Sueño de San José

José Luzán se considera el introductor del estilo tardobarroco napolitano en Zaragoza

El foco rococó zaragozano

Zaragoza va a ser el segundo centro artístico en importancia de España, después de Madrid, en la difusión de la sensibilidad rococó en la pintura. La labor de difusión de las formas y colores del rococó romano-napolitano emprendida por José Luzán tras su regreso de Nápoles (1735), así como la ejecución por Antonio González Velázquez de los frescos de la cúpula de la Santa Capilla de El Pilar.

Más información

debido a su aprendizaje en Italia junto a Giuseppe Mastroleo. Desde su puesto de profesor en la Academia de Dibujo de Zaragoza difundió ese estilo a Francisco Bayeu

Francisco Bayeu y Subías

Este pintor zaragozano evolucionó del rococó a un neoclasicismo académico. Fue discípulo de A. R. Mengs.En sus primeras obras estuvo influido por Lucas Jordán pero más tarde las irá transformando hacia un estilo neoclásico como Mengs.

Más información

, José Beratón o Francisco de Goya

Francisco José de Goya y Lucientes

Pintor español (1746-1828) a caballo entre dos siglos, su obra resulta inclasificable. Inicia su aprendizaje con un pintor barroco zaragozano para después trasladarse a Madrid, donde conoce el Neoclasicismo en el taller de Francisco Bayeu. Iniciará en 1774 su producción de cartones para tapices, en los que representa diferentes escenas de la vida popular madrileña. Desde 1792 se hará con el cargo de retratista oficial de la Corte, con el que conseguirá importantes fama y éxito económico, interesándose por la personalidad de sus modelos. La Guerra de la Independencia provoca un cambio radical en su obra, que se hace más triste y oscura como constatan las Pinturas Negras, anticipos del Romanticismo. No debemos olvidar sus maravillosas series de grabados, en las que se muestra mucho más ácido y crítico que en sus lienzos.

Más información

, entre otros. Esta escena que aquí contemplamos formaba parte de las puertas de un relicario destinado a la iglesia del convento de agustinos descalzos del Portillo, en la capital maña. El patriarca aparece en una postura forzada para advertir su sueño, acompañado de su vara florida. Sobre él encontramos un ángel con las alas desplegadas, en un acentuado escorzo típico del barroco. Los colores empleados por Luzán repiten la estética rococó que había aprendido, al igual que la factura y los ritmos. No en balde, esta artista está dando los últimos coletazos de un estilo a punto de extinguirse para dar paso al Neoclasicismo.