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Los incas se establecen como tribu en el valle de Cuzco poco antes del 1.300 d.C., fundando su capital en Cuzco. Las evidencias de que disponemos señalan que los cuzqueños tienen su origen en el territorio Huari, aunque no podemos establecer de manera definitiva su origen. La historia legendaria narra de dos maneras distintas este acontecimiento. Unas tradiciones desplazan su lugar de origen a la Colina de las Ventanas en Pacaritambo, situada a unos 25 km de Cuzco. De allí salieron varios grupos; de la ventana central procedían los jefes de los grupos tribales, de las dos laterales salieron los diez clanes o ayllus. Los jefes en cuestión eran cuatro hermanos: Ayar Manco, Ayar Cachia, Ayar Uchu y Ayar Auca, casados con cuatro hermanas: Mama Ocllo, Mama. Huaco, Mama Cora y Mama Raua. Estas parejas dirigieron la emigración hacia el valle del Cuzco, momento en que nació Sinchi Roca, hijo de Manco Capac y Mama Ocllo que habían logrado integrar a los demás grupos tribales. Otra leyenda narra que por mandato del dios sol, Inti, una pareja -Manco Capac y Mama Ocllo- salió del lago Titicaca con la intención de civilizar la región. Manco fue el fundador de una dinastía real que se estableció en el Hurin Cuzco (Bajo Cuzco), de la cual procederán los reyes incas con la siguiente secuencia: Manco Capac Sinchi Roca Lloque Yupanqui Mayta Capac Inca Roca Yahuar- Huacac Viracocha Inca Pachacuti IncaYupanqui (1.

438-1.471) Topa Inca Yupanqui (1.471-1.493) Huayna Capac (1.493-1.527) Huáscar Atahualpa El valle del Cuzco antes de la llegada de los incas estaba ocupado por grupos aymaras, que pronto fueron asimilados por los incas. La fundación del Cuzco por los diez ayllus sirvió de ejemplo para la planificación de futuras ciudades incaicas, ya que se dividió en cuatro barrios, y éstos a su vez tuvieron divisiones internas por cada grupo. Desde la fundación de la ciudad hasta la ascensión al trono de Inca Roca disponemos de una historia legendaria de los gobernantes incas afincados en el Hurin Cuzco. A partir de este gobernante, y quizás como consecuencia de las confrontaciones entre distintos linajes, se fundó una segunda dinastía en el Hanan Cuzco (Alto Cuzco) desde tiempos de Inca Roca quien, junto a sus dos sucesores, Yahuar Huacac y Viracocha Inca, sientan las bases para el futuro imperio que se inicia a finales del siglo XIV. Pachacuti convirtió el reino de Cuzco en el imperio del Tawantinsuyu (el de los cuatro suyus o regiones). Antes de que él se instalara en el poder, la arqueología ha definido una etapa pre-inca denominada con el nombre de una cerámica, K'illke. Esta cerámica de pintura rojo y negro sobre fondo crema tiene su origen en Huari, y una secuencia desde 1.100 d.C. hasta 1.250 d.C. Como sostiene Lumbreras, durante esta etapa el patrón de asentamiento es aquel de unidades rectangulares compuestas de dos a doce casas juntas como en Cuyo.

Algunas de ellas tienen una posición estratégica, mientras que otras se sitúan directamente sobre las tierras arables. La tónica general del momento está caracterizada por la variedad en la cerámica, lo que manifiesta la existencia de diferentes grupos étnicos cuya situación ha quedado bien establecida por Rostworowski: los ayamarcas estaban localizados en el área de Cuzco, collas y lupacas ocupaban el Titicaca y lindaban con los chanca, quechuas, incas y otros grupos, que estaban en disputa por el control político de la región. Pachacuti es quien construyó el imperio, pues una victoria en 1.438 sobre los chanca le permitió obtener el control absoluto de la región. A partir de este momento, se dedicó a formar lo que sería un vasto imperio y, como consecuencia de esta etapa de bondad económica, planificó el Cuzco monumental, construyendo el Coricancha, el templo del sol y otros edificios religiosos y político-administrativos. Desde un punto de vista militar, entre 1.438 y 1.471 colonizó Cajamarca, los reinos de Cuismancu y Chuquismancu en la costa -apoderándose del santuario de Pachacamac, la región de Chachapoyas al este, y zonas de Piura y Túmbez al norte, en buena medida por medio de su hijo y heredero Topa Yupanqui. Este dirigió también la campaña contra los cañaris y el reino de Quito y el reino Chimú, que quedaron asimilados al imperio. Topa Inca Yupanqui (1.470-1.493) amplió la unidad política que se distribuía desde Quito a Nazca hacia el este y sureste, llegando al río Madre de Dios en los límites de la Amazonía y hasta el Gran Chaco, y colocando el límite fronterizo por el sur en la Araucania chilena, donde quedó establecida la frontera sur del imperio inca de manera definitiva.

Durante su mandato construyó la fortaleza de Sacsahuaman y los palacios de Chinchero. A su muerte le sucedió Huayna Capac (1.493-1.525), quien consolidó la frontera norte con la conquista del golfo de Guayaquil y con su campaña contra los Pastos, reconstruyendo Tomebamba. La muerte de Huayna Capac ocurrió en Quito, cuando estaba en campaña junto a su hijo Atahualpa, que comandaba las tropas. Este decidió enfrentarse con su hermano y heredero, Huáscar, que había accedido al poder en 1.525 y se inició una cruenta guerra civil. Esta es la situación que aprovechó Pizarro en 1.532 para apresar a Atahualpa en Cajamarca y ajusticiarlo poco después. Con ello da comienzo la decadencia definitiva del imperio inca y la conquista de su vasto territorio por parte de los españoles en 1.537.

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