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obra
En la fachada principal de la catedral de Tuy encontramos la portada considerada la primera de este estilo que se labra en la Península. En el tímpano se desarrollan dos escenas: el Nacimiento de Jesús en la parte baja y la Adoración de los Magos en la superior, escenas que se completan con la visión de la Jerusalén celestial.
acepcion
Es uno de los edificios más simbólicos del cristianismo. Representa la iglesia principal de una diócesis, donde tiene su sede el obispo.
obra
La arquitectura gótica no es en absoluto unitaria. Existe un modelo de la Isla de Francia, otro toscano y otros de menor trascendencia, como el inglés o el de la Francia meridional-Cataluña. La catedral de Albi es paradigmática de este último. Construida íntegramente en ladrillo, tiene nave única, con capillas entre los contrafuertes a lo largo de todo su perímetro. Si sorprende el interior por su rotunda unidad espacial, en el exterior ocurre otro tanto. Aquí, frente a la compleja organización de los elementos sustentantes que hallamos en los edificios del norte, los contrafuertes están integrados en el muro. Como consecuencia, la sensación de robustez es muy acusada.
monumento
Como la mayoría de las ciudades conquistadas a los musulmanes, Almería vio como se transformaba la antigua mezquita en catedral. Sin embargo, en 1522 un fuerte terremoto destruyó este edificio lo que implicaría la construcción de una nueva catedral. El obispo don Diego Fernández de Villalán será el promotor del nuevo edificio, comenzándose las obras inmediatamente después de la destrucción del antiguo templo. Siguiendo las pautas de la época, la nueva catedral presenta una mezcla de elementos góticos y renacentistas, incorporando una curiosa novedad: su aspecto de fortaleza ya que servía para defender a la ciudad ante los continuos ataques piratas, por lo que cuenta con tres torres, dos octogonales y una cuadrada, sin renunciar a potentes murallas y almenas. En el interior presenta tres naves a una misma altura, cubiertas con bóvedas sostenidas por potentes pilares, ya que el objetivo era crear una terraza desde la que defender la ciudad. En la cabecera encontramos tres capillas: la de la Piedad, la del Santo Cristo de la Escucha y la de San Indalecio. La Capilla Mayor tiene planta cuadrada y se cubre con bóveda de crucería estrellada con elaborada filigrana, sostenida por seis columnas en forma de palmera. Esta capilla fue intensamente remodelada en el siglo XVIII y aloja en su interior el sepulcro del obispo Villalán, una pieza renacentista de gran calidad realizada en alabastro. La Sacristía es el último reducto en caso de invasión, contando incluso con una puerta blindada. En su interior presenta decoración renacentista. Otra pieza de gran calidad es el Coro, realizado en madera de nogal por Juan de Orea en el siglo XVI. Orea también es el autor de la decoración de las portadas, ubicadas entre potentes contrafuertes. El resto de las fachadas sobresalen por la austeridad decorativa, primando de nuevo el aspecto defensivo.
museo
La historia de la iglesia más grande de los Países Bajos comienza en 1124. En este lugar, una antigua capilla llegó a ser iglesia parroquial, para transformarse después en un nuevo edificio de estilo románico. Más tarde, en 1352, comenzaron las obras para sustituir esta iglesia románica por la actual gótica. Hicieron falta 170 años para contemplarla tal y como ahora la podemos ver. En aquel tiempo, cuando Amberes era la ciudad más grande de Europa, el Emperador Carlos V planeó una 'historia de nunca acabar'. A pesar de que la iglesia se cuenta entre las más grandes del mundo - 119 m. de largo, una cubierta de más de una hectárea y 128 ventanas -, él quiso ampliarla todavía más haciendo de ella una exhibición universal. El trazado de las calles al lado este de la iglesia está todavía determinado por aquel sueño imperial; sin embargo un incendio en 1533 impidió que se llevara a cabo; la misma agua que apagó el fuego ahogó también el sueño de Carlos V. Aunque el tamaño de la iglesia no aumentó, sí ascendió su situación jerárquica. Unos años después, establecido el obispado de Amberes, fue elegida iglesia para la sede episcopal. Fue la "cátedra" del obispo lo que la convirtió en "catedral"; no obstante sus estatuas apenas impresionaron a los calvinistas de la época iconoclasta (1566 y 1581). Con la vuelta al catolicismo en 1585, un nuevo soplo de arte y amor comenzó a sentirse en el espíritu de la contrarreforma: el estilo barroco. En el período francés, alrededor de 1800, la iglesia volvió a ser completamente saqueada e incluso se decretó su demolición. Afortunadamente, el arquitecto de la ciudad, J. Blom, retrasó los trámites indefinidamente. En el Siglo XIX, el interior fue totalmente decorado: antiguos muebles se compraron a iglesias monacales que habían sido cerradas, y otros nuevos se encargaron, ya en estilo neoclásico, y en el después predominante neogótico (la monumental sillería, varios altares laterales y las contraportadas). En 1961 Amberes vuelve a ser diócesis independiente. El gobierno provincial de Amberes decidió que la catedral debía ser restaurada profundamente, un gigantesco proyecto que continúa incluso después de 1993 (año en el que Amberes fue Capital Cultural Europea). La extraordinaria y elegante torre de la catedral es el símbolo de Amberes y el orgullo y alegría de sus ciudadanos. Con ella, la construcción de la catedral llegó literalmente a su punto más alto en 1518: 123 metros. Es difícil imaginar cómo una base tan sobria se eleva y prácticamente se diluye en el aire: ciertamente, es el "dedo de Dios", el indicador del cielo. Como realización del ideal de la torre gótica, merece ser más y mejor conocida. Dentro de la catedral, nos encontramos con un espacio increíblemente ancho, construido por nada menos que siete naves y 48 pilares. Este efecto espacial es el que hace a la catedral de Amberes tan distinta. Una gran parte de la historia de Amberes aparece ilustrada en la catedral, desde los misioneros que nos dan la bienvenida en la fachada principal, a los gobernantes que intentaron inmortalizarse en los cristales de colores de las vidrieras. La gente normal, la que tenía que trabajar para vivir, se identificaría más fácilmente con las pinturas de las bóvedas en las que los gremios plasmaron sus herramientas de trabajo: ¡tributo precioso a la labor del hombre que es glorificada en el cielo!. La catedral es muy famosa por las pinturas de Rubens, sobre todo por la Elevación de la Cruz, y El descenso de la Cruz, conjuntos que invitan al observador a revivir el drama de la pasión y muerte de Jesús. Como se ve por estas dos obras de Rubens, de colores magníficos y composición en diagonal, están lejos de ser el 'arte por el arte'. En la catedral también se encuentran obras importantes, como el extraordinario púlpito realizado por M. Van der Voort el viejo en 1713, que extiende el mensaje cristiano a los cuatro extremos de la tierra. Hasta los pájaros y las ardillas se paran a escuchar.
obra
La catedral románica de Amiens fue pasto de las llamas en 1218 y se procedió a su reconstrucción. Al contrario que otros edificios, en éste, las obras avanzaron desde los pies hacia la cabecera. En 1236 la fachada occidental estaba completamente terminada y en 1269 lo estaba el coro. Un Laberinto, reproducido en el pavimento de la iglesia, proporciona de nuevo el nombre de los arquitectos que dirigieron los trabajos. Se trata de Robert de Luzarches, Thomas de Cormont y Renaud de Cormont, por este orden. Amiens se dice que es la academia del modelo arquitectónico del norte. Por su planta y otros muchos elementos, tiene bastante en común con Reims, pero si hubiera que señalarse una característica original en el edificio, sería sin duda el vaciado del triforio, en la zona del presbiterio, que hasta entonces había sido un nivel opaco entre las ventanas de las capillas bajas y las vidrieras superiores.