Poblado fortificado en la Iberia romana.
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Personaje
Religioso
Miembro de la orden de los franciscanos, se trasladó con Felipe II a Gran Bretaña y a los Países Bajos. Teólogo y predicador, estuvo algunos años al servicio del rey como consejero. Fue profesor de teología en la Universidad de Salamanca. Cuando iba a ser nombrado arzobispo de Santiago de Compostela le sorprendió la muerte. Escribió algunas obras como: "De potestate legis panalis" y "De sortilegis ac maleficis, eorumque puntione".
obra
Los castros, recintos fortificados construidos en alturas variables y de diferente tipología, en función de su emplazamiento y destino, experimentaron una evolución desde las primeras ocupaciones en el Bronce Final hasta las grandes transformaciones habidas a partir de la conquista romana.A las primeras construcciones, realizadas con materiales perecederos, que nos dan el modelo más antiguo de planta circular propio del Noroeste, suceden en el tiempo la petrificación, primero de las construcciones y después la utilización de construcciones rectangulares, con esquinales redondeados o no, que coexistirán con el modelo anterior y que, sin duda, corresponden a la época romana.En los castros más antiguos no se aprecia una clara organización de las construcciones, que aparecen dispuestas por la superficie del castro sin una ordenación definida.Será a partir de los contactos con Roma cuando se aprecien transformaciones sustanciales en los poblados, tanto en su organización como en la utilización de la piedra para las murallas y las viviendas como en la complejidad de las edificaciones.El castro de Coaña es un poblado del siglo I que fue abandonado durante la siguiente centuria. Los romanos utilizaron éste y otros castros de la región para controlar Asturias, especialmente la explotación aurífera.Rodeado de potentes murallas, en su interior se encuentran casas agrupadas formando barrios, unas termas y un espacio fortificado en la zona más elevada considerado la acrópolis.
monumento
El castrode Coaña es un poblado del siglo I que fue abandonado durante la siguiente centuria. Los castros eran poblados rodeados de una muralla defensiva y erigidos en lugares de fácil defensa, generalmente cerros. Construidos en alturas variables y de diferente tipología, en función de su emplazamiento y destino, experimentaron una evolución desde las primeras ocupaciones en el Bronce Final hasta las grandes transformaciones habidas a partir de la conquista romana.A las primeras construcciones, realizadas con materiales perecederos, que nos dan el modelo más antiguo de planta circular propio del Noroeste, suceden en el tiempo la petrificación, primero de las construcciones y después la utilización de construcciones rectangulares, con esquinales redondeados o no, que coexistirán con el modelo anterior y que, sin duda, corresponden a la época romana. En los castros más antiguos no se aprecia una clara organización de las construcciones, que aparecen dispuestas por la superficie del castro sin una ordenación definida. Será a partir de los contactos con Roma cuando se aprecien transformaciones sustanciales en los poblados, tanto en su organización como en la utilización de la piedra para las murallas y las viviendas como en la complejidad de las edificaciones. Los romanos utilizaron éste y otros castros de la región para controlar Asturias, especialmente la explotación aurífera.Rodeado de potentes murallas, en su interior se encuentran casas agrupadas formando barrios, unas termas y un espacio fortificado en la zona más elevada considerado la acrópolis.
monumento
El Castro Ventosa, en un pequeño alto en las cercanías de Pieros, fue uno de los asentamientos celta-astures del Sil. Con la dominación romana, el Castro se convirtió en ciudad de aprovisionamiento, despensa y almacén. El Castro fue abandonado el año 19 a. C. tras el sitio al que fue sometido por Tito Carissio. El emperador Tito Flavio Vespasiano dio derecho de ciudadanía romana al nuevo asentamiento próximo al actual Cacabelos, designándolo como Bérgidum Flavium. Era la décima mansión romana en el itinerario de Braga a Astorga. En el siglo VI, año 569, el Concilio de Lugo otorgó a Bérgidum la capitalidad de la zona del Obispado de Astorga. El rey Alfonso III, en el año 867, sojuzgó a Castro Ventosa, a la vez que a Astorga. Posteriormente, en el siglo XII, los reyes de León quisieron repoblar el asentamiento, aunque tuvieron que desistir de tales intenciones ante la oposición que mostró la iglesia, desde el Monasterio de Santa María de Carracedo, que ejercía dominio territorial sobre todo el territorio.
obra
En el interior del Castro de Puig Rom se detectan una serie de pequeñas construcciones de tipo rectangular o cuadrangular que corresponden a la zona de hábitat del conjunto.
monumento
El denominado castrum de Puig Rom, en el golfo de Rosas (Gerona), se halla situado en lo alto de un cerro, dominando la circulación y navegación del golfo de Rosas, además de los pasos pirenaicos más cercanos al mar. Al igual que los otros ejemplos traídos a colación, se trata de un habitat fortificado, que debió tener importantes funciones defensivas, dado que se sitúa, como decíamos, en el paso de penetración pirenaica más oriental. La muralla de 2 m de ancho, compuesta también de dos paramentos unidos por mortero y con torres cuadrangulares -que, además de servir como puntos de vigilancia, proporcionan una mayor solidez a la estructura en sí-, recuerda la de los otros yacimientos, como por ejemplo, el de Recópolis. En el interior se detectan una serie de pequeñas construcciones de tipo rectangular o cuadrangular que corresponden a la zona de hábitat del conjunto. Los elementos constructivos, al igual que los materiales hallados -cerámicas y broches de cinturón-, otorgan al yacimiento una cronología del siglo VII, que además deberíamos poner en conexión con las campañas militares que Wamba realiza en contra de la rebelión de Paulo en la Narbonense (actual Rosellón).
obra
Será a partir de los contactos con Roma cuando se aprecien transformaciones sustanciales en los poblados castreños, tanto en su organización como en la utilización de la piedra para las murallas y las viviendas como en la complejidad de las edificaciones. A partir de Augusto y en los periodos siguientes, se puede hablar de la existencia de un claro urbanismo en los castros galaico-portugueses. Este urbanismo se manifiesta en las grandes murallas de piedra, como las de San Cibrán de Lás. La imagen muestra una de las puertas del castro de San Cibrán de Lás, en San Amaro (Orense), excavado a lo largo de muchos años y que en la actualidad está siendo objeto de un plan especial. Es un yacimiento de grandes dimensiones, conocido como A Cidade, que proporcionó abundante material fechable entre el siglo I a. C. y la primera mitad del siglo II d. C.