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Situada en la zona central de la provincia de Navarra y a 449 metros sobre el nivel del mar, se encuentra bordeada por el río Arga. Junto con su comarca, Pamplona está en la denominada Cuenca de Pamplona, en medio de un cinturón montañoso. Esta ciudad aparece bañada por los ríos Arga, Elorz y Sadar, y también por regatas y barrancos, que permiten el crecimiento de huertas prácticamente en cualquier punto de la ciudad. En lo que se refiere a infraestructura, Pamplona cuenta con tres universidades: la Universidad Pública de Navarra, la Universidad de Navarra y el Centro Asociado de la Universidad Nacional de Educación a Distancia. Con más de tres kilómetros cuadros de parques y jardines, es una de la ciudades donde más abundan las zonas verdes. También destaca por el alto nivel de sus instalaciones sanitarias con el Hospital de Navarra y Virgen del Camino que comparten su buen hacer con la Clínica Universitaria. Su pasado se remonta a la Prehistoria. Lugar habitado desde al menos dos milenios antes de Cristo, parece ser que tuvo el nombre de Iruñea, lo que significaría "la ciudad". Ya desde muy antiguo aparecen referencias a la población, siendo citada por Estrabón como capital del territorio de los vascones. En tiempo de los romanos se produce un asentamiento de estos sobre el de los vascones, a cargo del general Cneo Pompeyo. Éste, entre los años 75 y 74 a.C., construye una fortificación para asentar a sus legiones, en guerra contra las de Sertorio. Nace así la ciudad de Pompaelo o Pompailon -"ciudad de Pompeyo"- una urbe que prospera gracias a su posición privilegiada, en el cruce de caminos entre la Galia, el Cantábrico y el Ebro. Arrasada por las invasiones bárbaras, tras ser reconstruida se convierte en sede episcopal bajo el dominio visigodo. La invasión musulmana hace de Pamplona una ciudad tributaria del poder musulmán. Los emires de Córdoba alternan etapas de confrontación con otras de paz, en los que la nobleza cristiana de Pamplona se ve obligada a pagar tributos. Nuevamente la ciudad es destruida, esta vez en el año 778, a cargo de Carlomagno. Éste, que regresa de Zaragoza camino de Francia, destruye las murallas y saquea a sus habitantes. Presionada por musulmanes y francos, los pamploneses se decantan por una política de alianzas, que les permita mantener su independencia. Así, de la unión mediante matrimonio de un miembro de la dinastía vascona de los Iñigo y de otro los Banu Qasi de Tudela, nace el primer rey del reino de Pamplona, Iñigo Ximénez, también conocido como Iñigo Arista. A lo largo del siglo X se produce la expansión del primitivo reino de Pamplona. Uno de sus promotores es Sancho Garcés I, quien hace de Pamplona la capital permanente del reino. Esta expansión sitúa al reino de Pamplona como un posible rival para el poder del califa de Córdoba, por lo que en el año 924 Abd al-Rahman III lanza un ataque que destruye nuevamente la ciudad. La destrucción de Pamplona hace que la antigua ciudad pase a ser una pequeña aldea, que se denominará Iruña y, más adelante, La Navarrería. Este núcleo primitivo permanecerá bajo control del obispo hasta que en 1319 sea transferido a la Corona. Con el tiempo, diversas repoblaciones promovidas por los monarcas y el hecho de que Pamplona se encuentre en el Camino de Santiago hacen que Pamplona crezca poco a poco, creándose nuevos núcleos de pobladores junto a la ciudad primitiva. Uno de estos núcleos, el de San Cernín, está formado sobre todo por comerciantes y artesanos. En 1129 el rey Alfonso I el Batallador le concede privilegios. Otro núcleo, el de San Nicolás, es también favorecido en 1189. Las relaciones entre los tres barrios son difíciles, dando lugar a frecuentes disputas, en cuyas refriegas se llega a destruir el núcleo de la Navarrería, en 1276. La situación de enfrentamiento finaliza el 8 de septiembre de 1423, cuando el monarca Carlos III el Noble (Privilegio de la Unión) declara la integración para siempre de los tres núcleos en una sola población, sujetos a una misma jurisdicción. Pamplona es una de las principales paradas de la ruta Jacobea. Dispone de aeropuerto y se encuentra bien comunicada con varias autopistas. El 6 de julio con el lanzamiento del Txupinazo comienzan las fiestas de San Fermín.
lugar
obra
Resulta muy interesante analizar el título que da Salvador Dalí a este lienzo porque lo antropomorfo únicamente puede entenderse como una metonimia. En consecuencia, la evidente forma fálica del pan acabaría por representar a todo el cuerpo masculino. Utiliza muy escasos recursos. El fondo de paisaje no existe. En lugar de esas playas catalanas, Salvador Dalí elige un fondo casi monocromo, muy oscuro en todo caso, del que apenas podemos distinguir la forma de una roca. En primer término un objeto extraño llama con fuerza nuestra atención. Es la yuxtaposición, la acumulación, de otros muchos objetos, cada uno de los cuales tiene en el pensamiento de Dalí su propia explicación. Por esta misma razón debemos ver en este pan antropomorfo una de las buenas realizaciones de un mecanismo de creación plástica inventado por el grupo surrealista. Es el llamado "cadáver exquisito", realizado a partes iguales por diversos artistas, cada uno de los cuales no sabe lo que han pintado los restantes. A partir de esa libre asociación de imágenes se producían efectos muy interesantes, igual que este cuadro de Salvador Dalí. La cuerda atada al pan tensa ese miembro y lo pone en erección. Ese significado es claro. Sobre el pan, Dalí manifestaría que siempre le había atraído y estimulado su imaginación. Además, un tintero y un reloj blando completan el cuadro. En ambos casos la cercanía con lo viscoso, con lo líquido, habla del valor expresivo al cambio de estado de los objetos. De esos dos elementos, el reloj derretido será el más conocido por el público.
termino
acepcion
Pan elaborado sin levadura, utilizado (matzah) por los judíos durante la liturgia de la Pascua, en recuerdo del pan que debieron preparar apresuradamente para huir de Egipto y al que no dio tiempo a fermentar.
obra
Compartiendo con Rubens su acusado temperamento flamenco, además de una fuerte personalidad, Jacob Jordaens fue el tercer genio del Barroco en los Países Bajos meridionales. Opuesto en todo a Van Dyck, como él no fue discípulo de Rubens, sino su asistente y colaborador. Aunque estrechamente ligado al arte del maestro, con quien compitió en fertilidad, vigor y monumentalidad, careció tanto de su lirismo como de su grandeza de ánimo. Dotado de un evidente sentido naturalista, complaciente y brutal a la vez, que toma a menudo un tono moralizador y satírico, Jordaens inundó su pintura de sensuales burgueses y rudos campesinos flamencos, transformados en lúbricos dioses y libidinosas diosas en La alegoría de la Fecundidad y Pan y Siringa. Siringa era una ninfa arcadia de cuya belleza se prendó Pan, dios de los pastores y de los rebaños. El dios persiguió a la joven y cuando iba a alcanzarla, Siringa se transformó en caña. El soplido del viento provocó el gemido de las cañas por lo que Pan tuvo la idea de unir varias cañas de desigual tamaño y, una vez pegadas con cera, fabricar el instrumento musical al que dio el nombre de la ninfa en su honor. Jordaens nos pinta el momento de la persecución, colocando en primer plano la figura que personifica el río Ladón, donde se produjo la transformación. Dos amorcillos acompañan la escena, que presenta el dinamismo identificativo del barroco flamenco, así como la dependencia de las figuras monumentales de Miguel Angel que tanto admiraba Rubens. Las diagonales organizan la composición, ocupando el centro de la escena la mano del dios, en un claro gesto de posesión que en este caso no pudo consumar. El contraste entre la nacarada piel de la ninfa y la curtida piel de los dos hombres es otra seña de identidad de la pintura rubeniana, así como la rápida pincelada adoptada de la escuela veneciana.
obra
Dentro de su serie de obras de doble sentido, en las que se representa un asunto mitológico y se pretende que el espectador reflexione sobre conceptos abstractos, esenciales para la filosofía de Poussin, se encuentra este lienzo, realizado en 1637 para un pintor francés, La Fleur. Evoca de nuevo un pasaje de las "Metamorfosis" de Ovidio, en el que la ninfa Siringa, perseguida por el dios Pan, se refugia en el río Ladón, su padre, quien la transforma en un haz de cañas con las que Pan, ante la imposibilidad de satisfacer sus deseos, se construirá la siringa, es decir, la llamada "flauta de Pan", un caramillo formado de varios tubos. El tema del amor frustrado, los sueños insatisfechos, es una constante en la obra de Poussin. Este substrato de la obra la aproxima a otras más célebres, como el Apolo enamorado de Dafne. Es una reflexión sobre el deseo y la creación poética, artística.
termino
acepcion
Linaje real del Inca