Natural de Santoña, Juan Manuel de Manzanedo emigró a Cuba en 1823. Su trayectoria ejemplifica a la perfección al individuo de éxito, que sabe introducirse y sacar rédito del privilegiado entramado socioeconómico de los comerciantes peninsulares de La Habana. Desde el abastecimiento de esclavos a las actividades financieras, se abrió un amplio arco que fundamentó su enriquecimiento. Vuelto a España en 1845, se instaló en Madrid como uno de los hombres más ricos de la capital: un patrimonio similar al de las viejas casas nobiliarias de Medinaceli o Alba. Desarrolló una intensa actividad política, sustentada por la red de influencias y relaciones cubanas que Manzanedo conservó a lo largo de su vida. Actividad política tendente a preservar el statu quo colonial. De ahí su, agresiva militancia durante el Sexenio en favor del mantenimiento de la esclavitud en Cuba, a la cabecera del Centro Ultramarino de la capital. A ello se unió su activismo en favor de la Restauración borbónica, con su masiva aportación económica. Murió en Madrid, en 1882.
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La llegada de la primavera trajo algo más de alegría a Monet tras el duro invierno que siguió a la muerte de Camille. Continuaba viviendo en Vétheuil con Alice Hoschedé y los hijos de ambos -relación que generaba comentarios entre los vecinos- y aprovechó para captar con sus pinceles los árboles en flor como observamos en este trabajo. Monet se interesa especialmente por captar los efectos de luz y color, diluyendo las formas y los volúmenes hasta acercarse a la abstracción. El cuadro se convierte en una masa de trazos de color, aplicados con rapidez y empastamiento, de tal manera que el espectador debe organizar la composición como si de un puntillista se tratara. Estas obras pintadas a "plein-air" supondrán para el pintor una dura crítica por parte de especialistas e incluso compañeros, mientras que los miembros de las nuevas generaciones ven en Monet una línea de trabajo que conviene explorar.
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Gracias a las cartas escritas por Klimt a Mimi Zimmerman, la madre de sus tres hijos, conocemos la actividad del pintor durante los veranos, pasados en las cercanías del lago Atter junto a las hermanas Flöge: "Por la mañana me levanto temprano, hacia las seis, a veces un poco antes o un poco después; si el tiempo es bueno, me voy al bosque, pinto un poco en el bosque de hayas (si brilla el sol), con unas pocas coníferas, hasta las ocho aproximadamente; entonces desayuno y después, un baño, muy reparador; después, un poco más de pintura, del lago si hace sol; si no, de vistas desde mi ventana (...) para entonces ya es mediodía; después de comer, un sueñecito (...) antes o después del té, otro baño en el lago (...) después del té, más pintura (...) se hace de noche, la cena, a la cama pronto y otra vez arriba al día siguiente".Como bien podemos observar en este Manzano, Klimt está en una etapa tremendamente decorativista, trabajando en un estilo cercano a la abstracción al perder casi por completo las formas geométricas e interesarse por el color. Las ramas del manzano repletas de fruta ocupan todo el espacio, impidiendo observar el cielo y el horizonte, creando una sensación de horror vacui similar a la de obras medievales. Las tonalidades han sido aplicadas de manera rápida, recordando el estilo puntillista de Seurat y Signac.
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Algunos especialistas han considerado que los paisajes de Klimt están vinculados con las obras figurativas pintadas simultáneamente. Sin embargo, debemos considerar que estos paisajes son obras realizadas por el pintor durante los veranos pasados en el lago Atter, en compañía de las hermanas Flöge, realizando diversos experimentos y relajándose de la presión que suponían para él los plazos. De esta manera, podemos afirmar que se trata de obras con un estilo propio, sin ninguna vinculación con el resto de los trabajos aunque mantenga algunas notas que los vinculen.Los manzanos de las orillas del lago servirán en varias ocasiones como temática de sus trabajos. Si comparamos esta tela con la de 1912 encontramos ahora un estilo menos decorativista y menos abstracto, recuperando el volumen formal y la sensación espacial al ubicar en el fondo una línea de árboles y un amplio cielo cubierto de nubes. Las tonalidades oscuras que dominan el conjunto se vinculan con la reciente muerte de su madre, un duro golpe del que el pintor tardó en recuperarse. Las pinceladas continúan siendo rápidas y empastadas, en sintonía con el estilo neo-impresionista. El limitado encuadre utilizado por el pintor vendría motivado por el empleo de un visor y unos gemelos, acercando así el motivo ya que en numerosas ocasiones pintaba desde la ventana de la casa, especialmente si el tiempo no era bueno como en este caso.
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Una de las obras realizadas por Gauguin bajo la atenta mirada de su maestro Pissarro en 1879, siendo característica del periodo formativo del pintor esa pincelada corta y empastada, el desdibujado de las formas y la simplicidad en los temas. Gauguin, como buen impresionista, ha salido con su caballete al aire libre, en busca de la naturaleza que le rodea, y ha representado en su lienzo el paisaje que más ha llamado su atención, captando la luz directamente del natural y creando un efecto de impresión absoluta. El colorido empleado es algo oscuro, jugando con verdes y marrones; sin embargo, el azul-violáceo del cielo y las nubes blancas aclaran la composición y se acercan al Impresionismo.
Personaje
Literato
Político
Sus primeros pasos en el ámbito de la literatura aparecen condicionados por el escepticismo y el movimiento racionalista que domina la escena francesa. Con dieciocho años se siente atraído por el romanticismo italiano, impregnado de un sentido religioso y nacionalista. Además de poeta, abordó el género teatral. Su espíritu exaltado le lleva a inmiscuirse en la revuelta que protagoniza Milán contra el dominio que ejerce Austria en 1848. Tras la unificación italiana conseguiría un puesto como senador. Es autor de "El cinco de mayor", "Los himnos sacros", "Los novios" -obra con la que alcanza la fama y pone los cimientos de la literatura italiana moderna-.
Personaje
Otros
Sus primeras creaciones siguen los principios del arte figurativo, pero rápidamente abandona esta corriente para centrarse en figuras antropomorfas. Entre los autores que más le impresionan desde un primer momento cabe citar a Yves Klein y Burri. A finales de los cincuenta entra a formar parte del Grupo Nuclear, con el que participa en la elaboración del "Manifiesto para una pintura orgánica". Durante la época estival se traslada a Albisola, donde se relaciona con Lam y otros artistas. A este tiempo pertenece la serie de los ácromos y la esculturas neumáticas que vende en serie. Manzoni se encarga del diseño de lo que se convertiría en la galería Azimut. Otra de sus creaciones más destacadas es Escultura en el espacio. El escándalo también formó parte de su producción, cuando en 1961 envasa sus excrementos en latas, que presenta como Mierda de artista.