Renacimiento Español

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Datos principales


Desde

1.490

Hasta

1.560

Desarrollo


El inicio del Renacimiento en España se liga íntimamente al devenir histórico-político de la monarquía de los Reyes Católicos. Sus figuras son las primeras en salir de los planteamientos medievales que fijaban un esquema feudal de monarca débil sobre nobleza poderosa y levantisca. Los Reyes Católicos aúnan las fuerzas del incipiente estado y se alían con las principales familias de la nobleza para mantener su poder. Una de estas familias, los Mendoza, utiliza el nuevo estilo como distinción de su clan y, por extensión, de la protección de la monarquía. Poco a poco, la estética novedosa se introduce en el resto de la corte y el clero, mezclándose con estilos puramente ibéricos, como el arte nazarí del agónico reino de Granada, el Gótico exaltado y personal de la reina castellana, y las tendencias flamencas en la pintura oficial de la corte y la Iglesia. La asimilación de elementos dio lugar a una personal interpretación del Renacimiento ortodoxo, que se dio en llamar Plateresco. Asimismo, se importan artistas secundarios de Italia, se envían aprendices a los talleres italianos, se traen diseños, plantas arquitectónicas, libros y grabados, cuadros, etc., de los cuales se copian personajes, temas y composición. Carlos I es el rey que mejor se relaciona con el arte nuevo, paradójicamente llamado la manera antigua, puesto remite a la Antigüedad clásica. Su patrocinio directo logró algunas de las más bellas obras de nuestro especial y único estilo renacentista: el palacio de Carlos V en Granada, el mecenazgo sobre Covarrubias, sus encargos a Tiziano, que nunca accedió a trasladarse a España.

.. Pintores de gran calidad fueron, lejos del núcleo cortesano, Pedro de Berruguete, Juan de Juanes, Paolo de San Leocadio, del que destacamos la delicada Virgen del Caballero de Montesa, Yáñez de la Almedina y Fernando de los Llanos. La pintura del Renacimiento español se lleva a cabo normalmente al óleo. Realiza interiores perfectamente sujetos a las reglas de la perspectiva, sin agolpamiento de los personajes. Las figuras son todas del mismo tamaño y anatómicamente correctas. Los colores y los sombreados se administran en gamas tonales, según las enseñanzas italianas. Para acentuar el estilo italiano es frecuente además añadir elementos directamente copiados de allí, como son los adornos a candelieri (cenefas de vegetales y cupiditos que rodean los marcos), o ruinas romanas en los paisajes, incluso en escenas de la vida de Cristo.

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