Los deseos reformadores de Carlomagno no sólo afectaron a la política o la ideología, también alcanzaron a la Iglesia. Los rituales serán uniformados, suprimiendo regionalismos gracias a la labor del emperador y del papa Adriano.

Ostrogodos, bizantinos y longobardos se instalarán en la península Italiana en los primeros siglos de la Alta Edad Media, chocando en ocasiones con la poderosa nobleza de origen romano que habitaba en la zona, heredera de los últimos vestigios del Imperio.

Mayordomo de palacio de Neustria, Borgoña y Provenza entre los años 741-754, sucesor de Carlos Martel, y rey de los francos desde el año 751. Tras recibir de su hermano Carlomán los territorios de Austrasia, el país de los alamanos y Turingia, se convirtió en rey al destituir a Childerico. Colaboró con el papa en el control de los lombardos, sofocó las revueltas que se produjeron en Galia y Germania y dejó a sus sucesores Carlomán y Carlomagno un país en franca evolución.

A Carlos Martel le sucedió su hijo Pipino con el cargo de Mayordomo, poniendo éste las bases de la constitución del Imperio Carolingio. Carlos continuará la política de su padre y ampliará las fronteras de su territorio al someter a sajones, ávaros y eslavos, siendo coronado emperador por el papa en el año 800.