La Peste de Azoth

Datos principales


Alias

Los filisteos golpeados por la peste

Autor

Nicolas Poussin

Fecha

1630-31

Estilo

Barroco Francés

Material

Oleo sobre lienzo

Dimensiones

148 x 198 cm

Museo

Museo Nacional del Louvre

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Esta obra, comenzada a fines de 1630 y terminada en febrero o marzo de 1631, posee una historia muy curiosa. Conocida también como "Los filisteos golpeados por la peste" o "El milagro del Arca", fue comprada por un curioso personaje, Fabrizio Valguarnera. Con él tuvo lugar una curiosa operación de blanqueo de dinero, en la que involuntariamente se vio envuelto Poussin. Valguarnera era un aventurero siciliano que, con la ayuda de un cómplice portugués, robaba diamantes en España para traficar con ellos. Para "blanquearlos", los cambiaba por cuadros de diversos autores napolitanos y romanos. A fines de 1630 visitó el estudio del pintor francés y viendo inacabado el lienzo, le animó a terminarlo. Sin embargo, Valguarnera fue descubierto, iniciándose un juicio en el que Poussin hubo de declarar. El siciliano murió al año siguiente en prisión, en condiciones oscuras, posiblemente envenenado. Posteriormente, el cuadro fue vendido por mil escudos, cantidad nada despreciable. El tema procede del Antiguo Testamento, y parece una elección personal del artista. El asunto, tomado de Samuel, narra cómo, tras una batalla en que los israelitas son derrotados, el Arca de la Alianza es trasladado a la ciudad filistea de Asdod o Azoth. Los filisteos introducen el Arca en el templo del dios Dagón, junto a la estatua de la deidad. A la mañana siguiente, encontraron la estatua caída en tierra, fragmentada, sin cabeza ni manos. Yahvé envió entonces una gran peste a los habitantes de Asdod, y luego a otras ciudades filisteas, que duró siete meses, hasta que fue devuelto a los israelitas.

La representación de la peste, en un marco de arquitectura clásica, influida por Rafael, está tomada de la descripción que de la peste que asoló Milán en 1630 realizó Manzoni. En una profunda perspectiva, la acción se sitúa en la intersección de una larga calle, vista de frente, y el templo de Dagón, a la izquierda. La multitud ya no se agolpa ni solapa de forma confusa, sino que se distribuye en varios grupos coordinados. Como es frecuente en él, los personajes del primer plano se articulan al estilo de los frisos romanos, en horizontal, a la misma altura. Esta separación de personajes le permite estudiar detenidamente cada uno de los gestos y emociones: es el concepto de los "affetti", el vínculo entre el movimiento físico y el gesto, por un lado, y la emoción interna y la actitud mental por otra. De este modo, consigue recrear una atmósfera de desolación, casi diabólica, de pánico y muerte. Es quizá, en el propósito de Poussin, una sombría reflexión sobre el destino de quienes se enfrentan a Dios.

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