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La iglesia de san Marcos es una de los primeros templos toledanos construidos en estilo barroco. Presenta tres naves, separadas por arcos de medio punto, siendo la central más alta, con dos capillas en el fondo. El diseño del templo lo debemos al hijo de El Greco, Jorge Manuel Theotocopuli, mientras que Juan Bautista Monegro es el responsable de la fachada. Uno de los laterales de la iglesia ha sido remodelado para acoger el Archivo Municipal.
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Al inicio de la Calle San Marcos encontramos la iglesia bajo dicha advocación de este evangelista. Es un templo del siglo XVII con una ostentosa torre barroca, con campanario decorado por rizadas molduras en el exterior. La nave se caracteriza por su sencillez, contando con capillas alrededor. El techo está cubierto con bóvedas de medio cañón con lunetos y una cúpula en el tramo final, esquema que proviene de los templos mudéjares.
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<p>Las obras realizadas por Ventura Rodríguez en la década de 1750 se inician con la iglesia de San Marcos, una pequeña obra maestra, madura, cuajada de soluciones y formas tomadas del barroco romano. Rodríguez recurrió a una planta de Juvarra para San Felipe Neri de Turín, con cinco elipses de diferentes tamaños intersectadas. Su dinamismo es continuo, pues los muros se articulan con grandes pilastras y semicolumnas, las bóvedas ofrecen arcos abocinados con casetones en perspectiva y la cúpula amplias costillas también casetonadas encuadrando las pinturas de Luis G. Velázquez. El entablamento corrido integra los distintos elementos en un único organismo, que recuerda a S. Carlino, de Borromini. La fachada prolonga el movimiento, con dos alas cóncavas que crean un pequeño atrio, y encuadran una portada con pilastras de orden compuesto, en clara referencia a S. Andrea al Quirinale, de Bernini.</p>
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La fundación de este templo tiene lugar en el siglo XIV, tras la conquista de la ciudad por Fernando III el Santo. Las primeras construcciones corresponden al estilo mudéjar, pero ha sufrido diferentes modificaciones, especialmente tras vivir diversos incendios, el primero en el siglo XV y el último en 1936. La torre y la portada son los escasos restos conservados tras este último incendio. Será precisamente en la portada donde se conserven tres esculturas del siglo XVIII que representan a la Virgen María, el Arcángel san Gabriel y el Padre Eterno. En el interior destaca la escultura de San Marcos Evangelista, obra realizada por Juan de Mesa en el siglo XVII.
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Esta iglesia veneciana de curioso nombre -contracción local de los mártires de Aquilea, Ermagora y Fortunato, a los que está dedicada- se inició en el siglo XVI pero su fachada fue concluida entre 1728 y 1736 por Giorgio Massari.
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Iglesia consagrada a dos mártires de Aquilea, Ermagora y Fortunato, la fachada del templo fue levantada entre 1728 y 1736 por Giorgio Masari, aunque quedó inconclusa. En el interior presenta una sola nave, con altares barrocos con decoración escultórica de Giovanni Maria Morleiter y donde hay que destacar el cuadro de La Última Cena de Tintoretto realizado en 1547.
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En 1109 fue consagrada la iglesia de esta abadía, cuyas obras se iniciaron ocho años antes. Se trata de uno de los primeros edificios cubierto enteramente por bóvedas. La fundación monástica se debe a Wifredo II, conde de Cerdaña, personaje que se retirará a la abadía en 1035. El templo presenta tres naves, con bóvedas de cañón, cerradas por sus respectivos ábsides. Tiene dos alturas, repitiéndose el mismo esquema en cada una de ellas. Para sostener el peso de las bóvedas, se tuvo que modificar el proyecto inicial, reforzándose los arcos e introduciéndose pilares cruciformes en algunas zonas. El claustro del monasterio presenta planta trapezoidal, también con dos niveles, construidos entre el primer tercio del siglo XI y el siglo XIII. El abandono del cenobio en 1783 provocó la ruina del claustro, hasta que en 1902 el obispo de Perpignan compró las ruinas y procedió a su restauración, aunque el resultado difiere bastante del original. Los magníficos capiteles de mármol rosa muestran un amplio catálogo de escenas profanas, con animales, reptiles, castigos, danzas, etc.
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En la localidad palentina de Frómista se levanta, majestuosa, la iglesia de San Martín de Tours. En este lugar doña Mayor, viuda del rey Sancho de Navarra, fundó un monasterio benedictino en el año 1066. Del cenobio sólo nos ha quedado la iglesia. Al exterior, el templo presenta una rica variedad de volúmenes, a lo que contribuye la diferencia de altura de los ábsides y las dos torrecillas cilíndricas de los pies, donde se alojan las escaleras que permiten el acceso a los campanarios. En el interior, nos encontramos con tres naves, con un crucero que no se marca en planta, y tres ábsides, sobresaliente el mayor. Los arcos son de medio punto, doblados, y los pilares cruciformes, con medias columnas adosadas. Todas las naves se cubren con bóveda de cañón y en el transepto encontramos un cimborrio octogonal apoyado en trompas, cubierto con una cúpula. Entre los años 1895 y 1901, el arquitecto Manuel Aníbal Alvarez desmontó y rehizo la iglesia desde sus cimientos. Derribó todo lo que a su juicio estorbaba la belleza original del modelo románico, si bien buena parte de los historiadores del Arte no están a favor de esta excesiva restauración.
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Se trata de una iglesia de una sola nave con dos torres ubicadas en el crucero y a los pies.