Una de las numerosas reconstrucciones que se realizó en la ciudad de San Petersburgo aportaría a su conjunto urbano variados estilos de la arquitectura decimonónica. El que mayor éxito alcanzó fue el Estilo Imperio, considerado en Rusia el estilo nacional, por lo que se denominó alejandrino en honor del zar Alejandro I, enemigo acérrimo de Napoleón. La admiración del zar por el arte francés le llevó a ponerse en contacto con arquitectos galos, especialmente con los continuadores de Ledoux, Chalgrin y Soufflot. August A. Monferran será el encargado de realizar la catedral de la ciudad entre 1817 y 1857. Monferran, discípulo de Percier y Fontaine, tomó el Panteón de París como modelo aunque la concepción arquitectónica de la catedral sea un tanto indecisa, al carecer de una orientación clara en cuanto al empleo de los materiales clásicos en su aspecto expresivo. Por el contrario, la riqueza de los materiales evoca los edificios de la Roma Imperial.
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En el año 828 las reliquias de San Marcos fueron trasladadas desde Alejandría a Venecia. Para resguárdalas se construyó en esa época una iglesia basilical de ladrillo que fue destruida por un incendio ya avanzado el siglo X. Se levantó un nuevo templo inspirado en los Santos Apóstoles de Constantinopla. Finalmente, en la década de los sesenta del siglo XI, el dux Domingo Contirini fundó esta basílica de planta de cruz griega donde dominan las influencias orientales. En un primer momento la basílica estaba recubierta de ladrillos. El paso del tiempo ha permitido que las paredes del templo se fueran decorando con espectaculares mosaicos y placas de mármol, creando un conjunto de una belleza insuperable, llegando los brillantes dorados a dificultar el reconocimiento de las estructuras arquitectónicas. En la cúpula central se representa la Ascensión de Cristo, obra de la primera mitad del siglo XIII. El Pentecostés, escenas de la Vida de San Juan, la Iglesia y las profecías de los profetas y escenas de vidas de santos completan el programa iconográfico de las restantes cúpulas, todas ellas decoradas en el siglo XIII.
monumento
Según narra la leyenda, la catedral tiene su origen en la petición a san Martín de Tours que hizo el rey suevo Carriarico para que curara a su hijo, enfermo de lepra. El monarca se convirtió al cristianismo y ordenó construir el templo que, posteriormente, se convertiría en catedral dedicada al santo franco. Las diversas razzias musulmanas que sufrieron las tierras gallegas arrasaron este primer templo. Entre lo siglos XII y XIII la catedral fue reedificada, durante la plenitud del estilo románico, siendo consagrada en el año 1188. El templo presenta planta de cruz latina, con tres naves acabadas en sus respectivos ábsides semicirculares, girola y crucero, de una sola nave y cuatro tramos cubiertos por bóvedas de crucería. El cimborrio fue construido en el siglo XV por Rodrigo de Badajoz. En el exterior hallamos dos portadas originales, de época románica, correspondiendo a las zonas sur y norte del templo. La portada principal, con tres arcadas, está flanqueada por dos torres, ambas del siglo XVI: la de San Martín, sin llegar a concluirse, y la del Reloj, de 40 metros de altura y constituida por cuatro cuerpos. Los tres rosetones y parte de la portada románica se conservan de la fachada anterior a las reformas del siglo XVI. También se conservan, en la parte superior, las almenas que nos recuerdan la misión defensiva del templo. De nuevo en el interior de la catedral nos encontramos con el Pórtico del Paraíso, en sintonía con el compostelano de la Gloria al mostrar los ancianos del Apocalipsis con sus instrumentos musicales en la arquivolta central, dejando las columnas para los apóstoles y los profetas. El conjunto escultórico conserva aún restos de policromía. Otra de las piezas clave de la catedral orensana es el Retablo Mayor, ejecutado por Cornelis de Holanda a principios del siglo XVI. Consta de cinco cuerpos y seis calles, representándose diferentes escenas de las vidas de Cristo y de la Virgen. Juan de Angés y Diego de Solís son los artífices de la espléndida sillería de coro. La Capilla del Santo Cristo guarda la imagen más venerada de la ciudad. La imagen del Santo Cristo fue traída de Finesterre por el obispo Vasco Pérez Mariño en los primeros años del siglo XIV. La leyenda narra que Nicodemus la realizó y fue encontrada por unos marineros en el mar. El Santo Cristo tiene barba y pelo natural, gozando de fama de milagrero. También destaca en el interior del templo el sepulcro del obispo Pérez Mariño, realizado en el año 1342. Otras capillas, como la de las Nieves o San Lucas, fueron levantadas en los siglos XVI y XVII. En el gran claustro gótico -llamado Claustra Nova, construido entre los siglos XIII y XIV y no finalizado- se encuentra el Museo Catedralicio, donde destaca el Tesoro de San Rosendo.
obra
En su aspecto exterior unifica las tradiciones rusas con las novedades renacentistas llegadas de Italia, recordando un palacio veneciano. Los muros interiores fueron pintados poco tiempo después de su construcción, renovándose la decoración entre 1652-56. Presenta también un iconostasio de 4 filas que se decora con numerosas tallas de madera del siglo XIX, conteniendo iconos fechados entre los siglos XV y XVII.
monumento
Frente a la catedral de la Asunción del Kremlim se encuentra la catedral de San Miguel Arcángel (Arjángueiski), construida por el arquitecto italiano Alevisio el Nuevo (Alevis Friazin), procedente de Venecia, entre 1505 y 1508. En su aspecto exterior unifica las tradiciones rusas con las novedades renacentistas llegadas de Italia, recordando un palacio veneciano. Los muros interiores fueron pintados poco tiempo después de su construcción, renovándose la decoración entre 1652-56. Presenta también un iconostasio de 4 filas que se decora con numerosas tallas de madera del siglo XIX, conteniendo iconos fechados entre los siglos XV y XVII. En esta catedral se enterraron numerosos príncipes y zares, siendo el sepulcro más antiguo el del príncipe Iván Kalitá, fallecido en 1340.
museo
Frente a la catedral de la Asunción del Kremlim se encuentra la catedral de San Miguel Arcángel (Arjángueiski), construida por el arquitecto italiano Alevisio el Nuevo (Alevis Friazin), procedente de Venecia, entre 1505 y 1508. En su aspecto exterior unifica las tradiciones rusas con las novedades renacentistas llegadas de Italia, recordando un palacio veneciano. Los muros interiores fueron pintados poco tiempo después de su construcción, renovándose la decoración entre 1652-56. Presenta también un iconostasio de 4 filas que se decora con numerosas tallas de madera del siglo XIX, conteniendo iconos fechados entre los siglos XV y XVII. En esta catedral se enterraron numerosos príncipes y zares, siendo el sepulcro más antiguo el del príncipe Iván Kalitá, fallecido en 1340.
obra
Si bien se sufre una cierta decepción estética cuando se traspasa el umbral de San Pablo, ante la visión de su imponente exterior cabe subrayar la fruición producida al contemplar su esbelta y mayestática cúpula construida por Wren dominando la totalidad del conjunto edilicio, que parece estar funcionando tan sólo como su gigantesco y digno pedestal. Este efecto lo potencian aún más los pórticos curvos de los brazos del transepto, que sugieren una sutil respuesta a su majestuosa curvatura. Y es que, así nos lo parece, la cúpula da sentido a San Pablo, cuyo conjunto se presenta poco unitario y forzado en su solución global.
obra
Si bien se sufre una cierta decepción estética cuando se traspasa el umbral de San Pablo, ante la visión de su imponente exterior cabe subrayar la fruición producida al contemplar su esbelta y mayestática cúpula dominando la totalidad del conjunto edilicio, que parece estar funcionando tan sólo como su gigantesco y digno pedestal. Este efecto lo potencian aún más los pórticos curvos de los brazos del transepto, que sugieren una sutil respuesta a su majestuosa curvatura. Y es que, así nos lo parece, la cúpula da sentido a San Pablo, cuyo conjunto se presenta poco unitario y forzado en su solución global. El incendio que en 1666 sufrió Londres afectó en gran medida a la catedral de San Pablo, uno de los principales símbolos de la ciudad. Christopher Wren será el encargado de la reconstrucción, exigiéndole que integrara las nuevas referencias arquitectónicas con la tradición medieval. La iglesia debía tener planta de cruz latina pero Wren se decantó, tras numerosas modificaciones, por un edificio centralizado en el que la nave, el coro y el transepto quedan como enormes bloques que sustentan la cúpula, verdadero eje del edificio. Dicha cúpula presenta doble cascarón y tiene 111 metros de altura, tomando como referencia directa la diseñada por Miguel Angel para San Pedro del Vaticano. El tambor que dota de mayor monumentalidad a la cúpula tiene 32 contrafuertes con columnas adosadas para crear el efecto de un peristilo romano. La fachada occidental presenta un pórtico de dos plantas integrado por pares de columnas corintias, armonizando con las pilastras emparejadas que se repiten en toda la estructura perimetral del edificio. Dicho pórtico se remata con un frontón triangular y está enmarcado por dos torres que se elevan hasta 63 metros, añadidos en 1708. La duración de las obras, entre 1675 y 1711, será una de las causas de las novedades incorporadas en la construcción, convirtiendo la catedral de San Pablo en uno de los modelos más imitados de la arquitectura anglicana.