Catedral de Salisbury desde la pradera

Datos principales


Autor

John Constable

Fecha

1831

Estilo

Romanticismo Inglés

Material

Oleo sobre lienzo

Dimensiones

147 x 189 cm.

Museo

National Gallery de Londres

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La relación de Constable con el obispo de Salisbury, John Fisher, se inició gracias al sobrino de éste -que por cierto se llamaba igual- quien era uno de los mejores amigos del pintor. Ya en 1821 Constable había realizado una primera vista de la catedral desde los campos del obispo que no había sido del agrado del cliente. Volverá a realizar diferentes vistas del templo que culminarán en este lienzo que contemplamos, presentado a la exposición de la Royal Academy de 1831 pero retocado años después. Y es que para una ideología conservadora como la que hacía gala Constable, la Iglesia era uno de los pilares del Estado, eligiendo como símbolo de este planteamiento uno de los edificios más importantes de Inglaterra: la catedral gótica de Salisbury cuya elevada aguja se construyó posteriormente. En la década de 1820 los gobiernos liberales intentaron sacar adelante una serie de leyes liberalizadoras que contaron con la absoluta oposición de los conservadores, entre ellos Constable y Fisher. El arco iris que contemplamos tras el templo podría ser una alusión a los gobiernos de tendencia más conservadora que se imponían en esos años de la década de 1830, aunque posiblemente no se trate más que de un efecto atmosférico tan del gusto del artista, incluyendo así efectos de luz y sombra. El excelente cielo tormentoso ve como un brillante arco iris -tomado de las obras de Rubens y Ruysdael- lo rompe para crear un acertado contraste que acentúa el aspecto tenebroso de la escena.

La impresionante mole de la catedral recibe una iluminación malva -claro antecedente de los impresionistas-. En primer plano y vadeando el río observamos una carreta tirada por tres caballos, recordando las escenas del Stour, mientras que un pescador aparece en la zona de entre las cañas. En la zona de la izquierda, entre los árboles, observamos un cementerio, motivo romántico por excelencia. La descompensación hacia la izquierda es muy habitual en estos años, dejando en la derecha una amplia perspectiva bañada por los primeros rayos del sol, tras la tormenta de verano, resaltando las tonalidades de la hierba. Como bien podemos observar, las pinceladas son rápidas y empastadas en algunas zonas del lienzo, especialmente el cielo, ofreciéndonos Constable en esta obra la culminación de su estilo al presentar elementos pintorescos, naturalistas y expresionistas.

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