España, auge y ocaso imperial
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Austrias
Desarrollo
Los primeros siglos de la Edad Moderna son los de la hegemonía española a nivel mundial. La creación y el sostenimiento de tan extensas y dispersas posesiones llevarán a los dos principales monarcas de la Casa de Austria hispana a enfrentarse con las principales potencias de su tiempo.
ÉPOCA
1.Los Austrias mayores: Carlos I y Felipe II .
Los Austrias mayores: Carlos I y Felipe II
Decir que los inicios de la Casa de Austria en España suponen un momento clave en nuestra evolución histórica es un lugar común que, por repetido, muchas veces se acepta sin preguntar por qué, contentándonos, apenas, con afirmar que el XVI es un siglo de hegemonía y primer esplendor. Desde una perspectiva universal, sin duda, es éste un período en el que una de las novedades mayores -y el siglo asistió a muchas- tuvo que ver con la constante y renovada presencia de la Monarquía de Carlos I y de Felipe II en todos los escenarios de un mundo que, precisamente, se encontraba en expansión respondiendo, en buena medida, a su impulso.
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El reinado de Carlos I
A la muerte de Fernando el Católico en 1516, Carlos de Gante pasó a heredar la Plural Monarquía de los Reyes Católicos, el hijo de Juana la Loca y Felipe el Hermoso. Rico y poderoso, el joven Duque de Borgoña y Rex Hispaniae se presenta a la elección imperial que tuvo lugar en Colonia en 1519. De allí, habría de salir como Carlos V, el César que fue coronado dos veces, primero en Aquisgrán en 1520; diez años más tarde en Bolonia, recibiendo la corona imperial de manos de Clemente VII en la que fue la última ocasión en que un Pontífice Romano consagraba a un Emperador Germánico.
Más información De las guerras dinásticas a las guerras confesionales .
De las guerras dinásticas a las guerras confesionales
La imbricación de la política hispánica con los grandes episodios de la disputa internacional será característica de todo el siglo XVI, moviéndose los Austrias Mayores sobre el difícil y resbaladizo terreno de que su acción exterior no fuera bien recibida dentro de la Monarquía Hispánica.
Más información La revuelta de las Comunidades .
La revuelta de las Comunidades
Esta, sin duda, primera gran revuelta del siglo XVI (1520-1521) es una muestra del vigor de la postura particularista castellana frente al universalismo de la idea imperial de Carlos V y sus consejeros, quienes no consiguieron convencer en las Cortes de Santiago-La Coruña de los beneficios que para Castilla tendría la política carolina. Sus caudillos más destacados fueron el regidor segoviano Juan Bravo, Francisco Maldonado, de Salamanca, y Juan Padilla.
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Conflictos exteriores de Carlos I
Fuera de la Península, la década de 1520 no resultó menos problemática para el Rey Católico-Emperador que lo que lo era en el interior. De un lado, las Guerras de Italia se reinician en 1521 y Carlos V encuentra su gran rival caballeresco en Francisco I (1494-1547); de otro, la presión turca encabezada por Solimán el Magnífico llega ese mismo año hasta Belgrado; por último, se suceden los primeros movimientos del protestantismo alemán y Martín Lutero es condenado como hereje en la Dieta de Worms, también en esa fecha crucial del 1521.
Más información El reinado de Felipe II .
El reinado de Felipe II
El reinado de Felipe II se vio libre de esa doble obligacion que suponía ser Emperador y Rey Católico, característica del reinado de Carlos V. Pese a ello, la dinámica de oposición interna particularista y acción internacional de tono universalista sigue muy viva. Felipe II no es el Emperador, pero sí se considerará a sí mismo -y otros muchos harán lo mismo- el Defensor de la Fe allá donde ésta pudiera encontrarse amenazada.
Más información El problema turco .
El problema turco
El control por el Mediterráneo enfrenta a cristianos y musulmanes. Felipe II se pone al frente de los primeros, debiendo solucionar dos cuestiones básicas: la revuelta de las Alpujarras y el avance otomano por el norte de África. Para solucionar esto último se formará la Santa Liga -España, Venecia y la Santa Sede-, que vencerá a los otomanos en Lepanto, en 1571.
Más información La guerra de los Países Bajos .
La guerra de los Países Bajos
Encuadrados dentro de los dominios de la Monarquía Hispánica, los Países Bajos inician un proceso durante el reinado de Felipe II que les conducirá mucho después, ya con Felipe IV, a lograr la independencia, tras una larga y cruenta guerra. La cuestión no es sólo política, sino también religiosa y económica.
Más información Portugal, Inglaterra y Francia .
Portugal, Inglaterra y Francia
Antes de su llegada a Flandes, Alberto de Austria había ocupado durante una decena de años el virreinato de Portugal a partir de 1583. La unión de Portugal a la Monarquía constituye, sin duda, el mayor logro exterior de Felipe II, y con ella habría pretendido el Rey Católico relanzar toda su política septentrional, tanto en los Países Bajos como en Inglaterra. Con respecto a ésta, la ejecución de María Estuardo en 1587 fue considerada la ocasión más propicia para lanzar un ataque. Después de su salida de Lisboa y de refugiarse en La Coruña en junio, la después llamada Armada Invencible parte hacia el Norte y combate con los navíos ingleses en agosto y septiembre, siendo totalmente derrotada.
Más información 2.Los Austrias Menores .
Los Austrias Menores
Entre 1598 año en que accede al trono Felipe III, y 1700, fecha de la muerte de Carlos II, la hegemonía política y militar de España se derrumba ante el acoso de las potencias europeas, émulas de su grandeza, mientras el esfuerzo realizado por la Corona en defensa de los territorios de su soberanía obstaculiza la ejecución de las reformas económicas solicitadas reiteradamente por los arbitristas y desencadena la oposición de las oligarquías que gobiernan los reinos, contrarias a nuevos sacrificios fiscales, provocando enfrentamientos y roces que devienen finalmente en rebeliones, en medio de una crisis demográfica y económica, de desigual intensidad y cronología, que afecta a todos los reinos hispánicos.
Más información Política exterior: de la grandeza a la decadencia .
Política exterior: de la grandeza a la decadencia
Desde el final de la fase bélica heredada de Felipe II hasta la Paz de Rijwick, en 1697, la Monarquía hispánica participa en todos los conflictos internacionales que se desarrollan en Europa, a menudo de manera decidida y firme, en ocasiones a remolque de las circunstancias internacionales, a veces también con desgana, sin ilusiones, como sucede a partir de la Paz de los Pirineos (1659), cuando España pierde la iniciativa militar y diplomática, que pasa a Francia, y se repliega en sí misma para poder remontar la crisis económica y financiera que sufre, recayendo desde entonces la defensa de sus posesiones europeas en Holanda, Inglaterra y el Emperador ante la falta de recursos propios.
Más información De la paz de Vervins a la tregua de Amberes .
De la paz de Vervins a la tregua de Amberes
La supuesta política pactista desarrollada bajo el reinado de Felipe III obedece a causas externas -el creciente poder francés- e internas -la bancarrota económica española bajo el gobierno de Lerma. En este contexto se firma con Holanda la Tregua de Amberes en 1609.
Más información La Pax Hispánica .
La Pax Hispánica
La Pax Hispanica preconizada por Felipe III y Lerma era un sistema demasiado frágil que exigía el constante desvelo de los diplomáticos para no provocar fisuras que lo desmoronaran. El desinterés de Inglaterra por inmiscuirse en los asuntos del continente, a pesar de los vínculos familiares que unían a Jacobo I Estuardo con el príncipe elector del Palatinado, opuesto a los Habsburgo de Viena, contribuyó a que el equilibrio entre las potencias no se alterase, como también incidió la pasividad de Francia, no obstante existir múltiples puntos de fricción con la Monarquía Hispánica y sus aliados, los duques de Saboya y de Lorena.
Más información Clarines de guerra en Madrid .
Clarines de guerra en Madrid
La Pax Hispánica se rompe con la intervención de España en favor del Emperador Hasburgo, Fernando II, acosado por los calvinistas y la revuelta de sus territorios.
Más información España frente a Holanda .
España frente a Holanda
Los éxitos militares del Emperador y de España en vez de acallar los tambores de la guerra los hizo repicar con mayor fuerza si cabe. En 1621 expiraba la Tregua de Amberes y nadie confiaba en su renovación. Desde Bruselas los archiduques hicieron vivas instancias para que se prolongara, al menos por un corto período de tiempo, pero la facción de Zúñiga no estaba dispuesta a suscribir un acuerdo que implicaba la aceptación de las Provincias Unidas como estado soberano independiente de los Habsburgo. De momento, la confrontación hispano-holandesa se salda con la ocupación de Breda.
Más información Esperando la paz y no proponiéndola .
Esperando la paz y no proponiéndola
El año 1625 resultó ser, desde cualquier punto de vista, un "annus mirabilis" para España. Sin embargo, el esfuerzo llevado a cabo originó el desgaste financiero de la Corona, en una coyuntura en la que la economía castellana estaba muy quebrantada y urgía la adopción de reformas económicas y fiscales.
Más información El rayo sueco .
El rayo sueco
Las razones esgrimidas por Gustavo Adolfo de Suecia para declarar la guerra al Emperador (ultraje a su reputación, designio del Báltico de los Habsburgo, en connivencia con Polonia, y defensa de las libertades alemanas) no deben ocultar los auténticos objetivos de su política exterior: obtener posiciones privilegiadas en el Báltico e impedir que la autoridad del Emperador se imponga sobre los príncipes alemanes, formando un Estado poderoso y unido, no atomizado en un sin número de pequeñas entidades políticas.
Más información La derrota de los Habsburgo .
La derrota de los Habsburgo
Con la Paz de Westfalia finaliza la guerra en Europa, tolerándose en cada Estado el culto privado de las minorías religiosas que existían antes de 1624, pero también el poder del Emperador, pues los electores salen fortalecidos, sobre todo los de Sajonia y Brandemburgo, que amplían sus territorios, mientras Suecia y Francia se afianzan en Alemania: la primera, ocupando parte de la Pomerania; la segunda, apoderándose de Alsacia y del control de los corredores que unían las posesiones españolas de Italia y los Países Bajos. Por otra parte, en el Tratado de Münster, suscrito entre Madrid y La Haya, Felipe IV reconoce la soberanía e independencia de las Provincias Unidas.
Más información España y Francia, dos potencias irreconciliables .
España y Francia, dos potencias irreconciliables
Para España, el año 1652 fue un segundo annus mirabilis, pues sus ejércitos consiguieron evitar la disolución de la Monarquía y establecer las bases para negociar con Francia la firma de una paz honrosa, máxime cuando poco después los franceses caen derrotados en Pavía (1655) y Valenciennes (1656). De hecho, Mazarino se ve precisado a iniciar conversaciones con España, alcanzándose el compromiso de que si Luis XIV no se aliaba con Inglaterra y retiraba su apoyo a Portugal, se le entregaría la Cerdaña, el Rosellón y varias ciudades del Artois, y se concedería a los mercaderes franceses condiciones favorables en el comercio español. A pesar de tales acuerdos, las negociaciones no prosperaron por la negativa del monarca francés a perdonar a Condé, que se había revelado contra su autoridad, y porque Felipe IV no deseaba desposar a su hija María Teresa con Luis XIV, requisito exigido por Francia para reforzar la paz,
Más información Guerra de Devolución y pugna franco-holandesa .
Guerra de Devolución y pugna franco-holandesa
En 1667 comienza un nuevo enfrentamiento hispano-francés, provocado por el deseo de Luis XIV de apropiarse los Países Bajos -o al menos una parte- con el pretexto de no haber recibido la dote de su esposa María Teresa. De este modo, y aprovechándose tanto del distanciamiento entre Madrid y Viena, como del conflicto anglo-holandés por el dominio de los mares, lo que privaba a Madrid del auxilio de dos poderosos aliados, el monarca francés rompe las hostilidades, en un momento además de gran inestabilidad en el interior de la monarquía a raíz del enfrentamiento de Juan José de Austria con el padre Nithard: se inicia así la llamada Guerra de Devolución.
Más información Auge francés, ocaso español: hacia el nuevo siglo .
Auge francés, ocaso español: hacia el nuevo siglo
El testamento de Carlos II supone un motivo de fricción para el conjunto de Europa. Austria -Leopoldo I- y Francia -Luis XIV- desean imponer al heredero -el archiduque Carlos y el duque de Anjou, respectivamente. España, paradójicamente, poco o nada tendrá que decir en la disputa, que ocasionará la Guerra de Sucesión con la que se marca el inicio de la dinastía de los Borbones.
Más información BATALLAS
1.Victoria en Cefalonia .
Victoria en Cefalonia
A comienzos del siglo XVI el mundo mediterráneo era codiciado por las potencias de la zona. En este caldo de cultivo beligerante y fronterizo menudearon esforzadas empresas como la que protagonizó en Cefalonia Gonzalo Fernández de Córdoba, que estaba labrándose su leyenda de Gran Capitán.
Más información Las guerras de Italia .
Las guerras de Italia
Finiquitada la Guerra de Granada (1492), cuando al fin los Reyes Católicos pudieron desviar sus energías hacia los proyectos atlánticos y mediterráneos, prevaleció la postura fernandina en la esfera internacional: de inmediato, se chocó con el ambicioso vecino galo por la disputa del Rosellón y del Milanesado, en cuyos territorios las tropas del Gran Capitán hubieron de frenar la invasión en toda regla organizada por Carlos VIII
Más información Cruzada contra el turco .
Cruzada contra el turco
Fernando el Católico puso mucho interés en lograra la hegemonía española en el Mediterráneo. En este escenario irrumpirá la figura legendaria de Aruch Barbarroja, cuyas riquezas y hazañas tuvieron un punto de inflexión en la captura de una nave española con soldados de elite del Gran Capitán.
Más información 2.Ceriñola, la consagración del Gran Capitán .
Ceriñola, la consagración del Gran Capitán
La batalla de Ceriñola encumbró al Gran Capitán como el mejor estratega de su tiempo.
Más información Dos personajes contrapuestos .
Dos personajes contrapuestos
El Gran Capitán representaba al hombre educado en los valores de la caballería andante del siglo XV, convencido del deber a la patria que autores como Diego de Valera y Francisco Chacón le habían imbuido desde su juventud.
Más información La base de los Tercios .
La base de los Tercios
El Gran Capitán tomó una serie de decisiones que transformarían para siempre el orden táctico y la moral de combate del ejército español, dando lugar a las famosas "coronelías", una forma de organizar las columnas al mando de un coronel, que sería el punto de partida de los futuros tercios.
Más información Freno al rey de Francia .
Freno al rey de Francia
El nuevo rey de Francia, Luis XI, mostraba una inclinación por el control de Italia semejante, o quizás mayor, a su antecesor en el trono Carlos VIII. Fernando el Católico se percató de que sólo el Gran Capitán podría hacer frente una vez más a un contingente de tropas tan pertrechado como el que el rey había enviado a Nápoles.
Más información A cara descubierta .
A cara descubierta
En ceriñola, el choque entre las tropas del duque de Nemours y las del Gran Capitán fue brutal, produciéndose miles de bajas.
Más información Cuerpos destrozados .
Cuerpos destrozados
Tras la Batalla de Ceriñola, Gonzalo observó el mundo desde una perspectiva diferente. La conquista de Nápoles no se hizo esperar. La población aclamó de nuevo al Gran Capitán.
Más información Garellano: sangre, sudor y lodo .
Garellano: sangre, sudor y lodo
Garellano no fue una batalla en el sentido clásico de la palabra, aunque en su ejecución se observan muchos rasgos de lo que fueron las batallas de las guerras modernas. Gonzalo se adelantó a su tiempo y por eso mismo venció en aquellas largas jornadas de sangre, sudor y lodo.
Más información El error del Rey Católico .
El error del Rey Católico
La victoria sobre los franceses en el GareIlano en el invierno de 1504 le abrió a los Reyes Católicos la posibilidad de entrar por la puerta grande en los grandes asuntos de la política internacional.
Más información 3.Laberinto imperial .
Laberinto imperial
Carlos V se convirtió en el monarca más poderoso del mundo y tras otros dos fue elegido como cabeza de la más alta dignidad política del mundo cristiano, el Sacro Imperio Romano-Germánico.
Más información Una herencia complicada .
Una herencia complicada
la herencia de Carlos V comprendía una extensión cosiderable de territorios y un buen número de reinos y señoríos. Sin duda, fue el monarca más pdoeroso de su tiempo, pero no es menos cierto que fueron numerosos los problemas surgidos de tan fastuosa herencia.
Más información La Monarquía Hispánica .
La Monarquía Hispánica
La unión de las coronas de Castilla y Aragón en Carlos fue, sin duda, un elemento que contribuyó decisivamente a la consolidación de la Monarquía Española, constituida de muy diversas piezas, pero cada vez con más instituciones comunes que actuaban como poderosos vínculos más allá de la coincidencia de la soberanía de todas ellas en un mismo titular.
Más información El señor del Nuevo Mundo .
El señor del Nuevo Mundo
Carlos V se encontró con una herencia materna en plena expansión, especialmente en América y Asia.
Más información Encaje de bolillos .
Encaje de bolillos
Carlos ejerció su soberanía se ejerció sobre tres bloques diferentes de Estados sin ningún otro lazo de unión que la persona del Emperador: el germánico, el flamenco y el hispánico, al que en cierto sentido aparecía vinculado un cuarto bloque, el italiano, a través de la Corona de Aragón.
Más información Una monarquía unida .
Una monarquía unida
Al margen de los conflictos constitucionales desatados en reinados sucesivos en la Corona de Aragón -aunque nunca en el reino de Navarra ni en las provincias vascongadas incorporadas a la Corona de Castilla-, España se fue afirmando como una Monarquía unida frente al resto de los territorios de la Monarquía Hispánica.
Más información 4.Carlos V conquista Túnez .
Carlos V conquista Túnez
Durante el reinado de Carlos V, amén de un sinfín de escaramuzas propias de toda guerra fronteriza, se produjeron las empresas navales más sonoras y legendarias de su tiempo. Entre estas, una de las más alabadas por los cronistas imperiales fue la conquista o, con más propiedad, reconquista de Túnez.
Más información Revista de tropas en Barcelona .
Revista de tropas en Barcelona
Las fastuosas tropas de Carlos V pasaron revista en Túnez antes de emprender la expedición en la que se habría de tomar Túnez.
Más información El prólogo de La Goleta .
El prólogo de La Goleta
Paso previo a la conquista de Túnez fue el asalto al peñón de La Goleta. En la decisión de asaltar primero La Goleta pesó el hecho de "no haber medio de llevar la artillería a Túnez ni la vitualla, como por no dejar a las espaldas un número de enemigos tan grande y de tan buena gente como eran".
Más información Muerto en África o vencedor en Túnez .
Muerto en África o vencedor en Túnez
Mientras La Goleta quedaba al mando de Andrea Doria para cubrir la retaguardia, las tropas imperiales iniciaron el asalto de Túnez, lo que se logró en 1535.
Más información 5.Los tercios .
Los tercios
Los Tercios estaban compuestos por unos tres mil hombres divididos en tres coronelías organizadas, a su vez, en cuatro compañías de piqueros, arcabuceros y, posteriormente, de mosqueteros, ballesteros, etc.
Más información Vestuario de las tropas de Carlos V y Felipe II .
Vestuario de las tropas de Carlos V y Felipe II
En esta época no se puede hablar de uniformidad tal y como hoy la entendemos. Tanto el vestuario como las armas y el municionamiento- balas, pólvora, etc.- eran facilitados por el Ejército; sin embargo, los pagaba el interesado.
Más información Las divisas .
Las divisas
No había unas insignias mediante las que se indicaba el empleo de cada militar, sino que eran determinados aspectos externos, como, por ejemplo, el uso de una armadura o de un tipo de arma u otro, los que marcaban las diferencias.
Más información Las armas .
Las armas
Armas como el arcabuz, el mosquete, la ballesta, la pica y otras personales para el combate singular como la espada o el puñal, eran las que imprimían el carácter español a los Tercios.
Más información El uniforme .
El uniforme
Lo que principalmente distinguía al mosquetero era su arma: el mosquete, del que derivaba su nombre. Esta arma, aunque carecía de la precisión de los fusiles, poseía una potencia de fuego muy superior a la de los arcabuces.
Más información 6.La Santa Liga .
La Santa Liga
Al manod de Juan de Austria, la Santa Liga reunió una extraordinaria flota que se enfrentó a los turcos en Lepanto. La escuadra de la Liga quedó dueña del Golfo. Se dice que los otomanos perdieron unas 250 galeras.
Más información 7.La Batalla de las Dunas .
La Batalla de las Dunas
La cesión, por parte de Felipe II, de la soberanía de Flandes y de los Países Bajos a su hija la infanta Isabel Clara Eugenia, casada en abril de 1599 con el archiduque Alberto, no varió sustancialmente la política Española en aquellos territorios. El clima de guerra ´se mantuvo durante el reinado de Felipe III.
Más información La flor del ejército holandés .
La flor del ejército holandés
Mauricio de Nassau, consciente de las dificultades económicas del archiduque y teniendo en cuenta que varias de las guarniciones españolas se habían amotinado por falta de pagas, determinó efectuar un ataque por sorpresa contra el corazón de las "provincias obedientes a España". Con este fin se reunió la flor del ejército holandés.
Más información Llegan los tercios .
Llegan los tercios
Cuando la noticia del desembarco holandés llegó al Archiduque, que se hallaba en Gante, despachó mensajeros "con muchas promesas" a los tercios amotinados en las ciudades de Fienst y Thionville. Tras ver aceptadas sus condiciones -recibir las soldadas después de la batalla, ser mandados por sus electos u oficiales elegidos por ellos y combatir en primera línea- los soldados se sometieron al nuevo soberano de Flandes.
Más información Decisión temeraria .
Decisión temeraria
Alberto adoptó la arriesgada decisión de enfrentar sus tercios con las descansadas y hábilmente distribuidas fuerzas de Mauricio de Nassau, que esperaban la agresión en número de 1.600 caballos y más de 10.000 infantes, bien atrincherados, y con sus cañones emplazados sobre plataformas de madera en lo alto de varias dunas. El campo de batalla sería el terreno cenagoso, la arenosa playa y las dunas tan características en esa región de Flandes.
Más información Una victoria pírrica .
Una victoria pírrica
El triunfo holandés de Las Dunas fue una victoria pírrica. La lucha continuaba. Sin embargo, en 1607 se iniciaron negociaciones que concluyeron el 9 de abril de 1609, con la firma del acuerdo de la tregua por la que España, de hecho, reconocía la independencia de Holanda o las Provincias Unidas; cesaban las hostilidades por mar y tierra y cada uno de los contendientes conservaba las provincias y plazas que poseía.
Más información 8.La batalla de Rocroi .
La batalla de Rocroi
La resonancia de la batalla de Rocroi fue inmensa. El ejército español tuvo de 7.000 a 8.000 bajas y unos 6.000 prisioneros. Se trata del auténtico canto del cisne del Imperio español.
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