y tan queridas hijas u<uest>ras. Pobre de u<uest>ro basallo, pues no tenemos a dónde yr ni acudir sino es a bos como a n<uest>ro amo y señor y nosotros u<uest>ros basallos, nos hagáis tanta merçed e mandarnos dar una hija y esmeralda y querida buestra para que baya a rregir y gouernar u<uest>ro pueblo mexicano y ser conjunta persona de Huitzilihuitl, u<uest>ro leal sieruo y basallo, n<uest>ro rrey y señor". Oydo por Teçoçomoctli, rrespondió: "Hijos y hermanos mexicanos, yo soy muy contento de ello. Pues ¿qué puedo dezir sino que ellas fueron nasçidas para ese efeto, como muger quee son y lleuaderas? Y señalo la que a de ser muger de Huitzilihuitl a mi hija Ayauhçihuatl". Y con esto los mexicanos se humillaron y rreuerençiaron a Teçoçomoctli, rrey, por tan buena obra como les hazía en conçederles luego su hija Ayauhçihuatl por muger de su rrey y nieto. Y los mexicanos la trujeron a Mexico Tenuchtitlan y allí la hizieron los biexos una oraçión, prática, de tal señora y ser como eran sus basallos los biexos, y la pusieron <en> su trono con su marido Huitzilihuitl. Dende algunos años procrearon ellos de la Ayauhçihuatzin un hijo y luego fueron con esta nueua a Teçoçomoctli, de que rresçibió mucho contento y alegría. Y luego binieron todos los prençipales de tepanecas, Azcapuçcalco y Cuyuacan, en Tenuchtitlan y, juntos, hizo una oraçión a todos ellos el Teçoçomoctli diziendo hablasen primero los mexicanos. Y rrinden las graçias a todos los tepanecas y, fecha la oraçión por los mexicanos, dixeron los tepanecas todos: "En gran manera estamos todos consolados en abernos dado nieto barón, y así, dispongo por nonbre Chimalpopoca". <Rr>espondieron los mexicanos con mucha alegría <que> fuese mucho de norabuena, que ellos eran muy contentos de ello, y fueron con este contento y alegría y publicóse <en> casa de Teçoçomoctli esta <en>baxada y por todo Cuyuacan.
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Capítulo sexto De las demás casas de este signo, unas prósperas, otras adversas, otras indiferentes La tercera casa de este signo se llama ei atl. Dezían que era indiferente, o bien o mal afortunada, porque cualquiera que nacía en este día, que sería rico y próspero y tendría mucha hazienda, que ganaría por su trabajo y que lo perdería presto, y se desharía como agua o como cosas que lleva el río. Y nunca saldría con nada, ni tendría reposo ni contento; todo se le desharía entre las manos, y todo su trabajo saldría en vano. La cuarta casa de este signo se llama naui itzcuintli. Dezían que cualquiera que nacía en esta casa sería rico y venturoso, y tendría qué comer y bever, aunque no trabajasse un solo día, ni sabría dónde le venía lo que comía. En cualquiera casa se hallaría contento en todo el día, y aun ganaría algo para sustentación de sus hijos. Y ansí estando descuidado, se le viene lo que ha de comer, y no sabe de dónde y de qué manera se haze esto; aunque trabaje poco, gana algo para sustentarse. Y más, dezían que si el que nacía en este signo se dava a criar perritos, todos cuantos quisiesse criar, se le multiplicarían y los gozaría y sería rico con ellos, porque era granjería que se usava. Y dezían que era de un mesmo signo él y ellos. Y unos vende y otros se le nacen; y con ellos ganava ropas que se llaman cuachtli, y se hazía rico del precio de los perros, porque era costumbre antiguamente comer los perros y venderlos en el mercado. Y los que los criavan tratan al mercado muchos perros, y los compradores a su plazer y contento buscavan el que era mejor, o de pelo chico o de pelo largo. Cuando vendían estos perros en el tiánquez, unos ladravan y otros carleavan; y los atavan los hozicos porque no mordiessen. Y cuando los matavan, hazían un hoyo en la tierra y metían en él las cabeças de los perros, y los ahogavan. Y el dueño del perro que le vendía, poníale un hilo de algodón floxo en el pescueço y halagávale trayéndole la mano por el cuerpo, diziéndole: "Aguárdame allá, porque me has de passar los nueve ríos del infierno". Y algunos ladrones matavan estos perros, armándolos con lazos. La quinta casa de este signo se llama macuil oçomatli. Dezían que el que nacía en esta casa era inclinado a plazeres y regozijos y chocarrerías, y con sus donaires y truhanerías daría contento y alegría a los que le oían, y dezía donaires y gracias sin pensarlos, y dezían que esto tenía por razón del signo en que havía nacido. La sexta casa de este signo se llama chicuacen malinalli. Dezían que era casa mal afortunada, porque los que en ella nacían bivían siempre en pobreza y trabajos, y sus hijos todos morían, y ninguno se lograva, y venían a tanta bajeza éstos que se vendían por esclavos. La séptima casa de este signo se llama chicome ácatl. Dezían que era bien afortunada; y los que en ella nacían, serían ricos, y que cualquiera cosa que emprendiessen, tendría próspero suceso. La octava casa de este signo se llama chicuei océlutl; y la novena chicunaui cuauitli; y la décima matlactli olin; y la undécima matlactlionce cozcacuauhtli; y la duodécima matlactliomome técpatl. Todas estas casas dezían que eran mal afortunadas, y los que en ellas nacían ninguna buena ventura tendría. A la terciadécima casa de este signo llamavan matlactliomei quiáuitl. Dezían que era cosa venturosa por ser la casa postrera de todas las de este signo, y dezían que todos los que en ella nacían, ansí hombres como mugeres, serían ricos y muy abastados de las cosas necessarias, y que tendrían larga vida y llegarían a la vejez por haver nacido en la casa postrera del signo.
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Capítulo sexto Del lenguaje y afectos que usavan orando a Tezcatlipuca, demandándole tuviesse por bien de quitar del señorío, por muerte o por otra vía, al señor que no hazía bien su oficio. Es oración o maldición del mayor sátrapa contra el señor, donde se pone muy estremado lenguaje y muy delicadas metáphoras ¡Oh, señor nuestro humaníssimo, que hazéis sombra a todos los que a vos se llegan, como el árbol de muy gran altura y anchura! Sois invisible y impalpable, y tenemos entendido que penetráis con vuestra vista las piedras y árboles, viendo lo que dentro está ascondido. Y por la misma razón veis y entendéis lo que está dentro de nuestros coraçones, y veis nuestros pensamientos. Nuestras ánimas en vuestra presencia son como un poco de humo y de niebla que se levanta de la tierra. No se os puede agora asconder, señor, las obras y manera de bivir de fulano: veis y sabéis sus cosas, y la causa de su altivez y ambición, que tiene un coraçón cruel y duro y usa de la dignidad que le havéis dado, así como el borracho usa del vino, y como el loco de los beleños; esto es, que la riqueza y dignidad y abundancia que por breve tiempo le havéis dado, que se passa como el sueño del señorío y trono vuestro que posee, esto le desatina y altiveze y desasossiega, y se le buelve en locura, como el que come beleños que le aloquezen. Así a éste la prosperidad le haze que a todos menosprecie y a ninguno tenga en nada. Parece que su coraçón está armado de espinas muy agudas, y también su cara. Y esto bien se parece en su manera de bivir y en su manera de hablar, que ninguna cosa haze ni dize que dé contento a nadie; no cura de nadie, ni toma consejo con nadie; bive según su parecer y según su antojo. ¡Oh, señor nuestro humaníssimo y amparador de todos y proveedor de todas las cosas, y criador y hazedor de todos! Esto es muy cierto, que él se ha desbaratado y desatinado, y se ha hecho como hijo desagradecido de los beneficios de su padre, y está hecho como un borracho que no tiene seso. Las mercedes que le havéis hecho y la dignidad en que le havéis puesto ha sido la ocasión de su perdición. Allende de lo dicho, tiene otra cosa harto reprensible y dañosa, que no es devoto, ni ora a los dioses, ni llora delante de ellos, ni se entristeze por sus pecados, ni sospira. Y esto le procede de haverse desatinado en los vicios como borracho; anda como una persona baldía y vazía y muy desatinada; no tiene consideración de quién es ni del oficio que tiene. Ciertamente deshonra y afrenta a la dignidad y trono que tiene, que es cosa vuestra y devía ser muy honrada y reverenciada, porque de ella depende la justicia y rectitud de la judicatura que tenéis para el sustento y buen regimiento de vuestro pueblo, vos, que sois amparador de todos, y para que la gente baxa no sea agraviada y opremida de los mayores. Asimismo de ella depende el castigo y humillación de aquellos que no tienen respecto a vuestro trono y dignidad. Y también los mercaderes, que son a quien vos confiáis más de vuestras riquezas y discurren y andan por todo el mundo y por las montañas y despoblados, buscando con lágrimas vuestros dones y mercedes y regalos, lo cual vos dais con dificultad y a quien son vuestros amigos. Todo esto rescibe detrimento con no hazer él su oficio como deve. ¡Oh, señor! Que no solamente os deshonra en lo ya dicho, pero aun también cuando nos solemos juntar a cantar y tañer los vuestros cantares donde demandamos las vuestras mercedes y dones, y donde sois alabado y rogado, y donde los tristes y afligidos y pobres se esfuerçan y consuelan, y los que son cobardes se esfuerçan para morir en la guerra, en este lugar sancto y tan digno de reverencia haze este hombre disoluciones y destruye la devoción y desasossiega a los que en este lugar os sirven y alaban, en el cual vos juntáis y señaláis a los que son vuestros amigos, como el pastor que señala sus ovejas, cuando se cantan vuestros loores. Y pues que vos, señor, oís y sabéis ser verdad todo lo que he dicho en vuestra presencia, no hay más sino que hagáis vuestra sancta voluntad y el beneplácito de vuestro coraçón, remediando este negocio. A lo menos, señor, castigalde de tal manera que sea escarmiento para los demás, para que no le imiten en su mal bivir. Véngale de vuestra mano el castigo según que a vos pareciere, ora sea enfermedad ora otra cualquiera aflicción, o le privad del señorío para que pongáis a otro de vuestros amigos que sea humilde y devoto y penitente, que tenéis vos muchos tales, que no os faltan tales personas cuales son menester para este oficio, los cuales os están esperando y llamando y los tenéis conoscidos por muy amigos y siervos que lloran y sospiran en vuestra presencia cada día. Elegid alguno de éstos y tomad alguno de éstos, para que tenga la dignidad de este vuestro reino y señorío; hazed experiencia de alguno de éstos. ¿Cuál de estas cosas ya dichas quiere vuestra magestad conceder: o quitarle el señorío y dignidad y riquezas con que se ensoberveze, y darlo a alguno que sea devoto y penitente y os ruegue con humildad, y sea hábil y de buen ingenio, humilde y obediente; o, por ventura, sois servido que éste a quien han ensobervezido vuestros beneficios caya en pobreza y en miseria, como uno de los más pobres rústicos que apenas alcançan qué comer ni qué bever ni qué vestir, o, por ventura, plaze a vuestra magestad de hazerle un rezio castigo de que se tulla todo el cuerpo, o incurra en ceguedad de los ojos, o se le pudran los miembros; o, por ventura, sois servido de sacarle de este mundo por muerte corporal y que se vaya al infierno, a la casa de las tinieblas y oscuridad donde hemos de ir todos, adonde están nuestro padre y nuestra madre la diosa del infierno y el dios del infierno? Paréceme, señor, que esto le conviene más para que descanse su coraçón y su cuerpo allá en el infierno con sus antepassados que están ya allá en el infierno. ¡Oh, señor, humaníssimo! ¿Qué es lo que más quiere vuestro coraçón? ¡Vuestra voluntad sea hecha! A esto que ruego a vuestra magestad no me mueve imbidia ni odio, ni con tal intención he venido a vuestra presencia. Lo que me mueve no es otra cosa sino el robo y mal tratamiento que se haze a los populares, y la paz y prosperidad de ellos. No querría, señor, provocar contra mí vuestra ira y indignación, que soy hombre baxo y rústico. Bien sé, señor, que penetráis los coraçones y sabéis los pensamientos de todos los mortales.