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contexto
Decidido Hitler a apoderarse de Dinamarca y Noruega, le correspondió a la marina de guerra alemana realizar el trabajo más duro. Con cuantos buques de guerra y transporte pudo reunir formó 7 grupos navales, 2 destinados a Dinamarca y 5 a Noruega. Los dos primeros tuvieron una misión tranquila, por la proximidad de sus destinos a las tierras alemanas, lo que les dio continua cobertura aérea. No ocurrió lo mismo en el caso noruego, pues ahí los alemanes ganaron por la mano a los anglofranceses y tuvieron que pelear con sus tan superiores adversarios. Entre el 9 y el 10 de abril, las cinco formaciones navales desembarcaron en Narvik, Trondheim, Bergen, Kristiansand y Oslo las tropas que tomaron Noruega. Su misión, ante fuerzas británicas muy superiores, fue un gran éxito, ejemplo de intrepidez y de aprovechamiento del factor sorpresa. El retorno a sus bases, para seguir sosteniendo la operación, les resultó más costoso: los alemanes perdieron 10 destructores en Narvik, un crucero en Trondheim, otro en Kristiansand y un tercero en Oslo, aparte de sufrir otros daños... también se sumergieron para siempre 4 submarinos y algunas embarcaciones menores. Los aliados también hubieron de pagar su precio: 2 cruceros, un portaaviones, ocho destructores y otros buques menores. Un balance parecido, pero que Alemania no podía permitirse pagar, cuando comenzó la batalla de Francia, el almirante Raeder apenas si tenía algo que mandar contra las líneas de comunicaciones franco-británicas.
contexto
Desde 1939, la estrategia británica consideraba que la seguridad en el Mediterráneo era prioritaria respecto al Extremo Oriente, y dejó su defensa con pocos recursos. Hong Kong contaba con una guarnición de cuatro batallones ingleses y dos canadienses, y fue atacado el 8 de diciembre por 12 batallones japoneses actuando desde el continente y muy bien apoyados por la Aviación y la artillería. Los cálculos del Estado Mayor británico consideraban que la guarnición podría resistir unos tres meses, pero al día siguiente del ataque los británicos retrocedieron a la línea Gindrinkers, en la península de Kowloon. La acometividad japonesa obligó al abandono de la península, y la guarnición se refugió en la isla de Hong Kong. Mientras los ingleses defendían el canal que les separaba del continente, un ataque japonés penetró en la isla por el norte e hizo imposible la defensa. Entre el día 25 y 26 de diciembre, los 12.000 hombres de la guarnición cayeron prisioneros. En aquel diciembre de 1941, la invasión se extendió como una mancha de aceite. El mismo día 10 en que se hundieron los buques ingleses Prince of Wales y Repulse, los japoneses tomaron la isla de Guam y desembarcaron en Luzón: El 16 lo hicieron en Borneo y el 24 tomaron Wake. Y ya para entonces acosaban Singapur...
Personaje Pintor
Antes de cumplir los veinte años se instala en Haarlem, donde desarrolla su actividad como grabador con la ejecución de pequeños retratos. Su especialización es cada vez mayor, al igual que su dominio de la técnica. En la década de los años ochenta su estilo tiende cada vez más hacia el Manierismo, tras haber entrado en contacto con el arte de Spranger. Hacia 1590 recorre los principales centros artísticos de Italia. Su conocimiento de las obras de la antigüedad y la impresión que le causa la producción de Rafael provoca un nuevo cambio de estilo en arte. Con el cambio de siglo inicia una nueva actividad y comienza a pintar. Rubens y los pintores del Cinquecento se convertirían en sus principales modelos a imitar.
Personaje Religioso Político
Animado por su madre se decanta por la carrera religiosa, que cursa en los seminarios de Montblanch, Tarragona y Valencia. Tras su etapa de estudiante, regresó a Tarragona como rector. En estos años, experimentó una vertiginosa carrera. Fue nombrado obispo de Tarazona (Zaragoza). En tiempos de la II República se enfrentó a las leyes antirreligiosas, como dejó de manifiesto en sus pastorales. Antes de ser investido con el capelo cardenalicio en 1935, detentó el arzobispado de Toledo. Fue uno de los personajes más destacados en tiempos de la Guerra Civil. Desde el primer momento mostró su apoyo al bando nacionalista y a Franco y se opuso a la política emprendida por Azaña. Fue uno de los firmantes de la Carta Colectiva del Episcopado Español que se publicó en julio de 1937 y que expresaba el apoyo de la Iglesia a los sublevados. Su enarbolada defensa de la Iglesia le procuró el reconocimiento del Vaticano y de Pío XII. A pesar de todo, el cardenal Gomá no contó con el apoyo de todos aquellos que pertenecían al bando nacionalista. Así, tuvo una declarada enemistad con Onésimo Redondo. Uno de sus objetivos más ansiados fue reconciliar a los dos bandos, deseo que también había manifestado Besteiro y el Coronel Casado, sin embargo, no fue así. Este hecho llegó a provocar un enfrentamiento con Franco.
Personaje Escultor
Su obra más famosa es la sillería del coro de la catedral de Zaragoza. Para la realización de esta obra estuvo trabajando cerca de catorce años.
Personaje Militar
Interesado en negociar especiería en las Molucas, solicitó permiso a Carlos I para formar parte de la expedición de Magallanes y Elcano, que tenía como objetivo encontrar un paso entre los oceános Atlántico y Pacífico. Ocupó el puesto de Piloto de la Escuadra y se dice que abandonó la expedición en el Estrecho recién descubierto. Tiempo después participaría en la empresa que demarcaría los límites entre Portugal y España.
Personaje Arquitecto
Arquitecto del siglo XX, encargado de la restauración llevada a cabo en la Capilla del Patrocinio en la década de los 60 del siglo pasado. Destaca también la construcción, junto con su hermano José, del Teatro Coliseo, situado junto a la Casa de la Moneda. El incendio de la iglesia de Santa María de la Magdalena le sirvió para reestructurarla en 1939, procurando respetar su configuración original y añadiéndola la Capilla del Gran Poder.
Personaje Literato Religioso
A lo largo de su trayectoria religiosa llegó a desempeñar importantes cargos. Encabezó el obispado de Cartagena, fue cardenal y alcanzó el arzobispado de Toledo. Su prestigio se trasladó a la corte como consejero de Alfonso XI. Parece ser que además desarrolló una interesante faceta literaria. Bajo el apodo de Maestre Pedro se le ha atribuido el "Libro del consejo e de los consejos, traducción del Liber consolationis et consilii de Albertano de Brescia".