Aunque italiano de nacimiento, también trabajó en Grecia, Macedonia y Asia. No conocemos directamente sus obras pero sí a través de la literatura. Destaca la descripción que el escritor Luciano hace de una de sus obras: La familia del centauro. Fue uno de los pintores más célebres y admirados de su época, por la variedad cromática, las soluciones espaciales y la caracterización de los personajes.
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Fueron precisamente Zeuxis de Heraclea y su contemporáneo Parrasio de Efeso, ambos activos en el último cuarto del siglo V y primeros años del siguiente, quienes vieron con claridad las posibilidades del sombreado. En sus manos, la pintura iba a convertirse en una técnica totalmente nueva, en la que verdad e imitación se fundían de forma mágica y maravillosa. Son muchas las anécdotas que se cuentan acerca de la capacidad ilusionista de sus pinturas. Valga una de ellas como simple ejemplo: "Se cuenta que éste último (Parrasio) compitió con Zeuxis; éste presentó unas uvas pintadas con tanto acierto que unos pájaros se habían acercado volando a la escena, y aquél presentó una tela pintada con tanto realismo que Zeuxis, henchido de orgullo por el juicio de los pájaros, se apresuró a quitar al fin la tela para mostrar la pintura, y al darse cuenta de su error, con ingenua vengüenza, concedió la palma a su rival, porque él había engañado a los pájaros, pero Parrasio le había engañado a él, que era artista" (Plinio, NH, XXXV, 65; trad. de María E. Torrego). Obviamente, nadie nos obliga a creer en la verdad de estas aseveraciones. Pero antes de burlarnos desdeñosamente de ellas, no estaría de más recordar cómo, al comentar la primera sesión cinematográfica que se presentó en Nueva York, allá en 1896, y en la que apareció la filmación de un paisaje marino con olas, el The New York Drarnatic Mirror comentó que "algunos espectadores de las primeras filas parecían temerosos de mojarse y buscaban con la vista un refugio". Es posible que, para quien jamás ha visto un cuadro con sombreados y perspectivas, la sensación de realidad sea más profunda y desasosegante. Zeuxis y Parrasio explotaron efectivamente su papel de brujos, de creadores de confusión. Incluso en su aspecto externo, si damos crédito a las fuentes que nos han llegado, hicieron ostentación de su fantasiosa originalidad: Parrasio vestía de púrpura y llevaba corona y sandalias doradas (Eliano, Var. Hist., IX, 11), mientras que Zeuxis se paseaba por Olimpia con su nombre bordado en letras de oro sobre el manto (Plinio, NH, XXXV, 62). Realmente, sus actitudes provocativas e histriónicas tenían puntos de contacto con esos contemporáneos suyos que fueron los sofistas. Y es que, a nivel más profundo, Zeuxis y Parrasio son precisamente el paralelo estético de los sofistas. Si Gorgias, al hablar de los poderes de la palabra, dice que "compenetrándose con la opinión del alma, el poder de su encantamiento la fascina, persuade y modifica con su hechizo; del hechizo y la magia se han inventado... artes que son extravío del alma y engaños de la opinión" (Helena, 8, 15), puede afirmarse que la nueva pintura intenta los mismos objetivos con sus peculiares medios. En último término, ambos pintores suscribirían la famosa frase de la obra "Dialexeis", escrita por algún anónimo sofista, según la cual "en la tragedia y en la pintura, quien más engañe haciendo cosas semejantes a las verdaderas, es el mejor" (3, 10). Plenamente ligados a las tendencias de pensamiento más en boga en su época, Zeuxis y Parrasio desempeñaron también en otros aspectos de la actividad artística un papel de enorme importancia. Supieron aprovechar, por ejemplo, la tendencia de los sofistas a valorar el placer como un bien indiscutible, independiente de la verdad (Los "poetas no componen sus poemas con vistas a la verdad, sino al placer de los hombres, se dice en Dialexeis," 3, 17), y también independiente de la utilidad ("Estos objetos son imitaciones de los cuerpos reales y proporcionan el placer de la contemplación, pero ninguna utilidad procuran a la vida de los hombres", afirma Alcidamente en su "Oratio de Sophistis", 10), y con ello lograron conquistar una libertad y dignidad que antes parecían inalcanzables para el oficio de artista: Zeuxis imaginó temas nuevos, sin antecedentes en la iconografía tradicional (por ejemplo, su Familia de centauros, descrita por Luciano, Zeuxis, 3-8), y, según se decía, su orgullo era tan desmedido que regalaba sus obras, diciendo que nadie podría pagar su precio; en cuanto a Parrasio, se consideraba a sí mismo príncipe de la pintura y descendiente de Apolo. Decididamente, los artistas del siglo IV a. C. tendrán buenos precedentes para asentar su dignidad artística y poner coto a las injerencias de los clientes en su actividad. Otro paso que se da por entonces, al menos desde el punto de vista teórico, es el planteamiento de lo subjetivo en el criterio estético: como decían los sofistas, si "alguien mandase a todos los hombres reunir en un solo montón lo que considerara feo, y, de nuevo, del conjunto cogiera cada cual lo que tiene por hermoso, no dejaríamos nada a un lado, sino que todos se repartirían todo, pues no todos piensan lo mismo" (Dial., 2, 8)". Se trata aún de una boutade, pero es el punto de partida hacia la libertad de estilo personal. Ya parece incluso, por ciertos textos, que podría fijarse alguna diferencia entre las obras de Parrasio, preocupado por la limpieza de líneas y por la elegancia de la cara y peinados, y las de Zeuxis, interesado sobre todo por las tonalidades y las corpulentas musculaturas. Por ello, aunque no nos ha llegado ninguna obra de estos grandes artistas, es posible sugerir que acaso -sólo acaso- dos mármoles pintados en grisalla y procedentes de Herculano nos proporcionen un reflejo de lo que fue el estilo de cada cual: Pirítoo dando muerte al centauro Euritión, ante la asustada Hipodamía, podría reflejar el arte de Zeuxis, y las Jugadoras de tabas se acercarían más bien al estilo de Parrasio. Si contemplamos estas obras -que, de cualquier modo, reflejan el arte del dibujo en torno al 400 a. C.-, inmediatamente veremos los intentos de obtener, mediante líneas de distinto grosor o mediante el sombreado tonal, un cierto efecto de relieve, hasta entonces desconocido. Pero también es digno de resaltarse otro elemento aún incipiente, que podemos observar sobre todo en el Pirítoo, y de cuya importancia ya hemos hablado: es el intento de dar expresividad a las facciones.
Personaje
Pintor
Zhao Mengfu era descendiente de la familia imperial Song, y si bien en un primer momento rechazó servir a la nueva dinastía, más tarde aceptó vivir y trabajar para la corte, siendo por ello muy criticado en los círculos artísticos. Además de pintor fue poeta y calígrafo, buscando la inspiración para todas sus composiciones en la época Tang, añadiendo los postulados de simplicidad pregonados por Mi Fu, gran pintor de la dinastía Song. Sus temas principales fueron el género de paisaje, bambúes y animales, destacando entre éstos la representación de caballos según el modelo de Han Gan. Él, como muchos de sus correligionarios, muestra en su obra una síntesis de estilos tradicionales y una originalidad que intentarán satisfacer el gusto arcaizante y las necesidades expresivas de su tiempo. Entre sus obras destacan: Colores otoñales en los Montes Jiao y Hua (1295), Baño de caballos y Aldea a la Orilla del lago. Su esposa fue la también pintora Guan Tao Sheng.
Personaje
Pintor
Entre los discípulos de Wen Zhenming, destaca Zhen Shun, poeta, calígrafo y pintor. El maestro le inculcó el gusto por los pintores del pasado, especialmente por aquellos relacionados con la pintura de letrados. A pesar de que ejerció una gran influencia sobre él, Zhen Shun supo crear un estilo propio, con unas pinceladas en las que utilizó los puntos o tien de Mi Fu, así como los juegos de tinta o mo-xi.
Personaje
Pintor
Era letrado en tiempos de la dinastía Qing. Ya entonces, desde su puesto de funcionario secundó los levantamientos de los campesinos, por lo que le expulsaron de su cargo. Se distinguió en el arte de la caligrafía por introducir un nuevo estilo a base trazos sueltos y angulosos. Como pintor recibe una clara influencia de Xu Wei y Shitao, destacando su interés por los asuntos sociales. El bambú y las orquídeas son dos de los recursos que más se repiten en sus creaciones.
Personaje
Pintor
Miembro del grupo de los Ocho excéntricos de Yangzhou, destacó por su maestría en la pintura de orquídeas y bambú. Otro de los rasgos más sobresalientes son los colofones caligráficos que rematan sus pinturas.
Personaje
Político
Educado en el seno de una familia sin medios económicos, a los veinte años encuentra trabajo como tipógrafo. En esta época ingresa en las filas del Partido Comunista. Desde esta plataforma política actúa en contra de los nazis y organiza el Ejército Insurgente de Liberación del Pueblo en la Segunda Guerra Mundial. Cuando finaliza la contienda, Zhivkov gana posiciones ante el gobierno comunista que se instala en Hungría. En esta época fue comandante de la Milicia del Pueblo. Seguidor del estalinismo entró en el Comité Central del Partido Comunista y fue nombrado Primer Secretario. Zhivkov siempre recibió el apoyo de Kruschev. A lo largo de la década de los sesenta formó parte del Consejo de Ministros de Bulgaria y en 1971 fue elegido presidente. Como dirigente del país favoreció la industrialización. En 1981 y 1986 volvió a ser elegido Primer Secretario, pero en 1989 dimitió de todos sus cargos acusado de corrupción.
Personaje
Pintor
A diferencia de muchos de sus contemporáneos no se limitó al estudio del legado de los pintores de la dinastía Song del Sur. Entre los artistas que más influencia ejercieron sobre su obra se encontraban Fan Guan y Guo Xi. Tampoco dejó de admirar la producción de Wu Wei y Ni Zan. Entre sus logros hay que citar que fue uno de los primeros en emplear el abanico plegable como soporte pictórico de su obra.
Personaje
Pintor
Fue uno de los miembros de la Escuela del Zhe. La repercusión de la obra de los pintores que integran la Escuela del Song del Sur es evidente en su obra, como prueba la estructura diagonal de sus composiciones y la limitación de medios. Sus creaciones muestran la influencia de Xia Gui, además de evidenciar una clara inclinación por describir en detalle a los personajes que aparecen en sus paisajes.