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De entrada es necesario subrayar la parquedad del registro respecto a estos temas; no obstante, algunas de las novedades de la investigación reciente permiten observar el proceso de transformación. En el área mediterránea, Cataluña ofrece tradicionalmente una documentación más abundante -Cultura de los Sepulcros de Fosa-, aunque la mayor parte de ella queda restringida al mundo funerario; en las demás regiones, a pesar de la persistencia de vacíos documentales importantes, se observan unas pautas generales. El hábitat es conocido parcialmente y de manera desigual, pero en general se observa en todo el ámbito mediterráneo una ruptura respecto a las fases anteriores, marcada por la generalización del hábitat al aire libre con asentamientos de mayor extensión y el progresivo abandono de la utilización de cuevas y abrigos naturales. Así, en Cataluña, los recientes descubrimientos de asentamientos (Can'Isach - Palau Saverdera, Girona - y Bòbila Madurell - Sant Quirze del Valles, Barcelona y Feixa del Moro -Andorra-) han llenado un vacío importante. La existencia de estos hábitats junto con la distribución de las necrópolis ha permitido caracterizar la distribución del poblamiento, observándose una cierta continuidad con los patrones de asentamientos en las zonas de mayor fertilidad (valles, llanos prelitorales o litorales) de las últimas fases del Neolítico Antiguo, pero presentando a la vez la existencia de variaciones significativas, como el aumento de la actividad colonizadora ocupando zonas nuevas, relativamente aisladas (zonas de la Cataluña central, zonas pirenaicas) y, por otra parte, el aumento del número de asentamientos. También se documenta la práctica desaparición de las ocupaciones en cuevas, si exceptuamos las del Toll o del Molinot. Las estructuras de estos poblados son poco conocidas, pero parecen reducidas, como en el caso de Bòbila Madurell, a depresiones o fosas de planta circular (probablemente silos o contenedores amortizados con desechos) y excepcionalmente se ha localizado alguna estructura excavada en el subsuelo, de planta rectangular-oblonga, que presenta agujeros de poste, estructuras de combustión, etc. Más significativa es la estructura del poblado de Can'Isach. Este asentamiento muestra un núcleo con diversos espacios de habitación de carácter permanente -delimitados con muros-zócalo y con estructuras de sustentación (postes), de combustión (hogares planos y cubetas) y de almacenamiento (braseros, silos) en su interior-, que presentan la superposición de diferentes pisos de ocupación, datado hacia finales del IV milenio-inicios del III milenio. En el País Valenciano se observa, igualmente, la ruptura de la dualidad de poblamiento observada en el Neolítico Antiguo o Neolítico I; se puede hablar de una expansión de la población y la fijación territorial en poblados de tipo abierto, con la ocupación de nuevas tierras en habitaciones dispersas (Les Jovades, Alicante y la Ereta del Pedregal). Un fenómeno similar ha sido definido en Andalucía, donde hay una mayor pervivencia de la utilización de cuevas, pero aparecen progresivamente las primeras ocupaciones de poblados como la Peña de los Gitanos, en Montefrío, el de Terrera Ventura en Tabernes (Almería) y muy probablemente Hornos de Segura (Jaén). La información sobre las ocupaciones en cuevas es muy dispersa y fragmentaria en zonas como la catalana (Cova del Toll y Cova de la Font del Molinot, en Barcelona) y la aragonesa (Abrigo del Pontet), mientras que en otras es bastante completa (Cova de l'Or y Cova de les Cendres, en Valencia, Nerja y Nacimiento, en Andalucía). El análisis paleoeconómico de este horizonte para la globalidad de las culturas de la Península, teniendo en cuenta el registro disperso y los problemas cronológicos y terminológicos anteriormente descritos, apunta hacia una dinámica marcada en primer lugar por un perfeccionamiento de las prácticas ganaderas. La asociación de animales domésticos se equilibra progresivamente incrementándose las especies de suidos y bovinos, en detrimento del predominio absoluto de la oveja y de la cabra documentado en el periodo anterior. Por otra parte, se observa la continuación de la recolección de especies de moluscos terrestres y de agua dulce. La caza tampoco se abandona si bien tiene un rol cada vez más secundario. En la actividad agrícola domina el cultivo de cereales, observando un aumento de la cebada, quizá debido a su mejor adaptación ecológica, pues se trata de una especie más rústica y resistente. Justamente en este periodo aumenta enormemente el número de molinos de mano, lo que también nos podría hacer pensar en un desarrollo mayor del trabajo agrícola; el resto de los útiles y estructuras de almacenaje relacionados con esta actividad sigue documentándose con cierta frecuencia (piezas de hoz, grandes recipientes cerámicos, silos). Un aspecto económico muy significativo de este periodo es el incremento de la documentación de intercambios de materias primas o productos elaborados. Así, por ejemplo, en Cataluña se debe resaltar la circulación de elementos malacológicos y la variscita, materiales usados para la fabricación de adornos que forman parte de los ajuares funerarios (cuentas de collar, colgantes...). El material lítico, en particular sílex de buena calidad o la obsidiana, es también objeto de intercambio si bien la falta de estudios pormenorizados impiden conocer, actualmente, el alcance de estas redes de circulación de materias primas o de bienes manufacturados, aunque la documentación en el caso de la variscita presupone un alcance medio. En efecto, el hallazgo y estudio en curso de las minas de Can Tintorer en Gavà (Barcelona) ha proporcionado elementos muy significativos en cuanto a la problemática de la circulación de materiales en el Neolítico Medio. Este complejo minero, que funcionó a lo largo de un milenio, aproximadamente 3600-2600 a.C., presenta una estructura compleja y de gran perfección técnica dedicada a la extracción de minerales (por el sistema de pozos y galerías) para la fabricación de cuentas de collar y brazaletes (variscita), de instrumentos tallados (lidita) y pulimentados (esquisto y otros). Los estudios realizados hasta la actualidad indican una producción importante y asimismo una distribución significativa que cubre la globalidad del área catalana extendiéndose probablemente hacia el Rosellón y Languedoc francés. El incremento de estos intercambios y la presencia de estos centros de producción especializados permiten constatar una incipiente complejidad social de la organización del trabajo; quizás con el impulso de ciertos sectores sociales especializados en una actividad que a su vez genera industrias subsidiarias (cestería, construcción de estructuras e instrumentos para la extracción de los minerales...).
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El vino y el pan serán los elementos fundamentales en la dieta medieval. En aquellas zonas donde el vino no era muy empleado sería la cerveza la bebida más consumida. De esta manera podemos establecer una clara separación geográfica: en las zonas al norte de los Alpes e Inglaterra bebían más cerveza mientras que en las zonas mediterráneas se tomaba más vino. Aquellos alimentos que acompañaban al pan se denominaban "companagium". Carne, hortalizas, pescado, legumbres, verduras y frutas también formaban parte de la dieta medieval dependiendo de las posibilidades económicas del consumidor. Uno de los inconvenientes más importantes para que estos productos no estuvieran en una mesa eran las posibilidades de aprovisionamiento de cada comarca. Debemos considerar que los productos locales formaban la dieta base en el mundo rural mientras que en las ciudades apreciamos una mayor variación a medida que se desarrollan los mercados urbanos. La carne más empleada era el cerdo -posiblemente porqué el Islam prohibe su consumo y no dejaba de ser una forma de manifestar las creencias católicas en países como España, al tiempo que se trata de un animal de gran aprovechamiento- aunque también encontramos vacas y ovejas. La caza y las aves de corral suponían un importante aporte cárnico a la dieta. Las clases populares no consumían mucha carne, siendo su dieta más abundante en despojos como hígados, patas, orejas, tripas, tocino, etc. En los periodos de abstinencia la carne era sustituida por el pescado, tanto de mar como de agua dulce. Diversas especies de pescados formaban parte de la dieta, presentándose tanto fresco como salazón o ahumado. Dependiendo de la cercanía a las zonas de pesca la presentación del pescado variaba. Judías, lentejas, habas, nabos, guisantes, lechugas, coles, rábanos, ajos y calabazas constituían la mayor parte de los ingredientes vegetales de la dieta mientras que las frutas más consumidas serían manzanas, cerezas, fresas, peras y ciruelas. Los huevos también serían una importante aportación a la dieta. Las grasas vegetales servirían para freír en las zonas más septentrionales mientras que en el Mediterráneo serían los aceites vegetales más consumidos. Las especias procedentes de Oriente eran muy empleadas, evidentemente en función del poder económico del consumidor debido a su carestía. Azafrán, pimienta o canela aportaban un toque exótico a los platos y mostraban las fuertes diferencias sociales existentes en el Medievo. Las carnes debidamente especiadas formaban parte casi íntegra de la dieta aristocrática mientras que los monjes no consumían carne, apostando por los vegetales. Buena parte del éxito que cosecharon las especias estaría en sus presuntas virtudes afrodisiacas. Como es lógico pensar los festines y banquetes de la nobleza traerían consigo todo tipo de enfermedades asociadas a los abusos culinarios: hipertensión, obesidad, gota, etc. El pan sería la base alimenticia de las clases populares, pudiendo constituir el 70 % de la ración alimentaria del día. Bien es cierto que en numerosas ocasiones los campesinos no comían pan propiamente dicho sino un amasijo de cereales -especialmente mijo y avena- que eran cocidos en una olla con agua -o leche- y sal. El verdadero pan surgió cuando se utilizó un ingrediente alternativo de la levadura. Escudillas, cucharas y cuchillos serían el menaje utilizado en las mesas medievales en las que apenas aparecen platos, tenedores o manteles. La costumbre de lavarse las manos antes de sentarse a la mesa estaba muy extendida.
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Las órdenes cursadas en los primeros instantes revelan inmadurez estratégica y desconcierto. A las sorprendidas unidades soviéticas se les ordenó que no retrocedieran; al contrario, que avanzaran y llevasen el combate a territorio enemigo. Las unidades alemanas habían de ser "cercadas y aniquiladas". Fruto de esta orden, las divisiones acorazadas soviéticas de la segunda línea defensiva, que debían haber sido mantenidas cuidadosamente como reserva, fueron lanzadas de forma prematura a la batalla. El 24 de junio, en varios lugares, los alemanes se habían adentrado más de 150 kilómetros en territorio soviético y las órdenes fatales habían permitido que los nazis cercasen a fuerzas rusas en número considerable. Hay pocos testimonios sobre las primeras reacciones de Stalin, pero su ausencia de las columnas de prensa durante cinco o seis días y la velada autocrítica pública que hizo en su primera aparición tras este breve eclipse ponen de manifiesto que el dictador rojo cayó en una especie de postración y que posiblemente su carrera se vio comprometida. De lo que a todas luces fue un error, Stalin supo sacar provecho y su autoridad salió reforzada. Después de una entrevista violentísima con el mariscal Timoshenko el 22 de junio, en la que Stalin se plegó a las demandas de Alto Estado Mayor, el jefe del Estado se encerró de nuevo en su villa de Kúntsevo y guardó silencio. La prensa anunciaba iniciativas tomadas por los mandos militares en las que no figuraba el nombre del secretario general. El líder de los nervios de acero se mantenía en un desconcertante mutismo. Todo parecía perdido. Sólo a primeros de julio les pareció a los ciudadanos soviéticos que la maquinaria del Estado se ponía otra vez en marcha y que el hombre que había gobernado hasta entonces volvía a dominar la situación. Se creaba un Comité de Defensa del Estado presidido por Josef Stalin y éste, tras dos semanas de silencio, se dirigía el 3 de julio al país. "Habló con voz apagada y lentamente, con su marcado acento georgiano", ha escrito Konstantin Simónov. En un momento dado, alzó una copa con mano temblorosa y los radioescuchas pudieron oírle beber agua. El embajador Maiski ofrece una visión más contundente: "Fue una exhibición negativa. Stalin habló con voz monótona y mate, deteniéndose a menudo y respirando con dificultad... Parecía estar enfermo y en el límite de sus fuerzas". Desmintiendo en parte lo que escribía la prensa sobre las derrotas que el Ejército Rojo infligía a los alemanes, admitió Stalin que las pérdidas eran considerables y que los ejércitos del Reich se habían apoderado de Lituania, Letonia, Bielorrusia occidental y gran parte del oeste de Ucrania: "Nuestro país corre grave peligro", manifestó: "Hermanos, hermanas: me dirijo a vosotros, amigos míos... Os pido que os unáis alrededor del partido de Lenin y Stalin". Pero estimó que, sobre todo, debía seguir defendiendo el pacto firmado con Hitler. Ningún país amante de la paz podía rehusar un tratado de no agresión, aunque le fuese ofrecido por gente tan pérfida y monstruosa como Hitler y Ribbentrop. Con este pacto, Rusia había ganado un año y medio de paz. De paso saludó la declaración histórica de Churchill, según la cual Gran Bretaña prestaría su ayuda, así como las manifestaciones del Gobierno de Estados Unidos, que se disponía a aportar una asistencia material, todo lo cual no dejaba de despertar un sentimiento de gratitud en los corazones de los pueblos de la Unión Soviética. De todos modos, gran parte del discurso estuvo centrado en un llamamiento a la lucha sin tregua contra el enemigo y a la táctica de guerra calcinada en las regiones que éste fuese a ocupar. Como ha escrito Simónov: "La verdad era amarga, pero por fin había sido anunciada y uno notaba entonces un suelo firme bajo sus pies". Curiosamente, la autoridad de Stalin no quedó disminuida con su imprevisión y la subsiguiente derrota de las tropas rusas. La política de Stalin estaba determinada desde el pacto de amistad y cooperación que la URSS firmó con la Alemania nazi en agosto de 1939. Y el propósito de este pacto no era evitar la guerra, sino retardarla, ganar tiempo y permitir la consolidación de un Ejército Rojo diezmado por las purgas y fabricar el armamento necesario para el enfrentamiento inevitable.
Personaje Político
Heredero de las propiedades de la casa de los Habsburgo, se convierte en sucesor al imperio Austrohúngaro. Continuó la política expansionista con la anexión de Bosnia-Herzegovina, lo que provocó ciertas tensiones dentro del Imperio. En 1914 realiza junto con su esposa una visita a Bosnia y el 28 de junio de ese mismo año ambos son asesinados en Sarajevo a manos de Gavrilo Prinzip, un estudiante de Servia. Este sería el detonante de la Primera Guerra Mundial desde el momento en que Austria tomar cartas en el asunto y anula los contactos con Servia y luego ocupa este territorio.
lugar
Colonia comercial de la cultura sumeria de Uruk, Habuba Kebira fue levantada junto al Éufrates sirio, aunque permanece sumergida bajo el lago Assad. Su importancia radicó en su emplazamiento, en medio de la ruta hacia la madera y los metales del Taurus. Al contrario que otras ciudades, Habuba Kebira no fue levantada sobre edificaciones precedentes. De planta rectangular y amurallada, tanto su estilo constructivo como su cerámica siguió las pautas marcadas por Uruk. A la decadencia de ésta, la colonia declinó en importancia, siendo abandonada. Habuba Kebira, excavada por arqueólogos alemanes en los años 70-80 del s XX, presenta también un perímetro templario, investigado por una misión belga.
termino
acepcion
Este elemento formaba parte del complejo escultórico yugo-hacha-palma, típico del clásico veracruzano. Eran esculturas de corte triangular y borde muy fino, sobre las que se representaba la imagen de un ser humano o un animal.
obra
Extraordinariamente tallada y pulimentada esta pieza procedente del norte de Zealand aparece decorada con ligerísimas incisiones que recorren la forma de la pieza. Coinciden los historiadores al afirmar que estas hachas del Bronce Final no eran exclusivamente para cortar árboles, sino que además eran objetos de prestigio y un regalo apreciadísimo y por ello, algunas de ellas, como en este caso constituyen verdaderas obras de arte.