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La Compañía Inmobiliaria Metropolitana encargó en marzo de 1948 la construcción de este emblemático edificio situado en la madrileña Plaza de España a los hermanos Julián y José María Otamendi Machimbarrena. Se levantó una torre de 111 metros de altura, con tres niveles de terrazas que alcanzan los 9, 17 y 22 pisos respectivamente. La estructura es de hormigón, pero los Otamendi emplearían un lenguaje nacionalista a la hora de diseñarla, utilizando el ladrillo y la piedra caliza de manera alterna, culminándose el conjunto con una portada barroca. El rascacielos cuenta con 32 ascensores y en su interior se halla un hotel de lujo, coronado con una piscina en la terraza. En su momento era el edificio más alto de España y de Europa, superado rápidamente por la Torre de Madrid, de los mismos arquitectos. El coste total de la edificación casi alcanzó los 200 millones de pesetas.