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Datos principales


Rango

Berlín

Desarrollo


El día 12 de enero de 1945, el Ejército Rojo lanza la ofensiva final sobre la línea del Vistula, en la que disponía de cabezas de puente desde el verano anterior. La capital polaca, prácticamente destruida debido a los hechos sucedidos en su interior, es ocupada entre los día 17 y 18 de ese mismo mes. El ímpetu soviético ya no se detendría a partir de ese momento hasta alcanzar el río Oder en dirección a Berlín. La liberación de Varsovia no supondría, sin embargo, el fin de la confusa situación en los planos políticos, que se trata en el siguiente apartado. Como colofón a la entrada del Ejército Rojo en las ruinas de la capital polaca, son especialmente ilustrativas las palabras del mariscal Rokossovsky, jefe del Primer Frente bielorruso, cuando refiriéndose a la fracasada insurrección afirmó: "los sublevados de Varsovia lo han estropeado todo". Y, tratando de dejar bien claro quién era el dueño del poder en medio de la situación, añadiría "Nosotros -el Ejército Rojo- tenemos la responsabilidad de la conducción de la guerra en Polonia; nosotros somos la fuerza que liberará toda Polonia de aquí a pocos meses". La situación política de Polonia en el momentos de la liberación por parte de las tropas soviéticas mostraba caracteres extremadamente confusos. Y reflejaba al mismo tiempo las contradicciones existentes entre los aliados llegado el momento de la victoria final sobre las potencias fascistas.

Desde 1931, el general Sikorski había centrado en Londres los intereses de la inmensa mayoría de los polacos exiliados en varios países de Europa. Refugiados e internados en Hungría y Rumanía habían luchado al lado de las fuerzas francesas con ocasión del ataque alemán en la primavera de 1940. Durante el reembarco de Dunkerque, ochenta millares de combatientes de esta nacionalidad habían pasado a Inglaterra para continuar la lucha. Los aviones polacos habrían de distinguirse posteriormente durante la Batalla de Inglaterra en sus acciones dirigidas a contener la agresión de la Luftwaffe. Más adelante, la denominada Brigada de los Cárpatos tendría una destacada actuación en las operaciones desarrolladas por los aliados en el escenario del norte de África, y concretamente en el episodio de Tobruck. A partir del mes de junio de 1941, la invasión alemana de la Unión Soviética había supuesto una radical transformación en las perspectivas de los polacos en el exilio. Estos se vieron reconocidos como combatientes de pleno derecho por la potencias aliadas. El general Anders comandaba este contingente, que a finales del año 1942 había llegado a sumar una cifra superior a los sesenta mil hombres. Tras el episodio del descubrimiento de las fosas de Katyn, durante el cual Sikorski halló la muerte en circunstancias nunca aclaradas, el mando el gobierno polaco en el exilio pasó a Stanislas Nikolajczyk.

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