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obra
En el arte visigodo es habitual el contraste entre muros lisos y bandas decorativas. Los temas más extendidos y frecuentes son las combinaciones de círculos, ya sobremontados como las peltas clásicas, o enlazados en filas secantes para crear flores de cuatro pétalos; los primeros se dan en nichos y celosías, mientras que los segundos se adaptan a frisos, impostas o cimacios; pueden emplearse también en el relleno de placas o superficies más amplias, en unión de reticulados, aspas y otras combinaciones geométricas elementales. En la iglesia de San Juan de Baños nos encontramos con una composición homogénea y rigurosa de círculos secantes que crean cuadrifolios.