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César Borgia fue el primero en entrar en Milán y destronar al duque Ludovico el Moro. Leonardo, que huyó antes de las primeras luchas, regresó para ponerse al servicio de los franceses que habían conquistado su antigua corte. César Borgia apreció mucho el talante de ingeniero militar de Leonardo y posiblemente le encargó este mapa, que serviría a las tropas francesas para diseñar su avance y los puntos débiles de la región.En el mapa Leonardo ha utilizado una fingida vista aérea, que facilite la perspectiva y situación de las poblaciones toscanas. Podemos ver en el mapa Volterra, Milán, Pisa, el puerto de Livorno, el río Arno, etc.Para un espectador contemporáneo tal vez lo más chocante sea comprobar el criterio urbanista de finales del siglo XV y principios del XVI: ciudades defensivas, todas ellas colocadas en colinas y montes; prácticamente no hay promontorio sin edificar, para poder controlar la llegada de ejércitos enemigos.
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Hacia 1750 Gainsborough abandonó Sudbury, donde había realizado una interesante actividad como retratista -véase el retrato de Roberts Andrews y su esposa- para instalarse en Ipswich, residiendo en esta localidad durante casi nueve años antes de trasladarse a Bath. Este paisaje que contemplamos corresponde a esta estancia en Ipswich, renunciando a su contemplación de la naturaleza como fuente de inspiración para utilizar su imaginación como base de sus trabajos, tomando como referencia a los maestros del Barroco holandés -Ruysdael, Hobbema, Van Goyen- aunque todavía se mantiene su fidelidad a la humedad ambiental típicamente británica. También podemos apreciar una marcada influencia de Fragonard en las tonalidades cálidas empleadas y la utilización de figuras de género.
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Fotografía cedida por la Oficina Nacional Israelí de Turismo. Copyright Itamar Grinberg.
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En la década de 1640 Jan van Goyen se convertirá en un auténtico especialista en vistas panorámicas de ciudades, sirviendo como precedente a Jacob van Ruisdael. Durante sus numerosos viajes, Van Goyen realizará un buen número de imágenes de este tipo en las que la topografía se convierte en la principal protagonista. La ciudad de Amersfort se divisa al fondo, destacando las elevadas torres de sus iglesias y palacios así como sus molinos de viento. En primer plano encontramos un camino con viajeros y carreteros mientras que en la derecha se observa a dos campesinos sentados. En segundo término contemplamos el río Eem donde se refleja un molino. La línea del horizonte es muy baja, recurso muy habitual en el paisaje holandés, otorgando una importancia considerable al cielo plagado de nubes. De esta forma se refuerza la sensación atmosférica que el artista desea transmitir, difuminando los ambientes por efecto de la luz. El dibujo mostrado por Jan van Goyen es muy seguro como se aprecia en la silueta de los edificios y en las figurillas, resultando una obra de gran belleza.