En el monasterio de Sant Pere de Casserres tiene planta casi cuadrada de tres naves separadas por pilares que sostienen una cubierta con bóvedas de cañón. Un amplio presbiterio precede el ábside central.
Busqueda de contenidos
obra
El templo es una basílica de tres naves con transepto y cabecera formada por tres ábsides. Las naves se cubren, la central con bóveda de cañón y las laterales con cuarto de cañón. Los arcos formeros de separación de las naves y los torales que las dividen en tramos descansan sobre pilares con un doble orden superpuesto de columnas adosadas sobre un podio.
obra
Una extraña cabecera, con una girola sin absidiolos radiales, y uno en cada brazo de un pequeño crucero, cerraba las tres naves abovedadas del templo de San Pedro de Roda. De éstas, la central se cubre con un cañón sobre fajones que apean dos órdenes de columnas. La contemplación de esta elevación monumental de la nave central sólo se puede explicar porque sea la obra de un maestro impresionado por los recursos arquitectónicos de la Antigüedad.
obra
Un edificio como San Pedro de Roda, consagrado por el arzobispo de Narbona en presencia de Oliba en 1022, representa una de las experiencias más curiosas e inexplicadas hasta hoy de la arquitectura del primer románico catalán. Una extraña cabecera, con una girola sin absidiolos radiales, y uno en cada brazo de un pequeño crucero, cerraba las tres naves abovedadas del templo. De éstas, la central se cubre con un cañón sobre fajones que apean dos órdenes de columnas. La contemplación de esta elevación monumental de la nave central sólo se puede explicar porque sea la obra de un maestro impresionado por los recursos arquitectónicos de la Antigüedad. La perfecta asimilación de la enseñanza antigua se aprecia no sólo en el empleo de unos capiteles labrados con una cierta calidad, sino en la sofisticación de concebir la ubicación de los órdenes columnarios con la correspondiente corrección óptica. La girola carente de absidiolos y pensada como elemento ambulatorio serviría para una función litúrgica de carácter procesional que se nos escapa. Bajo la cabecera existe una cripta de forma anular, cuyo trazado tiene explicación en la lógica constructiva de la inercia de la arquitectura carolingia. La calidad del proyecto del monasterio de San Pedro de Roda reside en la sabia organización de la decoración arquitectónica de la nave central. El autor, inspirándose en el orden columnario antiguo, superpuso dos niveles de columnas que crean un hermoso efecto plástico.
monumento
Es la iglesia del monasterio de San Pere de Rodes, en la comarca del Alto Ampurdán, el conjunto monumental que puede considerarse el paradigma de esta arquitectura catalana que podemos considerar autóctona. Arquitectura que resume y sintetiza toda una serie de factores e influencias del mundo prerrománico europeo y que entra en el período románico con esta gran construcción, al margen de la influencia del románico lombardo. Bajo el patrocinio del noble Tassi, en la segunda mitad del siglo X, comienza la construcción del monasterio. La documentación nos habla de una consagración en 1022, pero no sabemos a qué parte de la iglesia corresponde. El templo es una basílica de tres naves con transepto y cabecera formada por tres ábsides. Las naves se cubren, la central con bóveda de cañón y las laterales con cuarto de cañón. El ábside central posee girola y cripta anular. Los arcos formeros de separación de las naves y los torales que las dividen en tramos descansan sobre pilares con un doble orden superpuesto de columnas adosadas sobre un podio. Estamos ante un edificio excepcional cuyas características arquitectónicas encontramos en los grandes conjuntos europeos. Se trata de una experiencia hacia el románico a partir del prerrománico, pero es la definición de un románico distinto al de influencia lombarda. Pero además hay otro elemento que contribuye a la singularización de este conjunto monumental: la extraordinaria decoración escultórica de sus capiteles. Estos son de dos tipos, unos derivados del corintio clásico, y otros, cúbicos, con decoración de entrelazados. Los ábacos también aparecen decorados. A mediados del siglo XII el monasterio de San Pere de Rodes sufrió reformas y ampliaciones. Se construyeron dos torres, ya con influencias lombardas, y se realizó la magnífica portada esculpida. A esta época pertenece también el claustro adosado a la iglesia. En el siglo siguiente, la arquitectura de Sant Pere de Rodes presentará, sin embargo, escasa, continuidad.