San Damián

San Damián aparece aquí como la efigie de un noble aristócrata que hubiera encargado su retrato a un gran pintor italiano. El formato central y la pose de la figura nos recuerda aquellos retratos de Venecia, Roma o Florencia, con los personajes importantes del momento: nobles, intelectuales, artistas... típicos del Cincuecento.Yáñez de la Almedina fue un pintor español que introdujo prontamente los usos del Renacimiento

Renacimiento Español

El Renacimiento en España comienza más tarde que en Italia y se prolonga también más allá. Tiene características especiales, puesto que convivió con otros estilos propios de nuestra península: árabe, gótico, flamenco...

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. En esta obra deja ver la influencia de Tiziano

Tiziano Vecellio

Pintor renacentista italiano (1485 h. -1576) es considerado el maestro más importante de la Escuela veneciana. Su aprendizaje con Giovanni Bellini marcará el detallismo de su producción, pero será Giorgione quien le introduzca de pleno en el Cinquecento, al emplear el paisaje como elemento integrador de las figuras. Se interesó por la pintura centro-italiana, espacialmente por Rafael, Miguel Angel y Leonardo, así como por el Manierismo, influyéndole Giulio Romano y Pordenone. Su estrecha relación con Carlos V y Felipe II será fundamental para el Barroco español, en especial para Velázquez. Rubens llegará a considerarle como su padre espiritual. La luz y el color serán los protagonistas de sus composiciones.

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y Leonardo

Leonardo di ser Piero da Vinci

Gran genio del Renacimiento, destacará por su dominio del claroscuro y por el sfumato, técnica con la que difumina los contornos. Con unas cuantas y escasas obras influirá en artistas de generaciones posteriores. No debemos olvidar tampoco su faceta de inventor y dibujante.

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. El santo posa elegantemente, con ricas telas adornadas con pieles de la mejor calidad, perfectamente plasmadas en su aspecto material. Se toca con un gorrito italiano y viste a la última moda. Tanto su piel como sus vestidos están realizados en una densa gama cálida, que contrasta con el fondo de paisaje. Éste, muy lejano, sigue la teoría de la perspectiva aérea de Leonardo y se torna de un brumoso color azul pálido, que aureola la figura del santo, quien no lleva nimbo o atributo alguno de su santidad.