Busqueda de contenidos

monumento
En la localidad de Camarma de Esteruelas encontramos una de las joyas del mudéjar madrileño. Se trata de la cabecera de la iglesia de San Pedro, construida posiblemente en el siglo XIII. Tiene la habitual disposición dual, con el presbiterio de planta rectangular y el ábside de planta semicircular, de menor anchura y altura. Al exterior, la cabecera parece asentada en un zócalo de mampostería, con tres cuerpos sobrepuestos encima formados por arcos ciegos de medio punto doblados, siendo el cuerpo intermedio de mayor altura. Esta estructura es habitual en algunas iglesias mudéjares de Salamanca, Ávila, Valladolid y Segovia.
museo
La iglesia de San Pietro a Cascia fue edificada por voluntad de la Condesa Matilde di Canossa durante los siglos X y XI. Gracias a una restauración se conserva perfectamente, constituyendo un ejemplo típico de arquitectura románica. Delante de la Iglesia se abre un diáfano pórtico y a su derecha emerge la magnífica torre campanario, de planta cuadrada, estructurada y revestida en piedra. La iglesia tiene planta de tres naves, con un solo ábside al fondo con columnas ricamente esculpidas concluyendo en dos pilastras que delimitan el presbiterio. En la Casa Parroquial se conserva un importante fragmento de escultura románica, una Anunciación de la escuela florentina del siglo XIV, y un crucifijo del siglo XV. En su interior, destaca un Tríptico de Masaccio, redescubierto en 1961 en pésimas condiciones de conservación. Después de una larga restauración se ha colocado en la nave izquierda. La tabla, que representa la Madonna con niño y cuatro Santos, aparece fechada en su parte inferior (23 de abril de 1422), constituyendo la obra más antigua conocida de Masaccio y una de las más representativas del temprano Renacimiento.
obra
La planta de la iglesia de San Pedro de la Mata corresponde a las de tipo cruciforme con una serie de habitaciones yuxtapuestas en la zona central y a ambos lados del ábside, así como en la zona sur de los pies.
monumento
La planta de la iglesia de San Pedro de la Mata corresponde a las de tipo cruciforme con una serie de habitaciones yuxtapuestas en la zona central y a ambos lados del ábside, así como en la zona sur de los pies. La aparición de estas habitaciones, al igual que ocurre en estructuras semejantes, posibilita la consideración de que estemos ante un edificio de tipo monástico. Las dimensiones globales de la iglesia son de 21,90 m de largo por 12,90 m de ancho. Por un fragmento de inscripción hallado en las cercanías, parece que el conjunto podría ser fechado en la época de Wamba, es decir, de la segunda mitad del siglo VII.
museo
La iglesia visigótica de San Pedro de la Nave, en las cercanías de Zamora, obra del último tercio del siglo VII, o incluso del siglo VIII posterior a la invasión árabe; en cualquier caso supone la culminación del arte constructivo del arte visigótico. En la actualidad está trasladada de lugar para que no fuera cubierta por las aguas de un embalse; responde, en una primera fase constructiva, a un diseño con planta de cruz griega que posteriormente se transformó en planta basilical. Su cubierta es abovedada y en su espacio interior ofrece una gran armonía, destacando la perfecta labra de su sillería. Sobre sus muros interiores tiene columnas adosadas cuyos capiteles muestran una rica decoración escultórica, más rica y evolucionada que en los edificios visigodos anteriores. Los capiteles son historiados dedicados a temas bíblicos (Sacrificio de Isaac, Daniel entre los leones) y los cimacios se decoran con flora y fauna en el interior de arrollamientos ondulados. El estilo es muy peculiar y crea un bajorrelieve muy plano de vivas aristas en los contornos
obra
Lo que se conserva de la estructura original del edificio es el perímetro completo de la planta, en forma de un rectángulo de 11,20 por 16,80 metros, al que se le añade en la parte oriental una capilla de 4,80 por 4 metros y además dos pórticos, al norte y al sur, de 4,80 por 3,20 metros. En el interior del rectángulo hay una nave transversal, de un pórtico a otro, que divide al edificio en dos zonas desiguales: la oriental está formada por una nave central y dos cámaras a los lados, mientras que en la occidental hay tres naves, separadas por arcos muy recompuestos, más ancha la central que las laterales.
obra
La decoración basada en un tallo vegetal ondulado, para servir de organización al resto de los motivos, es el principio más frecuente de los relieves naturalistas visigodos. Su origen en la decoración clásica es fácil de establecer, así como que los prototipos más extendidos proceden de la adaptación de la simbología cristiana primitiva, en la que los tallos brotan de un vaso o de una crátera, concebida como fuente de la vida, a la que puedan acompañar parejas heráldicas de aves, que también beben de ella. Las ramas con tallos enlazados sirvieron también para representar el Paraíso, en el que toman formas de aves las almas de los Justos, y también por extensión vinieron a representar la Creación en su momento original, acompañados por cuadrúpedos, aves y peces o reptiles, los tres géneros de animales en la antigua concepción de la Naturaleza. Los mismos temas, elaborados en Oriente para la decoración de tejidos, llegaron en importaciones de un gusto e iconografía muy distintos, y tuvieron también una difusión muy amplia con distintas imitaciones.
obra
Las dos escenas mayores de los capiteles de San Pedro de la Nave son el sacrificio de Isaac y Daniel entre los leones. La disposición de las figuras, e incluso los rótulos que llevan encima, se repiten puntualmente en las miniaturas mozárabes, por lo que no puede dudarse de la existencia de unos antecedentes comunes. El sentido iconográfico de las dos escenas es el de la consecución de la protección divina por medio de la oración y el sacrificio, pero sobre todo, gracias a la firmeza de la Fe; en este sentido, Daniel y Abraham parecen ofrecer con su confianza en la intercesión divina, un contrapunto a la debilidad de los apóstoles. Estas asociaciones de imágenes no pueden considerarse casuales, sino que responden a un verdadero programa de intención didáctica, que daría pie a las disertaciones de los sermones sacerdotales y a la instrucción de los catecúmenos, algo en lo que los sacerdotes visigodos de San Pedro de la Nave se adelantaron varios siglos a la imaginería románica, al utilizar el arte como medio para la formación religiosa.