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El portaaviones Hiyo, gemelo del Junyo, fue el resultado de la transformación para la guerra de un transatlántico comercial. Desde el comienzo de su puesta en servicio comenzó a operar en la isla de Truk, tomando parte en la batalla de las Salomón. Averiado, no puedo intervenir en la batalla de Santa Cruz, donde los aviones de su gemelo hundieron al Hornet. Tras ser reparado, operó en Guadalcanal y en la batalla de las Marianas, en la que resultó hundido.
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Portaaviones de escolta de convoyes en el Atlántico, el HMS Biter era un buque mercante al que se le había habilitado una cubierta de madera para transportar aviones y permitir su despegue.
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El destructor HMS Campbeltown comenzó su vida como el USS Buchanan (DD 131), un buque de la clase "4 stackers". Cuando la construcción de estas naves cesó en 1922, 271 de estos habían sido construidos. Este diseño de la I Guerra Mundial pronto se hizo obsoleto, y el inicio de la II Guerra Mundial hizo que 102 de ellos fueran desechados. Sin embargo la Royal Navy, en la necesidad de realizar acompañamientos de los convoyes mercantiles, obtuvo cincuenta de ellos como parte de la Ley de Préstamo y Arriendo. Renombrado como HMS Campbeltown, escoltó los convoyes atlánticos y asistió al hundimiento del submarino alemán U-141. La hazaña más famosa del Campbeltown fue, sin embargo, la incursión legendaria en St. Nazaire. Camuflado como un barco alemán entró en el puerto ocupado de St. Nazaire, el único dique seco en la costa atlántica capaz de reparar el acorazado alemán Tirpitz, la noche del 28 de marzo de 1942. El engaño funcionó hasta que finalmente fue descubierto, dando lugar a una encarnizada batalla. El día siguiente, hizo explosionar una carga de 4 toneladas de explosivo, practicando una abertura en el dique seco que inundó las instalaciones y destruyéndose a sí mismo.
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La batalla del Atlántico se convirtió con el devenir de la II Guerra Mundial en un factor de primera importancia, pues la principal ruta de abastecimiento entre los aliados estaba amenazada por los submarinos alemanes. La solución fue adoptar una formación en convoyes, de tal forma que los buques fueran protegidos por la aviación y por navíos pequeños y rápidos. Además, se reforzaron los servicios costeros y la fabricación de aviones y buques de escolta lo que, con el paso de los meses, provocó la victoria final aliada en esta clase de guerra. El Clematis, buque de escolta, pertenecía a la clase Flower. Proyectado antes de la guerra, según un diseño inspirado en los buques balleneros, se fabricó de forma masiva durante el programa de rearme británico. Sin embargo, demasiado pequeños para escoltar convoyes en el Atlántico, sirvieron excelentemente en las misiones de vigilancia costera.
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Perteneciente a la clase Black Swan, sobre la que se realizaron algunas modificaciones, responde a un proyecto cuya puesta en práctica ya estaba en marcha antes de la guerra. Este tipo de buques fueron muy adecuados para realizar misiones de escolta de convoyes en el Atlántico.
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Fragata perteneciente a la clase River, fue el primer buque del nuevo tipo de escoltas oceánicas. Resultaba más rápido que las corbetas y su proyecto respondió al deseo de fabricarlos en serie. Le siguieron los tipos Loch y Bay, que mejoraron a su predecesor.