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Datos principales


Desarrollo


La parte central del II milenio está dominada en casi todo el Próximo Oriente Asiático por el escasamente conocido imperio de Mitanni, que prolonga su hegemonía hasta mediados del siglo XIV. En Egipto, poco antes del 1500 se consolida la XVIII dinastía, fundadora del Imperio Nuevo que alcanza hasta las postrimerías del milenio. La temprana presencia de los egipcios en el corredor sirio-palestino justifica en esta región la cesura en la parte central del II Milenio. Por lo que respecta a la segunda mitad del II Milenio, se verá políticamente dominada por las grandes potencias surgidas como consecuencia de la caída del Imperio de Mitanni hacia 1350, que tras sus enfrentamientos con Egipto se había visto sumamente debilitado. El golpe definitivo le vino por la acción combinada del rey hitita Suppiluliuma, fundador del Imperio de Hatti, y de Assurubalit, con el que comienza el Imperio Medio Asirio. A estas dos grandes formaciones hay que añadir el Imperio Medio Babilónico casita y, por supuesto, el Imperio Nuevo Egipcio que tendrá una intervención permanente en los asuntos asiáticos. Este bloque cronológico concluye antes de que dé fin el Milenio, ya que a partir del siglo XII la situación internacional queda definitivamente transformada como consecuencia, por una parte, de las invasiones de los denominados Pueblos del Mar y, por otra, del desplazamiento de los arameos. Si los primeros provocan el colapso en las zonas costeras, los segundos lo ocasionan en las regiones del interior, incluida Mesopotamia. Evidentemente, las causas de la desaparición de los Imperios de Hatti, Assur o Babilonia no son lineales, sino que están relacionadas con múltiples factores internos en desequilibrio, agravados por la coyuntura internacional. Egipto, en cambio, se vio menos afectado por esta crisis que supone, en definitiva, el tránsito de la Edad del Bronce a la del Hierro en el Mediterráneo Oriental.

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