Infanta María Teresa

Datos principales


Autor

Diego Rodríguez de Silva Velázquez

Fecha

1651-52

Material

Oleo sobre lienzo

Dimensiones

44´5 x 40 cm.

Museo

Metropolitan Museum of Art

Contenidos relacionados


A su regreso triunfal de Italia - donde había realizado excelentes retratos como el de Juan de Pareja o el papa Inocencio X - Velázquez realizará pocos trabajos. En la década de 1650 sólo se pueden fechar unas quince obras del maestro. La razón estaría en el deseo de Velázquez: ser nombrado Caballero de la Orden de Santiago - lo que supondría su ennoblecimiento - para lo que tiene que demostrar que no cobra por su trabajo de pintor. Al obtener el cargo de Aposentador Mayor de Palacio en 1652 tendrá un sueldo fijo como funcionario y dejará de recibir dinero por los cuadros que le encarga el rey. Aunque parezca ilógico, las leyes de la nobleza en el siglo XVII eran muy estrictas y los artesanos como Velázquez no tendrían acceso a esa clase social. El proceso que se inició en 1657 dio sus frutos, siendo el artista nombrado caballero como observamos en la cruz que luce en Las Meninas.La infanta Margarita, hija de Felipe IV e Isabel de Borbón, será de las más retratadas en esta década de 1650 ya que estaba en edad de contraer matrimonio y su retrato era muy solicitado por las diversas cortes europeas que deseaban conocerla. Esto motiva que algunos de los retratos fuesen obra del taller, pagándose bajos precios por ellos. Este que nos ocupa se considera realizado por Velázquez en su totalidad, especialmente por la genialidad a la hora de realizar los adornos del cabello de la infanta. Pero lo más interesante es, sin duda, la mirada de la joven. Su expresión reservada, de honesta doncella, se refuerza con ese gesto de mirar de reojo al espectador.La gama de grises y rojos empleados por el artista es totalmente armónica, contrastando con la oscuridad del fondo. La pincelada es bastante suelta, obtenida a base de pequeños toques de color. En cuanto a la luz, resulta significativo el fuerte fogonazo que aplica Velázquez, creando ligerísimas zonas de sombra.

Compartir