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Se trata de un edificio con tres naves y amplio crucero también de tres naves al que se abren capillas semicirculares. La girola que rodea el altar mayor también presenta capillas radiales. Sobre las naves laterales y las del transepto corre una tribuna que contrarresta el empuje de las bóvedas de cañón de la nave central, permitiendo crear un espacio desde el que los peregrinos podían asistir al culto. Estas tribunas se cubren con bóvedas de cuarto de esfera. La elevada nave central se cubre con bóveda de cañón y tiene casi 22 metros de altura, apoyándose en pilares de basa cuadrada y circular que se alternan.
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El Pórtico de la Gloria de la catedral de Santiago es la culminación de la escultura románica en España, situándose a un paso ya del Gótico. Su construcción duró casi medio siglo, por lo que el Maestro Mateo recibió una renta vitalicia de manos del rey Fernando II. La obra se finalizó en el año 1211, fecha de la consagración del templo. El Pórtico consta de una gran puerta central y dos laterales más pequeñas. En el tímpano de la gran puerta se encuentra el Salvador, levantando las manos para mostrar las llagas, acompañado por el Tetramorfos; la fila inferior está constituida por los ángeles que portan instrumentos de la pasión mientras que la superior se ordenan dos filas de elegidos. En las arquivoltas se representan, de manera radial, los veinticuatro ancianos del Apocalipsis. Las 16 estatuas de las jambas, que ocupan el lugar del fuste de las columnas, aparecen los profetas y los apóstoles. Aquí podemos observar a Jeremías, Daniel, Isaías y Moisés, representados con una naturalidad que anticipa estilos posteriores.
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La última obra en que interviene Lucas Ferro Caaveiro, que fue maestro de obras de la catedral de Santiago desde la muerte de Fernando de Casas, fue el comienzo de la fachada de la Azabachería de la catedral (1758), donde trabajará con Clemente Fernández Sarela; obra compleja desde sus inicios, la solución final vendrá impuesta por el dictamen de la Academia de San Fernando, que envió para terminarla a su discípulo Domingo Lois Monteagudo, nombrado a su vez maestro de obras de la catedral en 1765.
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En el tímpano central del Pórtico de la Gloria encontramos al Salvador, acompañado de los Evangelistas con sus correspondientes símbolos. Ángeles con los instrumentos de la Pasión forman la fila inferior y sobre ellos se ordenan en otras dos los elegidos. Las arquivoltas están destinadas a los ancianos del Apocalipsis, dispuestos radialmente.
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Las obras de la catedral de Santiago de Compostela se finalizan en 1168 con la contratación, por parte de Fernando II, del Maestro Mateo, el arquitecto que diseña la cripta sobre la que se asienta el último tramo de las naves y el pórtico entre las dos torres. La cripta servirá para salvar el desnivel del terreno, y sobre ella se alza la gran fachada occidental, tras la que se encuentra el famoso Pórtico de la Gloria. El Pórtico de la Gloria es la culminación de la escultura románica en España, situándose a un paso ya del Gótico. Su construcción duró casi medio siglo, por lo que el Maestro Mateo recibió una renta vitalicia de manos del rey Fernando II. La obra se finalizó en el año 1211, fecha de la consagración del templo. El Pórtico consta de una gran puerta central y dos laterales más pequeñas. En el tímpano de la gran puerta se encuentra el Salvador, levantando las manos para mostrar las llagas, acompañado por el Tetramorfos; la fila inferior está constituida por los ángeles que portan instrumentos de la pasión, mientras que la superior se ordenan dos filas de elegidos. En las arquivoltas se representan, de manera radial, los veinticuatro ancianos del Apocalipsis. Las 16 estatuas de las jambas, que ocupan el lugar del fuste de las columnas, aparecen los profetas y los apóstoles, representados con una naturalidad que anticipa estilos posteriores. Entre las esculturas más importantes de todo el conjunto destaca el llamado Pilar de los Profetas.
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El espléndido conjunto escultórico del Pórtico de la Gloria ha hecho olvidar con frecuencia sus valores arquitectónicos, a pesar de la innovación de soluciones que supone. Su estructura, como resaltó Lamben, tiene mucho de francesa, y en especial de Vézelay, aunque es evidentemente una obra única que supera a todas las contemporáneas. El pórtico, completado con la desaparecida fachada occidental, se ciñe a la ordenación arquitectónica marcada por las naves catedralicias. De aquí sus tres arcos, de los que el central se divide en dos huecos por un parteluz, elemento desconocido hasta entonces por la arquitectura gallega, y que permite la colocación del gigantesco tímpano. En sus dinteles se ha grabado el epígrafe que conmemora su colocación el primero de abril del año 1188. Entre los arcos y sirviéndoles de soporte, se desarrollan unos grandes pilares con columnas de fustes a veces decorados, sobre cuyos capiteles se alzan las magníficas estatuas columnas, también de nueva utilización. Los basamentos, con animales y figuras humanas, que los agarran o combaten con ellos, son de "influencia italiana y de vigorosa originalidad" en frase del profesor Pita. El espacio comprendido entre el pórtico y la fachada occidental es una especie de nartex, se cubre con bóvedas de crucería cuatripartita y arcos apuntados separan los tramos. Arcos y claves se molduran y decoran con motivos vegetales que en los arcos centrales adquieren mayor fuerza y volumen, llegando a formar un pinjante en la clave rodeado de hojarasca. A través de este espacio el pórtico se halla igualmente abierto al exterior (en especial antes de modificarse la fachada) y al interior del templo... por esta causa, aquí se cumplía mejor la función de nexo entre el mundo de fuera y el mundo de dentro.
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Relacionado con la escultura del Panteón de la Colegiata de San Isidoro de León encontramos la Puerta de Platerías de la catedral de Santiago de Compostela. El orden en el que se distribuyen las figuras no corresponde con la distribución primitiva. Los tímpanos no han sufrido modificación, conteniendo escenas del Nuevo Testamento. En el tímpano de la izquierda el lugar principal corresponde a la Tentaciones de Cristo, ocupando un espacio destacado la adúltera que tiene entre sus manos la cabeza de su amante que ha sido cortada por su marido. En el tímpano de la derecha encontramos como temas principales el Prendimiento, la Flagelación y la Coronación. En los estribos que flanquean la portada hallamos personajes y escenas del Antiguo Testamento, entre los que sobresale la figura de David. En las enjutas de los arcos se sitúan ángeles trompeteros, como si de un Juicio Final se tratara. El centro de esta zona está ocupado por las figuras del Salvador y Santiago, relacionado el primero con el círculo del Maestro Mateo, alrededor de un amplio número de personajes de los que sólo algunos se disponen originalmente.