La esperanza I

Datos principales


Autor

Gustav Klimt

Fecha

1903

Escuela

Simbolismo

Material

Oleo sobre lienzo

Dimensiones

189 x 67 cm.

Museo

Galería Nacional de Canadá

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Alrededor de la gestación de este cuadro existe una anecdótica historia que nos muestra el nombre de la modelo que posó para Klimt. Una de sus modelos favoritas llamada Herma -de la que el pintor dijo que era "la muchacha cuyo trasero era más hermoso e inteligente que el rostro de muchas otras"- hacía tiempo que no pasaba por el estudio, llegando a oídos del pintor que no lo hacía por estar embarazada. Ya que la economía familiar dependía de su trabajo como modelo, Klimt no dudó en llamarla y utilizarla para la elaboración de este lienzo, provocando un amplio aluvión de críticas entre los propios artistas y las demás modelos.Bien es cierto que no era la primera vez que Klimt pintaba una mujer embarazada, tal y como se puede contemplar en Medicina. Sin embargo, el maestro vienés parece haber tomado elementos del Friso Beethoven al colocar a la mujer rodeada de amenazantes figuras. Tras la modelo observamos una banda azul con motas doradas que indican el nacimiento de un niño. Después aparece una figura similar al monstruo Tifeo, junto las figuras de la enfermedad y la muerte, acompañadas de dos caras que no han podido ser interpretadas.La mujer embarazada no mira a los peligros que la rodean y se dirige hacia el espectador, aludiendo los especialistas a su imagen de mujer fatal -la melena pelirroja adornada con florecillas azules, el bello púbico del mismo color- antes que a la mujer necesitada de protección, simbolizando al mismo tiempo lascivia y maternidad.

Algunos expertos consideran que el simbolismo que envuelve la composición estaría relacionado con el nacimiento y temprana muerte de Otto Zimmermann, el segundo hijo de Klimt y Mizzi Zimmermann. La vida y la muerte como temática central de sus cuadros se repite en esta composición en la que encontramos dos de los tipos de mujer favoritos parta el artista: la madre y la seductora. Las formas sinuosas y el decorativismo se convierten en elementos indicativos del estilo de Klimt, vinculado a la estética modernista. La falta de perspectiva y el horror vacui son también características de este trabajo, una de sus obras maestras en la que podemos comprobar la elevada calidad del dibujo y su facilidad a la hora de aplicar el color. La tela estaba destinada a la exposición en las salas del edificio de la Secession en 1903 pero, intuyendo la polémica que podía provocar, el ministro de Cultura Von Hartel consiguió convencer a Klimt para que no la exhibiera, intentando que la controversia de los lienzos de las Universidades no aumentara. El pintor aceptó la sugerencia pero pronto encontró comprador en el cofundador de los Talleres de Viena, Fritz Wärndonfer.

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