El castillo fue edificado por Masamune Date, primer señor feudal del clan Sendai, en el año 1603. Destaca por su estratégica localización en lo alto de la colina, desde la que se puede controlar y divisar todo el valle circundante de la ciudad de Sendai. Tras la Restauración Meiji el castillo fue demolido, conservándose, sin embargo, la puerta principal de ingreso y la torre de observación. Desgraciadamente, ambas estructuras fueron destruidas durante los bombardeos de la II Guerra Mundial (1945). En la actualidad, las ruinas del castillo forman parte de un gran parque, pudiéndose todavía observar partes de los muros de fortificación, la puerta Nihomaru y una de las torres.
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monumento
Conocido también como el Castillo de los Cuervos, por el color negro de sus muros, este monumento es uno de los ejemplos del arte hirajiro. Está situado en la llanura de Matsumoto, cerca de los Alpes japoneses centrales. Estas tierras pantanosas obligaron a los constructores a hacer más sólidas las estructuras, usando, para ello, largos maderos fijos en el suelo. Fue construido por Toyotomi Hideyoshi entre 1594 y 1597 y su altura alcanzaba los 30 m., con seis plantas. Está apoyado sobre muros de piedra de 7 m. que, originariamente, tenían un amplio foso bajo ellos. Las dos torres de vigilancia del ala izquierda fueron construidas en 1635, pero todo el conjunto, en general, testimonia el periodo de paz instaurado por el Shogunato Tokugawa tras la derrota de Toyotomi en la batalla de Osaka (1615). Es el periodo del paso de los castillos militares a lugares-símbolo y de prestigio. La alternancia de bandas blancas y negras a lo largo de los muros, junto al elegante tejado, dan a toda la estructura una gran armonía. Desde su torre de cinco pisos se disfruta de las vistas que ofrece el fértil valle.
obra
Gracias a la éxito obtenido con sus novelas, Zola compra una casa en el pueblecito de Médan, en la Ile de France, casa que ampliará paulatinamente hasta convertirla en residencia veraniega. Cézanne es invitado a pasar algunas temporadas en Médan, aprovechando para realizar paisajes de la zona. Hasta una pequeña isla llega con un bote para pintar esta vista del Castillo de Médan. La obra fue adquirida por el "père" Tanguy y Gauguin la contempló en la tienda, escribiendo sobre ella: "Cézanne pinta un paisaje vibrante ante un fondo ultramarino, con intensas sombras verdes y tonalidades ocres de brillo sedoso. Los árboles están plantados en fila como soldados de plomo, y entre la enramada se puede distinguir la casa de su amigo Zola. Los postigos de color bermellón adquieren una tonalidad anaranjada debido a los reflejos amarillos sobre las paredes blanqueantes. Un verde veronés crepitante reproduce el maravilloso follaje del jardín, y el grave tono de las azuladas ortigas del primer plano hacen de este sencillo poema un canto todavía más sonoro". La cohesión interna de la composición se consigue gracias a las líneas verticales de los árboles y su reflejo en el agua, reforzada por los trazos paralelos en diagonal con los que se aplica la pintura, como si de un mosaico se tratara. La luminosidad que envuelve el ambiente recuerda al impresionismo pero en estos trabajos el maestro de Aix parece dispuesto a superarlo, al tratar de recuperar los volúmenes y las formas que en las obras de Monet estaban desapareciendo. Con estas obras, donde la geometrización de la naturaleza se convierte en la máxima obsesión del maestro, se llegará al cubismo en los albores del siglo XX.
monumento
El castillo que preside la villa de Molina se encuentra en la falda del monte que domina la población. Su origen se remonta a un castro celtibérico que sería reformado intensamente durante la dominación andalusí para convertirlo en alcázar. Tras la conquista de la plaza fuerte por Alfonso I el Batallador en 1129 y la entrega del señorío a la familia Lara, el castillo fue reforzándose con el tiempo. Será doña Blanca de Molina la responsable de su aspecto actual. El papel del castillo en los combates en esta tierra fronteriza será decisivo, siendo refugio del Empecinado. En los primeros años del siglo XX, la fortaleza quedaba abandonada. Se trata del castillo más grande de la provincia de Guadalajara. Consta de un amplio primer recinto amurallado que acoge en su espacio a la fortaleza, de considerables dimensiones: 80 x 40 metros. El primer recinto está defendido por numerosas torres cuadradas mientras, que el castillo en sí consta de seis torres, cuatro de ellas en perfecto estado de conservación, enlazadas por un adarve de almenas. Dos torreones cuadrados escoltan la puerta principal de entrada, situada en el flanco de poniente. Entre las torres se ubica la plaza de armas, con algunos edificios cuartelarios y los restos del palacio de los condes, adosado al muro norte. En el recinto externo de la fortaleza se asentaba un amplio barrio en tiempos de doña Blanca, cerrando todo el conjunto un foso que se cruzaba a través de varios puentes levadizos, pudiendo acceder a la fortaleza a través de cuatro puertas.
monumento
En la Edad Media se construyó sobre el cerro de Gaztelundoa un castillo que dominaba toda la villa y del que apenas queda nada. Sólo se han conservado vestigios de la muralla, la torre del homenaje y un sótano ciego. No era de gran tamaño, pero sí contaba con fuertes defensas. Fue utilizado por los monarcas navarros desde Sancho El Fuerte, aunque las referencias más numerosas apuntan al rey Carlos III (1390 - 1425) como el inquilino monárquico más asiduo. En el año 1401 se convocaron Cortes en él; sin embargo, a partir del siglo XVI fue progresivamente abandonado, lo que provocó un grave deterioro. Éste fue todavía mayor durante la guerra de Independencia debido a un incendio provocado por Espoz y Mina, para que los franceses no pudieran refugiarse en él.