Catedral de Tarragona. Claustro
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De excepcional localización, el claustro es la otra gran pieza de la seo tarraconense, tanto arquitectónica como escultóricamente. Debió iniciarse poco más tarde que ésta, y por su configuración homogénea debe responder a un proyecto uniforme. Se ha supuesto que se iniciaría a finales del siglo XII, pero los indicios claros de actividad se fechan en la segunda década del XIII. De considerables dimensiones y planta casi cuadrada, su composición arquitectónica difiere profundamente de los claustros catedralicios y monásticos precedentes en Cataluña, como los de Ripoll, Girona y Sant Cugat del Vallés.
         
      