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El estilo de Caravaggio tuvo en Orazio Gentileschi a uno de sus más importantes continuadores, aunque con sus particulares matices. Orazio nació en Pisa en 1563, formándose en el Manierismo tardío, concretamente como alumno de A. Lomi, conservando de esta etapa el gusto por los colores fríos. Hacia 1585 se trasladó a Roma, contactando con las primeras obras de Caravaggio, decisivo para su maduración. Trabajó en Roma, las Marcas y Génova, llegando a trasladarse a París y Londres. Sus figuras se caracterizan por el perfecto dibujo y el rico colorido, interesándose por los efectos lumínicos - Moisés salvado de las aguas del Museo del Prado -. El característico estilo de Gentileschi influirá en Elsheimer, Maíno y Vermeer, siendo continuado por su hija Artemisia Gentileschi. Orazio falleció en Londres en 1639.

Gracias a un dibujo sabemos que arquitectos trabajaron en Reims, y en que orden: Jean d'Orbais, Jean le Loup, Gaucher de Reims y Bernard de Soissons. En el laberinto venía especificada la labor ejecutada por cada uno de ellos. Jean d'Orbais fue artífice de la planta y de los trabajos iniciales en el ala oriental hasta el transepto.

Situada sobre el río Pico -de donde se deriva el apellido de la localidad-, Orbaneja pertenece a la comarca de Burgos, ciudad de la que le separan apenas 12 km. Orbaneja se levanta en pleno Camino de Santiago, entre Cardeñuela y Villafría. Tiene una extensión de 9 km2 y cuenta con cerca de doscientos habitantes. La historia de la localidad está ligada al cercano monasterio de San Pedro de Cardeña, al que perteneció. Precisamente a este respecto se ha documentado un altercado que enfrentó, en el año 1073, a los vecinos de Orbaneja con los de las cercanas Cardeñuela, Villalval, Villaplana y Villa de Doña Eilo, ahora llamada Quintanilla de Río Pico. Todas ellas pertenecían al monasterio de Cardeña, y sus vecinos tenían permiso del mismo para pastar sus rebaños en sus tierras. Sin embargo, un día los vecinos de las cuatro villas se unieron en contra de los de Orbaneja, a los que acusaban de pastar su ganado de manera ilícita. Como consecuencia, requisaron sus 104 bueyes, lo que motivó que los de Orbaneja llevaran el pleito ante el mismo rey, Alfonso VI. Cada parte eligió a sus representantes ante el tribunal, siendo Rodrigo Díaz, El Cid, procurador por la parte del monasterio de Cardeña. El resultado final favoreció a los de Orbaneja, pues sus contendientes fueron obligados a pactar un acuerdo desfavorable a sus intereses: en adelante, todas llevarían el mismo sobrenombre -"de Riopico"-, sus ganados pastarían juntos y partes del fuero de Orbaneja pasaron a regir las vidas de las otras localidades. En la actualidad, Orbaneja es una villa tranquila y apacible. Sus principales monumentos son su iglesia parroquial, de los siglos XVI-XVII, una fuente de agua potable y una sencilla ermita de planta rectangular. Como curiosidad, se comenta en la comarca que el pueblo fue conocido popularmente como el "pueblo del verdugo", debido a que de allí debía ser el encargado de ejecutar las sentencias de muerte que se dictaban en la zona.

Era la representación del mundo que realizaban los romanos. Esta imagen en forma de globo era frecuente en las monedas, donde Roma aparecía como el centro de la tierra. Al final de la etapa imperial comenzó a emplearse con una cruz, recibiendo el nombre de "sphaíra" o "globus crucifer" y su uso se extendió durante la Edad Media entre la realeza.

Los anales de la historia sostienen que desarrolló su actividad en la ciudad de Florencia desde 1344 hasta 1368. De su trabajo como arquitecto no existen documentos que certifiquen su actuación en la catedral de Orvieto, aunque se cree que participó en su construcción. Dentro de esta vertiente hay que destacar la estructura del tabernáculo de Orsanmischele en Florencia que realizó en los años cincuenta. Esta pieza gótica aparece recubierta con mármoles de colores y acompañada de esculturas y vidrieras. Como escultor tiene una habilidad especial para disponer del espacio las figuras, aunque esta virtud no aparece reflejada en todas sus obras. Dentro de este ámbito hay que citar el retablo que realiza para el altar de los Strozzi en Santa María Novella. De su faceta como pintor son dignos de mención los frescos de la Santa Croce de Florencia: "El triunfo de la muerte" y "El juicio y el Infierno".