Los hallazgos arqueológicos aseguran que el monasterio de Santo Domingo de Silos en la provincia de Burgos fue construido en época visigoda, aunque su momento de máximo esplendor fue la segunda mitad del siglo XI, bajo el mandato del futuro Santo Domingo, quien emprendió en esas fechas la reconstrucción del monasterio. En el siglo XVIII la iglesia románica fue destruida y reconstruida por el arquitecto Ventura Rodríguez en estilo neoclásico. Afortunadamente, el claustro no corrió la misma suerte. El claustro silense tiene dos plantas; el bajo se construyó entre la segunda mitad del siglo XI y el XII; el alto está fechado también en el siglo XII. El claustro tiene una planta cuadrada, con 16 arcos en las galerías norte y sur y 14 en las galerías de oriente y poniente. Los arcos son de medio punto y se sujetan sobre pares de columnas, algunas de ellas torsas, elemento que define la originalidad de esta edificación. Los capiteles están decorados con relieves vegetales, animales o escenas historiadas. Hasta seis maestros diferentes se han diferenciado en la realización de este fabuloso claustro. Los más destacados son el denominado "primer maestro" de Silos, que trabajó durante los últimos años del siglo XI realizando los seis machones que narran la muerte y resurrección de Cristo, y el maestro Fruchel, probablemente de origen francés, que realizó, a finales del siglo XII, el machón de la Anunciación y colaboró en San Vicente de Avila y algunas iglesias del Camino de Santiago.
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obra
El ruinoso estado y la incomodidad litúrgica de la venerable iglesia románica propició su completa renovación, a partir de una planta fechada en 1751, completándose el proyecto con otros dibujos de 1752. Las lentísimas obras, interrumpidas varias veces, culminaron con la consagración del templo en 1814. Para entonces, los proyectos habían sido simplificados y alterados, afectando principalmente al exterior, perdiendo el pórtico columnado convexo, una torre y la cúpula. Su esquema venía a ser la versión comprimida de la Idea de 1748; destacaba especialmente la cúpula peraltada sobre el alto tambor, flanqueada por pequeños campanarios, como hizo Juvarra en Superga, y el carácter maclado de todas las partes.
monumento
En la ladera de la montaña donde se situaba el primitivo Castillo de Estella se alza el antiguo Monasterio de Santo Domingo, una enorme construcción del siglo XIII siguiendo el estilo gótico imperante en el momento. Como es tradicional en los cenobios medievales, el monasterio se organizaba alrededor de un gran claustro de planta cuadrada. Recientemente ha sido reconstruido por la Fundación Príncipe de Viana para convertirlo en una residencia de ancianos, siendo elegido en el año 2003 para instalar entre sus muros el Parador de Turismo.
obra
El conjunto se compone de cuatro zonas: la iglesia, con planta de cruz latina y una sola nave cubierta con crucería; y tres claustros: Noviciado, Silencio y de los Reyes.
monumento
El Monasterio de Santo Tomás fue fundado por Hernán Núñez de Arnalte, Tesorero de los Reyes Católicos, en 1483, y puesto bajo la advocación de santo Tomás de Aquino. Tras su construcción se cedió el patronato de la fundación a los Reyes Católicos, quienes utilizaron parte del monasterio como residencia veraniega. La muerte del príncipe don Juan llevó a los monarcas a elegir este lugar como su lugar de enterramiento. En 1504 se fundaría en el monasterio la novena universidad de la Península, institución educativa que se mantuvo hasta su supresión en 1807. A este monasterio estuvo muy vinculado Tomás de Torquemada, ejecutor del testamento del fundador, convirtiéndose durante seis años en sede del Tribunal de la Inquisición. La obra del convento se debe a Martín de Solórzano. Los trabajos se desarrollaron entre 1482 y 1494, predominando en su construcción la espacialidad y belleza del conjunto sobre la riqueza decorativa. El conjunto se compone de cuatro zonas: la iglesia, con planta de cruz latina y una sola nave cubierta con crucería; y tres claustros: Noviciado, Silencio y de los Reyes. En la Capilla Mayor de la iglesia se halla el presbiterio, apoyado en un arco escarzano, que está sobreelevado respecto al piso de la nave. El Retablo Mayor, obra de Pedro Berruguete, preside la capilla. En el centro del crucero se encuentra el sepulcro del príncipe don Juan, obra de Fancelli.
obra
Relicario del Lignum Crucis, conservado en el Monasterio de Santo Toribio de Liébana (Cantabria). Según la tradición, se trata del mayor trozo de la cruz de Cristo existente en el mundo, habiendo sido traido por Santo Toribio, obispo de Astorga, desde Jerusalén, en el siglo V. Esto convirtió al monasterio en uno de los más importantes centros de peregrinación de la Cristiandad, junto a Jerusalén, Roma o Santiago de Compostela. La reliquia se conserva en el interior de un relicario de plata renacetista.