El Imperio de Flora

Datos principales


Autor

Nicolas Poussin

Fecha

1631

Estilo

Barroco Francés

Material

Oleo sobre lienzo

Dimensiones

131 x 181 cm.

Museo

Staatliche Dresden

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Fue pintado para Fabrizio Valguanera, el curioso aventurero siciliano con quien Poussin también tuvo relación respecto a su cuadro La peste de Azoth, en 1631. Se inspira en las "Metamorfosis" y los "Fasti" de Ovidio y en la obra de su antiguo protector, el Cavaliere Marino, aunque con suma libertad. En el extremo izquierdo vemos al guerrero Ajax, rey de Salamina y héroe de la guerra de Troya, que desnudo y cubierto con un casco de oro se suicida arrojándose sobre su espada. A su derecha, Narciso contempla su propia imagen en un ánfora llena de agua, que sostiene una ninfa de dudoso nombre, pero que sin duda representa al agua como elemento de vida para las flores. Tras Narciso se encuentra Clitia, el tornasol, quien se vuelve hacia el cielo, hacia su amado Apolo, quien surca los aires en su carro solar. A la derecha de la composición se encuentran Crocus y Smilax, es decir, la enredadera, por lo que Poussin los representa abrazados. A su espalda aparece Adonis cazador, junto a sus perros, herido en su muslo izquierdo, de cuya sangre brota la anémona. Tras él, Jacinto herido observa cómo su sangre da lugar a la flor que lleva su nombre. Junto a todos estos personajes vemos tres dioses: En primer lugar, y ocupando el centro de la composición, como corresponde al tema, a la propia Flora, danzando y esparciendo flores. En segundo lugar, el dios Príapo, a la izquierda, de perfil, como dios de la fertilidad. Por último aparece Apolo, en el cielo, quien, como dios solar, es fuente de vida para las flores y plantas. Es, por tanto, una alegoría del retorno anual de la vida, de la resurrección. A pesar de lo trágico de las historias de estos personajes, que también se relacionan de forma directa con la muerte, Poussin, en una composición estructurada en una elegante curva ondulada, en primer término, enmarcada en una elegante pérgola, detrás, ha representado en una armónica escena la alegría de vivir. La paleta es cálida, con una luz suave que realza el tono nacarado de los cuerpos.

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